viernes, 21 de enero de 2011

EL BARCO FANTASMA (1943), de Mark Robson

Antes que nada, no se dejen engañar por el título de esta película. No es una película de terror ni hay nada de fantasmagórico en ella. Es una historia que se mueve por los terrenos siempre difusos del cine negro, con hábiles gotas de misterio bien dosificadas por un director cuyo pulso siempre fue muy medido aunque nunca llegó a ser un autor y que se adscribe a la fiebre que inundó las pantallas en los años cuarenta de mujeres fatales, hombres metidos en entuertos difíciles de desenrollar y el humo sinuoso saliendo del cañón de una pistola plateada a la luz de las farolas que brillan en plena noche.
Por lo demás, es una obra de ese lince de la producción de serie B que se llamaba Val Lewton y que alcanzó su máxima talla con La mujer pantera contando con otro director de tamaño enorme como Jacques Tourneur. En esta ocasión, el productor contó con Mark Robson, que dirigió películas tan estimables como El ídolo de barro, con Kirk Douglas; Más dura será la caída, con Humphrey Bogart; la estupenda y desconocida La furia de los justos, con Glenn Ford; o su incursión melodramática de admirable concepción en Desde la terraza, con Paul Newman. En esta ocasión, Robson se mueve de lleno en la serie B y el reparto no es de campanillas pero sí eficaz y nos deslizamos por la suave pendiente de la locura del capitán de un barco que, poco a poco, va perdiendo la razón hasta que aparece la sombra inevitable del crimen en medio de ninguna parte rodeada de agua y para ello el director no duda en sumergirnos en un ambiente admirablemente fotografiado por uno de los directores de fotografía más importantes dentro del género negro como fue Nicholas Musuraca. En cualquier caso, dentro de ese barco, el accidente y el crimen se confunden de tal modo que empiezan a surgir teorías conspirativas para ahogar motines imaginarios, pérdidas de respeto a una autoridad cuando menos ambigua y una serie de sucesos que inquietan sobre todo a un don nadie, el tercer oficial. Bastante atractivo para una de esas películas a las que nadie prestó demasiada atención.
No cabe duda de que, además de moverse en los terrenos del género negro, si hay algo de terror en esta película es puramente psicológico pues, a veces, los vericuetos oscuros de la mente humana pueden ser los caminos por donde deambula el horror y en ocasiones, el espacio para moverse es tan estrecho como un barco solitario en un desierto de agua con la sombra del mismo mal acosándote.
Así que mantengan los ojos abiertos, en mitad de la niebla puede haber un arrecife que nos haga pasar una expresión de horror mientras nuestros pies sienten la fría humedad de una noche en el mar…cuidado…cuidado…

15 comentarios:

Catalina Macías Márquez dijo...

Me sumo a todas las felicitaciones por la publicación del libro, lo que considero consecuencia natural de una trayectoria en la que, sin duda, faltaba una guinda que adivino de un delicioso sabor. Alguna vez, mi hijo me ha preguntado por qué es tan importante estudiar. Y entre otras razones, siempre recurro a una respuesta similar: si la vida un día nos deja tirados en la calle sin nada, la formación será lo único de lo que no podrán desposeernos. Y yo me imagino que una satisfacción similar debe sentir usted, señor Bardés. Un libro no es cosa cualquiera y bueno…que hecho está.

No lo he comprado pero creo que gran parte de lo publicado ya lo conozco, por el blog. He leído y oído algún comentario y aprovechando que se me ha mencionado quisiera añadir mi opinión.

