En muchas ocasiones, el deseo cabalga a lomos de un caballo. El contacto de la piel desnuda con el suave tacto del pelo del animal eriza sentimientos que, a veces, llegamos a creer que no poseemos. Pero el deseo, ese que te coge y te arrastra hacia el precipicio que bordeaste porque crees que ignorando un problema no existe, está en tu mirada. El amarillo del atardecer se confunde con los uniformes y, por debajo de la visera de tu gorra de oficial, no cejas en tu búsqueda del soldado que amaste en silencio mientras, desnudo, montaba al jamelgo que, en aquel momento, se convirtió en el papel donde escribiste toda tu pasión prohibida.
Tu mujer creyó que se casaba con un apuesto y ambicioso oficial, dispuesto a codearse con la flor y nata de los galones pero simplemente quisiste un destino tranquilo, ahí en las caballerizas, cuidando la marcialidad del cabalgar y entonces...ya no sentiste nada por ella, hermosa y deseable...Para ti dejó de ser mujer, dejó de ser compañera, dejó de ser amiga porque construiste un buen montón de problemas insalvables en tu interior. Y sin darte cuenta, los verdaderos problemas estaban a tu lado, en tu vecino y amigo y fue cuando perdiste a tu mujer, perdiste a tu amigo, perdiste la hombría de tu honestidad y sólo buscaste refugio en la homosexualidad reprimida que ni siquiera tenías conciencia de que tenías.
Y entonces le viste cabalgar, te escondiste entre unos arbustos porque no querías que tu mirada te delatase pero nunca habías sentido nada igual. Allí, en aquel rincón de libertad, algo se removía en tu interior con ladrillos de deseo, con la fuerza de una fusta estrellada en tu grupa, con el encuentro con lo que crees que realmente necesitas. Y ves, o crees ver, en un instante de gozo y sol reflejado en las hojas de las árboles, una mirada de él como diciendo que acepta discretamente tu invitación, como que hay una posibilidad abierta para derribar lo prohibido, como que tu más recóndito anhelo puede ser el refugio de tu existencia rodeada de gris dorado.
Pero estás tan concentrado en tu propio interior que apenas te das cuenta de que no sólo tu puedes ser objeto de deseo. Allí, en lo alto de la escalera de tu casa, tu mujer se desnuda y es espiada a través de una ventana oscura. Y entonces el deseo se dibuja en el soldado que cabalgó desnudo. Deseo, deseo, deseo...ganas irreprimibles de hacer el amor con una mujer que, con un solo movimiento de su cuerpo, puede partirte las caderas, puede llevarte a cabalgar con las nubes, puede convertir a un niño en hombre y a un hombre en niño. Y él quiere ser ese niño y ese hombre. Quiere perderse entre las sábanas de piel de su carne, quiere disfrutar del galopar de su intimidad, de su desnudez, del agujero negro donde todos perdemos la conciencia y comenzamos a ser noche abrazada al día.
Con un estilo deliberadamente áspero, John Huston dirigió Reflejos en un ojo dorado basándose en la excepcional novela de Carson McCullers con unas impresionantes, contenidas e incómodas interpretaciones de Marlon Brando, como ese hombre que es engañado por el vaivén del deseo, de Elizabeth Taylor, como esa mujer que exuda oleadas de deseo, de Robert Forster, como ese soldado que despierta el deseo y, algo más desencajado, de Brian Keith que ya olvidó lo que era dejarse llevar por el deseo. Y es que los reflejos en un ojo dorado siempre nos hacen ver con nitidez el panorama de la tragedia causada por lo que creemos desear.
Tu mujer creyó que se casaba con un apuesto y ambicioso oficial, dispuesto a codearse con la flor y nata de los galones pero simplemente quisiste un destino tranquilo, ahí en las caballerizas, cuidando la marcialidad del cabalgar y entonces...ya no sentiste nada por ella, hermosa y deseable...Para ti dejó de ser mujer, dejó de ser compañera, dejó de ser amiga porque construiste un buen montón de problemas insalvables en tu interior. Y sin darte cuenta, los verdaderos problemas estaban a tu lado, en tu vecino y amigo y fue cuando perdiste a tu mujer, perdiste a tu amigo, perdiste la hombría de tu honestidad y sólo buscaste refugio en la homosexualidad reprimida que ni siquiera tenías conciencia de que tenías.
