viernes, 4 de diciembre de 2009

EL EMPERADOR DEL NORTE (1973), de Robert Aldrich


El principio de autoridad desafiado por alguien sin nombre que asume que está al margen de todo. Solamente se hace llamar A número 1. Tal vez porque es el primero, el que sabe destruir lo establecido, incluso la humillante condición de la pobreza. Es aquel que se atreve a retar al más temible de los revisores de tren para entablar una partida de ajedrez con las traviesas de las vías como tablero. Los movimientos se sucederán. Habrá un par de jugadas en las que se quede fuera de la partida. Pero tiene suficientes recursos como para no darse por vencido precisamente porque esa es la auténtica derrota: darse por vencido. No hay que rendirse ante un martillo de crueldad porque la clase de un hombre, esa clase que se instala en el interior como una hebra de tela en la raída chaqueta de miseria, es el arma principal para no ser nunca el vagón de cola.
Sin duda, hubo una época en que los más pobres sólo podían cobijarse de la tormenta del desprecio a bordo de un tren. Y entonces, subirse a un vagón a escondidas se convirtió en una forma de vida, y también en una expresión de la rebeldía contra el hambre, contra la indiferencia, contra el fracaso que, con un ritmo de ruedas mecánicas, pasaba sobre el destino de unos hombres que sólo buscaban un poco de dignidad.
Robert Aldrich propuso este duelo a muerte que entablan de manera soberbia Lee Marvin y Ernest Borgnine (después de bajarse Sam Peckinpah en la primera estación) y nos dejó con un héroe de ropa gastada y sonrisa cansina que sólo se mantiene vivo porque, en su enfrentamiento, sabe que hay una protesta, un decir no a lo que parece que es inevitable. Al otro lado de los rieles, la brutalidad orgullosamente exhibida por alguien que se cree superior por el mero hecho de tener un trabajo y que, hoy en día, se nos antoja tremendamente actual. La locomotora seguirá avanzando aunque alguien sin pasado muera seccionado por sus ruedas. El progreso no espera. Tan sólo queda la capacidad de poder negarse. Y a veces, no está permitido ni eso.
La admiración de un héroe que no quiere serlo siempre es peligrosa porque, en algún momento, se desea imitar aquello que se ensalza. Y es entonces cuando solemos darnos cuenta de que no hay suficiente clase como para llegar a la altura de las leyendas. A número uno cree que cualquiera con una cierta fortaleza de inteligencia puede llegar a hacer lo mismo que él. Pero no, cuando las hachas vuelan para matar, sabemos que el hombre sin nombre es el verdadero y el único, el que encarna los deseos que no se realizan y que no están al alcance de ese ser humano que ya no tiene muchos cambios de aguja para el resto de sus vidas. A número uno es el aviso de tiza en lo alto de un depósito, es la arrogancia del que no tiene, es el día acostado en un vagón de mercancías, es el fuego ennegrecido por el carbón. Es la rebeldía que nunca debe faltar en el corazón de quien se hace llamar hombre.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Entre las muchas estúpidas ideas que suelo utilizar para vencer los insomnios (mejor debería decir ocasionales desvelos) está la de imaginar cosas sobre las que escribir en los ratos perdidos. Nunca suelo conseguir hacerlo, muchas veces porque lo imaginado durante la noche es espantosamente ridículo a la luz del día, otras veces, es decir, casi siempre porque no existen los ratos perdidos y si existen no son suficientes para el relax que se precisa para desarrollar una idea.
Una de esas cosas que utilizo como somnífero es escribir un libro de transversales de cine, y en este caso se dan los dos impedimentos, la falta de tiempo y lo absurdo de la empresa.
Viene todo esto a cuento porque todo comenzó una noche en que empecé a imaginar un transversal sobre trenes, pero no había post que sugiriera donde colocarlo. Así que, la oportunidad la pintan cual cabeza de Yul Brynner.