Si bien en alguna ocasión también me ha parecido que los textos se inclinan hacia un uso, para mi gusto, excesivamente barroco de la técnica, lo contemplo como una cuestión de estilismo y absolutamente acertada además. Uno escribe como le da la gana, aparte de como es y sabe. Eso unido, siempre bajo mi criterio, al abuso de las oraciones subordinadas hace que a veces y por la abundancia de ideas, pierda un poco el hilo de la narración y que lo que se dice pierda algo de fuerza. Eso sí, que conste en acta que lo dice usted maravillosamente. Algo así como en esa escena de “El discurso del rey” cuando habla Hitler y él no sabe lo que dice, sólo que lo dice muy bien. En cualquier caso, sinceramente, que ya me gustaría a mí disponer de ese manejo y del exquisito tratamiento que le da a las palabras y a los recursos estilísticos. El bajaje de conocimientos dota de una estructura muy sólida al fondo de los textos y en la forma la estructura está muy bien definida y es siempre similar. Sin embargo, cuando la metáfora está en su templo, las imágenes, personificaciones, las paradojas, son parte de una ceremonia la que, como bien dijo Carpet (Un beso!) hay que vestirse de impecable frac. Y usted pone la chistera. Y acabando ya, yo creo que lo que da verdadera singularidad y excepcionalidad al oficio de escribir, lo más bello y sobretodo, mágico, es que es una pluma su instrumento, y de plumas están formadas las alas, esas que permiten sentir en el alma algo parecido a volar. Y usted es un escritor. Me parece una palabra preciosa.

Gracias por la mención y suerte para el futuro.

Un saludo a todos!

PD: Disculpa el tratamiento de Vd. Es que me sale así

César Bardés dijo...

Siempre es un placer verte por aquí y, aún es más placer encontrarse con alguien que dice tanto las cosas buenas como las cosas malas. Estoy bastante de acuerdo con todo lo que dices sobre ese "supuesto" escritor. En cuanto a lo del barroquismo escribiendo, es algo que se dijo en voz bien alta y clara en el programa de radio, curiosamente a raíz del artículo de "Furia" que intenta, desde la modestia, imitar el estilo de Lope de Vega, lo cual no deja de ser un piropo dentro de la crítica. En cualquier caso, Mul, gracias por tus palabras, siempre dichas desde una cierta distancia pero revestidas con un cariño que adivino bastante sincero. Ese tipo de palabras, que se dan sin pedir, son las que más valoro y las que me ayudan no sólo a tener proyectos de futuro, sino a mejorar día a día.
Tu mención es para dejar bien evidente que todos vosotros tenéis culpa en la elaboración de este libro y eso es una verdad de etiqueta.
Un beso y gracias.

dexter dijo...

Bueno, no es peloteo, pero a mí también me gusta el barroquismo de Bardés. Incluso cuando no me entero de nada que es muchas veces (habría que ver si esto se debe al estilo de Bardés o a mi cortedad intelectual; aún recuerdo el artículo de Shutter Island que lo tuve que leer cuatro veces para empezar a enterarme de algo, y eso que había visto la peli). El caso es que yo creo que es ese barroquismo lo que acerca a este amago de escritor a la poesía que como alguien dijo es el lenguaje del alma. Y solo uno mismo es responsable y capaz de responder de las palabras y las imágenes que le salen del alma ¿no?

César Bardés dijo...

Es muy curioso eso que comentas sobre el artículo de "Shutter Island". Laura Cristóbal, una de las presentadoras del libro, me dijo que, en un principio y aunque había visto la película, no se había enterado de nada. Que sabía que estaba muy bien y que estaba diciendo muchas cosas pero no conseguía encajar las piezas con respecto a la película. Después volvió a ver la película y releyó el artículo y, de repente, todo ocupó su lugar. Se quedó pasmada y me lo hizo saber (me puse colorado como un tomate) y dijo que era uno de los mejores artículos que había leído si exceptuamos el de "Furia", precisamente, que dijo textualmente "me maldigo por no habérseme ocurrido a mí".
El barroquismo del que habláis es, desde luego, un estilo que he elegido como elemento diferenciador. No es una cuestión forzada (lo digo por los mal pensados que puedan leer estas líneas). He querido salirme de la línea comúnmente aceptada y acepto tranquilamente que haya otros que sean mucho mejores al igual que sé que hay otros mucho peores pero soy uno de los pocos que tienen este estilo y lo pienso mantener aunque ello me cueste, tal vez, la lectura de unos cuantos que no entiendan nada de lo que quiero decir. Por otro lado, no quiero dar mascado todo al que lo lee, prefiero que trabaje (esto, ojo, no quiere decir ni mucho menos que lo mío sea profundo y genial y maravilloso. Estoy explicando en qué puntos se apoya lo que escribo). Estoy harto de leer críticos que lo dan todo bien cerradito, una especie de guía para ver la película y si ya se ha visto, un mapa para encontrar el camino de vuelta.
En todo caso, no sé si me he explicado bien, lo cual da una idea del "escritor" que llevo dentro. Gracias a los dos por, no sólo vuestras opiniones, sino por todos los comentarios que habéis hecho que el libro sea un poco mejor.