Y entonces le viste cabalgar, te escondiste entre unos arbustos porque no querías que tu mirada te delatase pero nunca habías sentido nada igual. Allí, en aquel rincón de libertad, algo se removía en tu interior con ladrillos de deseo, con la fuerza de una fusta estrellada en tu grupa, con el encuentro con lo que crees que realmente necesitas. Y ves, o crees ver, en un instante de gozo y sol reflejado en las hojas de las árboles, una mirada de él como diciendo que acepta discretamente tu invitación, como que hay una posibilidad abierta para derribar lo prohibido, como que tu más recóndito anhelo puede ser el refugio de tu existencia rodeada de gris dorado.
Pero estás tan concentrado en tu propio interior que apenas te das cuenta de que no sólo tu puedes ser objeto de deseo. Allí, en lo alto de la escalera de tu casa, tu mujer se desnuda y es espiada a través de una ventana oscura. Y entonces el deseo se dibuja en el soldado que cabalgó desnudo. Deseo, deseo, deseo...ganas irreprimibles de hacer el amor con una mujer que, con un solo movimiento de su cuerpo, puede partirte las caderas, puede llevarte a cabalgar con las nubes, puede convertir a un niño en hombre y a un hombre en niño. Y él quiere ser ese niño y ese hombre. Quiere perderse entre las sábanas de piel de su carne, quiere disfrutar del galopar de su intimidad, de su desnudez, del agujero negro donde todos perdemos la conciencia y comenzamos a ser noche abrazada al día.
Con un estilo deliberadamente áspero, John Huston dirigió Reflejos en un ojo dorado basándose en la excepcional novela de Carson McCullers con unas impresionantes, contenidas e incómodas interpretaciones de Marlon Brando, como ese hombre que es engañado por el vaivén del deseo, de Elizabeth Taylor, como esa mujer que exuda oleadas de deseo, de Robert Forster, como ese soldado que despierta el deseo y, algo más desencajado, de Brian Keith que ya olvidó lo que era dejarse llevar por el deseo. Y es que los reflejos en un ojo dorado siempre nos hacen ver con nitidez el panorama de la tragedia causada por lo que creemos desear.
13 comentarios:
Crei no encontrar un par de minutos para hacer algún comentario y la película lo merece...vamos que lo merece. Para mi es una de las imprescindibles de Huston aunque me cuesta decir cual no lo es.
Como ya hemos comentado alguna vez, Wolf, Huston era experto en perdedores y este comandante que no puede, ni sabe satisfacer a su mujer, mal jinete y una homosexualidad reprimida en un ambiente militar es un ejemplo más. Toda la película tiene una carga sexual importante, el deseo es un protagonista más. Creo que en España fue censurada. El ambiente me recuerda a las obras de Tenessee Williams....Deseo, calor, sudor...huele a sexo.
Hace poco leí un artículo de Boris Izaguirre que comentaba que las pelis de temática homosexual venden poco, salvo el caso de " Brokeback Mountain" aquellos films que han tocado este tema desde un punto de vista serio, caricaturas tipo " Jaula de grillos" al margen, han tenido muy poco favor del público. Yo creo que "La ley del deseo" en España es también una excepción y para mi la mejor película de Almodovar.
Saludos. Carpet
Yo creo que esa atmósfera de la que habla Carpet es totalmente deliberada por parte de Huston y de Coppola - autor del guión no lo olvidemos. Y lo de Williams pues claro son evidentes los puntos en común con La gata sobre el tejado del cinc. Empezando por la presencia de esa Liz Taylor en el papel de sufridora y doliente esposa. En el caso del film de Houston la homosexualidad del protagonista se presenta de un modo más explicito que en la de Brooks. En coherencia tenemos también la mayor "animalidad" sexual de Brando frente a Newman.
Con respecto al éxito de las películas de temática homosexual hay que contar también con el papel de la censura. Ignoro si en su día La escalera o La calumnia fueron éxitos comerciales, pero lo que está claro es que han pasado a la historia como auténticos clásicos y supieron tratar el tema con una valentía fuera de toda duda. La ley del deseo me marcó profundamente, por como la vi y cuando la vi tengo que analizarla abstrayéndome incluso de aspectos puramente cinematográficos. Al igual que Mi hermosa lavandería de Frears cuya historia hoy me sigue emocionando y llegando muy dentro. Hoy yo creo que todo se ha superado ya bastante. Como gurú mediático del lobby, Boris está en su papel de quejarse, claro.
