Con motivo de la asistencia a un acto cultural fuera de Madrid que me obliga a pasar el miércoles y el jueves allí, no se publicará artículo el jueves. El viernes, por supuesto, se colgará el último artículo de la temporada y nos despediremos debidamente. Gracias por vuestra paciencia. Un abrazo.
Todos los super-héroes tienen grandes problemas existenciales. Tal vez, en su infancia, fueron abandonados en casa de unos parientes. Puede que sean tímidos hasta la exasperación. O, quizás, su genialidad mental se vea eclipsada por el hecho, casi siempre fortuito, de haberse convertido en una máquina de justicia y agilidad. El caso es que al final de la tela de araña, siempre hay muchas explicaciones calladas, muchas frustraciones escondidas y alguna que otra infelicidad latente.
Y es que ahora la moda se nos viene encima con una revisión de los super-héroes para volver a contar la misma historia con las modificaciones pertinentes. Las arañas no se descuelgan por las paredes de los museos, los personajes desaparecen para realizar mejor una síntesis del personaje que interesa y hay una sorprendente soltura en darse a conocer como el super-héroe enmascarado, más que nada porque Andrew Garfield, aquel compañero que Jesse Eisenberg tenía en la discutida La red social, tiene que acumular algunos minutos de lucimiento a cara descubierta.
Por otro lado, la oscuridad parece mucho más envolvente en este Nueva York que parece vivir en el continuo peligro por las noches, el instituto científico donde estudia Peter Parker es el centro de la vida adolescente con algunos estudiantes con menos cerebro que una hormiga y, claro, todo el mundo sabe que las hormigas son presa fácil para las arañas.
Resulta conmovedor ver a Martín Sheen como el tío Ben y a Sally Field como la tía May y sorprendente comprobar que Campbell Scott da vida disipada al padre del justiciero enmascarado y Embeth Davidtz (aquella criada maltratada por Ralph Fiennes en La lista de Schindler) a su dilecta madre, pero la película no termina de tener un ritmo adecuado, se pierde por rincones de moral y conveniencia, desperdicia a un Rhys Ifans que es mucho más interesante como científico que como lagarto y fascina con el diseño del guardarropa del espectacular hombre-araña diseñado por el Cirque du Soleil. Como si las acrobacias se hicieran de verdad y no por obra y gracia de su majestad el píxel.
Eso sí, hay planos subjetivos que nos colocan en el extremo de la tela de araña mientras se van lanzando lianas en la jungla de asfalto, o un espectacular y algo típico rescate en el puente de Brooklyn. Hay aventura, aunque no tanta. Hay introspección y un estilo interpretativo por parte de Garfield que recuerda lejanamente al gesto inesperado que un actor como Al Pacino ha sabido convertir en algo propio. No hay el humor que se espera en ese Peter Parker que es pura socarronería bajo la máscara y las debilidades de la araña se hacen evidentes al desvirtuar levemente a un personaje que resulta muy bien definido bajo la pluma de Stan Lee (por cierto, genial su aparición especial como el encargado de la biblioteca) y Steve Dytko.
Luces y sombras en el sentido arácnido de este retrato del buen chico que se ve forzado a tomar altas decisiones. Revisión que gana sustituyendo a Tobey Maguire por Garfield y que pretende, también, ser más realista en las escenas de acción. Error al no incidir en algunos de los aspectos clave de la personalidad del protagonista y que, con toda seguridad, se reservan para futuras secuelas. Muy aceptable la banda sonora de James Horner y algo desaprovechada la aparición de otros actores. De lo que no cabe duda es que, cada vez que volvemos a echar a una mirada a nuestros héroes de cómic, se alejan más de todo aquello que habíamos soñado. Es como la picadura de una araña que, cuando arremete contra la piel, debilita la imaginación. Y es un peligro que no sé si en esta ocasión se podrá evitar.
3 comentarios:
Aun no la he visto, aunque dada mi aficción por la Marvel no tardará en caer. Ya te dije que no me atraia demasiado esta versión, no tanto por lo que tuviera de fin de la era Raimi (creo que no ha estado mal en sus adaptaciones al cine, dsalvo la tercera) sino por el comic en si mismo, será que uno se hace mayor pero el nuevo Parker y sus interés por las aventuras universitarias no me enganchaban demasiado.
Sin embargo hay algo en esta versión que es mucho más cercano al Spiderman original y que estaba muy desvirtuado en la saga anterior. La novia de Parker era Gwen Stacy y no Mary Jane Watson, de hecho la boda con Mary Jane se produce en una de las nuevas versiones del superheroe, hecho que nunca ocurre en la serie original.