dexter dijo...

Bueno, a ver, qué no era ninguna coña lo de Shutter Island. Yo es uno de los artículos más cojonudos que te he leído, en eso coincido con Laura. Hombre, la película también es muy agradecida por tratar de lo que trata y porque es más facil divagar sobre un tema como el que aborda. Que dicho sea de paso, también tiene mérito escribir una crítica sobre la peli sin nombrar una sola vez la palabra Hitchcock. Antes dije que en tus artículos te acercabas a la poesía, pero también en ocasiones te agradezco que te aproximes a la psicología y nos hables de los estados de ánimo que los directores, los actores intentan infundirnos a través de sus películas. Como decía José Sacristán en Un lugar en el mundo, cuando uno encuentra su idem es para quedarse en él. Y es evidente que tú has encontrado tu estilo y ahí es donde te tienes que quedar. Yo también odio esas críticas peñazo en las que te dan todo mascadito y aún cosas peores. El otro día leí en el periódico de aquí una crítica infumable sobre la última de Clint Eastwood, llena de tópicos, lugares comunes y que encima no decía verdaderamente nada de la película, vamos que la podía haber hecho yo perfectamente, y eso que no la he visto.

PD. Hazme llegar la fecha en la que publicaste el artículo de Shutter Island que me han dado ganas de leerlo otra vez.

César Bardés dijo...

Es que en realidad, y creo que ya lo comentamos en su momento, a mí me parece una película mucho más cercana a Fuller que a Hitchcock. También, como puedes ver, la moda está en criticar y poner a caer de un burro a Eastwood, ya puede hacer la ostia en rebote que da igual. Joder, si hasta leí críticas negativas de "Cartas desde Iwo Jima" y es un peliculón como la copa de un pino. Claro, cuando baja escaloncitos (que lo han bajado todos los directores del mundo de la historia) entonces ya es un inútil y blablabla, seamos serios y analicemos las cosas como Dios manda. Si la película no es exactamente como la esperas, en muchas ocasiones, la culpa no es de quién la hace sino de quién la ve. Resulta que una película sobre el más allá...pues claro tiene que haber miedo, sobresaltos y demás y mira por dónde, resulta que no. Que es una película del más acá y que los miedos y los sobresaltos y las incertidumbres vienen dadas por el mismo discurrir de la vida. Ya habrás leído que la escena del tsunami es la ostia, es lo único que merece la pena de la película y blablabla. Disiento. Lo dejo aquí porque no quiero destaparte más de la película (en realidad, no te he destapado nada y a poco inteligelnte que seas habrás adivinado que Eastwood iba a ir más por esos derroteros que por los del cine descaradamente comercialoide). En cualquier caso, te digo la fecha en la que está publicado en el blog el artículo de "Shutter Island", es el 25 de febrero de 2010.
Sospecho que me he ido demasiado por las ramas. La edad, disculpen.

Carpet dijo...

Una cosa es el barroquismo y otra lo churrigueresco, a mi me gusta el barroco porque es un arte elaborado que investigaba el virtuosismo y buscaba llegar más a las personas, incluso en la literatura barroca hay abundante uso de las metñaforas y a mi me encantan. Otra cosa es el exceso de ornamentación artificiosa y pretenciosa.
Creo que el estilo de Wolf es barroco y, para mi, es de agradecer pues obliga al lector a la vez que le sugiere, en algunos casos, sus críticas puede ser de lectura independiente de la película, a estas alturas no descubro nada si digo que yo leo este blog sin haber visto casi nunca las películas comentadas (fundamentalmente las recien estrenadas) y eso me hace apreciar lo escrito sin los prejuicios que haya ocasionado en mi lo visto.

