miércoles, 18 de marzo de 2009

BOLA DE FUEGO (1941), de Howard Hawks

 Supongamos que, por un momento, Blancanieves fuera una descarada y preciosa cantante de cabaret que, debido a algún que otro lío con la madrastra policía, tiene que esconderse en la mansión de los siete enanitos, siete estudiosos de la lingüística que, casualmente, de tanto estar encerrados averiguando los porqués de la gramática y los cómos de la semántica, han quedado totalmente desconectados del mundo real y, lo que es aún peor, yo diría que catastrófico: del habla de esa gente moderna que habita garitos indecentes, cubículos de depravación y que escupen jergas de los bajos y nuevos fondos. ¿Saben cuál es el resultado? El resultado es una comedia divertida, genial, ocurrente, atinada, graciosa, única, colosal y fantástica. ¿Los culpables? Pues miren, es que detrás de la cámara había un enanito, así como con pelo blanco plateado, un conquistador nato y un tipo que sabía contar historias como pocos que se llamaba Howard Hawks y esta vez auxiliado por otro enanito que fotografiaba como los ángeles y que se llamaba Gregg Toland. Y, por si fuera poco, había otros dos enanitos que escribieron un guión maravilloso e intachable que respondían a los nombres de Charlie Brackett y Billy Wilder. Delante de la cámara había otro enanito...no, no, éste era más bien alto...que se llamaba Gary Cooper y que, con esa mirada de buena persona que poseía, parecía perderse en el bosque de letras, palabras y sentimientos en el que se adentra cual Caperucita con pantalones para toparse con que el lobo ha cambiado de sexo y tiene las preciosas piernas y el atractivo físico de Barbara Stanwyck. ¿Sólo con este párrafo no les entran ganas de ver la película? Yo no sé quién lo ha escrito, pero estoy como loco por verla.
Y es que es una historia que nos va llevando desde la A a la Z del despertar a la vida, y lo hace con un montón de diálogos inteligentes, agudos, irónicos e, incluso, estúpidos en el mejor sentido de la palabra. Y sorprende ver a actores como Cooper o Stanwyck, expertos contrastados en otras lides, desenvolverse con tanta soltura en los difíciles terrenos de la comedia más alocada. Eso sin olvidarnos de unos cuantas raciones de química sexual que funciona como un cóctel bien agitado y de unas pocas copas de romanticismo atenuado por toda la gracia del asunto. Cosas de enanitos.
Así que prepárense a empollarse bien todo un diccionario de situaciones hilarantes mientras hacen un detenido repaso por el pasado. Las asignaturas pendientes pueden estar relacionadas con la psicológica exploración de la maldad convertida en risa a mandíbula batiente. Ah, y tengan mucho cuidado. Quizá haya un maestro (mejor en femenino, maestra) esperando en algún lugar para impartirles unas cuantas clases de recuperación. Ir de sobrado no es nada bueno porque siempre hay alguien, por poco que parezca, que es mejor que tu.





5 comentarios:

Anónimo dijo...

A veces ocurren cosas que te hacen pensar que la magia, las conexiones o vete tu a saber existe. Cuando he visto la película que escogías hoy para comentar me he quedado como agarrotada en la silla. A mi padre no le gustaba el cine especialmente salvo las películas en que salía Sofia Loren y algunas españolas. Pero Bola de fuego sí le gustaba. Le hacía gracia la historia de aquellos sabios a la que una chica conseguía llevarles de cabeza y sobre todo la escena en que bailan todos juntos aquella especie de conga. Parece que estoy escuchando su risa cuando la veía. En fin, no sé. Justo hoy alguien comenta esta película. Me encantaría poder escribir este comentario en un avioncito de esos de papel y lanzarlo hacia el cielo.
Me ha encantado.
Gema

César Bardés dijo...

Para mi artículo, lo que has dicho es de lo más bonito que puedo leer. Despertar emociones es algo difícil y muy escaso y, si lo he conseguido, el artículo ha merecido la pena. Lanza ese papel al cielo, quizá se oigan risas al lado de Gary Cooper y de Barbara Stanwyck.
Gracias por dar algo más que una opinión.

Anónimo dijo...

Si señor, ahí es nada, Cooper el grande, el alto; el tio de Dexter junto a Brackett en el guion. Y Hawks, el maravilloso Hawks, el que todo lo hace facil, el que todo lo cuenta bien, el que te hace disfrutar...
Y Stanwyck, la belleza dificil, la bella imperfecta. Si seleccionamos todas las imagenes sensualmente turbadoras del cine, Stanwyck merece unas cuantas. Para mi, una es sin duda ese bajar de escaleras con la pulsera en el tobillo de "Perdición". Otra es una escena de esta película, Cooper entra en la biblioteca, Barbara está de perfil frente a la ventana (qué fotografo Toland), los rayos de sol hacen brillar el cabello rojo de Stanwyck, parace fuego, una bola de fuego...Cooper queda embobado, nosotros también, en nuestro cerebro, nuestra imaginación inunda de color el blanco y negro que captó nuestra retina. El pelo es rojo, la luz amarilla, el vestido dorado y el rostro de Barbara es vida, es libertad, es placer. ¡que mágica escena!.
Hace poco hablabas aquí de "La gata negra". Ella fue también "Stella Dallas", escucho "Voces de muerte" y encontró a "Juan Nadie" y pasó aquellas maravillosas "3 noches de Eva". Que grande, alguien puede preguntarse como se sabe si una actriz es buena o no, yo siempre respondo que una actriz es buena si hace que te olvides de ella y pienses que es su personaje...Si es así, Barbara era otra cosa porque su presencia era mucho más que cualquier personaje, porque era magnética, por que llenaba la pantalla, porque era puro cine. Pura bola de fuego.

Saludos. Carpet.

César Bardés dijo...

Era una actriz de quitarse el sombrero. Y, por cierto, qué estupendas piernas poseía. Y, desde luego, era una mujer con un físico difícil que dependía mucho de quién la fotografiara para llegar a ser atractiva. Era versátil, juguetona, atractiva, seria, llena de miradas sin cómo y de respuestas sin por qué. Era una consumada actriz que, quizá, no ha sido tratada muy justamente.
Nombras varias películas de Barbara Stanwyck y hay una en la que me picas el gusanillo para escribir: "Voces de muerte". Hay mucho jugo para sacar de ahí. También hay otra que he recordado así a bote a pronto a raíz de tu comentario: "La torre de los ambiciosos", una estupenda película. Se me acumula el trabajo. El caos.
Gracias por un retrato breve y perfecto para la actriz de rostro imperfecto.

dexter dijo...

Recordando esta MARAVILLOSA película y comprobando las connotaciones con las que ha llegado a día de hoy la palabra "sexo" no puedo sino constatar una triste realidad: irremediablemente vamos hacia atrás como los cangrejos.