jueves, 10 de diciembre de 2009

IN THE LOOP (2009), de Armando Ianucci


El principio organizativo de cualquier sociedad se basa en la guerra. Por eso, de vez en cuando, nos vemos inmersos en alguna invasión llamada eufemísticamente, de “planificación futura”, o, tal vez, puede que nos veamos obligados a escalar las altas montañas del conflicto con el fin de hacer menos imprevisible el inicio de un enfrentamiento bélico. Es la alta política. Es el arte de hacer creíble lo que no tiene mérito. Es la mentira ascendida a la importancia.
Y así nos encontramos con una nueva moda que convierte las decisiones en puros juegos de palabras, en vehementes enfados asidos a la arista más indiferente, en frases dichas al azar con tanta autoridad como la que tiene el vecino en lo que se refiere al funcionamiento de nuestra cisterna. Es la moda del político de perfil bajo, del inútil disfrazado de competente, del tipo que quiere ser popular e incluso pasar a la posteridad sin tener ni pajolera idea de lo significan palabras tan simples como seguridad o bienestar. Es más. Es hasta posible que el único competente sea aquel que emplea un lenguaje soez, de una agudeza tan puntiaguda que hiere con la corbata y que es capaz de inventarse una jugada política sobre la marcha a pesar de ser un segundón que sólo se hace oír por su inventiva de chascarrillo y votación.
Es lo que impera en nuestros días. Convertir la política en un instrumento sin seriedad no porque la clase dirigente quiera mentir, que lo hace, sino porque no sabe hacer. Así nos podremos encontrar con un Ministro de Desarrollo Internacional que no pronuncia ni una sola palabra a derechas porque no tiene ni idea de lo que están hablando. O quizás a una Subsecretaria de Estado a la que le duelen los dientes y no puede torpedear una decisión encubierta que traerá prosperidad y muertos. O a la inmensa paradoja de un General pacifista que se acogerá a la estúpida excusa de no dejar solos a sus compañeros para convertirse en un belicista convencido. O a un tipo al que le encanta filtrar un secreto de estado porque su vida personal se derrumba. Es el interés personal puesto muy por encima del servicio público. Eso sí, con unos diálogos desquiciadamente rápidos y un diseño de personajes que deja en ropa interior roja al político de bajo perfil, ése que ahora manda por varios rincones del mundo.
Así que bajo la sombra de La cortina de humo, de Barry Levinson, el director y guionista televisivo Armando Ianucci nos retrata la estupidez de las ideas de los que mandan, secundada por la inutilidad imaginativa de los que asesoran y rematada por la simpleza organizativa de los que trabajan para dar como resultado una película de planificación corta y débil, con un estilo de reportaje de telediario, pero que sobresale en un guión de una tenue brillantez. Al menos, alguien escribe algo que no se derrumba como un muro en ruinas para que nos demos cuenta de que, en muchas ocasiones, la vida, la verdad y la parodia se dan la mano para cerrar un pacto político que avergonzaría a cualquier hombre de Estado.
Así que al tajo. Que los tipos que manejan los hilos sigan siendo marionetas ascendidas a titiriteros. Que la capacidad de comunicación se corte por el navajazo trapero de una política inexistente. Que la prensa haga el juego al vacío que representa lo inútil. Y tendremos una sociedad anclada en un estilo de vida basado en el engaño, en la sonrisa forzada que representa la humillación y en la seguridad de que importamos un pimiento a los tontos que mandan. A fin de cuentas, nunca había ocurrido que un tipo que se atraganta con una galleta viendo un partido de fútbol fuera el jefe del país más poderoso de la Tierra. Cuanto menos exijamos, menos nos exigirán y ya dejaremos para luego el esfuerzo de pensar. Pensar, vaya antigualla. Primero, invadamos. Luego ya explicaremos por qué invadimos. ¿No es así el juego político?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No me puedo creer que nadie haya comentado este artículo. Lo único que sabía de "In the loop" antes de verla es que salía James Gandolfini, la niña de "Mi chica" y que era inglesa.
Me he acordado, al leer tu visión y lo que dices sobre la planificación, de una serie muy famosa. En esa serie, la planificación es de broma(zooms imposibles, cámara en mano, estilo de falso documental, miradas a cámara, etc)...la cuestión es que esa planificación importa bastante poco, porque el guión de la serie es la base sobre la que se sustenta todo. Es decir, lo que está hecho mal, buscando huir de la lógica, se equilibra con un nuevo tipo de guión en fuga, pesimista, por no decir agridulce,...en resumen, una historia bien contada. Entonces se te ocurre lo típico de "para hacer las cosas mal adrede, hay que saber hacerlas bien primero". Te nombro la serie (sí ok, es televisión, son otras reglas y bla, bla, bla) porque pienso lo mismo acerca de "In the loop", y porque salí del cine con la imagen de las encías sangrando dentro de mi cabeza. Puede que ese sea el mensaje de la película, no van a parar hasta que sangres, ni van a parar ni lo vas a poder evitar.

Sugar otra vez...

César Bardés dijo...

Bueno, estupendo tu análisis, Sugar. Se huye de la lógica con un guión en fuga, de un trasfondo tan pesimista que, realmente, llega a deprimir si no salieras con esa falsa sonrisa un tanto congelada del cine. Y efectivamente, ése creo que es en parte el mensaje de la película. No van a parar hasta que sangres y no lo vas a poder evitar. Lo malo es que los que causan la herida son muy, muy inferiores a ti.

Anónimo dijo...

Puede que sean inferiores...pero no les hacemos frente (y deberíamos), así que nos conformaremos con ir al dentista y que nos cobre lo impensable por arreglarnos las encías...
Es un verdadero placer volver a leerte, y te aseguro que no será una isla. Además, siempre podremos cruzarnos en una peli de Preminger :)

Un beso, Sugar

César Bardés dijo...

Siempre estaré en contra del aborregamiento. A mí no me arreglarán las encías, me las partirán una y otra vez, lo tengo muy claro y así va a ser.
Me alegro de que no sea una isla y, por cierto, sólo por si tienes curiosidad, hay por ahí una entrada sobre cierta película de Otto Preminger que tu viste desde abajo y yo desde arriba con los Zombies de fondo.
La dirección es http://losojosdellobo.blogspot.com/2008/12/el-rapto-de-bunny-lake-1965-de-otto.html
Una alegría es para mí encontrarte en el intenso mirar de los ojos del lobo.