Recuero a proposito de "Shuter Island" precisamente, aquellos comentarios sobre lo adecuado de aquella crítica, recuerdo que mi respuesta iba en la linea de, poco importa si comenta la película pues importa más las palabras que ha generado. He de decir que vi hace poco el film y me encantó, pero no se si Fuller sería el referente en mi cabeza, aunque hay muchas cosas que me recuerdan a "Corredor sin retorno", sin embargo y aun a riesgo de decir una memez, a mi el ambiente opresivo, malsano y angustioso me recuerda a....( preparome para el linchamiento )..."Sed de mal".

Hay lo dejo, que diría Jaime Peñafiel.

Otro de los grandes momentos que ha dado la edición de tu libro, Wolf es recuperar el añorado gusto por decir cosas de Mul (¡¡muchos besos para ti!! ).

Abrazos.

César Bardés dijo...

Es por ello que tus comentarios, muchas veces, son de inapreciable valor, carpet, porque haces gala de una lectura fresca y desprejuiciada que añaden aún más a lo que yo pueda decir.
No hay linchamiento posible porque, aunque Fuller era bastante expresionista y, de hecho, comparte director de fotografía con Orson Welles (el director de fotografía de "Corredor sin retorno" era Stanley Cortez que, por pura casualidad, era el hombre que había fotografiado de forma espléndida "El cuarto mandamiento")es muy válida la comparación con ese ambiente casi pesadillesco que se vive en la obra de Welles (para mí una obra maestra extraordinaria, incluso por encima de la tan manida "Ciudadano Kane").
Y, sin duda, la presencia de Mul siempre es de agradecer aunque sé que no es muy dada a ello y eso, para mí, merece un profundo respeto. Creo que sabe que puede decir lo que quiera y cuando quiera y que esta es tan su casa como la vuestra.
Me voy a tomar un algo barroco, no sé, un pacharán con endrinas dentro, por ejemplo.
Un abrazo y , de nuevo, gracias.

Catalina Macías Márquez dijo...

Cierto, el término barroco apareció en el programa y quedó aclarado. Yo lo aplico no solo a ese artículo sino a todos en general y como sinónimo de “recargado” pero como ya dije, por el despliegue de ideas que se van solapando y hacen que la atención se disperse. Nunca desdeñándolo en su aspecto formal, ya que lo considero un meritorio ejercicio de malabarismo verbal de considerable dificultad y virtuosismo. No creo haberlo calificado de bueno ni malo, ni mejor ni peor que otras formas de expresarse, no lo planteo en esos términos, yo me pregunto si es útil para dotar al artículo de singularidad y transmitirla. Para, en definitiva, aportar algún tipo de síntesis que quede asociada a la película; un concepto que deje huella, la impronta de una idea, una frase lapidaria incluso (algo que ya ocurre cuando los títulos son distintos de la película). Yo le leo y todos me gustan pero, con alguna excepción, me cuesta mucho retener algo concreto de sus artículos (otra cosa es entender porque es verdad que a veces hay que volver al principio de la frase) y no se lo tome a mal. La sensación que tengo en ocasiones (en ocasiones) es que he asistido a un espectáculo de prestidigitación en el que usted se ha ido pasando las cartas de mano en mano, guardado en la manga pañuelos de colores e incluso haciendo desaparecer algún conejo, para después abandonar el escenario tras un rastro de humo. Honesto es, somos nosotros los que a pesar de ya conocer sus habilidades, seguimos cayendo en la ilusión del engaño compartido. Es su estilo y eso siempre es un regalo para el lector al que, como yo, no le gusta que se lo pongan fácil pero ¿sabe qué pasa? Que el mío es hacer una crítica “semiformal” cuando toca y aplaudir entusiasmada cuando han conseguido seducirme con un ardid inesperado.

