Un hombre que no se detiene en ningún paisaje se encuentra, de repente, con la tarea de ser padre. No sabe cuál es el camino que debe tomar. Ese camino tan plagado de errores que significa cuidar de alguien que siempre le ha visto como un mero portador de regalos que, de vez en cuando, aparecía para saborear la felicidad. Ser padre no es ninguna ganga. Es un cúmulo de obligaciones que él no ha querido nunca asumir. Ser padre es, también, estar vivo.
Así que se queda allí, derramando lágrimas en un paisaje que parece hecho para ser desolación, para ser vuelta, para ser dolor. Al principio, cree que está solo. Los niños no saben tener responsabilidades. Y debe aguantar el llanto cuando un niño, siempre inocente y cruel, dice lo indebido. ¿Cómo se hace? ¿Cómo alguien que sólo sabe moverse entre canchas de deporte y titulares de raqueta y brazada puede aprender a jugar? Cuando no hay raíces echadas es difícil que algo crezca. Tal vez sólo hace falta aprender a decir que sí.
Pero esta película lo único que nos enseña es a decir que no. Lo que podría haber sido emocionante, se convierte en algo tan previsible como incoherente. Lo que debería rozar los sentidos, pasa de largo ante quien asiste una y otra vez a la repetición de una jugada a cámara muy lenta. Lo que tendría la obligación de ser cine, se queda en una intrascendente historia para televisión que, por millonésima vez, está basada en hechos reales. Es lo de siempre para contar algo que debería ser lo de nunca.
Y no deja de ser algo bastante lamentable que un director como Scott Hicks que sabía tocar la fibra sensible con un relato tan sobriamente llevado como Shine y que, incluso supo conmover ligeramente con un título tan prescindible como Corazones de la Atlántida, se haya olvidado de cuáles son las normas básicas para, al menos, humedecer los ojos, o remover algunos sentimientos que tenemos escondidos y que sólo somos capaces de sacar a la luz en la oscuridad de una sala de cine. Aquí no hay nada que contar salvo el paso de un actor como Clive Owen, que es creíble en sus reacciones, que es arrojado en un registro dramático y que se hace muy cercano cuando transmite toda la pena que siente por perder lo que más quiso y ganar lo que nunca esperó. Es el tipo perfecto para encarnar la independencia mutilada por la obligación. Es una puesta de sol en marco de playa. Es un poco de cinismo metido en un globo de agua.
Más allá de eso, no hay otra cosa que lugares que ya hemos visitado, desórdenes mil veces vistos, la tendencia a considerar que, aún con todo el sufrimiento del mundo, la vida es hermosa y que siempre se debe intentar encajar las piezas de un pasado que ha ido dejando demasiadas cosas pendientes por las esquinas de los días. Vemos de nuevo Kramer contra Kramer con el añadido de la pérdida. Y es entonces cuando nos damos cuenta de que hay mucho aire libre y pocas intenciones encerradas. Todo un envoltorio de promesas que se estrellan en la red que divide los dos campos de una norma. El miedo al error toma muchas ideas del silencio.
Así que no merece la pena que tomen un avión que les deja abandonados a mitad de trayecto y que, además, no entretiene, no recoge, no niega, no anda, no cuenta. Es más apetecible dejar que los niños crezcan con el dolor incrustado porque eso les dará sabiduría. Es más fácil hacer y dejar hacer. Es más creíble escribir una crítica sin ir al evento. Dejemos que el aire se nos estrelle en la cara por encima de los abruptos fallos de un sendero que nos lleva a un paisaje para una desolación. La misma que nos deja esta película porque se sale con la sensación de no haber visto nada importante y sí mucho aburrido. Es mejor comprarse un descapotable porque uno quiere llegar a creer que eso es lo que te hubiera pedido la mujer de tus sueños.
11 comentarios:
Bueno, algo de eso me temía. Si a una película ya de por si previsible le añades un trailer que te la cuenta toda entera es normal que te temas algo de eso. De todas formas, la vida te da sorpresas que decía aquel. Hace poco en un avión me pusieron una película llamada La vida sin Grace con un argumento muy similar. Un hombre que se queda viudo porque su mujer, soldado de profesión, muere en la guerra de Irak, y se lleva a sus hijas un fin de semana a un parque de atracciones para intentar contarles la noticia porque no sabe cómo hacerlo. A mí esa peli me gustó porque además su reparto está encabezado por John Cusack, un actorazo superlativo que es una de mis debilidades.