Y es que es muy grande la filmografía con los trenes como escenario principal o como mínimo con una importancia destacable en el desarrollo de la trama. Podríamos filosofar con el “porqué”. Tal vez, los trenes se adapten bien a algunas historias porque son recintos cerrados en los que los protagonistas tienen cierta libertad de acción pero tan limitada en el espacio que hace prácticamente imposible que puedan huir de lo que les suceda. Tal vez porque expresen viajes hacia lo desconocido, hacia otra forma de vida y sean por tanto referentes de un cambio. Tal vez porque son viajes de baja velocidad, una especie de paralelismo con la propia vida, donde algo se gesta, nace, se desarrolla y finalmente muere.

Sea como sea, hagamos un somero repaso, aunque aquí si que se quedaran muchas en el saco porque hay “cienes y cienes” de ellas.

Anónimo dijo...

“El emperador del norte”, utiliza el tren con dos significados. Uno representa el puro vagabundeo, el ir de aquí para allá, el movimiento, representa a Lee Marvin.
El otro significado es la estabilidad, el llegar a la cima, el establishment, el tren es sólo para el que lo merece, y el guardián de ello es Shack el revisor Borgine. Magnífico Aldrich.
“Extraños en un tren”, es el paradigma de los encuentros casuales en trenes, eso de tu vida puede cambiar en un instante sólo con que un desconocido se siente a tu lado y... En este caso, Hitch, amante de las pelis con tren, nos hace pasar un mal rato con esa probabilidad.
“Alarma en el Expreso”, otra de Hitch para ilustrar como hacer una gran peli con un tren como único escenario, tensión, acción, suspense,...el maestro.
“El expreso de Chicago”, revisión en tono de comedía de la peli de Hitchcock. Gene Wilder y Richard Pryor en una estimable película aunque parezca un contrasentido. El guión estaba trabajado al menos.
“El tren del infierno”, lo mejor, para mi gusto, de Konchalowsky y si me ponéis de Voigth, Roberts y De mornay. Una película impactante, no solo se va donde te lleve el tren, lo peor es que además no puedes escapar.
“Pánico en el transiberiano”, una coproducción hispano-británica a la que tengo cierto cariño porque me hizo pasar verdadero miedo en mi infancia. Si no puedes bajarte en marcha y un monstruo terrorífico anda matando pasajeros con su sola mirada....
“El puente de Cassandra”, si hay pelis de catástrofes con aviones, rascacielos o transatlánticos, ¿porque no con trenes?, de nuevo colección de estrellas para una peli regular que ha envejecido mejor que alguna de sus contemporáneas.
“Testigo accidental”, otra joya sobre raíles. Gene Hackman protegiendo a Anne Archer. Poco espacio, ninguna salida y todos pueden ser el enemigo.
“Asesinato en el Orient Express”, la mejor adaptación de las novelas de la Christie, me gusta más Finney que Ustinov de Poirot y el elenco es maravilloso. ¿No fue oscar Ingrid Bergman como secundaria?.
“El tren”, de Frankenheimer. Una impresionante película llena de acción, no sabría decir si no es lo mejor del director. Hay muchas sobre robos a trenes, pero esta es mucho más que eso, es incluso una reflexión filosófica sobre si el arte está por encima de las vidas humanas.

No pongo más para dejaros jugar...hay tantas.

Abrazos Carpet.

César Bardés dijo...