Tienes toda la razón, hay distancia en mis palabras pero es una de las capas con las que se cubre la admiración y sobretodo, el respeto. Y aquí sí que no hay truco.

Un saludo!

César Bardés dijo...

El ejercicio de la crítica no es más que una variación del género epistolar y los artículos que yo pueda hacer no dejan de ser cartas a un lector que puede que descifre mi mensaje o puede que no (en esta frase se puede incluso leer una alusión al jazz). En todo caso, me das una de cal y una de arena. Por un lado calificas el estilo de "virtuoso" y por otra me reprochas la ausencia de síntesis. Son críticas que acepto y respeto e, incluso, comparto porque el tal Bardés es un petulante de tomo y lomo. Sin embargo, como seña de estilo, huyo como de la peste de la crítica al uso. Y déjame que me voy a explicar:
Extendido es el uso de hacer un pequeño resumen de la película al realizar un artículo sobre cine. Salvo en una sola ocasión, yo he huido de ese estilo porque, sencillamente, creo que poco se debe desvelar de las películas que uno ve. ¿De qué se trata? ¿De contar una película o de intentar motivar a la gente para que vaya al cine? Puede que el ejercicio de la crítica no valga ni para una cosa ni para otra pero yo la entiendo así porque, sencillamente, el cine está lleno de historias, las historias conforman caracteres y los caracteres nos hacen mejores o peores personas. Llámame ambicioso, arrogante o lo que quieras y, posiblemente, tendrás toda la razón. Dices que notas la ausencia de conceptos que dejen huella...mi concepto es la historia en sí misma, las motivaciones y el alma de la película. Puede que eso no importe a la mayoría de los mortales (es más, te puedo dar direcciones de blogs de personas harto conocidas que se dedican precisamente a introducir la expresión "en mi opinión...", lo cual me parece redundante, chico, si es una crítica ya supongo que es tu opinión). ¿Quieres técnica? Creo que Carpet en otro artículo dijo algo así como que sí doy alguna pincelada técnica pero la "estrictamente necesaria" y estoy plenamente de acuerdo con él. En cuanto a improntas de ideas...ahí sí que no puedo compartir la opinión. Creo que todos los artículos están cuajados de ideas, otra cosa (como ocurre con cualquier película) es decir que esa idea no es interesante, lo cual es muy respetable y eso sí que lo comparto.
Por otro lado, aludes a que puede que yo haga juegos de manos y que, de alguna manera, engaño al lector desapareciendo, dejando un rastro de humo y, de alguna manera, y corrígeme si me equivoco, no dejando nada tangible a lo que el lector pueda agarrarse. Puede que tengas razón pero no hay engaño, ni truco, ni siquiera quiero dar esquinazo.

César Bardés dijo...

Defiendo películas que nadie defiende y he atacado otras que nadie ataca. Eso no es humo, es fuego graneado. Otra cosa (y esto es algo que los compañeros de la radio se encargaron de dejar muy claro) es que mis críticas no sean destrozonas como muchos otros son capaces de hacer. Salvo raras excepciones, no lo son. Remito a "Max Payne" o al ojo que ha tenido Dexter al decir que le doy un buen repasito a Peter Weir en la mucho más reciente de "Camino a la libertad". Para mí cualquiera que tenga algo que contar me merece un respeto. No respeto demasiado al que dice obviedades y de ahí que muchas veces me hunda en ese barroquismo tan indescifrable o que tan poca huella deja (lo digo en serio. Es más que posible que se recuerde más al crítico que dice: "En el plano americano en el que se descubren las motivaciones del protagonista, el director sabe conmover y llegar al ansioso público" que el que dice "algo se remueve dentro de nosotros cuando la cámara se acerca y pregunta sin esperanza si hay algo de verdad en su interior"). Sinceramente, yo he leído mucha crítica de cine (ojo, crítica, no libros sobre teoría del cine) y no recuerdo ninguna frase lapidaria salvo aquellas que han apostado por decir algo escandalosamente evidente o, incluso, equivocadamente rompedor. Yo también me quedo impresionado con un ardid inesperado. ¿Un ejemplo? Stanley Kubrick arrojó por la ventana una cámara para simular que el protagonista intentaba suicidarse en "La naranja mecánica", maravilloso, impactante, increíble. Yo puedo decir eso, pero prefiero hurgar en lo que lleva a Alex de Large a preferir tirarse por la ventana: porque le han metido a golpes el método Ludovic de regeneración de delincuentes, por ejemplo.
Yo también digo todo esto con el respeto que me mereces, Mul. No lo tomes ni como un intento de polemizar, ni de atarte, ni de discutir, ni de no estar de acuerdo. Simplemente acoto y aclaro. Sobrante, quizá, pero en mi ética, necesario.

