viernes, 18 de diciembre de 2009

MORITURI (1965), de Bernhard Wicki


Esta es una de esas películas que fueron en su momento machacadas tanto por la crítica como por el público. Su director, Bernhard Wicki, empujado hacia la cima por el clamoroso éxito internacional de su película alemana El puente (una auténtica obra maestra), intentó introducirse en el mercado norteamericano con esta historia de saboteadores y ética que fue un fracaso que golpeó su carrera y hundió aún más la terrible saga de películas que Marlon Brando protagonizó en la década de los sesenta salvo alguna honrosa excepción.
Sin embargo, hay varios dilemas que la historia plantea que son de largo interés y que hacen que la película sea una joya dorada escondida en el blanco y negro del instante. Los ingleses chantajean a un refugiado alemán en la India para que, camuflado como comisario político de las SS, se apodere del cargamento de caucho de un carguero que está al mando de un excelente capitán pero que, por otra parte, está en entredicho porque en su último flete se emborrachó debido a la tensión y el barco a su mando fue torpedeado y hundido.
Así, Wicki desarrolla todo el comportamiento de unos personajes dominados por su obligación. El saboteador no tiene ningún escrúpulo moral, no se plantea ningún dilema ético con tal de alcanzar su objetivo e incluso le da exactamente igual quién puede ganar la guerra. El capitán, leal a su patria, precisamente cae en la bebida de nuevo por culpa de la traición a sus principios de nobleza moral. El segundo de a bordo, nazi convencido, ejecutará sin piedad al cordero listo para el sacrificio. Algunos de los marineros guardan dentro de sí una ideología absolutamente contraria al régimen y mirarán con simpatía al saboteador cuando se descubra su juego de búsqueda de unos explosivos que pueden dinamitar toda la misión. Los prisioneros aliados son verdadera escoria incapaz de luchar ni por su país, ni por su moral, ni por nada que pueda estar por encima de la cintura. Los que tienen la razón puede que sean las guaridas de una nobleza arrasada y la película tiene la capacidad de dejarnos heridos justo por debajo de la línea de flotación, como un barco moribundo que pide a gritos un hundimiento honorable.
Quizá Wicki, en su momento, dijera cosas que nadie quisiera oír como que una causa justa no es sinónimo de poseer la razón y la moral. Quizá también dijera que en una guerra sólo hay perdedores y que sólo de ellos depende la convicción de ser libres aunque vaya la vida en ellas. Y es que no siempre la vida es el bien más preciado. Morituri, de Bernhard Wicki, con Marlon Brando en el papel del saboteador sin ideales y Yul Brynner como el capitán torpedeado en su ética de caballero. Un combate de razones contrapuestas en el campo de batalla de la cubierta de un carguero. Los que van a morir…

5 comentarios:

Anónimo dijo...

No he visto esta peli, así que no puedo comentarla. Pero, me acabo de enterar que ha muerto Jennifer Jones y he querido comentarlo aquí, en tu casa. Sé que podía haberlo hecho en cualquier otro sitio pero, algo me ha traído hasta aquí. Imagino que el recuerdo de aquella maravillosa entrada que pusiste sobre La colina del adiós. Protagonizó muchas películas pero para mí siempre será aquella doctora medio asiática que subía a su colina a encontrarse con su periodista americano. Aquella mujer que creía en los presagios de una mariposa. Todo esto mientras sonaba una música que nos decía que el amor es algo maravilloso.

Mi recuerdo para ella.

César, perdona esta intromisión en una entrada que nada tiene que ver con esta noticia.

Un beso

César Bardés dijo...

No te preocupes, Gema. Muy bien apuntado el comentario y vaya desde aquí el homenaje a una actriz de viejos tiempos. Nunca fue un santo de mi agrado Jennifer Jones pero tengo que reconocer que hay tres películas de ella que me encantan y que no serían lo mismo sin su presencia. Una es "Desde que te fuiste", de John Cromwell. Otra es la maravillosa y perdurable, eterna y etérea "Jennie", de William Dieterle y otra es la divertida e inteligente "El pecado de Cluny Brown", de Ernst Lubitsch. Y cómo no recordar su última y estelar aparición en el cine en "El coloso en llamas", conquistando a Fred Astaire sin timos de por medio.
Un homenaje para Jennifer, sí, también lo merece.

Anónimo dijo...

Bueno, me sumo al homenaje a Jennifer Jones que tampoco me gustó nunca demasiado, pero yo añadiría también un personaje que sé que tu no aprecias, la Perla de "Duelo al sol", no tanto por la peli sino porque cuenta bastante bien ese indudable atractivo que han tenido para las chicas guapas los chicos malos...y la desazón que ha causado eso en los niños buenos...como yo.
Y también, para mi simepre será la "Madame Bovary" perfecta ante los ojos tristes, resignados y sin esperanza de, una vez más, el hombre bueno que pierde a su amada, Van Helfin.


Sobre "Morituri" tengo recuerdos muy borrosos, pero estuve apunto de comprarla el otro día en una oferta de clásicos del Media Market, voy a ir a ver si aun está allí.

Abrazos, Carpet.

Anónimo dijo...

Tampoco fue jamás santo de mi devoción Jennifer Jones. Sobreactuaba en exceso y creo que era mejor actriz en plano amplio que en primer plano. Para la memoria colectiva siempre quedara como Perl Chávez, arrástrandose por el suelo como un reptil hacia donde yace moribundo Lewt. Sin embargo, para mí, Jennifer Jones siempre será esa niña que juega con la nieve en Central Park ante la atenta mirada de un pintor de segunda fila que busca inspiración y la encuentra en ella.

Me pregunto qué habría sido de la carrera de la Jones de no haber pegado el braguetazo de matrimoniar David O.Selznik, quien le regaló el papel de Perla Chávez cuando su carrera estaba en franco declive.

P.D. En Ruby Gentry es quizá donde más me gusta como actriz.

Fdo. zabaltegi

César Bardés dijo...

Pues no aprecio "Duelo al sol", sin duda. Como tampoco aprecio "Ruby Gentry" y es que King Vidor, salvo en raras excepciones, no es un director que me enloquezca y que, en mi opinión, está bastante sobrevalorado.
En cuanto a "Morituri", bueno, espero que no te decepcione porque es una película muy amarga, que intenta ser de aventuras pero a la vez hacer pensar al espectador, cosa nada fácil de ahí que, quizás en algún momento, esté un poco desequilibrada pero para mí está muy interpretada, tiene un argumento muy delicado y es una estupenda película.
Zabaltegi, pues teniendo en cuenta que ganó su Oscar con su primera película y con una película tan extraordinariamente mediocre como "La canción de Bernadette"...bueno, hay que decir que Jennifer Jones fue una mujer con suerte. No olvidemos que antes de casarse con Selznick ella estaba ya lo estaba con el actor Robert Walker, el Bruno de "Extraños en un tren" y, de hecho, esto es sonará muy extraño, pero el director James Brooks la quería como protagonista de la película "La fuerza del cariño", papel que fue a parar a manos de Shirley McLaine ganando un Oscar por ello. Y aquí no había ya Selznick, muerto veinte años antes, ni recuerdo porque ella ya llevaba retirada once años del cine. El papel no lo aceptó porque no quiso salir de su retiro. Creo yo que era una de esas actrices con suerte y una cara bonita, al menos en lo referente a su carrera profesional.
Y, sin duda, creo que su mejor película es "Jennie" y en ese proceso de madurez atropellada es donde enseña sus mejores dotes como actriz. Una inolvidable película y tres inolvidables interpretaciones: la de ella, la de Cotten y la de la maravillosa Ethel Barrymore.