jueves, 3 de diciembre de 2009

EL BAILE DE LA VICTORIA (2009), de Fernando Trueba

Todo el mundo sabe que para que se puedan trazar en el aire los movimientos de una victoria hay que dar muchos pasos pequeños hundidos en la derrota. Y quizá desde cumbres de desolación, desde las nieves heladas del fracaso, puede haber un pequeño resquicio de esperanza, de ilusión, de la nada acariciada de un sueño que parece realizarse pero que sólo es un presentimiento de felicidad, un gran vacío con algo bonito dentro.
Y Fernando Trueba intenta por todos los medios que sintamos la emoción en la piel, nos intenta erizar los sentimientos para que nosotros también tomemos parte de la reconstrucción de una imaginación que hace ya tiempo se hizo añicos. El problema es que, durante un rato, Trueba juega con historias paralelas de las que sólo te interesa realmente una, la que lleva Ricardo Darín sobre esas espaldas de enorme actor que hace que, con una mirada, sientas el trance de ruina de un ser humano que lo perdió todo por una ambición teñida de vanidad. La otra no deja de ser un simple cuento de hadas con un Abel Ayala empalagoso, pegajoso, tiñoso, mohoso y pesadamente animoso. Cuando se cruzan ambos personajes, la película decae porque, igual que un caballo que nunca nació para correr, no sabe hacia dónde ir. Hay zonas de cine negro que no acaban de ser oscuras. Existen rincones de melodrama que no terminan de apretar los pernos. Brillan intentos de un sobrante realismo mágico que no pasan de ser fuegos de artificio sin luz ni sonido. Y al final, Trueba cae en el peor pecado en el que puede caer un cineasta y es el tedio a través de una película desequilibrada que podría haber sido una bonita adaptación de unos sueños que parecen apuñalados por el empuje de una vida empeñada en huir.
Quizá el silencio hubiera sido la llave para abrir la puerta de lo que Trueba busca con denuedo, que no es otra cosa que sobrecoger con una persecución que tiene todas las papeletas para acabar en cuarto lugar y eso le lleva a cometer incongruencias que tendrán mucho sentido dentro del relato visto desde dentro y, tal vez, para aquel avezado que haya leído la novela de Antonio Skármeta (autor de Ardiente paciencia, fuente y caudal de El cartero (y Pablo Neruda), de Michael Radford) pero que no pasan de ser saltos argumentales de nula seriedad narrativa porque el director español se esfuerza en tocar todos los palos y resulta no ser experto en ninguno, al contrario de lo que pasa en las que, hasta hoy, son sus mejores películas, como El sueño del mono loco y La niña de tus ojos.
Y uno de los grandes problemas con los que se tiene que enfrentar Trueba es que tiene al público de su parte. Ellos quieren emocionarse. Quieren afrontar lágrimas y reír de hermosura, Desean con fervor que la historia les agarre por la cintura y no les suelte más allá de los Andes pero algo anda mal en la narración, no hay pasión en la mirada de Trueba aunque tal vez sí unas cuantas huellas de alma que se diluyen con la llegada de las olas de unas reacciones poco pensadas por parte de los protagonistas, de una incoherencia que llega a ser irritante y de unas estúpidas cabalgadas por el centro de Santiago que se convierten en un recurso narrativo repetitivo y cargante. Sencillamente porque la película no es un caballo ganador.
Así pues puede que nos dejemos llevar un poco por la belleza de algunos planos, por la delicadeza de la expresión de un cuerpo que quiere decirlo todo a través de la danza, por el retrato de unos perdedores que, aún venciendo, seguirán siendo los mejores candidatos al fracaso pero hay pocas sensaciones que contar, adormecidas en el fondo de las historias que no se trabajan, cuando la ambición de provocarlas era más que una evidencia. Es lo que tienen las apuestas arriesgadas. Que no siempre se baila para vencer.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Voy a ver hoy esta peli, si no pasa nada. No sé por qué imaginaba que no te acabaría de gustar. He leído algo sobre ella. No pensaba leerte hasta mañana para que no me quitaras la ilusión que tenía puesta en ella pero, no he podido resistirlo y te he leído. Así que, ya veremos. Intentaré verla con la misma ilusión que tenía el principio cuando empecé a oir hablar de ella. Al menos sé que Darín no me decepcionará. Qué bien lo hace este hombre, cuánto me gusta esa mirada medio inocente que no se entera de nada, medio romántico empedernido. Por gustarme me gusta hasta cómo fuma. Nadie se lleva el cigarro a la boca como él, nadie lo coge entre sus dedazos como lo coge él.

