martes, 17 de septiembre de 2013

ELYSIUM (2013), de Neill Blomkamp

Imaginemos un futuro en el que solo tienen derecho a la sanidad aquellos que pueden permitírselo, en el que la paz, la tranquilidad y el mismo futuro pertenecen a los que tienen un número de ceros suficiente en el banco como para disfrutar del mismo paraíso. Podrá ser la promesa de la relajación total para ellos pero también será una especie de pesadilla porque, a pesar de que el hombre nunca aprende sus lecciones, sus condiciones de vida serán deseadas por los parias que trabajan, son tiranizados y son sistemáticamente despreciados por quien tiene la obligación de cuidar de ellos. Al fin y al cabo todo el que trabaja, por ínfima que sea su labor, tiene derechos. Claro que puede que tampoco eso sea así. Se puede trabajar y no tener derechos, solo obligaciones. Eso se consigue ahogándolo todo, exterminándolo todo, dejando al espíritu domesticado y encarcelado en las necesidades de la supervivencia.
Pero es que aún puede ser peor porque se levantan fronteras entre los paraísos y los infiernos y eso da lugar al sueño de la emigración para buscar que las cosas no estén tan desequilibradas. Incluso se sacrifica la libertad con tal de conseguir la curación. Y aún así, habrá algún guerrero de la ambición que quiera ir un poco más allá y profundizar en el abismo de la separación entre sociedades, entre derechos. Se convierte a la emigración en algo furtivo, casi pecaminoso, algo que solo ocurre en los despreciables lugares donde la marginación crece allí donde hace tiempo que la Naturaleza dejó de crecer.
Ya sabíamos que el gran defecto de Neill Blomkamp como director (puesto sobradamente de manifiesto en Distrito 9) era su nerviosismo con la cámara, justificado allí con la invención de un documental que daba lugar a ese enredo sobre la marginación. Aquí ya no tiene justificación narrativa ninguna pero sigue con el tembleque y con su amor por la cámara al hombro lo cual hace que la parte meramente aventurera de la película quede francamente desdibujada, más que nada porque no fija el objetivo en ningún sitio y lo mismo da que mueva el aparato en un plató que en un cementerio de coches porque es tan absurdo como caótico. Y es una pena porque el argumento es atractivo aunque junte tópicos de varios títulos anteriores para conseguir una parábola sobre el mundo al que nos dirigimos sin remisión posible. Si Blomkamp consiguiera dominar ese pretendido dinamismo para ofrecer imagen, tal vez, estaríamos hablando de una película épica en forma y contenido pero es imposible hacerlo cuando el argumento queda tan lejos de la realización. Sin embargo, sí es capaz de sembrar una semilla de inquietud porque esa Tierra apocalíptica, destrozada y basurera  que nos retrata el director sudafricano puede llegar a ser real. Y algo en nuestro interior nos dice que sí, que eso es posible, que, al final, ganarán los que tengan el dinero y que los demás solo serviremos como esclavos, como blancos fáciles para desahogar la pereza e inapetencia de ese Nirvana al que solo llegarán los pudientes. Y, la verdad, si eso va a ser así, más vale comenzar a almacenar datos que hagan que, llegado el momento, todo vuele por los aires. Solo hay que pensar en el sufrimiento como algo permanente.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi la película me entretuvo, pero nada mas. Tuvo un inicio bastante prometedor, pero empecé a tener la sensación de dedcarrilamiento a medida que avanzaba la historia.

Los personajes... Bastante desdibujaditos. Jodie Foster está mas rígida que un palo, y las secuencias de sus contínuos paseitos sin sentido por los pasillos de Elysium (a lo Darth Vader) para ver lo bien que camina y lo rigidito de su trasero no los entendí.

El guión se despeña por momentos y tiene dos momentos que aborrecí. 1) La casualidad del encuentro del prota herido, perseguido por medio mundo...y tirado en el suelo de la puerta del hospital, con la chica justo cuando sale de su turno de trabajo... Y 2) El diálogo busca lágrima-pena de la niña enferma con él, con la historia del elefante.

Tampoco me hicieron mucha gracia algunos injertos en forma de flashback para subrayar cosas que estaban mas que claras.

Me entretuvo, y ya es mas de lo q otras muchas ofrecen. Abrazos culerianos.

Chus.

César Bardés dijo...

Estamos de acuerdo, Chus. La interpretación de Jodie Foster no solo es lo que tú apuntas...es tópica y típica. La chica no se lo ha currado mucho para construir ese personaje. También de acuerdo en las casualidad (no hay nada como una buena casualidad para que las cosas cuadren). Total y absolutamente de acuerdo en que lo mejor de la película está en su planteamiento. Sin embargo, su nudo es malo y el desenlace, de traca. Y, desde luego, hay subrayados.
El problema, quizá, es que esto está en manos de un director que no sabe cómo dar trascendencia a una historia que podría haber sido muy atractiva de haber mediado más trabajo pero...ya se sabe. Pones unas secuencias en el espacio, un héroe mediocre intentando hacer algo importante...y ahí lo tienes. Taquilla e, incluso, no descartes alguna nominación en los apartados técnicos.
Abrazos prietos.

