martes, 9 de diciembre de 2014

LOS SIETE SAMURAIS (1954), de Akira Kurosawa

Si tenéis ganas de sumergiros en el turbio universo de Roman Polanski, aquí está el enlace del último debate de "La gran evasión". Sexo, mentiras o verdades y la tentación a la vuelta de la cubierta.

 El barro y la lluvia se pegan en los ojos mientras la sangre sale a borbotones de ese maldito ladrón al que han degollado. Todo se hace más difícil y las piernas arden entre tanta carrera y tanta furia. Los campesinos merecen la defensa y los samuráis, la muerte. Tal vez porque ellos tienen un trozo de tierra al que agarrarse y los mercenarios de la espada son espíritus errantes que pueden estar vagando por las montañas o por las nubes. Morir es fácil. Lo difícil es sobrevivir entre la pobreza.
La sangre de las espadas se lava con la fuerza de la lluvia y el sueño parece diluirse entre tantas gotas mientras se permanece alerta. Los ladrones quieren víveres para el invierno y los campesinos los quieren para comer. No es lo mismo, aunque lo parezca. Las habilidades para matar son muy pequeñas, apenas nada, al lado del trabajo duro que saca lo imposible de la tierra ingrata. Hoy diluvia, mañana hace un sol de justicia y la comida vuela como un pájaro que no se posa en rama. Si hay que morir, más vale hacerlo luchando por lo que más quieres, por lo que merece realmente la pena. Y si dejas un rastro de ira y de combate más allá de la extenuación, mucho mejor.
Obra maestra del cine de aventuras que te arrastra y te conmueve, que te coloca en medio de un duelo a cámara lenta para que el dolor sea más tangible, que te extrae el aire de los pulmones para que el espectador pueda notar que el cansancio es un enemigo al que hay que batir. Hay momentos en que el cine se eleva por encima de las almas y de los pensamientos y de todo lo bueno que hay en el hombre para demostrar que esa historia nos descubre mucho más de lo que nos enseña a primera vista. Tal vez porque todos hemos deseado coger alguna vez una espada de filo bien forjado y defender al más débil solo porque es lo más justo. Es así de sencillo.
Complicidad con unos actores que físicamente dieron más de lo que tenían, hacer de la Naturaleza un personaje más que todos debían vencer, luchas airadas de furia desbocada para demostrar el valor de la verdad que se defiende…Akira Kurosawa sabía que el cine era algo más que un simple arte de exposición y lo convertía en una sublimación de sentimientos agarrotados, crispados, explosivos y agresivos que desvelaban una verdad tan profunda como hiriente, tan maravillosa como afilada, tan miserable como épica. Y estamos ante la vida misma expresada con los ojos rasgados y el corazón goteante.

Después de todo, de tanta poesía y de tanta hazaña, tampoco quedará tanto. Quizá aquella sensación de desconfianza hacia unos tipos que han hecho de matar su profesión. O puede que unas orgullosas espadas en lo alto de una colina que recordarán que unos desconocidos vinieron a dar su vida sin más razones que probar un poco de honor. O, tal vez, incluso, habrá una mirada de desprecio hacia todos aquellos que hicieron correr la sangre en medio de las calles cuando podría haber otras soluciones más civilizadas…

20 comentarios:

CARPET_WALLY dijo...

