jueves, 8 de julio de 2010

MADRES E HIJAS (2010), de Rodrigo García


En más ocasiones de las que creemos, el destino urde desgracias como inicios de nuevos y certeros caminos. Puede que una niña no deseada nazca para hacer felices a otras personas que no son sus padres. Puede que otra niña vea la luz para sustituir un sueño que se ha perdido de forma abrupta. Puede que aún otra niña más tenga un futuro feliz en un hogar cercano a otro que se devora a sí mismo porque no sabe qué ocurrió con aquella criatura que fue dada en adopción.
Poco a poco, lo que eran pequeñas canciones tristes se van convirtiendo en extrañas esperanzas de alegría. Recuperarse de los errores cometidos por culpa de un beso que se convirtió en bebé no es fácil de aceptar. Ahí se edifican personalidades que huyen del afecto porque saben que en el momento decisivo fallaron estrepitosamente o porque creen que, por haber sido niños adoptados, nacieron con el estigma del rechazo. Todo está visto desde un lado trágico que se convierte misteriosamente en una promesa de felicidad y hay incluso quien despierta de ese sueño en el que ha preferido pensar que tener un niño es fácil, que es poco sacrificado, que es una realización personal que no implica el largo camino de un nuevo ser que no sabe andar, no sabe reír, no sabe hablar y no sabe comer.
Concebida como un puzzle que va teniendo sentido según avanza la narración, no puede uno volver la cara e ignorar el talento de dos actrices que iluminan la escena cuando están y ellas son Naomi Watts y Annette Bening. Ellas conforman personajes complejos, de difícil equilibrio interpretativo que resulta un ejercicio brillante para dos mujeres de intensa convicción delante de una cámara. La película decae peligrosamente cuando ellas no están y convierten a la tercera historia que completa el cuadro en algo meramente anecdótico. Ellas consiguen andar por ese filo de incomodidad que planea sobre sus caracteres colmados de errores en sus planteamientos, en caída libre hacia una cortante cuchilla que cuartea todos los sentimientos de soledad, de compañía, de independencia, de frustración, de seguridad, de aislamiento que saben transmitir con sus miradas, sus maneras y sus reacciones.
Más allá de eso, tenemos a un eficaz y lógico Jimmy Smits y a un seguro Samuel L. Jackson que no abandona una serenidad reconfortante aunque el papel de los hombres en este drama de deseos maternos queda reducido a una inmerecida penumbra. Detrás de todo, además de un director procedente del montaje como Rodrigo García, está Alejandro González Iñárritu un experto en reverdecer maizales cuando arden cosechas y que produce todo el tinglado porque sabe que está en la línea de lo que él mismo suele hacer cuando toma los mandos.
Cuántas veces, sin apenas darnos cuenta, hemos cedido a las presiones de los demás para hacer lo que ellos creen que es correcto. Cuántas veces hemos pensado en lo diferente que sería nuestra vida si hubiésemos hecho esto o aquello en lugar de lo que hicimos. Cuántas veces hemos sido capaces de escuchar a alguien sabio, que nos ha brindado palabras de tranquilidad, y lo hemos despreciado por su juventud, por su aspecto o por su aparente inexperiencia. Esta película es de mujeres, para mujeres y por las mujeres en un homenaje a ese deseo que nace con ellas de querer dejar una huella en este mundo con un niño que tenga sus ojos, o ría con el mismo gesto, o llore con la misma lágrima. Y ahí reside el notable valor de una película triste y gozosamente ordenada, retrato de cosas incomprensibles que pueden ocurrir a cualquiera y que, sin embargo, ocupan su lugar en los designios que la vida nos tiene reservados. Ellas son centro y vida, fábrica de maravillas, promesa y tiempo, aire y cuento, sensibilidad escondida, mirada de deseo.

6 comentarios:

Carpet dijo...

Había oido hablar muy bien de esta película hasta convertirse en la única que me apetecía ir a ver de todo lo último estrenado y de lo próximo por estrenar. No sé si lograré ir a verla antes de mis vacaciones que comienzan la semana que viene, lo que os ahorrará mis ignorantes comentarios y mis trediosos transversales.
Comentaban que era una película de enorme sensibilidad, de esas que llegan a las mujeres madres, al resto de las mujeres y a algunos hombres especialmente sensibles(incluso por ese orden).
Es evidente que Rodigo Garcia se ha especializado en hablar de mujeres y que tiene una especial aficción por las vidas paralelas, como demuestran tanto "Cosas que diría qcon solo mirarla" o "Nueve Vidas".
He de decir que me gustó bastante la primera de las mencionadas, aunque menos que su propio título, que me parece una frase preciosa digna de su padre, Gabriel García Marquez. La película contenía una sensibilidad especial, un buen gusto y una extraña capacidad de hacer cercanos a un grupo de mujeres en realidad algo raritas. Creo que sin embargo tenía momentos algo premiosos y faltos de ritmo, pero era dulce caramelo de los que no se debe despreciar.

