viernes, 15 de febrero de 2013

MAMÁ (2013), de Andy Muschietti

Un espectro vaga por la tierra cuando las heridas del amor están aún abiertas. Quizá la rama de un destino le haya arrebatado un abrazo cuando todavía era alguien o puede que el rencor se fuera alimentando del tiempo cuando se convirtió en algo. Apartarse del mundo es lo más seguro mientras el aislamiento persista. Luego llega el hombre y todo se vuelve marchito, ajado, revestido de los raídos sentimientos de maternidad que nunca llegaron a ser completamente reales ni totalmente ficticios. El amor de una madre es lo más grande pero, tarde o temprano, ese amor deviene en las polillas deseosas de convertir lo confortable en simples agujeros de venganza.
Alrededor de dos niñas se construye un mundo aparte, compuesto de madera, de noches frías de invierno desolador, de recuerdos que se confunden con el crecimiento, de huesos de cerezas que se amontonan con tanta rapidez como se pierde el cariño. De repente, una mujer sin experiencia, ebria de libertad y cuerdas de guitarra, es quien tiene que cuidar de esas niñas. Y así, con simples signos de ternura, con rutinas de tímidas reglas y libertades vigiladas aparece, de improviso, el cariño. Más tarde, la complicidad. Luego ya vienen los lazos irrompibles que aún no han conseguido reemplazar a los apolillados restos de los anteriores.
El espectro juega con un aire anárquico que hechiza a la infancia para alejar la idea de su propia irrealidad. Las niñas bailan por los aires, se hacen novias de la noche y ríen con el infierno lleno de bufonadas y, sin embargo, el miedo está ahí, inamovible, aparente, certero, único, engañoso, servil. La historia está grabada en papeles pintados que parecen romperse en un agujero reservado a roedores de paredes que tratan de destruir hogares solo porque son reales, verdaderos, sentidos y bonitos. No hay lugar para nada hermoso cuando la fealdad se atrinchera en la razón olvidada. El destino es el culpable y no admite quejas ni venganzas.
Manejando con habilidad mecanismos rutinarios de pánico, Andy Muschietti sabe llenar de tensión las miradas sin llegar al terror porque es difícil extraer algo temible del amor de una madre, o quizá de dos. Lo cierto es que, para lograrlo, cuenta con excelentes trabajos de Jessica Chastain y de las niñas Megan Charpentier (mucho ojo con esta niña, dará que hablar) e Isabelle Nelisse, elementos cruciales que saben conjugar la inocencia con la inquietud, la alianza con el otro lado con el deseo de probar algo similar a la normalidad. La cámara tiene más mérito en sus encuadres que en sus efectismos y aunque todo parece desinflarse en un desenlace bienintencionado y lírico, el desarrollo de la película es intrigante a pesar de sus tópicos y de sus consabidos juegos de pánico. Y es que los amores siempre tienen ese lado turbio, casi asesino, que está latente en medio de las invitaciones de las traiciones de la vida. Sustituir un cariño por otro es algo tan ofensivo que ni siquiera las madres están a salvo del afán de la exclusividad. Con razón. Con la ingenuidad como telón de fondo. Con el temor a rehacer una vida cuando la libertad ha hecho, de la voluntad, un juguete para mayores. Las respuestas están en un salto al vacío en alas de la desesperación, en el borde mismo de un cariño que no se puede reemplazar, en la risa divertida de una niña que siente que su amor no se tornará polilla sino mariposa, en la amarra de un batín que es el último asidero para hacer que una vida merezca la pena de ser vivida. El resto son solo golpes propios de la batalla que cualquier mujer emprendería para proteger lo que más quiere. Con tensión pero sin miedo. Con el interminable aullido de la muerte llamando a las almas que ya deberían descansar de su desgracia. Con un beso de buenas noches mientras se arropan las mantas alrededor de quien debe poseer su propia porción de ternura.

5 comentarios:

carpet dijo...

Bueno, bueno, bueno...que gran post amigo, muy por encima de la película (algo que empieza a convertirse en costumbre), a mi entender.

A ver, el cine de terror es muy complicado, yo creo que mucho más que la comedia, por mucho que el tópico diga que es muy dificil hacer reir, yo creo que lo verdaderamente arduo es meter miedo.