Puede que sea inevitable al hablar de esta película establecer comparaciones con la muy buen adapatación al western de Sturgess, aunque tu lo hayas hecho, pero cuando uno ve "Los siete samurais" se da cuenta de que está viendo otra cosa. la historia es muy parecida, algunos momentos son muy similares (la camuflada intrusión en el campamento de bandidos, por ejemplo), pero donde en la pelicula americana dominaba la aventura y la acción, Kurosawa derrocha poesia. Hay un canto de belleza en todas las escenas, una mirada nostalgica hacía un grupo de guerreros épicos que combaten el mal desde una perspectiva superior. No es que sean mejor que los campesinos es que tienen una escala de valores que su propia vida de luchadores les ha impuesto. Son tan caballeros medievales como pudieron serlo algunos en oocidente con su propia escala de valores y sus reglas. Y la mirada de la cámara les retrata entre signos de admiración con la sensibilidad que tenía Kurosawa para enfocar, planificar y transmitir mucho más que la historia que contaba. La escena de la batalla con la lluvia y el barro es tan espectacular como hermosa y muchos hoy que relatan batallas épicas deberían darle una vuelta a las escenas que Akira rodaba y como lo hacía.
Cuando ves esta peli, en mi caso mucho tiempo despues de haber visto a Bryner y Mcqueen, enseguida dejas de ver similitudes y te entregas pro completo a la contemplación de una película de singular belleza mucho más profunda, a ratos muy divertida y espectacularmente interpretada, con un Toshiro Mifune grandioso.

Una maravilla.

Abrazos con katana.

Nota: Por cierto, lobo, te hice caso y fui a ver "El crédito". Gracias por la recomendación, una hora y media muy divertida, inteligente y con dos grandes actores en el escenario.

Anónimo dijo...

Extraordinaria, sobre todo la segunda parte de la película, después del reclutamiento. Y la banda sonora, constante, triste, mística, oscura y genial.

Kurosawa sabe dar el toque narrativo justo para filmar su película más ambiciosa hasta la fecha, y convertirla en una de las cumbres del cine japonés de todos los tiempos. La captación, la estrategia, la batalla, todo fluye como si estuviera ocurriendo de verdad, como si el espectador fuera un intruso que se mete en los corrillos y en las mentes de aquellos individuos para desencadenar una suerte de venganza justa que libere a los campesinos de un destino inevitable. La escena final de las tumbas de los caídos en la batalla, sobre la colina, es de una belleza pictórica bestial.

La ventaja del cine japonés desde el punto de vista occidental es a menudo la identificación inmediata de los personajes con su mundo, su historia y sus tradiciones. De tal manera que no es necesario el esfuerzo por parte del espectador para convercerse de que Mifune es un samurai medio loco, que el sesudo y veterano samurai (no recuerdo su nombre) es así en la vida real, o que el anciano sabio de la aldea es una voz más que autorizada fuera de las cámaras. Es una facultad que tuvo también, nombrando a un director del que hemos hablado recientemente, Buñuel con "Los olvidados".

Abrazos con los ojos rasgados

Santi

César Bardés dijo...

Pues muy acuerdo con todo lo que dices. Kurosawa construye un poema épico lleno de hermosura, con un código de honor samurai que te embarga y te lleva a la misma primera línea de batalla. Además esos samurais son aleccionadores, pretenden que los campesinos aprendan que el verdadero valor no reside en sus espadas, sino en las azadas, en el trabajo que hacen cada día, en su vida estable llena de hijos y de cariño. El samurai es un tipo errante (recordemos que, aunque no se dice en ningún momento, todos ellos -salvo Mifune-son Ronin, es decir, samurais sin señor) que no tiene arraigo, que está condenado a desaparecer y que, sin embargo, da la vida por un puñado de arroz porque eso es todo lo que tienen los campesinos. Y además hay algo muy importante en la película. Los campesinos toman parte en la batalla y, en algún momento, se vuelven absolutamente sanguinarios, arrastrados por el mismo mundo de violencia que representan tanto los bandidos como los samurais y Kambei -enorme Takashi Shimura- no quiere esa transformación, quiere que se sepan defender pero no quiere que sepan atacar. Eso es muy importante en toda la película que Kurosawa rueda como los mismos ángeles y con una minuciosidad impresionante.
En cuanto a la versión americana (que contó con el beneplácito de Kurosawa) hay que decir que la acción, en efecto, prima y que el reparto la hace enormemente atractiva por la clase y categoría que destilan los siete magníficos que vienen con sus pistolas a defender a los campesinos. Sin embargo, en la versión de Sturges el dibujo de éstos es mucho más leve, más difuminado, no hay carne en esos personajes (aunque sí en los magníficos) y Sturges, eso sí, se atreve a dar un salto con la cámara y nos ofrece el retrato de Calvera, el jefe de los bandidos, que no acaba de explicarse por qué esos pistoleros vienen por apenas nada...sin comprender que, tal vez, han sido muy parecido a él y que, por una vez, pretenden hacer algo honesto en sus vidas.
Me alegro de que te gustara "El crédito". Creo que los dos están enormes (aunque Hipólito creo que sube un peldañito más que Merlo, sin querer bajar los méritos de éste en absoluto). Creo que es original, divertida, incisiva y maravillosamente bien llevada por los dos. Es más, si en lugar de ellos hubiera otros dos actores, la obra no funcionaría igual.
Abrazos en el barro.