La Benning me apetece mucho, creo que es una grandisoaa actriz que sacrificó mucho por atar en corto a Beatty, pero el amor es lo importante y si ella lo quiso así no hay objección posible. La Watts también me agrada pero tiene una excesiva tendencia a componer personajes desubicados. "The Ring", "Mullholand Drive", "Promesas del este", incluso "King Kong" todos son personajes en los que tiene que poner cara de "pero ¿que esta pasando? ¿que hago yo aquí?", bueno, en el caso de la peli de Lynch todos parecen igual de desorientados.

Un abrazo y hasta mi vuelta a finales de Julio. Pasadlo bien.

César Bardés dijo...

Hay que reconocer que Rodrigo García, a pesar de que es un cineasta en evidente fase de aprendizaje, puede prometer un tipo de cine intimista y que puede llegar a tener hasta un sello personal muy interesante si se aleja de la intención de imitar a Inárritu. En cualquier caso, en una época de sequía total, su película es más que interesante aún poniendo algunos casos extremos y desde una óptica con la que no estoy demasiado de acuerdo pero que respeto, sobre todo tratándose de un tema tan delicado.
También es verdad que "Cosas que diría con sólo mirarla" es más que aceptable y yo la pondría en un honroso par con ésta porque también, aunque parece que ha frenado la precipitación en el narrar, todavía no llega a controlar del todo la morosidad de lo que relata.
La Bening siempre me ha parecido una actriz luminosa, incluso en un papel tan oscuro y difícil como el que le toca en esta ocasión, tendido ya en el lado de la amargura. En cuanto a la Watts, es un papel sorprendente porque, en realidad, comienza como un negativo de lo que ha hecho hasta ahora, es decir, interpreta a una mujer segura de sí misma, que sabe muy bien lo que quiere, con mucha libertad de movimiento y con unas ganas tremendas de estar sola y de satisfacer tan sólo sus necesidades físicas, para luego ir derivando en una mujer desubicada que no sabe muy bien lo que va a hacer y que, en el fondo, quiere pagar todo lo que haya podido hacer mal pero con un trasfondo muy especial de seguridad y de saber en todo momento qué es lo que quiere.
En todo caso, Carpet, yo también, por varias razones, cerraré pronto este canal de comunicación temporalmente para poner orden en mi caos informático que me pide a gritos el ordenador después de un fallo que me ha dejado sin artículos y que tengo que recuperar imperiosamente, un viaje al norte para ver a unos señores de cine y universidad y las vacaciones que, después, casi, casi, conectarán con todo a empujones, así que nos veremos en septiembre. Un abrazo y pásalo estupendamente. Espero que leas esto antes de que te marches.
Y, por cierto, tus comentarios pueden ser muchas cosas menos ignorantes y tediosos.

Carpet dijo...

Lo he leido, y gracias por tus amables palabras tan alejadas de la realidad. Anhelaremos tu vuelta en Septiembre a este canal en el que es un placer tertuliar y aprender, sobre todo aprender.

Aprovecha para ordenar, viajar y descansar...y así tal vez tengas un ratillo para aclararnos aquel interesante proyecto que anunciaste pero que nunca terminaste por contranos.

En cualquier caso, espero que todo te sea bueno, uno se alegra mucho de tener amigos exitosos...cosa que no se consigue sólo con suerte, que hay que tener talento y usted le sobra (tanto como la pedanteria, claro)

Un abrazo.

César Bardés dijo...

Pongo la contestación sabiendo que no la vas a leer hasta tu vuelta. El proyecto que tengo entre menos, que todavía está entre manos y que ando ultimando preparativos, no te preocupes, se anunciará a su debido tiempo porque ahora no se adelantaría nada si lo hago y porque las cosas, si se nombran, se gafan.
Gracias por creer que tengo talento, pero te doy aún más las gracias por entrar todos los días esperando unas cuantas letras más o menos bien juntadas.
Un abrazo y que el descanso sea el que mereces.

Unknown dijo...

A ver si saco un rato y la voy a ver.

A mi hay un film de García que me atrapó por completo, y que considero una excepcional película. "Nueve vidas". Un film que trata con excelente cariño y respeto la figura de la mujer, y que tiene el arte de.. con un pequeño fragmento contarnos excepcionalmente todo lo que puede ser la fuerza vital de una vida entera.

Además a nivel de guión me pareció una maravilla de susurrar cosas.

Me la apunto. Saludos a todos.

César Bardés dijo...

Pues mira, aquí hacemos un intercambio. Tú te ves "Madres e hijas" y yo me veo "Nueve vidas" porque aún no la he visto. Se me escapó en su momento. Intercambio de banderines para seguir descubriendo cosas. Gracias, Chus.
Un abrazo