Cada uno tenemos nuestros propios terrores personales y dar con el punto que haga que una gran mayoria enganche sus angustias a las planteadas en la pantalla se puede convertir en una labor titánica, por eso, aunque yo creo que es uno de los géneros más explotados (casi siempre en serie B), se cuentan con los dedos de una mano las películas con las que verdaderamente hemos pasado miedo, a veces incluso alguna de esas series B que a muchos les pareció ridicula.

En concreto, en esta yo creo que se parte de uan gran idea, ¿que ocurre cuando quien más te quiere, que no puede ser más que una madre, es un terrible monstruo aterrador?. El proyecto viene derivado de un corto de apenas tres minutos que tuve la fortuna de ver hace dos dias en "Sesion Española" de la 2 y que efectivamente es bastante atractivo y muy sugerente, pues daba para muchas posibilidades.

El problema es que lo que funciona en tres minutos es complicado desarrollarlo en 90, hay que darle un sentido, un tempo, un ritmo y una resolución. Y en esa ampliación creo que se fracasa por completo. No hay miedo, hay sustos, el sentido de la historia es algo tópico pero aceptable en el género, el tempo es extraño, pues llega un momento en que piensas que es un conjunto de escenas de tensión con final de susto, que se enlazan una tras otra con una continuidad muy difusa. Y en cuanto a la resolución, bastante poética pero francamente mejorable y cercana a la que arruinó la secuela de "Poltergeist", demasiada mágia para que nos lo creamos.

Porque para que algo nos de miedo debemos sentirlo como creible, y aunque el planteamiento nos parezca plausible, el desenlace se carga toda la credibilidad. Una credibilidad que ha ido perdiendo a lo largo del metraje derivado de errores (algunos de bulto) pero muy de principiantes (me da que Del Toro produjo pero supervisó muy poco): Un perro que desaparece aa mitad del metraje y nunca más se supo, un lugar al que se va de día pero siempre se llega de noche, un psiquiatra con intereses parapsicologicos que se atemoriza pero calla sus descubrimientos buscando no se sabe bien qué...

Efectivamente lo mejor, la Chastain (aquí mucho más que en la de la Bigelow para mi gusto) y las niñas, sobre todo esa Violeta que transmite ternura y angustia a la vez.

Y la propuesta también es buena pero el resultado para mi gusto deja mucho que desear, da algún buen susto, la idea era genial, pero miedo lo que se dice miedo, no lo sentí nunca...y eso es lo mínimo que se exige a una peli de terror...Yo aun no entiendo tanto éxito.

Abrazos ¿de madre?

César Bardés dijo...

Básicamente, estoy de acuerdo en todo lo que dices. La idea es prometedora y uno de los errores es ese "tempo" sostenido que comentas que desemboca en una sucesión de tensiones con susto final solo que tiene un fallo. A mí no me asustó en ningún momento. A lo sumo, en determinadas secuencia, me produce inquietud. Y esas secuencias son las mejores. Por ejemplo, el psiquiatra viendo la mirada de la niña en el ordenador. Los errores que enumeras están muy bien vistos y estoy totalmente de acuerdo con ellos. Aparte de eso, la película (y esto pasa con películas que partes de una premisa tan poderosa como ésta) va perdiendo fuelle según avanza la historia precisamente porque pretende tenerlo todo muy cerradito y se dejan sin explicar muchas cosas. Es evidente el caso del psiquiatra (a mí la única explicación que se me ocurre es la fascinación profesional pero se hace muy raro que no la comparta con nadie). El final echa abajo todo lo que se ha podido construir con un cierto sentido...E incluso el personaje del tío, siendo fuerte en la historia, termina por ser muy prescindible porque no es decisivo en ningún momento.
La Chastain a un muy buen nivel, también es cierto. Tampoco me parece que supere lo de "La noche más oscura" pero ya hemos debatido sobre eso.
La clave está en lo que dices: "miedo, lo que se dice miedo, no lo sentí nunca". Exactamente, yo tampoco lo sentí. Incluso en una discusión con un colega llegamos a concluir que daba más miedo el trailer que la película.
Gracias por el elogio. Este artículo ha salido publicado en una revista argentina que tiene a bien contar con mis servicios para las películas de raigambre hispanoamericana, como es el caso. También elogiado por ellos. Si es que hasta en el otro lado del Atlántico me adoran.
Abrazos espectrales.