A ver qué me dice mi apuesta. A veces sí se baila para vencer, pocas, pero se vence.

Gema

César Bardés dijo...

Lo que está claro es que lo mejor de la película, con mucho, es Ricardo Darín. En esta ocasión consigue que sintamos hasta ese olor a cansado que emanan de algunas personas. Ese olor como de ropa que lleva mucho tiempo sin ser usada y hace uso de un mirar que es pura derrota. Hasta cuando sonríe, parece que duele. Con mucho, pero con mucho, es lo mejor de la película. Es cierto que actualmente nadie fuma como él. Tiene una forma especial de ponerse el cigarrillo entre los labios. El resto carece de magia y la pena, tremenda en mi opinión, es que es una historia que la pedía a gritos y que podría haberla tenido. Ya me dirás.

Anónimo dijo...

Pues si, como veo, tanto te gusta Darín no te pierdas El secreto de sus ojos si es que no la has visto ya. Ahí sí que hay magia a raudales. Entre los protagonistas, en el actor secundario, en la historia. Hacía mucho tiempo que no veía una película que me gustara tanto, que me llegara tan hondo. Me encantaría que escribieras algún día sobre ella.
Tiene diálogos de esos que te gustaría enmarcar.

Gema

Anónimo dijo...

Tengo que decir, que a tu pesar, Carlos "el bollero" Boyero coincide plenamente contigo, Wolf.
Me apena pensar que Trueba no ha conseguido hacer una buena peli, tras sus apuestas músicales y 8 años después de "El embrujo..".
Trueba es para mi como un tio de la familia, como el amigo con talento, como el sabio del pueblo.
Me cae bien y ha hecho cosas tan buenas...Dicen las malas lenguas que es uno de los canceres del cine español, un buscasubvenciones, un colocaamigos, un pegapuñaladas...no lo se...aunque subvenciones pocas, no ha hecho mucho cine y tampoco ha producido demasiado, y el que hizo era bastante personal que no era cosa de poner la gorra y echarse a dormir...A mi me parece uno de los más talentosos y tanto "La niña de tus ojos" como "Belle epoque" (esta última pese a sus pequeños reparos) me parecen de lo mejor de nuestro cine, "Two much" me parece mucho mejor de lo que se valoró, "El año de las luces" me parece una buena película a secas, y "Opera prima" era una forma distinta de contar, ha envejecido regular, pero se ve que tiene dentro gente joven con mucho que hacer y decir. "El sueño del mono loco" me pareció visualemnete impresionante, poco acostumbrado a lo que se nos ofrecia aquí por entonces, pero...creo que necesito revisarla, se remueve en la memoria sin concretar más que imagenes oscuros y unos ojos que hipnotizan...

Abrazos, Carpet.

César Bardés dijo...

No te preocupes, Gema. Caerá un comentario sobre "El secreto de sus ojos". Ya la he visto pero también se me desparrama un poco por los bordes. Campanella es un firme candidato al Oscar y no tiene Trueba nada que hacer.
Carpet, qué diablos..¿no leemos a otros críticos más que a Boyero? No podéis comparar con Oti Rodríguez Marchante o con Carlos Heredero o con Antonio Santamarina o con François Truffaut? No, con Boyero.
En fin, a mi Trueba nunca me ha caído mal. Y sobre todo no me ha caído mal cuando ha ido decididamente en busca de algo concreto. En esta película la inconcreción le pierde. Hay una escena, por ejemplo, que es puro sainete español y no pega y no con cola andina. En cuanto a su filmografía yo lo únioc que le tengo que reprochar es que haya dejado de hacer cine y se haya dedicado a poner en imágenes la música que a EL le gusta (y con este él hay una cierta mirada hacia un cierto tipo de cultura oficialista) o que aceptase algo tan poco acorde con lo que él era capaz de hacer como "El embrujo de Shanghai" con tal de ganar dinero (recordemos que Víctor Erice era el autor original del proyecto y fue apartado por Andrés Vicente Gómez porque no estaba haciendo una película meramente comercial con lo que corrió apresuradamente a contratar a Trueba). Y sigo diciendo que "La niña de tus ojos" es lo mejor que ha rodado junto a "El sueño del mono loco", oscura, fascinante y una parábola sobre la realidad realmente inquietante.