Desde luego que es una película de perdedores. Si te fijas, todos pierden en la historia porque no saben interpretar todo ese deseo que el ambiente envuelve, un ambiente enrarecido y difícil. Me gusta mucho la aspereza con la que Huston cuenta la película y es impresionante la interiorización del personaje que hace Brando puesto que es un personaje que dice más sin hablar que diciendo sus diálogos. Me parece algo muy cercano a la obra maestra y con una extraordinaria dirección de Huston que sabe imprimir el tacto de la lija al mismo deseo.
Yo siempre he pensado que Almodóvar hizo su mejor película con "Mujeres al borde de un ataque de nervios" y que hay una pequeña obra maestra suya muy poco reconocida que es "Matador". "La ley del deseo" no está entre mis preferencias aunque no cabe duda de que es una película valiente y de cierta mirada muy difícil.
No sé, Dexter, me parece, aunque no estoy seguro, de que te equivocas. El guión no es de Coppola sino de Gladys Hill, colaboradora habitual de John Huston y con respecto a "La gata sobre el tejado de zinc" creo que hay na diferencia fundamental. Cuando se realiza "Reflejos en un ojo dorado" ya no está vigente el Código Hays de censura que sí lo está en el año en que se hizo "La gata". Por eso, Brooks alteró con mucha habilidad la sexualidad del protagonista dejándolo todo a lo sugerido en lugar de mostrarlo abiertamente como sí pasa en la obra (por cierto, debo decir que en mi memoria está grabada con letras de auténtico oro la versión que en el 85 protagonizaron Eusebio Poncela, Mari Carmen Pascual y Carlos Lemos, absolutamente impresionante éste último). Quizá, sí, estoy más cerca de "Mi hermosa lavandería" que de "La ley del deseo" y, en respuesta a tu duda, "La calumnia" sí que fue un éxito pero "La escalera" aunque estaba basada en una obra teatral muy taquillera, fue un sonoro fracaso.
Gracias por tan estupendos comentarios.
No es el primer sitio donde leo que Coppola es autor del guión, o de su adaptación. Sin embargo no figura en la ficha de la película, al menos donde yo he consultado.
También estoy de acuerdo en que Brando está sublime y que es una de sus más grandes interpretaciones (¿cual no lo es?). Y la Taylor es sexo andante en esta película, siempre que oigo algún comentario ( generalmente machista no nos engañemos ) sobre ninfomania, me viene a la cabeza la mirada de la Taylor en esta película....Mmmm, bueno y Katheleen Turner mirando a William Hurt tras los ventanales de su casa en "Fuego en el cuerpo" ( otra de calor, sudor y sexo).
En cuanto a Almodovar, de acuerdo con "Matador" pelicula a la que lastra alguna subtrama con poca entidad y casi esperpentica, pero muy grande en cuanto a la trama principal. Años más tarde, recordé el ambiente de esa película, la insana fatalidad del torero y de Asumpta Serna al ver el ambiente enrarecido y autodestriuctivo de "Intacto" o de "Palabras encadenadas". Además, la escena final de "Matador" es la primera vez que encuentro preciosismo en las imagenes almodovarianas, luego ha ido a más hasta convertir algunos encuadres en imagenes casi pictoricas (el picado sobre Lola Dueñas rodeada de mujeres enlutadas dandole el pésame en "Volver", por ejemplo).
Abrazos. Carpet.
Bueno, he tenido que consultar para ver si es cierto lo de Coppola, aunque me ha costado. Parece ser que no está acreditado como tal ni siquiera figura como guionista no acreditado. Lo que se le atribuye es un repaso al guión por petición del productor Ray Stark.
Quiero decir que, con ésto, ni mucho menos, quiero dármelas de marisabidillo sino daros las gracias por darme a conocer un dato del que no tenía ni idea. Nunca lo había oído mencionar.