César Bardés dijo...

Pues toda la razón del mundo, Santi. Sin duda, "Los siete samurais" es una de las cumbres del cine japonés de todos los tiempos. Sin embargo, no hay que olvidar que Kurosawa fue mucho más apreciado fuera de su país que en Japón porque consideran que es el "más occidentalizado de los directores japoneses" y "Los siete samurais" no contaba con el apoyo de la productora Toho que estuvieron a punto de despedir a Kurosawa del rodaje cuando se agotó el presupuesto y éste solo llevaba un tercio de película rodado (querían sustituirle por un artesano famoso en Japón por hacer películas de consumo rápido y olvido centelleante). Lo cierto es que la música, la puesta en escena (pictórica en muchísimas ocasiones aunque esas espadas recortadas en el cielo con las tumbas de los caídos, efectivamente enmudece y delata la formación de Kurosawa en Bellas Artes), la interpretación (el samurai líder es Takashi Shimura, un habitual de Kurosawa, inolvidable protagonista de "Vivir" o de "El perro rabioso" o uno de los policías entregados en la maravillosa "El infierno del odio") y el dilema moral que propone Kurosawa al afirmar que, en ocasiones, hay que luchar porque siempre tiene que haber un rastro de honestidad en el individuo es, sencillamente, magistral.
Kurosawa, al igual que Ford, también su "Stock Company", su compañía de repertorio para poblar sus películas y muchas de las virtudes de la gente que conocía bien las trasladaba a sus películas independientemente del personaje que interpretaban. Mifune, sin embargo, yo no lo veo tan loco (sí desbocado) porque, en realidad, no es samurai aunque sí muere como un verdadero samurai. Él es un campesino harto y asqueado de ver cómo se arrasa la tierra en las sucesivas guerras feudales y está cansado de estar con los oprimidos. Quiere actuar y lo hace, a pesar de que no tiene tierra que defender. Es un personaje profundamente poético, triste y, sin embargo, Mifune le sabe dar ese toque de que, sencillamente, ya no le importa morir.
Abrazos con sake.

CARPET_WALLY dijo...

Si, la versión americana perdía poesia y profundidad sociológica para dar más acción y conjuntar un reoparto de magníficos idem y que esa mirada a Calvera le da un punto de interés muy grato. a mi me encanta "Los siete magnífiocos" y cada vez que la veo la disfruto mucho, pero puedo ver cualquier trozo en un pase televisivo que atrapo en un zapping y me lo paso bomba, sin embargo con "los siete samurais" no me pasa eso, es una película de deleiite reposado. Como bien dice Santi, no eres un espectador en la de Kurosawa, estas ahí, escuchando, mirando, admirando, vives la sitiación, te mojas, hueles, olfateas...

Hay por ahí un video (en inglés) que comenta la edición de la batalla bajo la lluvia, como y porqué Akira cortaba y utilizaba cada corte para dar mayor tensión a la épico de la battalla (o para relajarla). Lo vi hace tiempo, lo he buscado y lo he econtrado. Os pongo el enlace.

http://www.60fotogramas.com/editar-como-akira-kurosawa-analisis-de-siete-samurais-batalla-final/

Abrazos empapados.