La historia del hombre araña supuso un revulsivo en el comic de superheroes, el chico, el jovencito, el adolescente nunca había sido protagonista si aparecía era como ayudante del heroe principal. Y de repente a Stan lee se le ocurre hacerle protagonista de una serie para él solo, pero además no se queda ahí, decide que como jovenzuelo debe encontrase con conflictos similares a los de cualquier muchacho de su edad e ir comprendiendo paso a paso y de sus propios errores como conducirse en una vida que, en su caso, esta dividida en dos sectores bien diferenciados. Mientras pasea como un chico normal, es casi un inadaptado, sujeto a las bromas gamberras de la estrella de futbol universitaria, con un gran talento para la ciencia pero timido y sin un duro con el que invitar a su chica a cenar. Sin embargo, con su traje y su mascara, es un tipo intrépido, valiente (a veces temerario) y capaz de soltar ironias y gracias durante las luchas con el supervillano de turno. Los jovenes que leíamos sus historias anhelabamos los superpoderes (como con cualquier otro superheroe) del trepamuros pero además nos reconocíamos en Parker.
Volviendo al cine, no me gusta demasiado Garfield, hace poco vi por fin "Leones por corderos" y me chirriaba mucho su personaje (de hecho la hsitorieta de redford con él me pareció la menos interesante). Pero lo que no cabe duda es que Andrew será siempre mejor que Maguire, no entiendo como Raimi siempre dijo que era el Paker perfecto.
Por otro lado, el Lagarto siempre me pareció un gran archienemigo, no sé muy bien que tratamiento le darán aquí, porque en los primeros comics era poco menos que una bestia tipo Hulk destructora y sin cerebro, pero bastante números más tarde se convertía además en un enemigo inteligentisimo capaz incluso de hablar.
Yo también me voy de vacaciones este fin de semana, que lo pases muy bien, que descanses y disfrutes...¿nos vemos en Agosto o ya en Septiembre?
Abrazos desde lo alto del Empire State.
Pues yo soy muy poco de comics y de Marvel, lo que no quiere decir que de vez en cuando caiga alguno. Este no sé si caerá al final. A mí Gardfield sí que me gusta, tanto en "Leones por corderos" como en "La red social" me pareció interesante. Su historia con Redford en la primera no me parece floja para nada, aunque desde luego resulta más contundente la que protagonizan Meryl y Cruise.
La saga de Raimi me parece entretenida, aunque la tercera sí que se ve algo forzada, lo que tantas veces pasa de estirar el chiclé y ordeñar la vaca.
Repito que no sé si la veré, quizá si el peque insiste mucho. En donde no pienso tropezar por segunda vez desde luego es en el Batman de Nolan.
Abrazos enmascarados
Pues ya he regresado. Al ladito del director Juan Carlos Pérez de la Fuente me he sentado en el Teatro Romano de Mérida para asistir a la maravillosa "Anfitrión" de Plauto. Una jartá de reír. Eso sí, el vestuario se lo podrían haber ahorrado con mucho cuidado.
Bueno, a lo que vamos. A mí no me parece nada forzado el Garfield en "Leones por corderos". Es más, esa historia, en concreto, me parece que es la que explica todo lo demás. La búsqueda del león...bueno, pues eso. Como el artículo está en "El ojo privado" y toda la explicación que me inspiró la película está ahí, os remito a ella. Fue un artículo largamente aplaudido en diferentes sitios. Incluso por uno de los presentadores.
En cuanto a las vacaciones, me voy el martes, pero ya cierro el kiosco hasta septiembre porque, aunque diferentes obligaciones me reclaman allá por el día 24 de agosto, quiero tener unos días para poner en orden todo antes de empezar a daros el rollo otra vez con esto del cine.
Creo que Raimi, en suma, iba más encaminado en lo que era el espíritu del personaje que en esta ocasión. Aquí todo resulta bastante descafeinado y con unos problemas metafísicos más propios de un personaje que ya lleva muchas más entregas anteriormente. La reinvención suele ser peligrosa sobre todo para los que estamos muy acostumbrados a la historia original en los cómic.
Lo del Batman de Nolan, lo siento. Tengo que dejar artículo hecho para esa semana a pesar de estar fuera, en el extranjero, y recomiendo que veáis la muy divertida "El irlandés", con Brendan Gleeson. No es que sea la maravilla de las maravillas pero yo me lo pasé muy bien.
Abrazos oliendo a "choucrut"
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