Padres en apuros, sería en esta ocasión el transversal. Que no todos tenían posibles para pagarse una niñera además cantarina como el Herr Von Trap de Sonrisas y lágrimas. El modelo perfecto sería el Kramer contra Kramer que tú has citado. Y también tendríamos a Tom Hanks en Algo para recordar o a Ed Harris en Quédate a mi lado haciendo todos los posibles para que sus retoños aceptaran a su nueva mamá. También lo pasaban mal con un crío aunque no eran exactamente padres los 3 solteros y un biberón de la comedia francesa aquella tan divertida. Y no con su hijo exactamente sino con su hermanito pequeño se las tenía que ver el gran José Luis Ozores en la inolvidable Recluta con niño. Seguro que si nos ponemos a buscar nos salen más niños que en el cine no dejan de joder con la pelota.
Ya lo decía Alfred Hitchcock: "Nunca actúes con niños o con Charles Laughton, el público sólo les mirará a ellos". Uno de los grandes pecados de esta película es la falta de encanto de los niños. Y lo peor es que pretenden que lo tengan. El resultado claro, son las ganas de quitarse de encima a los niñitos ñoños y sin gracia, tal y como pasa en la vida real.
Uf, para padres en apuros, dejémoslo en padres varones por aquello de que, en teoría, es más difícil para ellos. Sin ir más lejos, tenemos al mejor de esos padres, Atticus Finch que, en esa escena impresionante, oye a sus hijos por la ventana de la casa cómo hablan de una madre que apenas recuerdan y él, con sólo el gesto, ya nos da a entender cuánto la echa de menos. O el padre que quiere dividir su reino en "Ran" para cada uno de sus tres hijos, cada cual más ambicioso. O el padre que sólo piensa en la venganza de "Los sobornados". O el padre que es capaz de darse cuenta de que la bebida le está destruyendo pero no puede hacer que su mujer lo deje por el bien de su hija en "Días de vino y rosas". O el padre que siempre ha estado al lado de su niña aunque ella ni siquiera lo sepa en "Poder absoluto". O el padre asesino psicópata que sostiene contra viento y marea su inocencia en "La caja de música". O el padre que se juega la vida por dinero porque está cansado de luchar en "El tren de las 3,10". O ese padre fascinante que es aún más fascinante cuando se descubre que es mejor de lo que se creía en la muy recomendable (por si no la habéis visto) "Lone star", de John Sayles. O el padre con una hija de tendencias más que peligrosas de "Cara de ángel". Ya sé que es una forma poco habitual de abordar el transversal pero se lo dejo a nuestro especialista que, en este momento, tiene unos días llenos de papeles y zarandajas propias del trabajo. Seguro que, en cuanto pueda, viene con más y mejores padres en apuros.
Lone Star es una de mis pelis favoritas de los noventa. No sé cómo pudo pasar tan desaperecibida en los cines. Y no sé cómo he podido olvidarme de Atiicus, leñe.
Es que es muy buena. Hace poco la reví y sigue teniendo ese aire de que algo pasa y no sabes muy bien el qué. Y lo que pasa es la verdad. Me alegro de que forme parte de tus referencias inexcusables de los noventa, entre otras cosas porque es una de esas joyas que permanecen completamente desconocidas para la mayoría. Habrá que hacer algo por ella. Ya me pongo a pensar.
Saco tiempo de la nada porque no puedo aguantarme. “Lone Star”, que buena. Pasó desapercibida porque no contenía ninguna estrella de relumbrón, McConaughey es secundario y además no está controlado., la Mcdormand y Kristoferson no son un supertirón comercial precisamente y además es una gran película, vamos que lo tenía todo para pasar desapercibida y así la pillé yo, de rebote, en una redifusión del Plús (hay que agradecer al Canal+ lo mucho que hace por los aficionados caseros) y me encantó, con ese final tan…maravillosamente libre.
Aisss…y un transversal, vosotros si que sabéis como llamar mi atención y no mis vecinas cañón con sus jueguecitos lésbicos…esteeee…ah si el transversal, que se me fue el santo al cielo mirando por la ventana.
Pobres papás a los que las circunstancias obligaron a criar a sus hijos solitos, o mamá se fue a por tabaco o a mamá la mató el tabaco, el caso es que cuidar a un hijo no es tarea fácil sin la presencia femenina, pero ejemplos hay muchos de que lo consiguieron de mejor o peor manera.