Carpet dijo...

Bueno, tan prescindible es el tio, que deciden quitarlo de la circulación cuanto antes para centrarse en que sea tia Yessi la que sienta terror...y desarrolle su papel maternal.

Y luego al traerlo, se comete otro de lso grandes errores: El tio sse va sin decirle nada a nadie, llega a donde le indicó su hermano, anda por ahí...y aparece en el momento indicado en mitad de la carretera..¿donde estuvo todo ese rato?...
Un exceso de interes en el tema maternal y la figura paterna es absolutamente prescindible...
Porque no hubiera estado mal que al hombre le hubieran dado un poco más de peso...al fin y al cabo es el que se deja los cuernos por encontrar a las crias.

Y estoy de acuerdo con vosotros, mucho más miedo en le trailer que en las peli. De hecho se está convirtiendo en un clásico, los trailers son mucho más interesantes que las pelis...Hace poco vi, no se si en la tele, o en alguna web o comentado en la radio, en plan coña que se iban a empezar a dar premios Oscar o Goyas al los mejores trailer....Y no es algo tan tonto, la promoción publicitaria eleva la recudación y a veces las tripas de la cosa no resisten ni un mal cartel.


Abrazos desarticulados

Anónimo dijo...

Bueno, yo no he visto la película, y desde luego las pocas ganas que tenía de verla me las habéis quitado definivamente.

Lo que decis parece que apunta a que la peli adolece de problemas de guión. Es lo que hemos hablado un millón de veces aquí. Hace poco a propósito del post de "El cuerpo" me acusabáis a mí de que no me gustaba el cine de género. Y no es eso. Supongo que es cuestión de darle mayor importancia al guión, al fuste de la historia. Y eso es muy dificil de conseguir tanto en el trhiller moderno como en las pelis de terror modernas. Así que tengo mis reparos.

En "El cuerpo" ya os dije que me daba la sensación de que todo estaba organizado en torno a un final sorprendente, y espectacular si se quiere. Pero detrás el desarrollo era cansino y vulgar. En esta "Mama" dice Carpet que la idea es muy potente pero el desarrollo posterior no. Da la impresión de que los guionistas actuales parten de una idea poderosa, ya sea de partida o de llegada, y por el camino descuidan todo lo demás (independientemente de que el caso de la peli que comentáis sea el de un corto que se estira y se estira y se hace largo).

Leyendo el mensaje de Carpet acerca de las reacciones de personajes de la película, me ha venido a la cabeza el caso de "Intruders", una peli que podría englobarse en este mismo género, bastante decente, creo yo, pero en la que había reacciones de personajes que no llegaban a ser del todo creibles.

Abrazos creibles

César Bardés dijo...

Es que hay trailers que son verdaderas obras de arte. No hace mucho, Shyamalan (que viene aquí muy al pelo), estrenó "The village" y el trailer se vendió como una película de terror de la leche y resulta que no, que no era de terror. Una de las grandes decepciones de mis acompañantes fue ir a ver el "Drácula", de Coppola y que salieran decepcionados porque aquello no era una película de terror sino más bien una historia de amor con sangre bebida. El género del terror es muy difícil. Quizá podríamos decir que es uno de los más difíciles porque las obras maestras de este género, por muy vehementes que se pongan los "frikiterroríficos" se pueden contar con los dedos de una mano y si llegan.
El problema, Dex, no es tanto quizá el guión. La película tiene ideas interesantes pero no tiene la suficiente destreza en la dirección para que, en los momentos que sean realmente de pánico, consiga transmitir ese horror al público y tenerlo clavado en la butaca. "El cuerpo", quizá, va más en la línea de Shyamalan (del bueno, no el de "Airbender") que organiza todo en función de la sorpresa final. Aquí es que no hay sorpresa final y, como bien dice Carpet, se soluciona todo a través de un desenlace mágico que es muy poco convincente.
Estoy de acuerdo en la comparación que haces con "Intruders", una película que tiene un punto de partida atractivo, con imágenes de cierta inquietud pero que, curiosamente, también se organiza en torno a una sorpresa final que, para más pecado todavía, es bastante previsible.
Uuuhhhh...os he asustado? Pues eso.
Abrazos sobrenaturales.