miércoles, 2 de julio de 2025

ANÁLISIS FINAL (1992), de Phil Joanou

 

Una paciente cuenta a su psiquiatra la repetición sistemática de un sueño. Ella envuelve unas flores en una mesa. Y se ve una y otra vez haciéndolo. El psiquiatra se siente fascinado porque todo tiene una enorme coherencia que, sin duda, irá desembocando en un simbolismo oscuro y temible. La paciente nombra a menudo a su hermana,  como si fuera la única persona que la cuida en el mundo. El psiquiatra conoce a la hermana. Y se salta todos los códigos deontológicos de la profesión porque la hermana es la mujer más atractiva que ha visto jamás. El psiquiatra pierde el sentido. Intenta indagar en la patología de su paciente, pero eso pronto queda en un segundo plano porque delante de todo está ella, la hermana, una mujer que está pasando por dificultades en su matrimonio con un griego de baja estofa que trapichea con las cuentas de las viviendas sociales. El asesinato comienza a planear en la mente de la hermana y, en una aparente enajenación por alcohol, golpea con una pesa al marido y lo mata. El psiquiatra cree que es un homicidio involuntario y ayuda a la hermana con todas sus amistades. Sin embargo, todo es muy freudiano, todo es muy alucinante…todo es mentira.

En su momento, esta película fue vendida como el típico producto comercial en el que se juntaban las dos estrellas del momento, Richard Gere y Kim Basinger, por segunda vez (la primera fue en Atrapados sin salida, de Richard Pearce) más el añadido de una joven que comenzaba a llamar muchísimo la atención como Uma Thurman. Juntos conforman un triángulo de perfiles difusos, que caminan por los vericuetos de la psicología y del deseo reprimido, incluido el psiquiatra. Fue un éxito y, en parte, se debe a su trama que bebe directamente de Alfred Hitchcock, con homenajes preclaros a Vértigo o Recuerda aunque algunos pusieron reparos a ese final en el que la tensión se lleva al máximo y el psiquiatra consigue asirse al arma del crimen para salvar su vida. Si lo consideramos con sangre fría, la película tiene un argumento bien armado, con giros muy interesantes en la trama que la van haciendo paulatinamente más turbia, adentrándose en los meandros psicológicos de la dominación y la muerte. A destacar entre los tres protagonistas, a Kim Basinger, que, además de su atractivo, también sabe pasear un papel que deambula entre varios registros y que todos son creíbles en su belleza excepcional.

Así que mucho cuidado con lo que cuentan a su psiquiatra. Puede que sean pensamientos emanados de su subconsciente o que sean algo que han leído en algún sitio de forma distraída. Puede que ese psiquiatra esconda algunos ases en la manga y no les conduzca a la curación, aunque, por supuesto, puede acertar y proporcionarles la suficiente seguridad como para que hagan todo aquello que un día soñaron hacer. Es muy sencillo. También es posible que sea la víctima propiciatoria para encubrir un crimen. O que sea un idiota redomado que crea que es el más listo cuando lo que debe hacer es correr para tapar sus propios errores. ¿No creen?

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