dexter dijo...

Pues yo también pensaba ir a ver esta película ayer pero arrastro un catarrazo de mil pares así que lo dejaré para mejor ocasión. Por partes, me alegro de que hayas visto por fin, Wins, El secreto de sus ojos, ya la comentaremos cuando toque, yo creo que sin ser una película redonda confirma a Campanella como uno de los tipos más interesantes del cine actual. Y Darin es impresionante, por supuesto que nadie se lleva el cigarro a la boca como él- en el cine actual casi nadie fuma ya- pero también es capaz de hacer cosas que ya nadie hace con la mirada. Hace poco vi la pelicula de Tosar a quien todo el mundo da como seguro ganador del Goya de este año. No creo mucho en los premios, pero yo este año se lo daría bien a gusto a Ricardito.
Y con respecto a Trueba, pues a mí también es un tipo que me ha caído siempre bien, el tío del pueblo que dice Carpet, aunque estoy empezando a creer que ahí el bueno de la familia es David. Admiro no sólo sus películas sino su cinefilia, su manera vehemente y apasionada de defender sus películas, incluso las menos defendibles como ésta. Su diccionario de cine con sus matices y sus opiniones cuestionables o no lo considero imprescindible. Y diréis lo que queráis pero ver Calle 54 en un cine- la gente levántandose de los asientos para mover las caderas y dejarse llevar por el ritmo- fue toda una experiencia.

César Bardés dijo...

Ricardito no tendrá el Goya porque no es español, y si no al tiempo. Es mucho mejor dárselo a Tosar (que no dudo de que esté impresionante en el oportunismo habitual de Monzón) pero que es otro tipo que se inclina peligrosamente hacia la cultura oficialista y a decir lo que queda muy políticamente correcto en el contexto en el que se mueve. Pero esto es una opinión puramente personal que no tiene nada que ver con el cine. Es un buen actor y a mí eso me vale.
En cuanto a "Calle 54", de Trueba, no dudo de que la gente se pusiera a bailar como descosidos. A mí me pasó en el Cine Bulevar de Madrid, ya desaparecido, con "Música y lágrimas", aquel biopic de Glenn Miller hecho por Anthony Mann e interpretado por James Stewart. También pasó lo mismo en los cines Alphaville (actualmente Golem) con "Buena Vista social club", que más o menos es lo mismo que "Calle 54" pero dirigida por Wim Wenders. Y no te digo la locura que levantó en su día (no presenciada por mí, sino por mi hermano que tiene cinco años más que yo) cuando Martin Scorsese estrenó "El último vals", con gente bailando y gritando como locos en los pasillos del cine. Fui con la ilusión de que pasara lo mismo con "The Rocky Horror Picture Show" en los cines Renoir, que aún existen, pero no, nadie salió a bailar y la gente no salió teletransportada.
En cuanto a lo que defiende Trueba, bueno, es discutible como todo. Desde decir, porque le perjudica claro, que "Misión imposible", primera parte, es la película más estúpida que ha visto en su vida hasta afirmar, sin ningún rubor, que se lo pasó en grande reviendo "55 días en Pekín". Opiniones hay para todos los gustos, etc, etc.

Anónimo dijo...

