viernes, 11 de abril de 2025

LA CONSPIRACIÓN DEL SILENCIO (2014), de Giulio Ricciarelli

 

Con este artículo, despedimos el blog ya hasta el martes día 22 de abril. No dejéis de ir al cine. Felices Pascuas.

La juventud es el escaparate perfecto para la osadía. Por eso, cuando un joven recién licenciado en Derecho entra en la Fiscalía General del Estado como ayudante, lleva en la cabeza un buen puñado de reglas que no se deben saltar y hacia las cuales no se puede hacer ninguna excepción. Si una persona infringe el código de circulación, la multa está fijada por la ley, no se pueden hacer apaños de pagar menos porque la acusada en cuestión sea bonita, tenga carácter y caiga bien. Aunque luego parte de la sanción la tenga que pagar el propio fiscal. Eso es lo de menos. Lo importante es que se cumpla la ley.

En la Alemania federal de los años cincuenta existen demasiadas personas que se han saltado la ley. Fueron nazis colaboradores del aparato del Estado que llevan vidas respetables. Ese fiscal de entusiasmo juvenil va a tratar de destapar a todos cuantos pueda de los que trabajaron por el horror en el campo de concentración de Auschwitz. Sí, eran ocho mil personas las que pasaron por allí siguiendo órdenes. Fueron las responsables del exterminio en masa del campo más brutal levantado por los nazis. Tendrá que leer miles de expedientes, escuchar cientos de testimonios escalofriantes, bucear en océanos de papeles perdidos en el marasmo burocrático teutón. Nada le arredra. Sólo la decepción le asola cuando se da cuenta de que nadie estuvo libre de culpa en aquellos años en los que la nación entera se condujo hacia la locura. Y cuando es nadie, quiere decir nadie.

Excelente película sobre los juicios promovidos por la siguiente generación alemana contra la de sus propios padres para establecer verdades como que no todos seguían órdenes, sino que muchos de ellos dieron rienda suelta a sus instintos más asesinos para sentirse superiores y poderosos. Esto parece una frase cualquiera, pero no lo es. Es una auténtica droga para cualquiera porque sentirse superior a los demás es toda una tentación cuando se tiene el poder de arrebatar vida y regalar muerte. Y muchos se adhirieron a la causa por todos los fines patrióticos que se quiera, pero, en cualquier caso, eran fines abyectos, que trataban de imponer conceptos sobre las personas a través del empleo de la fuerza más cruel que se pueda imaginar. Ese fiscal joven, atractivo, inteligente y algo ingenuo representa la esperanza de un futuro mejor en una Europa que necesita la unión para dejar atrás heridas supurantes y abismales de disputas y expansionismo. Todo ello bajo la mirada severa y exigente de un Fiscal General que no sonreirá nunca, pero que aprueba todo aquello que este joven abogado está haciendo. Es necesario para poder mirar hacia delante. Es preceptivo para que, de algún modo, se note que Alemania se ha preocupado de mirarse en lo más repugnante que lleva dentro, aunque algunos defectos básicos de carácter queden temerosamente de forma indeleble.

Y lo peor no es la culpabilidad de los que intervinieron en todo aquello sino el silencio de los que los conocieron y ni siquiera se atrevieron a exhalar un reproche. La muerte también llega cuando nadie habla. Y eso es algo que todos deberíamos saber.

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