Anónimo dijo...

Gracias por el enlace, Carpet. Como dicen al final del vídeo, si no has visto esta película antes, tienes que verla.

Y yo me pregunto: ¿es eso verdad? ¿a cuántos de vuestros familiares, amigos o conocidos les recomendaríais ver "Los siete samurais"? O en su defecto, ¿qué películas japonesas recomendaríais al aficionado medio al cine, acostumbrado a ver estrenos de cartelera, normalmente intrascendentes, para que se termine enganchando a un arte más elaborado y degustable com éste? ¿Es necesario para ese aficionado medio ver antes "Los siete magníficos" o "Por un puñado de dólares"?

Abrazos épicos

Santi

CARPET_WALLY dijo...

Desde luego que recomendaría ver "Los siete samurais" a mucha gente que conozco, otra cosa es qeu me hiciesen caso. De hecho creo que es una película que no es nada dificil de ver, muy lejos de algunas profundamente "orientales" que pueden resultar algo más complicadas y por seguir con Akira, recuerdo la anecdota que ya conté alguna vez de ver "Ran" en un barracón en la mili y de casi doscientos reclutas sólo quedamos 3 al final y terminamos aplaudiendo y mirandonos sonriendo.

En cualquier caso tanto el cine como el espectador medio actual ha logrado aceptar mucho cine oriental (y no me refiero a Bruce Lee), pero ahí esta Yimou que sigue teniendo mucha aceptación y consiguiendo un público bastante amplio en nuestro pais.

Obviamente no es necesario ver "Los siete magnificos" para ver la peli de Akira, ni viceversa, son la misma historia pero contada de forma completamente distinta como ya hemos dicho. De hecho a mi mujer que aborrece el western no le gusta nada la americana y vió con mucho gusto la japonesa.

Yo creo que "Vivir" o "Dersu Uzala" son películas que pueden ser vistas por cualquiera, aunque para la primera haya que vencer la actual aversión al blanco y negro. Y desde luego recomendaría "La balada del Narayama" película que vi en su momento en televisión con mi madre (que no es que fuera muy cinefila ni mucho menos) y que nos pareció maravillosa.

Abrazos campesinos

Anónimo dijo...

No me cuentes nada de "La balada de Narayama", Carpet, que la tengo para ver esta semana, junto con "Lluvia negra" y la trilogía de Kobayashi.

Porcentualmente, entonces, un 1,5% de la población random en España tiene la voluntad de sentarse en la butaca y sumergirse en una historia que va más allá de unos japos que luchan disfrazados de colorines. Pues no es muy alentador ese dato...

Abrazos desmoralizados

Santi

CARPET_WALLY dijo...

Jajaja, Santi. Creo que exageras mucho en ese afan exportador de tu gusto por el cine (de tu buen gusto, en general). Creo que hay que ser mucho más relajado en las pretensiones. Si a la gente le gustan las mismas cosas que a ti, perfecto, si prefieren otras que a ti te parecen poco estimables, también perfecto.

Como decíamos hace poco, el arte y en este caso el cine es un disfrute individual y así me pasó entonces con "Ran", es mucho mejor qe sea compartido pero hay grandes cosas alabadas por infinidad de población ramdom en España y en el mundo mundial que a mi me dejan más frio que Madrid en Enero. Por eso, lo mejor es ir al cine, mejor acompañado, y que vean lo que quieran.

Abrazos animados.

César Bardés dijo...