Me ha gustado, pero he de decir que estoy de acuerdo contigo en la mayoría de cosas que comentas en tu crítica. Para empezar, se me queda corto el personaje de Darín. Me hubiera gustado que se hubiera centrado más en su historia y quizá un poquito menos en la de Angel. La primera mitad de la película me parece más floja que la segunda. Como tú dices, tiene algunas imágenes bellísimas y sí consique emocionarme en alguna escena. Pero me ha gustado.
Llevo, desde que la he visto, intentando recordar el nombre de la pieza que tocan los músicos de la calle. Es preciosa.

Gema

César Bardés dijo...

Es que la historia de Darín es mucho, pero mucho más atractiva que la de Abel Ayala y la película tiene un poco más de interés cuando el personaje de Darín deja su pasividad y comienza a intervenir. Lo que pasa es que el cruce con la historia de Ayala es horrible. ¿A qué viene esa escena estúpida de la prueba de ballet? ¿Para qué hacen lo del teatro? ¿Para darse un gustazo o para curar a la chica? De repente, el atraco, sí cuando antes era que no. El puto caballo parriba y pabajo para decir de alguna manera que Ayala es el príncipe azul. No, no. Tenía los mimbres y no los ha sabido unir. Podríamos haber salido bañados en lágrimas de emoción y sales diciendo "Psé, vale." Y es candidata al olvido más que al Oscar. Está muy claro.
En cualquier caso, me alegro de que, al menos te haya entretenido.
La música que los cuerdistas callejeros tocan en la plaza es "Plaisir d´amour"

Anónimo dijo...

Sí,sí.. estoy de acuerdo contigo. Además, he dicho que me ha gustado. El "mucho" no me atrevo a ponerlo. Yo no entiendo de dirección y demás tecnicismos pero le falta algo, hilar cosas, rematar otras. A veces me quedaba con esa sensación. Me empezaba a emocionar con alguna escena o diálogo y ahí me quedaba. Además, el actor este, Ayala?, no me gusta demasiado. A veces sí, a veces no. NO sé, no podía dejar de compararla con El secreto de sus ojos, por aquello de coincidir en actor principal y en esta manera tan particular de decir las cosas estos actores argentinos, chilenos.. En cuanto a lo de los premios Goya también coincido contigo en que Tosar es firme candidato. El otro día discutía con alguien sobre este actor. No digo que no sea buen actor, lo es, pero siempre lo veo interpretando el mismo tipo de papeles. Se me ha atragantado un poco. Hay Tosar hasta en la sopa. En todas partes lees cosas sobre él. A mí las "botifarras", que decimos en mi tierra, me cansan.
Gracias por el título de la canción. Me encanta y sé que la he escuchado en alguna otra peli, pero no encuentro en cuál.

Gema

César Bardés dijo...

Es eso exactamente. A la hora de ser emocionante se queda absolutamente a medias, con el partido que podría haber sacado da auténtica pena. Estamos básicamente de acuerdo.
En cuanto a la canción, pues supongo que la recordarás como "Can´t help falling in love", cantada por Elvis Presley y que salía en "Amor en Hawai", interpretada por él mismo y, si la memoria no me falla que es posible que sí, por Angela Lansbury. Es la misma canción. De todas formas, ha salido en incontables películas. Desde luego, la más famosa, es ésa.
Creo, sinceramente, que Campanella consigue mucho más con "El secreto de sus ojos" que Trueba con ésta. No hay comparación posible. Qué argumento más bien llevado y más bien encajado. Tres historias que sí te llevan a la emoción. Eso es dirigir bien. Lo de Trueba, en esta ocasión, no lo es.

Anónimo dijo...

Conozco la canción que comentas porque me encanta Elvis, pero yo creo que no es la misma. Tiene notas muy parecidas pero juraría que no es la misma. En algunos fragmentos sí me la recuerda..pero no. Bueno.. ya me ha salido trabajo. Investigaré hasta que mi paciencia o, mejor dicho, mi falta de ella me lo permita.
No, no se puede comparar esta peli con El secreto de sus ojos. Hice mal.
"Se ha muerto un Santo el día de hoy?.Porque veo un Angel vestido de luto"..
Dios, qué bonito.

Gema

César Bardés dijo...

Es la misma. De todas formas, compruébalo porque puedo estar equivocado.
Lo demás es poesía.