Catalina Macías Márquez dijo...

Usted escribe, nosotros leemos. Y algunas veces opinamos, nada más.

Y gracias por el afecto que siento en unas letras tras las que, reitero, aprecio un gran trabajo y un gran talento.

Saludos de nuevo!

César Bardés dijo...

Las gracias a ti y no creas que tus comentarios caen en saco roto. Si hay algo en la vida que me gusta es aprender y yo, mal que suene, aprendo de mis aciertos y de mis errores aunque haya personas que no lo crean. Por supuesto que hay cariño y, desde luego, una invitación a que vengas cuando quieras para decirme que dejo algo más que un rastro de humo. "Como humo se va", qué película, dos años en cartel en Madrid con Cheech y Chong y ya nadie se acuerda de ella. Como lo que yo pueda escribir, aproximadamente.
Un beso y gracias de nuevo, de verdad.

Carpet dijo...

¡Alto ahí!, por muy interesante que sean los comentarios, y lo son, sobre la manera de criticar del lobuno amigo, lo que no podemos dejar pasar es lo manifiestamente falso...
No sólo recuerdo la infumable ( adjetivo que viene al pelo) "Como humo se va" de Cheech y Chong, sino que también recuerdo con horror su siguiente peli "Como flotas tio", la que ya me negué a ver pese a los entusiastas intentos de mis amigos fue la tercera "Vendemos chocolate"...Y si me apuras, en una película que a mi me parece una genialidad, como es "Jo, que noche", el único borrón que encuentro es la presencia de estos dos tipos.

Hay epocas de juventud recien iniciada o final de adolescencia en la que los sentidos engañan y la percepción es confusa, nunca me gustó "Como humo se va", pero confieso que me reí mucho con el primer "Porki´s" y que me gustó hasta "Quadrophenia", obviamente "Grease" fue toda una revolución/revelación y hasta vi 2 veces "Todos al suelo" de Ozores. Pecados de juventud.

Y sobre lo de la magia y la chistera, algo de cierto hay en eso, aunque confieso que a mi me atrapan los prestidigitadores, tal vez eso explique porque vengo aquí a diario.


Abrazos.

César Bardés dijo...

El cine de moda de aquella época, Carpet. Ya se apuntaba muy, muy bajo. "Como humo se va" confieso que la vi en la típica excursión con otros cinco gamberros y con el pavo trepando por los cuatro costados. Lo de "Cómo flotas, tío" ya me negué en redondo aunque hubo intentos por parte de alguno de ellos por repetir la experiencia. Me confieso culpable de haberme reído muchísimo con el "polvo de la coyote" en "Porky´s" y sí de haber visto "Porky´s II" y "Porky´s contraataca" aunque, he de reconocer, que no de estreno, sino en cine de verano en Cullera disfrutando de noches espectaculares y brisas marinas.
En cualquier caso, no os preocupéis, igual que soy barroco puedo ser muy prosaico y os dedicaré próximamente un artículo saliéndose de mi estilo para ser algo más que humo, flotación y chocolate, así se varía un poco y se prueban capacidades. No todo va a ser prestidigitación.