Lo primero, gracias Carpet por el enlace. Una forma muy sencilla de aprender el enorme trabajo que significa montar una película. Esta secuencia que nos pones tardó dos meses en rodarse tal y como Kurosawa quería y le salió lo que le salió, una auténtica maravilla que, en lugar de enfatizar el heroísmo como se hace en la versión americana, enfatiza el enorme dolor de la batalla.
En cuanto a la pregunta de Santi, la responderé con gusto. A más de uno y a más de dos. Pero te diré algo. Hay que calibrar al interlocutor. A alguien que ama el cine americano más comercial, más increíble y más "tonto" por llamarlo de alguna manera nunca se me ocurriría decirle que existe una película llamada "Los siete samurais" dirigida por un tal Kurosawa que le iba a dejar con la boca abierta posiblemente porque al minuto noventa o noventa y cinco de los doscientos cinco que dura me mandaría por donde amargan los pepinos acordándose de paso de la hora en la que mi madre me dio a luz. Ahora bien, si se intuye que el interlocutor (quitando al que sabes que sabe) es alguien con inquietudes y que evoluciona hacia gustos más "selectos" sin abandonar otras opciones, entonces ahí sí que seré el primero que le diga que "Los siete samurais" es algo que merece la pena verse y reverse. Ahora bien, y eso es algo que he notado mucho, hay una cierta sensación generalizada de que el cine japonés es un cine contemplativo, bastante rollo, con un tiempo que no tiene nada que ver con el que estamos acostumbrados a tratar (preferentemente americano) y demás. Incluso he tenido experiencias de este tipo de personas que han cedido, han visto "Los siete samurais" (otra con la que tengo bastante éxito es "El infierno del odio") y hay un destello de agradecimiento en sus miradas después porque saben que lo que han visto es arte y no solo cine.
No, no es necesario ver "Los siete magníficos" para ver "Los siete samurais", son películas que están tratadas de forma muy independiente y cada una esta muy bien situada en su contexto. Yo sé que a mi mujer le gusta "Los siete magníficos" y también le gusta "Los siete samurais". Yo sé que a mi hijo le gusta "Bichos" (una versión de "Los siete samurais" vía Píxar) y que eso le llevó a ver "Los siete magníficos"...el otro día me dijo que a ver cuándo le ponía "Los siete samurais"...
Por supuesto que hay películas muy aceptadas por el espectador (quizá más gafapasta) de procedencia nipona. Y está muy bien puesto el ejemplo de Yimou que también evoluciona hacia un cine de más acción (traigo a colación otra vez el panfleto fascista que supone "Hero" a pesar de ser una película que está muy bien realizada, con una estética fascinante) con el fin de conquistar un mercado que va más allá del meramente oriental.
Y sin duda, y sin desvelar nada, "La balada de Narayama" es una película hermosa y única. Aunque me parezca un poco mejor la versión de Imamura que la de Keinoshita.
Yo creo que se trata de hablar de estas cosas, tal y como lo hacemos nosotros, para ver si alguien se anima y pica. Habremos ganado un adepto a la causa. Y Kurosawa, qué duda cabe, es uno de los directores más fascinantes de la historia.
Abrazos congelados.

dexterzgz dijo...

Y esto de lo que habéis hablado me recuerda a una conversación - corta- que mantuve no hace mucho.

YO- Pues a mí me gusta mucho el cine.

Fulanito (He olvidado hasta el nombre)- A mí también ¡¡¡ (con énfasis)

Y- Ah si? ¿Te gusta Billy Wilder?

F- ¿Y ese quién es?

(Es absolutamente cierto)

Abrazos sin comentarios

Anónimo dijo...

Vaya, es cierto que se me está yendo de las manos esta especie de cruzada procultural. Y sobre todo aquí, donde vengo más aprender que a aportar. Siento ser tan reiterativo en ocasiones. Mil perdones.

Gracias César por esas recomendaciones. Fíjate, lo que a ti te pasó con tu hijo es lo que yo llevaba buscando con mi ex, busco con mis amigos y mi familia, y no encuentro. Ese resorte que de repente active el clic en la cabeza de alguien y no le permite desengancharse de la droga del cine de verdad, y dejar de ver las cuatro tontás de los torrentes y apellidos de turno.

