El tiempo arrincona nuestras vidas de tal manera que puede que, cuando las arrugas sean la firma de nuestra edad, vivamos ya fuera del mundo, fuera de una realidad que ya no exhibe horizontes redondeados sino sueños sepultados en acero y cemento. Es entonces cuando podemos pensar que la ilusión también viaja en globo, que todo lo que un día imaginamos hacer es en realidad la aventura que vivimos cada uno de los días en los que somos alguien porque estamos al lado mismo del amor.
En suma, quién no ha soñado alguna vez con mudarse al paraíso y dormirse bajo el suave arrullo de una catarata que deja su agua muchos metros más abajo. Quién de entre nosotros no ha querido sentirse útil una última vez haciendo un gesto de desprecio por ese estilo de vida que nos rodea y que se esfuerza con fauces de fiera en engullirnos, en traspasarnos, en humillarnos, en ningunearnos. Quién no ha pensado que no hemos hecho todo lo que habíamos soñado y que, por eso, decepcionamos a quien compartía esos mismos sueños. La imaginación es la estación previa de llegada al cielo y elevarse y dejar pasar la sombra por donde nunca brilla el sol es una victoria que se puede gritar al destino que, al fin y al cabo, también se cae de viejo.
Así que los chicos de la Pixar nos colocan al vivo retrato de Spencer Tracy como homenaje a nuestros mayores y al cine que se hizo cuando eran jóvenes y lo suben hasta tocar el cielo con una historia que es cuento pero que es moral, que es fábula pero que es todo un viaje al otro lado del espejo. Los perros hablan, los héroes son puras estatuas de barro, la especie más rara de ave avanza zancuda hacia el centro mismo de un cariño que creíamos que ya no existía. El resultado es un rato divertido para niños que tengan algo más de cinco años y una emocionante historia para los adultos, que no podemos salir del cine sin pensar que el vello de la barba blanca se abre paso desde las entrañas del tiempo y que, quizá, ya no queda mucho para hacer todo aquello que soñamos cuando teníamos veinte años.
Y luego, un rato después, cuando las risas de los niños que han disfrutado de la fantasía se han apagado, resulta que esa emoción que ha levantado la película perdura. Tal vez porque comencemos a ser viejos y sepamos que la edad avanzada tiene su honor y su afán, que la muerte lo clausura todo pero que algo queda antes del fin, que aún se puede llevar a cabo alguna empresa noble, que los profundos lamentos rondan con sus voces y que nunca es demasiado tarde para ir en busca de un mundo nuevo a pesar de que ya no somos la fuerza que en días pasados movía tierra y cielo. La voluntad es lo único de todos nosotros que no debería de ceder nunca.
Así, pues, siento cómo los dedos me tiemblan sobre el desafiante teclado, movidos por un sentimiento que me ha hecho saber que la rendición sólo existe cuando el corazón es abandonado en una esquina de una calle cualquiera. Aún poseo la mirada secuestrada, buscando en los dobleces de esas imágenes repletas de magia y fascinación que he visto y que me han contado cómo la vida te pasa de niño a anciano sin estaciones intermedias. Todavía estoy con el agua bordeando mis párpados intentando contener sensaciones que salen de estampida buscando gritar el enorme egoísmo que es el verdadero motor de tantas y tantas estúpidas ambiciones. Una casa. Unos globos. Un anciano. Un niño. Un perro. Un viaje. Solamente con estas ideas, Pete Docter, John Lasseter, Andrew Stanton y Brad Bird, los genios de la factoría Píxar, me han hecho ascender tan alto que he tocado el cielo, he visto el cine y he bajado para jugar un poco, tomarme un helado y contarlo a los que me quieran leer.
4 comentarios:
Una gozada volver a disfrutar de tus post, Wins. Se han hecho largas las vacaciones en ese aspecto.
Fíjate que, al contrario que lo que ocurre con el cine no animado, las pelis de dibus han ido mejorando a lo largo del tiempo encontrando ahora obras maestras frente a alguna gran película clásica.
No cabe duda, que "Fantasía" es maravillosa, de que "Blancanieves" supuso casi una revolución, de que hay pequeñas joyas omo "La bella durmiente" o "Peter Pan" o "Los aristogatos", de que la muerte de la madre de Bambi se ha convertido en un mito moderno, de que Cruella de Ville es un personaje legendario del cine de todos los tiempos.
Y sin embargo, ahora en estos tiempos donde el cine convencional no resiste la comparación con el cine clásico ni con el de los cercanos 80, el cine de animación nos entrega casi cada año alguna obra maestra y varias películas de gran altura.
Podríamos empezar por el resurgir del genero que supuso "La bella y la bestia" y su nominación al Oscar del 91, compitiendo con “El silencio de los corderos” o “El principe de las mareas” y dejando fuera a, por ejemplo “Thelma y Louise” ( personalmente la que creo que sobraba era “Bugsy” ).