Para padre protector no hay ninguno como Marlin, un pez payaso que con una amiga desmemoriada va “Buscando a Nemo” hasta Sidney, Australia, ni más ni menos. Pero no es el único que le da por recorrer grandes distancias por su peque, que ahí tenemos a Viggo Mortensen en “La carretera”, a Tom Cruise en “La guerra de los mundos” o a Michael Sullivan, alias Tom Hanks, huyendo de sus ex amigos y de un fotógrafo algo cabroncete “Camino a Perdidción”.
Y es que la mafia tiene mucho peligro, que se lo digan a Vito Corleone con sus tres peques tan distintos ellos, padre y “Padrino” , en un dos en uno. Tres y distintos también tuvo Anthony Hopkins en esa peli tan bonita y que no sé porqué aprecian tanto las chicas, tal vez sea por ese Tristán que interpreta un feo actor en “Leyendas de pasión”. En esa la mami se fue a otros lugares que no le iban bien el polvo del rancho (alergia debió ser), buscando otros polvos también abandonó a papá con sus retoños la mamá de James Dean “Al este del Edén” y claro, con papi como único referente es complicada la época juvenil, sobre todo si parece que eres el hijo malo.. Y para cantar zarzuela deja a las niñas con papá Fernán Gómez en “Belle Epoque”, aunque lo mismo era sólo durante los veranos.
Y no hay que ser Von Trap para que vengan una institutriz a cuidar a los niños y cantarles canciones, además se parece mucho a Julie Andrews, pero esta vuela y se llama “Mary Poppins”.
Pero no siempre hay buen rollo, a veces falta mamá y un padre tiene que hacer cosas muy complicadas para sacar a los peques adelante y darles una vida mejor, hasta volver a matar como un tal William Munny en “Sin perdón”. Y otros, bueno otros digamos que se exceden un poco en la educación de los críos, como Bill Paxton en esa peli tan terrible, angustiosa y mal rollo, llamada “Escalofrío”.
Hay más solo hace falta que me den tiempo, que por incluir podemos tirar hasta de John Wayne, que no era el padre pero lo parecía en esa extraña película llamada “Los cowboys”.
En fin, prueba superada me ha costado lo mío y mil cien interrupciones
Abrazos
Agradecidos estamos porque ha sido un transversal completísimo aún con interrupciones y todo. Fantástico. Da para un libro, desde luego.
En cuanto a "Lone star" yo fui a verla directamente al cine, que, si no recuerdo mal, se estrenó en una sola sala de todo Madrid y fue en los Ideal Multicines. Fui atraído por el cartel (un primerísimo plano de la cara de un sheriff con gafas de sol puestas y reflejándose una calavera en ellas y por la frase publicitaria que recuerdo perfectamente: "El director John Sayles les invita a volver a la escena del crimen"). También fui atraído porque ya había visto por aquel entonces "Passion fish", del mismo director, con Mary McDonnell y David Strathairn y me pareció una película espléndida. Es más, no me ha decepcionado nunca este director, me parece un hombre valiente, que defiende a ultranza su independencia y que nos regala títulos tan estupendos como ésta, como la ya nombraba "Passion fish", "El secreto de la isla de las focas" (un cuento absolutamente encantador), "Hombres armados", una estupenda película, muy crítica con las guerrillas y las barbaridades de los países sudamericanos y con un papelón de Federico Luppi, "Limbo", una estupenda película, muy pequeña, en la que se nos habla de lo grande que puede ser una niña. Y mención especial merece también "Silver city" que me parece una de las críticas más demoledoras y acertadas contra la Administración Bush y de cómo se puede aupar hasta lo más alto al mayor inútil de las praderas. Ya digo, un director interesantísimo al que no dejo de seguir. Por cierto, no dejé tampoco de sorprenderme cuando "Lone star" tuvo una nominación al Oscar al mejor guión original porque, sinceramente, creí que había sido un fracaso bastante silencioso.
Gracias por el transversal, Carpet, curiosa esa inclusión de la inclasificable "Escalofrío".
Si es curiosa e inclasificable "Escalofrio" por cuanto es una película que me desagradó por lo que contaba y ala vez me atraía como lo contaba. No sé, no es una película que recomendara ver, pero creo que lo mismo es buena, ¿o no?.