"El cine sobre raíles"...creo que sería un interesante libro sobre cine, viajes y trenes. Quizá la fascinación de los trenes sobre el cine se puede comprobar si viajas en tren por centroeuropa y compruebas que sí, que hay algo mágico en ese viaje. Que el paisaje que ves, siempre está por venir. Que hay pasillos y asientos y la casualidad esperando sentada en algún lugar del ferrocarril. Puede que mires por la ventana y te sientas a gusto con el ambiente caldeado del tren porque veas cómo la nieve pasa refulgiendo sobre los faroles de la vía. Puede que la música siempre acompasada de las ruedas sobre los raíles tengan vocación de tranquilidad aunque en ese espacio tan reducido sea el campo ideal para lo inesperado. Puede que andar por los pasillos sea una sorpresa continua porque no sabes que heterogéneo grupo te vas a encontrar en el compartimento de al lado. No sé, el tren es magia, sabor, viaje, vida, comodidad, sabiduría, decisión, encanto, hechizo y aventura.
En cuanto a las películas que nombras sólo haré algunas acotaciones:
Me congratula que nombres "El expreso de Chicago", de Arthur Hiller porque a mí también me parece una película, cuando menos, divertida, algo currada, con un final espectacular y además tengo un recuerdo de amistad muy bonito de ella.
En cuanto a "El tren del infierno", bueno, más que mérito de Konchalovsky, que no ha vuelto a rodar nada parecido en su vida, yo atribuyo ahí las medallas a Akira Kurosawa que es el autor del guión y que es una película que en su día quiso hacer para hacer su debut en los Estados Unidos. Tenía previsto su rodaje en 1966 y quería que lo protagonizaran Henry Fonda en el papel que luego hizo Eric Roberts y Lee Marvin en el que hizo Jon Voight y parece ser que el personaje que interpretó Rebeca de Mornay Kurosawa lo escribió para que fuera hecho por un hombre y para ese papel había pensado en Robert Ryan. Luego no hubo acuerdo con la producción de la película con el afamado Joseph Levine y el proyecto quedó aparcado veinte años. Al mismo tiempo Kurosawa recibió una oferta para dirigir la parte japonesa de "Tora, tora, tora" con la que tuvo tantos problemas que desembocaron en un intento de suicidio después de una depresión espantosa. Fue sustituido a los quince días de rodaje por Richard Fleischer, que asumió la jefatura de todo el rodaje y fue ayudado en la parte japonesa por Kenji Fukasaku, reputado director de películas de catástrofes japonesas y que luego hizo la infumable "Exterminio", con Glenn Ford.

César Bardés dijo...

No cabe duda de que "Testigo accidental" es una excelente película pero es versión de "The narrow margin" que a finales de los cincuenta dirigió magistralmente Richard Fleischer como asumida serie B que le quedó niquelada de buena, con Charles McGraw en el papel de Hackman.
Efectivamente, Ingrid Bergman fue ganadora del Oscar a la mejor actriz secundaria por "Asesinato en el Orient Express" y Finney, de hecho, fue nominado como mejor actor. Yo creo que es una película excepcional.
En cuanto a "El tren", bueno, es magnífica. Tanto en su mensaje como vista como película de acción. Es impresionante y sí, posiblemente esté entre lo mejor que ha rodado Frankenheimer (el comienzo de su carrera fue impresionante con "Los jóvenes salvajes", "Siete días de mayo", "El hombre de Alcatraz", "El mensajero del miedo" y "El tren"). Lo bueno es que también entró como sustituto del director previsto inicialmente que era Arthur Penn que llegó a rodar durante una semana, creo que él es el responsable de la reunión en el vagón de tren donde la encargada del "Jeu de Paume" comunica a la resistencia que el Coronel Strasser se ha llevado los cuadros del museo.
En "El infierno del odio", de Kurosawa, vuelve a salir el tren como elemento muy incisivo en la trama o qué decir del tren tan invasor que se dibuja en "Hasta que llegó su hora", de Leone; Por no mencionar la escena de sexo sin palabras (naturalmente censurada en España y que fue espantosamente doblada) en el compartimento de "Con la muerte en los talones"; o el metro como protagonista en "Pelham 1,2,3" que aguanta mucho mejor que la versión reciente de Tony Scott; o el tren que pone en marcha la misión de la maravillosa "Los profesionales", de Richard Brooks; o el lugar de la explosión de "El agente secreto", también de Hitchcock; o la parábola del deseo con las vías que se cruzan tanto en "La bestia humana", de Jean Renoir como en "Deseos humanos", de Fritz Lang; o incluso esa aventura humana que sufre Lillian Hellman con tal de ayudar a su amiga del alma en "Julia" intentando pasar de contrabando muchos dólares para financiar fugas del nazismo.
El tren es siempre un gran plató de pasillos muy estrechos.
Si un día decides hacer un libro de transversales, aunque sea con traviesas, cuenta conmigo como mero asesor, por supuesto.