Pero no quedó la cosa ahí, vinieron luego maravillas como “El rey león” o “Buscando a Nemo”, la tecnología digital y el fin de la animación clásica que supuso la imprescindible “Toy Story”, esa supuesta obra menor, pero para mi espectacular “Monstruos, S.A.” y la competencia : “Shrek”, “La edad de hielo”. Y las últimas entregas : “Wall-E” (confieso sin embargo que aprecio las cualidades de esta película pero no me llegó al alma) y esta que comentas “Up”, película que parafraseando a nuestro entrañable ogro verde: la tengo en tareas pendientes. Entremedias mucho buen cine de animación aunque la película no se haya encumbrado: “La sirenita o “Aladdin” siguen la estela de los clásicos, “Fievel” o “En busca del valle encantado” tienen un encanto especial, “Bichos” es una gozosa revisión de “Los 7 magníficos”, “Dinosaurio” está repleta de acción y aventura. Y todo eso hablando de las que me acuden a la memoria.
Hay muy buen cine en la animación, desgraciadamente a veces mucho más que en el cine no animado.
Saludos. Carpet
No hace mucho tiempo, un viejo amigo mío, experto en cine, me dijo que "el último reducto del cine de calidad es el cine de dibujos animados por ordenador. Nos han quitado el encanto del dibujo hecho a mano pero, en cambio, nos han regalado argumentos increíbles, con una infinidad de valores positivos que el cine actual es incapaz de transmitir".
Creo que estoy de acuerdo con esa frase y también creo que la gente de Píxar (no es inteligente el tal John Lasseter, ya ves) nos está regalando, como mínimo, una estupenda película al año. Sé que "Wall-E" no te llegó al alma, pero claro yo lo considero el "2001" para niños...y "2001" tampoco te llegó al alma. En cualquier caso, el nivel de esta gente me deja boquiabierto. No creo que ninguna de sus obras sea menor (Lasseter es tan inteligente que las ideas que se le ocurren y que no están tan curradas pasan a ser producidas por Disney como "Descubriendo a los Robinson" o "Bolt") y para mí es una auténtica gozada acudir con mi hijo a ver estas películas que él me pide invariablemente después de la proyección con sólo tres palabras: "Ésta la quiero". De hecho, toda la producción Píxar está en casa. Un último consejo. Si hay lugar para ver las películas sin la compañía de los niños, puedo asegurar que no se han visto bien si no ha sido en Versión Original. Es una vieja costumbre y es increíble la versatilidad de las voces que se ponen a los dibujos (y vaya por delante mi homenaje a Paul Newman por ser el asesor técnico y la voz del inolvidable Hudson Hornet de "Cars").
Buena transversalidad de carácter claramente actual.
Ya vi "Up", quizá debería decir ya sentí "Up", porque es una pelícua que se te mete dentro. No eres tu el espectador inmovil que se ve arrastrado a la aventura que se nos cuenta, "Up" te llena de sentimientos sin que sepas bien, como o porqué, aunque no tengas un personaje especifico con el que identificarte.
Creo que toda la película es maravillosa, pero los 5 primeros minutos son espectacularmente prodigiosos. Nunca una historia de amor estuvo mejor contada, nunca vi tanta sensibilidad, buen gusto y ternura para contar una maravillosa historia en tan poco tiempo. Disfrutas, gozas, ries y te apenas con la sucesión de escenas sin apenas tener tiempo de sentarte en la butaca.
A partir de ahi, ya estás enganchado, el sentimiento y la emoción ya se te han colado en los entresijos y quieres volar a un mundo perdido de Sudamerica, colocar tu casa junto a unas cataratas, conseguir la última chapa de explorador y contar coches azules sentado en un bordillo.
Aun ando impresionado, lo de Lasseter es algo fuera de serie.
Por no comentar el corto, otro prodigio imaginativo y de una belleza, comicidad y ternura fuera de lo normal.
Si, definitivamente en el cine de animación tenemos lo mejor de los últimos tiempos.
Y que siga. Carpet.
Ese principio de la película (que remite directamente a la concisión narrativa de Clint Eastwood) hace que te quedes boquiabierto e impresionado, porque esta gente es capaz de contar en unos pocos minutos algo que a otros directores les ha llevado filmografías completas. Una historia de amor con su principio, su nudo y su final. Y la película, de carácter prodigiosamente optimista, nos viene a decir que no hay un final hasta que te rindes, hasta que tu decides que hay un final. El destino no puede vencer. Vence la persona. Es una película maravillosa y, de seguro, una de las mejores del año.
Me alegro de que la hayas sentido. Así es como hay que ver "Up".
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