Más curios aun es darme cuenta de que a pesar que he leído hablar bien más de una vez de John Sayles he descubierto que no he visto ni una película suya a excepción de esta excepcional "Lone Star", por lo que cuentas veo que me queda tarea pendiente.
El transversal es vuestro, yo sólo completo con lo que me acuerdo y el me permiten. Por cierto otro viudo educando a sus hijos y pasandose un poco se daba también en "El rio de la vida" de Redford, otra vez Brad Pitt haciendo de James Dean. Y no recuerdo aque tuviera madre, Calogero, el hijo de Robert de Niro em "Una historia del Bronx", otra vez la mafia tan atractiva.
Un abrazo.
Si es curiosa e inclasificable "Escalofrio" por cuanto es una película que me desagradó por lo que contaba y ala vez me atraía como lo contaba. No sé, no es una película que recomendara ver, pero creo que lo mismo es buena, ¿o no?.
Más curios aun es darme cuenta de que a pesar que he leído hablar bien más de una vez de John Sayles he descubierto que no he visto ni una película suya a excepción de esta excepcional "Lone Star", por lo que cuentas veo que me queda tarea pendiente.
El transversal es vuestro, yo sólo completo con lo que me acuerdo y el me permiten. Por cierto otro viudo educando a sus hijos y pasandose un poco se daba también en "El rio de la vida" de Redford, otra vez Brad Pitt haciendo de James Dean. Y no recuerdo aque tuviera madre, Calogero, el hijo de Robert de Niro em "Una historia del Bronx", otra vez la mafia tan atractiva.
Un abrazo.
Sí, sí, Calogero tenía madre aunque desempeñaba un papel muy secundario. De "El río de la vida" (siempre recordaré su última frase: "...estoy hechizado por las aguas...") me ha gustó muchísimo su fotografía, de Philippe Rousselot, que cogía al vuelo los sedales de todos esos entusiastas de la pesca y de ese discurrir de aguas que también es la vida. Hasta me gustó por primera vez Tom Skerrit en el papel del padre (por cierto...¿ese papel no lo podría haber interpretado el propio Redford?).
Yo creo que "Escalofrío" sí es una película buena pero entra dentro de esa categoría de títulos que te producen tanto...¿rechazo? que no volverías a ver, que no te apetece volverlas a ver. Eso me pasa también con "El intercambio", de Eastwood, que nunca he recomendado, tienes toda la razón, a nadie.
Bueno hablando de Clint Eastwood y de padres con apuros no podemos olvidar la magistral y estupenda para mí Un mundo perfecto. Vale, Dexter, que hay trampa y que el Costner no era el padre del crío pero la referencia paterno filial es tan clara que supongo me aceptais pulpo como animal acuático, verdad? Y bueno, si lo mío es trampa lo del Wally con Mary Poppins también que había un padre y una madre por medio. Por cierto, volviendo a Eastwood que esta es otra peli a añadir como Lone Star al carro de las desapercibidas e - injustamente- infravaloradas. Lo de las relaciones conflictivas entre padres e hijos en las pelis de Clint Eastwood daría por cierto para otro trasversal, que hay que ver qué perra tiene el hombre con el tema, suena a trauma infantil o algo así.
Y bueno ya sin trampas ni cartones podemos citar Harry e hijo en donde nos encontrábamos a Paul Newman lidiando con un hijo adolescente bastante conflictivo. O La vida es bella de Benigni, película que consigue atraparme en su primera mitad y que luego aborrezco. Y sí, hay había madre, pero como si no estuviera porque el que se tiene que hacer cargo del crío es Rooobertooo (qué Oscar más vergonzoso por cierto)
Bueno Bardés, para acabar voy a intentar ponerte un nudo en la garganta recordándote aquella escena de Anthony Hopkins y el crío del Parque Jurásico sentados en una escalera llorando a moco tendido por la muerte de Debra Winger en la maravillosa.. bueno, ya sabes cual es, no puedo seguir, que yo también me he emocionado.
Es cierto. "Un mundo perfecto" es mejor de lo que han tenido a bien concederla (no te preocupes, Carpet, que no voy a decir aquello de "Thelma y Louise cambian de sexo"). En cuanto a la obsesión de las relaciones entre padres e hijos, creo que es un signo distintivo de su autoría, igual que las madres en Hitchcock eran terriblemente inquietantes y amenazadoras.
Sí, admitidos "Un mundo perfecto" como animal de compañía.
Hopkins llorando en aquella escalera, ay Dios, que se me escapan...
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