Anónimo dijo...

Que buena la aportación de pelis y de ideas, muy por encima de la original, si alguina vez decido hacer yuna peli sobre transversales te contrataré de negro y me llevaré la gloria...

Me alegra que incluyas "Con la muerte en los talones", otro tren de Hitch, no como escenario principal en este caso pero de una gran importancia. Cuando pensaba en pelis con trenes siempre veía a Grant y Eve Marie Saint. Caso parecido al de "La sombra de una duda".
También pensaba en "Los profesionales", hay muchas películas del Oeste en las que los trenes tienen gran importancia, la mayor parte de las veces por sus atracos, "La verdadera historia de Jesse James" por ejemplo tiene varios y emocionantes. E incluso "Grupo Salvaje", que otra de las imagenes recuurrentes del cine es esos vagones cargados de soldados y ametralladoras...

Hay más películas destacables en ese "Cine sobre railes"...

"El maquinista de la General", obra maestra de Buster Keaton y una gozada de acción, diversión y espectaculo.
"Los hermanos Marx en el Oeste", sus escenas en el tren son un regalo para el mundo y sin ellos y sin los trenes no tendría sentido eso de : "Más madera, es la guerra".
"Europa" de Lars Von Trier, quizá su mejor peli o al menos la única que a mi me gusta. El tren en este caso simboliza la vida, el siglo XX, el tiempo...o tal vez no, es topdo tan simbólico.
"Polar Express", pelicula animada que alegro hace un par de navidades a muchos niños. El tren no sólo te lleva en sueños a conocer a Papá Noel sino que se convierte en una impresionante montaña rusa.
"Transiberian", es probablemente la última, no puedo decir mucho porque dicen que el interés comienza pasados los primeros ¡¡40 minutos!! y a los 25 yo me í por vencido.
"El primer gran asalto al tren" con Connery y Sutherland, sobre el libro de Crichton. dicen que se basa en las actas judiciales del verdadero primer asalto, lo cierto es que está muy bien ambientada y es verdaderamente entretenida.

Hay más, fijo.

Abrazos, Carpet.

César Bardés dijo...

Hay tres títulos que merecen, desde luego, ser destacados. Uno, por supuesto, es "El maquinista de la General", obra maestra del género, aventura por excelencia, trepidante de desarrollo, genial de planificación.
Otra es "Europa" en la que estoy de acuerdo contigo en que es la mejor de Lars Von Trier (y curiosamente si te fijas, de las menos recordadas porque los de siempre se van a las de siempre, tal vez porque no vieron "Europa"). En cualquier caso, en sí misma, "Europa" ya constituye un homenaje al cine de trenes, con un mensaje que te deja sobrecogido, con algunos planos que dejan asombrado. Sí, sí, estoy hablando de Lars Von Trier y cómo introduce en toda la trama sus homenajes a "Extraños en un tren" o "La noche del cazador" además de la inolvidable voz de Max Von Sydow (yo la vi en versión original y merece muchísimo la pena) diciendo aquello de "At the count of ten...you will be in Europa...and I say...ONE".
La otra es "El primer gran asalto al tren", una película ágil, muy cuidada de ambientación, en efecto. Con un reparto de ensueño incluyendo a Connery y a Sutherland y con ingenio en la ejecución y preparación del atraco. El libro llegué a leerlo y, efectivamente, está basado en las actas del juicio con algunas, bastantes, transcripciones literales. En el fondo, Crichton no era buen director, pero tampoco era malo. Con esta y "Coma" ya tendríamos para decir que algo de talento tras la cámara sí tenía.
Así a bote pronto, se me ocurre "El tren de la vida", una sorpresa que pillé en televisión por casualidad y que me divirtió en su delirante plan de escape de un puñado de judíos haciéndose pasar por prisioneros dentro de un tren que supuestamente va a un campo de concentración cuando realmente va hacia la libertad.
En plan malvado, podemos decir que el cine español ha visitado los raíles en la infumable, espantosa y terrible "Catorce estaciones", de Antonio Giménez-Rico, intentando hacer una película de intriga y mezclando la metáfora de un via crucis que le salió tan mala que yo creo que ni él mismo ha vuelto a hablar de ella.
Vitales son el western aunque por su ausencia, los trenes de "Solo ante el peligro", "El tren de las 3,10" (versión de Delmer Daves, por supuesto) y "El último tren de Gun Hill". Muy vital es todo el comienzo de "Río Lobo" con ese atraco sudista a un tren cargado de oro yanqui. Tren cargado de espías lo tenemos en la más que aceptable "Berlín Express", de Jacques Tourneur, un director capaz de transformar en oro todo lo que tocaba. Hasta en música podemos hallar muestras de la inspiración rítmica de trenes siguiendo su marcha con la suite "Train", del gran Wynton Marsalis o la clásica "Take the A train", de Duke Ellington (que John Coltrane convirtió en "Take the coltrane") y, por supuesto, "Chattanooga choo choo" del inolvidable Glenn Miller. Hay más. Esperamos más ideas.