Una cuestión. ¿De Yimou no habéis hecho nada, no? Ni en Conversacines ni en La gran evasión, si no me equivoco. De hecho, nada de cine asiático que no sea japonés. Algún Wong Kar-Wai o un Kim Ki-Duk tampoco estaría mal. Ahí lo dejo...

Te escucho esta noche, maestro.

Abrazos asiáticos

Santi

César Bardés dijo...

Preclaro el ejemplo, Dex. Sin dármelas de listo (no lo soy en absoluto) suelo calar bien a la gente y desconfío mucho del que me dice así, alegremente, que le gusta mucho el cine. Más que nada porque tengo la prueba del algodón. Solo digo "clásico" y ya veo que los ojos buscan salida en el otro para acabar confesando (sin ningún pudor, es cierto) que más allá de Harry Potter y, como mucho, de "Parque Jurásico" no van. A ti no te gusta el cine, coleguita. Te gusta ir a ver lo último del cine. Lo demás te parece pura antigualla que, como decíamos antes, sencillamente no te interesa.
Con mi hijo acerté en ese lado, Santi, pero también he errado en muchos otros. Creo que el cine sí que le gusta bastante (tiene 12 años) y que será un buen cinéfilo porque me pregunta cosas (me parto cada vez que imita a Al Pacino) pero, sin embargo, me está costando muchísimo que se aficione a leer algo más allá que libros de dinosaurios.
Gracias por las sugerencias, las anoto aunque he de decir que yo he perdido todo poder de decisión en ese aspecto (movidas internas). Si puedo colar la sugerencia no dudes de que lo haré a la primera de cambio.
Gracias por todo a los tres.
Abrazos en las ondas.

CARPET_WALLY dijo...

Yo es que ni lo intento, directamente. Bueno lo intenté con mis hijos en su momento, al crio ya lo dejé por imposible, de hecho no le gustán las sals de cine, prefiere ver películas en televisión ( es comodón y perezoso), aunque de vez en cuando me sorprende como hace poco que se metió una sentada de la trilogia de "El padrino" y estuvimos un par de días comentandola. La cria está mucho más interesada, como ella quiere ser actriz, se interesa más por todo lo que tiene que ver con ello y ya he comentado que se ve sesiones de cineclub de la actriz del momento y suele empezar a tener criterio para separar lo malo de lo menos bueno. De todas formas ahí hay filón y no encuentro el momento de sentarnos a ver "Eva al desnudo" para que se entere de lo que vale un peine.

Pero repito yo ya no intento convencer a nadie de que vea cierto tipo de cine, como tampoco de que lea cierto tipo de literatura o escuche cierto tipo de música. Salvo que vea que alguien quiere escuchar. Cambiar los gustos de cada uno es muy dificil, se han ido forjando con el tiempo y han llegado a donde han lelgado y se han asentado.

Es cierto lo que decís de que hay gente que dice que le gusta mucho el cine y lo que le gusta es ir al cine y ver películas, que es algo distinto. No obstante, a mi con eso me vale, si hay muchos que ven películas aun habrá alguien que decida hacer buenas películas y con eso ganamos todos. De vez en cuando además me encuentro con una sorpresa y de repente alguno que me comenta el cine de Scorsese o me recita dialogos de "Casablanca" o incluso me saca los colores porque sabe mucho más que yo (lo que tampoco es tan dificil).

En realidad lo que me sorprende much es la aversión al cine en blanco y negro, algo que puedo entender en las nuevas generaciones pero no tanto en los que crecieron como yo cuando sólo había una televisión y vieron tambien ellos a Hitch, a Ford, a Capra, a Hawks,...Sin embargo cuando estrenaron "The artist" y mira que hablo de una peli de éxito, me mirarban raro porque quería ir a verla, ¡¡¡blanco y negro y muda!!!. Por Dios, si ellos también vieron a Charlot cuando eran crios.