En cuanto a Almodóvar...bueno, tendremos que hablar de él muy pronto pues es una de las imposiciones obligatorias del periódico. Creo que, sin estar demasiado cerca de su cine, es un hombre de una técnica extraordinaria, aprendida detrás de una cámara, a través de tropezones y de errores de bulto. Su trayectoria para mí, es muy irregular. Creo que es un hombre que sabe desenvolver extraordinariamente bien con la comedia y que haría algo parecido si se atreviese con el género negro (a veces lo roza pero enseguida se aparta). Sus melodramas no me parecen del todo buenos quizá porque me describen situaciones que el cuerpo me pide con mucha fuerza que aquello se convierta en comedia. Además, creo que a veces peca de una cierta trascendencia (caso de "La mala educación", una mala película se ponga el experto de turno como se ponga). En cualquier caso, es un realizador con una enorme personalidad propia. Ah, y un aviso. En cierta ocasión, un suizo en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, me dijo que "Pedro Almodóvar era el hombre que más y mejor había retratado a la mujer española"...Las mujeres que habían por allí por poco se lo comen en fondue.
Gracias por esos datos impagables.
A veces, los iconos y los tópicos no se entienden desde dentro, pero funcionan excepcionalmente bien si los miras desde fuera. Lo de las mujeres de Almodovar puede sonar politicamente incorrecto pero entiendo que un suizo vea un dibuijo muy aproximado de las señoras hispanas, es más lo más seguro es que acierte en lo que percibe.
Las mujeres italianas no son todas como la Loren que pintaba Vittorio de Sica, ni como la Magnani de "Roma, Ciudad abierta", ni(lastima) como la Gloria Guida de los subproductos eróticos de los 70...pero es evidente que identificamos a las italianas con los mitos cinematográficos de los mitos de los 50/60.
Almodovar distorsiona mucho porque es su recurso, la exageración tanto en el drama (tal vez por eso sus melodramas te parezcan poco sólidos) como en la comedia. Pero hay que reconocer que si tanto el esperpento de "Luces de Bohemia" de Valle Inclán como el novelado realismo de "La colmena" son el mayor espejo del madrileñismo, las mujeres almodovarianas son buen reflejo de las españolas, particularmente de las castellanas. A mi no me hubiera parecido ofensivo el comentario.
Para mi lo mejor del manchego es su manejo del color, sus peliculas están repletas siempre de color, el rojo (mucho rojo, fuego, españa, otra vez el tópico), el negro ( luto, pena, toro ), el verde ( faldillas de mesa camilla )...Su paleta es potente, las imagenes como ya dije son casi pictoricas, son bodegones, son Julio Romero de Torres...así lo veo yo.
Carpet.
Sinceramente, Carpet, si yo fuera mujer sí me sentiría ofendido por ese comentario al identificar al general de las mujeres españolas con lo retratado por Almodóvar.
Por otro lado, sí, hay que destacar esos colores que sabe imprimir a un cine que siempre ha tenido una enorme preocupación por la fotografía (hasta tal punto de que no cabe duda de que ves un fotograma de una película de él y enseguida lo identificas con una de sus películas) y por el sonido que cada vez es mejor.
Por cierto, voy a hablar con Daniel Schmid, director suizo, a ver si hace una serie de películas con el título genérico de "Mujeres suizas" y me las hace a todas frígidas, depresivas y cariacontecidas, lo mismo pega y se respeta que llegue un español allí diciendo que Daniel Schmid es el tipo que mejor ha retratado a las mujeres suizas.
Bien visto, Carpet. Y esto no es una frase irónica.
¿Son acaso las mujeres suizas como las describes, Wolf?. No tengo referencias, salvo de la película "Un franco, 14 pesetas" donde son bastante diferentes a como las describes, sobre todo en lo de frigidas, en la películas salen bastante bien paradas, mucho mejor que las españolas, y he de decir que las españolas de esa película si reflejan bastante un tipo de mujer que reconozco como compatriota.
Y sobre las mujeres almodovarianas...no se, ¿donde está el problema?...por un lado la tendencia al dramatismo, desde la Maura de "Mujeres al borde..." hasta la Penelope en "Volver", hay mucha señora con tendencia al exceso...lo que en verdad se corresponde con bastante de lo que conozco. Por otro los personajes femeninos del manchego suelen ser profundamente independientes, resueltas y amigas de solucinarse sus propios problemas..., tambien de crearselos...(mmmm, me suena, me suena)...
En el tema Almodovar lo malo es dejarse llevar de sus excesos...y hace tiempo que dejo de hacer peliculas sobre travelos, drogatas y putas.
Sin ironía...las señoras de "Volver" son calcadas a las vecinas de mi barrio...incluida mi madre. Los dramas, el asesinato, y algun exceso más ya no puedo afirmarlo. El personaje de Blanca Portillo es "español por los 4 costados" que decía aquel.