CARPET_WALLY dijo...

Pues a mí me pareció mala. Así, seco y cortante, ni con el "muy" delante, ni con el "illa" para suavizarlo.

Me pareció mala, porque efectivamente tenía un punto de partida de mucho interés y sin embargo lo desprecia para meterse en una historia más pendiente de la espectacularidad que de lo que realmente se podía contar.

Con ese planteamiento inicial, y más en los tiempos que corren, es muy fácil captar nuestra atención, ponernos alerta y en situación. Una vez introducidos el problema está en conseguir mantener nuestro interés y contarnos algo más. No es fácil, cualquiera de las derivas de la historia podría tener sus más y sus menos: Un intento de rebelión en masa de los desfavorecidos hubiera sonado demasiado revolucionario y más en Hollywood; un líder carismático que luchara contra la injusticia e invirtiera la situación también podría ser peligroso;..

Así que el director, como ya hizo en “Distrito 9” nos plantea al héroe por accidente, el que se enfrenta a la situación injusta por casualidad, por circunstancias sobrevenidas y no por su propia toma de conciencia. Estamos tan abotargados que no nos rebelamos, sólo un incidente casual puede movilizar (pero sólo a uno). Y aquí empiezan los problemas de la película, como comenta Chus “la casualidad”. Porque la que él señala es una muy notable, pero la película se nutre tanto de ellas que cuesta creerse todo lo que ocurre porque todo es demasiado casual, cuando no, directamente absurdo: Un supergenio informático capaz de cambiar gobiernos que apremiado por unos grandes contratos “cede” el poder a X en vez de Y sin plantearse quedarse él mismo con todo. ¿Y porque tiene que preparar ese programa en la tierra? ¿y para qué viene a la tierra de cuando en cuando, para vigilar su producción? ¿El superjefe?...

Y así una tras otra, pero lo peor no es la inverosimilitud, que ya hemos hablado mucho de Hitch a propósito de eso, sino que el propio desarrollo de la historia hace que se te desmorone toda la cuestión. Personajes simplones y sin interés, habéis comentado lo de Foster que es terrible, una de las peores actuaciones que le recuerdo, Steven Seagal al menos hubiera alzado una ceja. El asesino Kruger es tan tópico que te puedes anticipar hasta a sus diálogos (por cierto lo de la granada que no causa daños cerebrales es para nota) e incluso Matt Damon que defiende su personaje lo mejor que puede tampoco tiene mucho donde rascar, un antihéroe cuya redención final aparece como por arte de magia sin que cambiasen sustancialmente las circunstancias que impulsan su comportamiento.

Y luego eso sí, esa cámara al hombro que marea más que cuenta, esas luchas (sobre todo la final) en las que no se sabe que pasa ni se intuye lo que ha ocurrido ¿Qué hace Matt para soltarse de Kruger?,¿Alguien lo sabe?

Y lo de los flashback no eran especialmente necesarios, pero que nos los repitan dos o tres veces para que veamos la trascendencia del momento, no es que te cuenten lo que te puedes imaginar con facilidad sino que además creen que eres medio bobo y te lo repiten “acuérdate de lo que le dijo la monja, ¿ves como cuadra?”…En fin, para mí, una mala película, la peor del verano.

Abrazos exclusivos

César Bardés dijo...

Bueno, básicamente estamos de acuerdo, Carpet. Le damos a lo mejor de "illa" porque el planteamiento nos parece atractivo. Yo sigo diciendo que el tal Blomkamp (aupado a la fama por Peter Jackson) es bastante mediocre y aún no me explico que "Distrito 9" fuera una película que llegó a estar nominada al Oscar...¡a la mejor película!. Cierto es, la película es cobardona, no se atreve a plantear la revolución del proletariado. También yo me pregunté por la razón por la que esos pretendidos códigos tengan que ser elaborados en la Tierra...todo está cuadrado de manera muy forzada. Y lo que es peor, no hubiese sido necesario pero sospecho que al tal Blomkamp le estaban apretando las tuercas para que terminara el asunto (lo digo porque se nota, y se nota mucho, que hay mucha precipitación en algunas escenas y que lo de hablar con los actores para orientarles y demás lo dejó para otro rato. Hay tienes no solo la espantosa interpretación de la Foster, sino también, como apuntas, la de Kruger y la del informático pirado líder espiritual y teórico de la rebelión). Fijate que lo de Damon soltándose de Kruger me fijé en el cine y, te prometo, que lo achaqué a un salto de la cinta, o a un corte mal hecho...Pero, claro, luego al salir pensé que con tanta cámara movida el fulanito simplemente se lo había tragado e, incluso, se le había olvidado rodar el plano. No habría que descartarlo y eso da una idea de lo mal director que es.
Y lo de los subrayados es un poco insultante, cierto y aún lo es más porque te está tratando, realmente, como a un idiota. Qué pena de argumento, sigo diciéndolo.
Abrazos conectados.