Todo
héroe debe valorar el precio de su hazaña. Es posible que, una vez tras otra,
Ethan Hunt haya tenido que salvar al mundo de los villanos de la peor especie
tratando de salvaguardar la seguridad de aquellos a los que más quiere. En la
mayoría de los casos, tuvo que arriesgar muchas vidas para que todo saliera
bien. Por eso, en una paradoja imposible sobre héroes y villanos, es posible
que sea el único capaz de detener a esa inteligencia artificial que ha tomado
conciencia de sí misma y, al mismo tiempo, sea el villano perfecto sobre el que
caerá toda la condena de la Humanidad si no consigue sus objetivos. Demasiada
responsabilidad para alguien que se ha lanzado al peligro sin pensárselo dos
veces.
Nuevamente, el enemigo
es esa máquina del infierno que puede combinar millones de cálculos previstos
para manejar todas las posibilidades y, aún así, seguir con sus metas de maldad
fría y disparatada, aunque según el devenir de estos tiempos diabólicos, cada
vez más probable. Tendrá que echar mano de todos aquellos que le han venido
apoyando en su penúltima aventura y tendrá el añadido de algún viejo conocido
que nadie espera porque se quedó clavado para asumir un destierro. Algo de
oscuro tiene esta aventura del señor Hunt. Debe arriesgarse al máximo,
manejando un tablero de ajedrez en el que la velocidad es vital, el tiempo
sigue machacando con su impertinente caer de segundos y todos quieren controlar
esa inteligencia cibernética que es mejor que, simplemente, desaparezca. ¿Mejor
para quién? ¿Mejor para qué?
En estas últimas y
levemente desesperanzadas aventuras del señor Hunt, Tom Cruise realiza un
homenaje en toda regla al personaje. Alguien que, de alguna manera, ha marcado
a generaciones que han crecido viendo cómo se enfrentaba al aún más difícil con
una entereza y una decisión que le obligaba siempre a tomar decisiones
extremas. ¿Y qué es una persona sino la suma de todas sus decisiones? Eso es lo
que define a Ethan Hunt, un héroe que ha ido más allá de lo imposible para
colocarnos en el primer plano de la acción más trepidante, con una saga que, a
excepción de la segunda entrega, se ha colocado, tal vez, como la mejor de
todos los tiempos por su ritmo endiablado, sus problemas insolubles, su
continua advertencia sobre los malvados posibles y probables y su increíble
resistencia a un mundo que, sencillamente, no le merece. Por eso, Ethan Hunt
debe desaparecer una vez más entre la multitud, llevándose todos sus secretos y
sus anhelos, sabiendo que hizo lo que debía, destilando cariño a todos aquellos
que han sido su soporte y su defensa. Hasta la vista, señor Hunt. Y gracias.
Volveremos a verle en futuras revisiones y, con toda seguridad, alguien
recogerá el testigo dentro de algunos años para volver a acompañar a dos o tres
generaciones más por los andares de la estúpida evolución humana.
El resultado es una película que maneja admirablemente el suspense por encima de la acción. Se nota que hay un trabajo especialmente cuidadoso en la narración de las acciones paralelas, con ideas originales y atrevidas. Por el lado negativo, podríamos anotar que no hay interpretaciones, sólo acciones. Incluso Tom Cruise que es un actor más que solvente, no tiene ninguna escena en la que demostrar su sabiduría dramática. Aún así, la música de Lalo Schifrin en ese insano compás de cinco por seis mientras nos dice con el ritmo en código Morse las siglas M-I ya se ha quedado para siempre en nuestra memoria física y sensitiva. Al fondo, muchos secundarios de enjundia, escenas mágicas repartidas en distintas entregas, aquí, incluso, podemos destacar un par de ellas. Nuestra emoción se ha adherido a los fotogramas de esta cédula de espías que siempre tienen que cortar cables, mirar el cronómetro, acabar con el ladino malvado de turno y rebelarse contra un sistema que nunca dejó de tratar a nuestro señor Hunt como un mercenario. Hasta la vista, señor Hunt. Nunca podremos olvidarle.
Pereza absoluta
ResponderEliminarPues no está mal
ResponderEliminarFíjate que dará pereza que ni te he mandado abrazos de despedida. Es que no sé en cuál me quedé, y además, creo que esta última es la segunda parte de la anterior, o sea que me tendría que ver la otra en la tele, Ay, pues mira no. De todas formas, haciendo recapitulación me quedo con la de De Palma y con la de Brad Bird que era un deleite absoluto (la 4 creo que era, que empezaba con el Kremlin explotando, ayss). Y habrá más, no lo dudes y si te descuidas también con el Cruise y los años y el recauchute de bótox se lo permiten. Pero yo ya estoy muy mayor para correr detrás de él.
ResponderEliminarAbrazos imposibles
Por este orden son las mejores, bajo mi punto de vista. La uno, la seis y la cuatro. "Fallout" es una de las mejores con unos empleos de escenarios extraordinarios. Esta te da lo que pides y hay una escena central especialmente agobiante y larga. En cuanto a si habrá más, Tom no es tonto y sabe que ahí hay una gallina de los huevos de oro, venderá la franquicia y habrá una reformulación con otros actores, otros personajes, y, me juego el cuello, aparecerá el cameo de Tom Cruise que hará que se extiendan los murmullos por las salas de cine. Yo sigo el ritmo de Cruise y de quien se ponga por delante. Faltaría más. No me van a vencer esos villanitos de nada que quieren acabar con el mundo.
ResponderEliminarABrazos haciendo equilibrios.