Carpet.
Bien, de la película "Un franco, catorce pesetas" te puedo decir que son las memorias ideales de Carlos Iglesias. Hay pruebas por internet si tecleas mi nombre. Es su infancia y me confesó que, si hubiese sido por él, jamás hubiera regresado a España porque aquí en los colegios pegaban y allí no, lo cual es muy respetable pero también tiene una carga de argumento un tanto idealizado.
No tengo ni idea de cómo son las mujeres suizas, no conozco ninguna, pero tampoco creo que las mujeres españolas sean histéricas, desequilibradas, mendigantes de amor, fracasadas, nostálgicas, agobiadas y nerviosas. Estoy generalizando, claro y lo estoy haciendo con la mujer de más o menos una generación actual. Por supuesto que yo veo rasgos de mi madre en lo que él dice, pero me niego a creer que el carácter de la mujer española no haya avanzado nada en cuarenta años.
Por cierto, que quiero decir que el señor Almodóvar es muy dueño de retratar a la mujer española como le venga en gana y es muy respetable, por otro lado, pues como ya he dicho Almodóvar, aunque no me sienta cercano a su cine, es un realizador de profunda personalidad y que merece el mayor de los respetos con lo cual, yo no tengo ningún problema en que haga un retrato femenino como mejor le convenga.
Es cine y, por tanto, merece un debate y bien dicho por todas las partes, además.
Ah, por cierto, no estaría de más que alguna mujer que leyera éstas modestas líneas dijera si Almodóvar acierta con sus retratos.
No había leído estos últimos comentarios. Yo sí pienso que Almodovar acierta con sus retratos de la mujer española. No digo que siempre lo haga, pero muchas veces así lo creo. Sobre todo con la mujer española de pueblo. En "Volver" veo reflejado ese caracter en algunos de sus personajes. Ese comadreo que se forma en los entierros, o en esa mirada escrutadora detrás de la puerta de la típica casa de pueblo. No puedo argumentar mucho más porque mi memoria es nefasta. Pero cuando he visto algunas de sus películas, si he visto un buen reflejo de la mujer española.
Gema
El problema es que no siempre retrata a mujeres españolas de pueblo. El provincianismo siempre es muy fácil de describir, se sea del país que se sea. Almodóvar también ha retratado a mujeres urbanitas, de ciudad, independientes, trabajadoras...Bueno, pedí la opinión de una mujer y me ha salido el tiro por la culata. A todas las mujeres que entran por aquí, les pido humildemente perdón por no saber conocerlas. De verdad, creía que Almodóvar no acertaba mucho generalizando con sus retratos femeninos pero parece ser que sí.
Pido disculpas y a vuestros pies.
Voy a contribuir con otro comentario femenino, más que nada para ampliar el espectro de opiniones. Estoy de acuerdo con Gema en que retrata muy bien a la mujer de pueblo, quizá porque Almodovar creció en ese ambiente y lo conoce bien. También estoy de acuerdo con Carpet en que tiende a la exageración como recurso, los perfiles de sus personajes femeninos están dibujados siempre en clave de caricatura y, es en esos rasgos deformados donde sí puede que nos reconozcamos las mujeres de este país. Así que en cierta forma también estoy de acuerdo con usted, Señor Bardés. Almodóvar no retrata a la mujer española como es, sino como él la ve. Creo que a un artista no se le puede pedir más que la expresión de su propia mirada, enriqueciendo y amplificando así la nuestra. Así que me pregunto por qué a Almodóvar se le exige un rigor al retratar a la mujer española que no se le exige a Van Gogh al pintar una noche estrellada, por poner un ejemplo.
De verdad que es un placer leerle a usted y a sus contertulios.
Saludos
Mul
Bueno, Mul, siempre es un placer ver que andas por aquí. Gracias por una opinión tan ponderada y que, desde luego, está más cerca de mi punto de vista y que, en el fondo, hace que esté bastante de acuerdo con lo que dices, que, por cierto, es una posibilidad que los tertulianos no habíamos barajado. Gracias por tu aportación tan femenina y tan excelente. Espero que, cuando te apetezca y tengas ganas, digas lo que te salga del corazón por estás páginas que no son tan buenas como decís salvo por la calidad de los que las visitan.
Publicar un comentario