Se
pueden cambiar muchas cosas desde la legalidad. Incluso en el aspecto social. Y
un joven idealista es capaz de introducirse en el sistema y comenzar a hacer su
propia guerra, con su enfoque, con su punto de vista intacto, creyendo que los
de su raza están oprimidos a pesar de que los tiempos exigen una consideración
diferente. Por eso, con iniciativa e imaginación, pretende infiltrarse en una
organización supremacista blanca y ponerlos en ridículo. Al fin y al cabo, son
tan estúpidos como cualquier hombre blanco y no esperan que haya ningún negro
que les supere.
Así que se pone manos a
la obra y consigue que un compañero judío sea su fachada. Lo de compañero es un
eufemismo porque el tipo tampoco tiene ningún reparo en reírse de ese policía
novato y de color que cree que va a dar lecciones de espionaje policial a todo
el departamento. Sin embargo, algo de razón sí tiene. Si se persigue a los
agitadores por los derechos civiles, también es obligatorio perseguir a ese
puñado de payasos encapuchados que se creen todo eso de la América pura, a
salvo de agresiones de otras razas, con la inteligencia del hombre blanco por
bandera y la violencia como escudo. Poco a poco, el judío se da cuenta de que
lo que está haciendo el chaval negro tiene mucho sentido y es valioso. Se
merece un mínimo de respeto. Y si hay que jugarse el tipo, se juega.
Si hay un defecto que
se puede achacar al cine de Spike Lee es su manía por subrayar lo que es más
que evidente. El hombre blanco siempre es malo porque jamás deja sus prejuicios
atrás. El hombre negro es bueno porque, cuando se comporta mal, lo hace con un
fin democrático que no es otro que la igualdad entre los hombres. E insiste una
y otra vez en la misma idea. En esta ocasión, también ocurre a pesar de que
tiene entre manos un material más que prometedor para hacer no sólo un buen
documento policial con unos agudos toques irónicos de comedia, sino también una
reivindicación social a favor de la gente de color, un problema que, en la
América de Donald Trump, todavía sigue vigente auspiciado por un poder político
que respalda tibiamente la actitud de los supremacistas. Para ello cuenta con
un estupendo trabajo de John Davis Washington, hijo del gran Denzel Washington,
y otro muy adecuado de Adam Driver. Ambos interpretan al mismo personaje que
debe de moverse entre los intrincados callejones del odio de una organización
que ha seguido calentando el ánimo durante demasiados años. En el camino, Spike
Lee no duda en cargar contra El
nacimiento de una nación, de David Wark Griffith, película señera del Klan
y contra aquellos que, incluso, tienen apariencia inofensiva y encantadora,
pero que bullen en un racismo interior que, no por ingenuo, es menos peligroso.
Ni de lejos es la mejor película de Lee (eso lo dejaremos, de momento, para Plan oculto), aunque contiene momentos
de gran cine. Al final, todo tiene un regusto de lástima hacia una historia que
podría ser condenadamente atractiva y que, casi, se convierte en un panfleto
con el que se puede estar de acuerdo.
Y es que es fácil
encontrar gente de color inteligente y también es muy fácil encontrar gente
blanca estúpida. No obstante, esa frase se puede cambiar porque el ser
humano, sin distinción de raza, sexo o religión, es igual a la hora de exhibir
pocas luces.
4 comentarios:
Varias consideraciones, Primero, aún pareciéndome muy buena "Plan oculto" creo personalmente que "La última noche" está unos peldañitos por encima. Y tengo muchas ganas de revisar algún día de estos "Haz lo que debas" que en su día me pareció muy fresca y muy atrevida y me apetece ver cómo le ha sentado el paso del tiempo.
De todas formas, no deja de ser curioso que el Spike Lee más interesante sea el que se aleja de las películas sobre los conflictos raciales. O dicho de otro modo, cuando deja de ponerse pesadito con la matraca de siempre. En este sentido, debo señalar que "Infiltrado en el KKXKlan" me sorprendió de manera grata, primero por su propio argumento tan desconocido como increíble. Hay que reconocer que tiene un ritmo perfecto y un equilibrio muy contenido entre thriller y comedia. Y me parece también de justicia elogiar el trabajo del chaval de Denzel, pero sobre todo el de Adam Driver, un actor que cada día me gusta más (qué lejos aquel pazguato que se cargaba a Han Solo en el episodio de Star Wars).
Abrazos sin capirote
A mí me parece mejor "Plan oculto". Y en cuanto a "Haz lo que debas", aún reconociendo las más o menos buenas intenciones de la película, me pareció una pesadez bastante desquiciada, hecha sin mesura, sin más sentido que el del grito. Si nos centramos en "Infiltrado en el kkklan", no me parece tan buena película, entre otras cosas porque subraya y subraya y vuelve a subrayar y se vuelca un poco en el maniqueísmo un tanto pesado. Incluso el personaje de Adam Driver está presentado como un estúpido que empieza a hacer las cosas por simple sentido profesional. El argumento es bueno y creo que había material para hacer una estupenda película, no me parece tan estupenda porque Spike no es demasiado sutil en nada. Los personajes de raza blanca son todos unos estúpidos de narices. Los de raza negra son todos maravillosos. Y eso, aunque uno puede estar más o menos de acuerdo con lo que te cuenta, no es así.
Abrazos con poder.
Coincido mucho con lo que dice el Lobo, no me gusta generalmente el cine de Spike Lee, precisamente por ese afán en recalcar lo que ya estamos viendo nitidamente. También, para mi, "Plan Oculto" es su mejor peli y donde demuestra que es un director mas que notable.
Tampoco creo que una revisión de "Haz lo que debas" me cambiara mucho la opinión sobre ella (de hecho hace bien poco, pillé unos 20 minutos de la peli y la tuve que dejar porque me convence tan poco como la primera vez). El problema está en que la filmaba como una muestra más de la rabia contenida que destilaban los protagonistas. Era fresca y atrevida, si. Y tenía buenos momentos, sobre todo un genial Danny Aiello, un actor que yo creo que merece mucho más reconocimiento del que tiene, pero también se desfasaba por una sobrecarga de tintas en su protesta.
Esta del KKKlan, para la tele...
Abrazos nunca negrativos
Estoy de acuerdo con la falta de reconocimiento de Danny Aiello, un actor que tuvo su época y que, sin embargo, desapareció un poco de los carteles a pesar de que era de esos de carácter, de la escuela Hackman, que podía llevar perfectamente una película él solito o actuar de eficaz secundario.
Lo que me parece algo más increíble de esta película es que tenga varias nominaciones a los Globos de Oro. Y está claro que esta vez quieren cubrir la cuota del cine hecho por gente de color con el gran gurú Spike Lee. Por eso le dí tanta importancia a la del año pasado, "Déjame salir" porque cubría esa cuota (recordemos que el director, Jordan Peele, es el productor de ésta) de una forma en la que, además, te entretenía con una historia que, quizá en algunos puntos era demasiado convencional, pero que tenía su aquel, con su mensaje contra el racismo y demás, pero sin ese subrayado tan...cansino que tiene Lee en la mayoría de sus películas. En "Plan oculto" lo hace, pero no tan cansinamente, tan reiteradamente y, en algún momento, puedes llegar a creer que Lee, sencillamente, te toma por tonto. De hecho, puede que si eres blanco, lo piense seriamente.
Abrazos desde el teléfono.
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