Anónimo dijo...

No está mal la ampliación musical, siempre que no incluyamos la infumable ELO y su "Last Train to London".
Y que buena la inclusión de "Solo ante el peligro", "El tren de las 3:10" y "El último tren de Gun Hill"...trenes ausentes...
Hay otro tren también muy importante, que pasa por un pueblo donde nunca se apea nadie, hasta que finalmente lo hace un hombre manco que empieza a preguntar por un japonés en "Conspiración de silencio".
El tren que también tiene una importancia capital en "Anna Karenina" (chistoso que soy) y por supuesto en "Doctor Zhivago"...otro amante de los trenes David Lean o de las estaciones, recordemos "Breve encuentro".

Por cierto, es obvio que no decidiría hacer una peli, sino escribir un libro...ahí si tendría sentido que te contratase de negro, para una peli casi mejor que no salvo que te forres a rayos UVA.

Abrazos con traqueteo. Carpet.

César Bardés dijo...

Sí, mejor que la peli la hagas con alguien que sepa hacerlas. Ya sabes, como decía Cary Grant: "Los críticos son como los eunucos. Saben cómo hacerlo pero no saben hacerlo".
Qué importante es ese tren del "Breve encuentro". Lean tenía pasión por los trenes. Ahí está la importancia capital de construir un puente para el paso de trenes de armamento en "El puente sobre el río Kwai" o el afamado asalto al tren donde hieren al protagonista de "Lawrence de Arabia". En el western también tenemos "Ladrones de trenes", con un tardío John Wayne asaltando un tren varado en la arena del desierto. En "Crónica negra", de Jean Pierre Melville (qué bueno era el jodío) tenemos el asalto a un tren en marcha para robar un cargamento de droga. En "Misión de audaces" llega un tren cargado de tropas que no harán más que derramar su sangre ante la trampa que John Wayne ha tendido a las hordas sudistas. Hay una película checa, fantástica, ambientada en la segunda guerra mundial y ganadora del Oscar en los años sesenta: "Trenes rigurosamente vigilados". El tren como arma homicida de una brutalidad casi desconocida en "Borsalino", la única vez que coincidieron en pantalla Jean Paul Belmondo y Alain Delon; la investigación detectivesca en un tren de western que se desarrolla en una de las pocas películas tragables de Charles Bronson como es "Nevada Express" (guión de Elmore Leonard, lo cual siempre es una garantía). El tren que sirve de escondite al timador que roba un dinero sin saberlo en la soberbia "La huida", de Peckinpah.
Por cierto, lo de "Ana Karenina" sí tiene su gracia sí. Y me parece a mí que un día de éstos voy a tener que hacer un viaje hacia el norte en coche-cama. Me encantan los coches-cama...tienen misterio. ¿Qué me pasará?