martes, 11 de marzo de 2025

NEVADA SMITH (1966), de Henry Hathaway

 

El camino de la venganza está empedrado con adoquines de debilidad. Es posible que un muchacho decida emprender ese camino y lo convierta en su único objetivo en la vida. También es posible que las curvas y la sangre derramada haga que ya no sea una cuestión de venganza, sino de sed de muerte. El chico, con el pasar del tiempo, con el buscar a los responsables de la muerte de sus padres, se ha convertido en un asesino. Los que hicieron aquello van cayendo uno a uno. La voz se pasa. El Oeste se convierte en un sitio demasiado pequeño para ellos. Nevada Smith les va a agarrar y, sin pestañear ni un segundo, va a vaciar el revólver sobre ellos. Uno de esos hombres que llevan una vida respetable, en parte por haber asesinado a aquella pareja, comienza a sentir un miedo cerval porque siente que el matarife se está moviendo y, poco a poco, está llegando.

No cabe duda de que hay que destacar la interpretación y la presencia absolutamente conquistadora de Steve McQueen en esta película. Casi desde el principio, se adueña de la historia y coge al espectador de su mano encallecida para llevarle por los vericuetos de un alma que, paulatinamente, se va pudriendo porque cada vez quiere más. Ya no se conforma con la satisfacción de matar a los que destrozaron su vida. Ahora quiere también enviciarse con la cuenta saldada de la muerte. Se producirá el inevitable encuentro y Nevada Smith, por una sola y maldita vez, pondrá la medida del hombre que realmente es.

Henry Hathaway dirige con soltura, con una estética parecida a la que tendría John Sturges si estuviera presente. Hace que McQueen se eleve por encima de los demás, porque precisamente quiere que los demás eleven a McQueen. Ahí está un reparto secundario de auténtico lujo en el que destaca Karl Malden y se ve acompañado por Brian Keith (en uno de sus mejores trabajos), Arthur Kennedy, Raf Vallone, Pat Hingle, Martin Landau…la parte femenina la ponen Suzanne Pleshette y, en mucha menos medida, Janet Margolin.

Bien es verdad que, por otro lado, la película puede que cometa un error de cierto bulto al aceptar que se convierta en un melodrama de vaqueros cuando podría haberse inclinado hacia la aventura con sus inevitables toques de romance, pero se sigue al protagonista con sus motivaciones, sus instintos y sus defectos porque una de las características del protagonista que compone Steve McQueen es que no es un héroe de una sola pieza. Tiene muchas aristas que cubrir y esconder, tal vez para conseguir la simpatía de un público que, estoy seguro, ya la tiene.

Así que es hora de cargar el rifle con todas las balas disponibles. El sol abrasador confundirá las huellas de Nevada Smith, y Steve McQueen hollará la tierra seca para encontrar a los asesinos de sus padres. Mientras tanto, no lo duden, tendrá un buen maestro que le enseñará el manejo experto de las armas y, de alguna manera, se convierte en la figura paterna que Nevada Smith no ha podido encontrar. La rebeldía, al fin y al cabo, siempre está ahí, dispuesta a ser llevada.

3 comentarios:

CARPET_WALLY dijo...

Me gusta mucho esta película, que revisité hace poco en una plataforma. Y estoy de acuerdo en lo que comentas. esta película es para Mcqueen por que todo está hecho para que sobresalga, pero no es un producto típico para una estrella como han sido tantas películas, tantas veces (no es una más de Mision Imposible para que se luzca Tom Cruise, por ejemplo). Es decir. no es una película hecha para lucirse sino que es una película en la que el personaje (más complejo de lo que puede parecer) es el centro de la historia y Mcqueen que lo interpreta le va dando toques que lo perfilan y lo dibujan, alejándolo del monolito, del trazo grueso, del personaje de comic o novelita de Marcial Lafuente Estefania. Y el resto, como señalas, son unos secundarios impresionantes que juegan un papel más bajo porque lo importante está en ese Nevada Smith, al que vamos evolucionar durante toda la peripecia.

Curioso que Hathaway no obtuviera más reconocimiento, ni entonces, ni en la revisiones a los clásicos. Siempre competente tiene en su haber muchas películas que dada la calidad actual, tendrían meritos de sobra para ser candidatas al Oscar ; "Tres lanceros bengalíes", "El beso de la muerte" (a pesar de Mature), "A 23 pasos de Baker Street", "Alaska, tierra de oro" (me encanta está peli, "Los cuatro hijos de Katie Eldel", El poker de la muerte" o el oscar de Wayne, versionado por los Coen "Valor de ley".

Uno de esos típicos artesanos, que les llamaban entonces, que te soltaban una película de "aliño" que para si q

CARPET_WALLY dijo...


Epa...se me fue el dedo... termino :

Uno de esos típicos artesanos, que les llamaban entonces, que te soltaban una película de "aliño" que para si quisieran muchos "autores" de ahora.

Abrazos con el rifle entre los hombros.

César Bardés dijo...

Estoy muy de acuerdo con todo lo que apuntas. No es un western al uso, aunque la apariencia puede hacer creer que sí. Hathaway fue muy inteligente al rodear a McQueen de secundarios de mucha enjundia porque la película está centrada en la evolución del personaje principal. De ser un joven dolido y sin rumbo, pasa a ser un adulto centrado y vengativo, para acabar por darse cuenta de que la venganza no es el mejor camino. La interpretación de McQueen es muy buena y la dirección de Hathaway parece recordar al mejor Sturges de los sesenta. Sí es cierto que Hathaway tiene muchos títulos para que se recuerden más que sobradamente y, sin embargo, ha permanecido ahí, con esa vitola de artesano para todo aunque yo creo que se desenvolvía especialmente bien en el western. Y, además, siempre adaptándose con singular perspicacia, a los tiempos que corrían en cada momento.
Abrazos practicando.