viernes, 16 de julio de 2010

CORAZONES INDOMABLES (1939), de John Ford


En esta película estamos ante una de esas joyas escondidas, muy pocas veces mentadas, de la filmografía de un director que ha tenido estrellas tan fulgurantes que han robado el brillo de otras muchas que hubieran punteado el cielo de cualquier otro de constelaciones arrebatadoras. En esta película encontraremos muchas de las constantes del cine de John Ford: acción, drama, humor, amor…Sin ser una película redonda del tuerto genial, es una película maravillosa, realizada con un inmenso cariño por la historia de los Estados Unidos. Para ello, contó con una fotografía en color de Bert Glennon y Ray Rennahan que, casi, se convierte en un personaje más de la historia. Fue tan terminante este trabajo que Ford tardó casi diez años en volver a rodar en color por miedo a no igualar los resultados de ésta (el tiempo demostró que pudo superarlos. Ford, quizá con Stanley Kubrick, son los directores que más sabían de fotografía de toda la historia del cine). A ello no le son ajenos algunos elementos técnicos de la película que contribuyeron decisivamente a su plasticidad como la dirección artística de Richard Day y Mark Lee Kirk y el ajustadísimo vestuario de Gwen Wakeling.
Por poner algún pero y en contraposición con la estupenda actuación de Henry Fonda en el papel protagonista, nos fijaremos en la inadecuada elección de Claudette Colbert como su oponente femenina. Colbert, una mujer que formaba parte de manera tradicional de los fotogramas sofisticados y llenos de glamour, se daba de bruces con la imagen de los pioneros que se retratan aquí. Además de todo ello, tuvo una penosa relación en el rodaje con el propio Ford aumentada por la camaradería que demostraba el director con Edna May Oliver en el papel de Sarah McKlennar. Tanto es así que en cierta ocasión, después de cortar una escena, Ford no dudó en espetar a Colbert:
- Me pagan para que dirija, cariño…¿para qué te pagan a ti?
Por otro lado, y en cuanto a la historia en sí, podemos encontrar el primer intento, algo tímido, de ponerse al lado de los indios (que deja en evidencia las acusaciones ancestrales de que el director era un racista) que, años más tarde, fueron confirmados en películas como “Fort Apache” y, sobre todo, en “El gran combate”. Aún así, cabe destacar que el rigor histórico en esta película apenas está presente al dar la idea de que fueron los nativos los que se inmiscuyeron en la vida de los colonos americanos y no al revés. Asimismo, la paradoja propuesta por Ford no deja de ser fascinante al dar a entender que la consagración del desarrollo de la civilización convierte en obsoletos los valores que celebra la propia cinta.
En cualquier caso, el sentido del encuadre que demuestra un director de su sobriedad y de su extraordinaria capacidad técnica, no ha tenido igual en años posteriores. Siempre…Siempre merece la pena ver una película dirigida por John Ford…por muy mala que sea…

Debido a una rotura de disco del ordenador que me obliga a una reordenación de todo el material, a la asistencia a unas mesas redondas en una universidad del norte y al inicio de las vacaciones, cerramos con John Ford el blog hasta el próximo miércoles 1 de septiembre, fecha en la que volveremos con nuevas ideas, nuevos artículos y la esperanza de que todos sigáis entrando para hablar, leer, pensar o crear de cine. Un abrazo y feliz verano a todos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Que disfrutes de esas merecidisimas vacaciones...

Y que lo del disco duro sólo sea un reseteo.

Hasta Septiembre ..

dexter dijo...

felices vacaciones,bardés,disfruta de tu descanso que te lo has merecido. John Ford no está mal como cierre de temporada,aunque me he quedado con las ganas de saber tu opinión sobre Toy story 3. Pues lo dicho,nos vemos a la vuelta donde espero que podamos seguir hablando de cine...hasta el infinito y más alláaaa.

Scarlett dijo...

Pues sí que sí todo el verano sin saber nada de ti..... y mira que yo creía haber leído que te ibas hasta el 1 de agosto... traiciones de la memoria.

César Bardés dijo...

Pues ya estoy aquí, con pilas recargadas y morales anudadas. Comenzamos con uno de los artículos de estreno que tuve que adelantar antes de la marcha y que, aunque ahora se queda antigua, me parece que merece la pena rescatarlo.
Bienvenidos todos y que sigamos hablando de cine.