lunes, 12 de julio de 2010

CABALGAR EN SOLITARIO (1959), de Budd Boetticher

Budd Boetticher era uno de esos directores que con un presupuesto mínimo siempre tenía una buena historia que contar. Cabalgaba en solitario dentro del terreno del western haciendo que el caballo golpease el tambor de las llanuras y consiguió siete títulos casi míticos con apenas unas balas de fogueo. Su calidad es manifiesta en sus colaboraciones con Randolph Scott (aunque parezca mentira) en películas como Seven men from now, Los cautivos, Cita en Sundown, Buchanan rides alone, Nacida para el Oeste, Estación Comanche (probablemente, la mejor de todas ellas) y ésta que hoy nos ocupa, Cabalgar en solitario.
Bajo la protección de unas letras escritas por el luego director Burt Kennedy, Boetticher realiza, como era habitual en él, una trepidante película en la que ocurren una infinidad de acontecimientos en apenas 71 minutos consiguiendo una pieza bien dirigida y bien interpretada por un Randolph Scott que en otras manos siempre tuvo enormes limitaciones y un novato, por entonces, James Coburn que empieza a dejar sentir su enorme presencia.
Además de todo ello, y siempre dentro de los terrenos de la serie B, sorprende la excepcional caracterización de los personajes, trazados con rapidez y precisión. En medio de esas miradas cubiertas con el polvo del camino, nos encontramos con una suerte de respeto mutuo entre los personajes interpretados por Scott y por Pernell Roberts mezclado con una especie de saludable escepticismo, preludio de la oscura y provisional alianza que surge entre ellos salpicada siempre con un humor algo sardónico y un innegable encanto masculino dentro de un código no escrito entre hombres cuyo honor reside en el percutor de un revólver deseoso de ser disparado.
No cabe duda de que la trama bebe algo lejanamente de una película tan mítica como Solo ante el peligro, de Fred Zinnemann, pero tampoco puede cuestionarse la enorme personalidad de un director de Boetticher a la hora de abordar una trama que hace que en todo momento el cartel de “se busca” tenga la impronta de su muy particular firma.
Como diría mi admirado Alfonso Sánchez (¿se acuerdan de él?), en resumen, este título es uno de esos claros ejemplos en los que, despreciando las limitaciones económicas, podemos afirmar que se trata de “una película de culto”.
Yo que ustedes, no enfundaba el revólver. No da tiempo a eso. Boetticher es rápido, efectivo, preciso, muy poco lírico pero da en el blanco sin que apenas uno se pueda dar cuenta. Tomen sus precauciones…era un tipo de cuidado…


Quisiera dedicar el artículo de hoy a la selección española de fútbol. Curiosamente, cuando hemos sido ganadores, me he acordado de los perdedores así que va por Isidro Lángara, la "bala roja" Gorostiza y "El Divino" Ricardo Zamora, derrotados por la política y las malas artes de la Italia fascista de 1934. Va por Telmo Zarraonandía, Estanislao Basora y Antonio Ramallets, que ganaron a Estados Unidos, a Chile y a Inglaterra para hacernos entrar entre los cuatro primeros. Va por aquella selección tan prometedora de Di Stéfano y compañía que fueron humillados en el mundial de Chile de 1962 ante Brasil porque estabamos completamente rotos por las lesiones. Va por aquella delantera del Zaragoza de los "cinco magníficos" que no pudieron pasar de la primera fase en el Mundial de Inglaterra. Va por aquella parada de Miguel Ángel ante Austria y el no-gol de Cardeñosa contra Brasil en el Mundial de Argentina. Va por aquellos chicos que intentaron hacer ilusión y volvieron con el fracaso y que respondían a los nombres de López-Ufarte, Quini, Arconada, Camacho y Perico Alonso. Va por aquella maravillosa selección del Mundial de Méjico que fue apeada por Bélgica en la tanda de penaltis y que machacó la carrera de Eloy y la de un desafortunado colegiado australiano llamado Bambridge que nos robó la victoria ante Brasil después de un trallazo de Michel que entró y que no concedió el colegiado. Va por aquella selección que cayó ante Yugoslavia porque no había valentía en 1990. Va por aquella otra del codazo a Luis Enrique y el gol de Julio Salinas que ya se cantaba en las botas en el Mundial de Estados Unidos mientras Roberto Baggio se llevaba la gloria. Va por aquella otra cobardona selección que perdió incomprensiblemente ante Nigeria en 1998 con una memorable melonada de Zubizarreta y empató ante Paraguay con más barcos que honra. Va por el cabezazo que no valió de Morientes ante Corea en aquella selección que se batía el cobre bajo la dirección de Camacho en 2002. Va por aquella otra que comenzaba a deslumbrar con un juego diferente bajo los mandos de Luis Aragonés en 2006 y, por supuesto, va por ésta, la España de Iniesta, de Villa, de Casillas, de Piqué, de Puyol que han combinado raza, serenidad y juego como sólo un español puede hacerlo. Gracias por regalarnos un pedazo de historia a los que hemos vivido todos estos momentos.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Me siento unido a ti en esta alabanza a cada uno de los componentes de nuestra Selección Española que supieron estar y luchar por la selección en las diferentes épocas y mundiales ..., y como no soy nada dado al don de la escritura permiteme que con esas tus palabras sean también las mias.

Gracias a todos ellos y como no César a ti por saber expresar tan bien un sentimiento.

Saludos.

César Bardés dijo...

No todo es cine. Ahí está John Huston con su "Evasión o victoria". En todo caso siempre podremos decir que esto lo hemos vivido mientras llovían piedras. Ojalá tengamos la oportunidad de vivirlo otra vez.
Saludos.

Scarlett dijo...

Y va por una afición que nunca ha desfallecido, como los poquitos, poquitos que sabíamos que Alemania no nos iba a derrotar....

César Bardés dijo...

Va por ellos también, sí. Aunque sigo pensando que el suicido táctico de Alemania fue clamoroso aún reconociendo que fue el mejor partido de España en el Mundial.

Anónimo dijo...

Cierto César..., o cantazos como en algún recondito sitio de Castilla se dice , pues eso que en ocasiones llueve chuzos de punta., y esa selección ha sabido mantenerse y está claro que la tactica ha sido buena y un " VIVA " para Luis Aragonés., que supo poner encima de la mesa aquello que muchos otros no querian perder.

Saludos

César Bardés dijo...

Totalmente de acuerdo, quizá un poquito a destiempo pero lo que importan realmente son los resultados. El caso es que ni en nuestros mejores sueños podíamos decir que éramos a la vez campeones de Europa y del Mundo y durante dos años, podemos presumir de ello. Por Ladislao Kubala, por José Emilio Santamaría, por Miguel Muñoz (que hizo, en mi opinión, un excelente equipo), por Luis Suárez, por Vicente Miera, por Javier Clemente (otro tipo dado a los suicidios tácticos), por Iñaki Sáez (el menos indicado de todos), por José Antonio Camacho y, sobre todo, por don Luis Aragonés (a pesar de sus intentos de devolver las bofetadas a la Federación Española poniendo en duda el juego de España en el Mundial, aunque haya tenido que rendirse a la evidencia) y por don Vicente del Bosque, siempre señor, siempre frío, como en su etapa de jugador de la que me acuerdo bien. Por todos ellos que dirigieron el cotarro hasta llegar aquí.
Saludos.

Anónimo dijo...

Huelga decir, que me sumo a ese sentimiento de alegría que nos embarga a todos por el éxito de "la roja" (como se ha puesto de moda llamar ahora a la selección. Han sido muchísimos años de decepciones y ya nos tocaba.

Sobre el film, decir que tan ligerito y rápido que se agradece para verlo en un ratito de tranquilidad. Es una clara demostración de que en poco mas de una hora de metraje se puede hacer una buena historia, con buenos personajes, y frases mas que interesantes (la definición de la mujer en cuestión por parte de Pernell Roberts, con la voz de Constantino Romero).

Lo que si me pareció ver (y corríjanme si me equivoco) es un estilo valiente, que para le época era algo atrevido y que creo que posteriormente se reflejó en el cine de gente como Peckimpah o Leone.

Escenas donde los diálogos sobre sexo y violencia son tratados de una "nueva manera", sin llegar al extremo de los posteriores, pero dejando claro que hay una novedad.

Vamos, que los Tarantinos de hoy creo que le deben algo a los Boetticher de ayer.

Y todo, con 4 perras.

Un saludo y buen verano para todos.

César Bardés dijo...

Gran comentario, Chus. Sin duda, Budd Boetticher es el referente más claro y más cercano de Sam Peckinpah. Su estilo era, siempre dentro de la serie B, donde se encontraba más cómodo (cuando pasa a la serie A como ocurre con "El desertor de El Álamo" con Glenn Ford, pincha en hueso) y hay que destacar (y te lo recomiendo encarecidamente, Chus, para tener una visión global de una serie de películas extraordinaria, con un vigor cercano a Samuel Fuller) ese ciclo que realizó y que se dio en llamar "Ciclo Ranown" porque estaban producidas por Randolph Scott y el productor Harry Joe Brown y al que pertenece no sólo "Cabalgar en solitario", sino otras seis películas como "Los cautivos", "Buchanan cabalga de nuevo", la más que estupenda "Seven men from now", "Decisión al amanecer", "Westbound" y, posiblemente, la mejor de todas ellas "Estación Comanche". Es increíble cómo Boetticher introduce tanta calidad en apenas 75, 80 minutos de película y te agarra por las solapas y no te suelta hasta la secuencia final (por cierto, a destacar los elegantísimos movimientos de cámara de "Cabalgar en solitario" destacando ese plano final del árbol del ahorcado en llamas en clara semejanza con una cruz). Una recomendación para todos aquellos que os gusta de verdad el cine y, sobre todo, el western que toca todos los palos posibles.