En fin, las cosas como son, los clásicos se siguen reeditando, señal de que hay mucha gente que los compra, igual que aun se siguen vendiendo las obras de Shakespeare o "La Celestina". No seremos mayoria, pero somos.

Abrazos clásicos

César Bardés dijo...

Es cierto que cambiar los gustos es una tarea bastante estéril salvo en determinadas ocasiones. Contaré una experiencia con mi hijo.
En junio, su madre tuvo que irse al extranjero para un viaje cultural con sus alumnos a Basilea así que nos quedamos solos.
No quiero que se enganche a la televisión (aunque no se lo prohíbo) así que le propuse que esos días (una semana) nos viéramos los dos juntos un ciclo de Hitchcock. Al principio le pareció muy mala idea. Estaba reticente, no quería, en fin, esas excusas propias de los niños de ahora. Yo le dije que viéramos una (además, para más interés le dije que las viéramos por orden cronológico según la filmoteca que anda por aquí) y que si no le gustaba pues ya está. Esa primera fue "39 escalones"...y se lo pasó en grande. Me dijo que si todas las de Hitchcock eran así (él, hasta el momento solo había visto "Con la muerte en los talones"). Le dije que todas tenían ese punto que las hacía tan especiales. Al día siguiente me pidió la siguiente ("Alarma en el expreso") y luego los siguientes días hasta pudimos ver dos cada día. Así fueron cayendo "Rebeca", "Recuerda", "Encadenados", "La soga", "Vértigo" (ésta le gustó menos y lo entiendo), "La ventana indiscreta", "Extraños en un tren" (le encantó, le volvió loco), "Atrapa a un ladrón" y "Cortina rasgada". Nos saltamos, eso sí, "Los pájaros", "Psicosis" y "Marnie" por la naturaleza de sus argumentos.
El resultado es que, ahora, cuando ya tenemos un rato, me dice que "si no tenemos alguna más de Hitchcock" al escuchar mi negativa, su respuesta es: "Y alguna de ese tipo?" y, claro, han caído "Charada", "A 23 pasos de Baker Street", "Bajo sospecha", "El premio" (le encantó y, sin decirle nada, pilló el truco de Paul Newman para salir del atolladero del club nudista como algo que ya había hecho Cary Grant en la subasta de "Con la muerte en los talones"). El caso es que el presentimiento con él es que por ahí bien, pero con la lectura, me cuesta mucho trabajo hacer que agarre un libro. En determinado momento, ha perdido el interés y me pregunto si es por culpa mía. Ahora está leyendo a trancas y barrancas "Crónicas marcianas", de Bradbury y parece que le gusta pero nunca encuentra el momento de ponerse a leer.
Lo del cine en blanco y negro es algo que le pasa hasta a mi madre, que era espectadora asidua de la época, y siempre dice que "para ella, algo moderno, estoy harta de ver a gente que ya está muerta". Ahora, si quieres darle en el hueso débil..."El padrino". Yo creo que ahí se deja llevar y se puede ver la trilogía entera de una sentada como hizo tu hijo hace poco.
Al mío le voy contando de qué va. Le parece atractivo, de momento. Veremos si algún día quiere verla.
Me gusta ese párrafo que has puesto. "Los clásicos se siguen reeditando, así que hay mucha gente que los compra, igual que aún se siguen vendiendo las obras de Shakespeare o "La celestina". No seremos mayoría, pero somos". Esperemos que sigamos siendo y que no se pierda nunca la capacidad de apreciar la belleza cuando se nos ofrece de forma tan visual...aunque sea en blanco y negro (algo, por otra parte, mucho más evocador que el color...Woody, sobre esto, sabía un poco).
Abrazos sin color.

CARPET_WALLY dijo...

No creo que lo de la lectura sea problema tuyo. Mis hijos tampoco son muy lectores. Algo más la niña (más inquieta culturalnete), pero niguno de lso dos lee mucho. Me sorprende porque siempre nos han visto a mi mujer y a mi con algún libro en las manos, aunque también viendo la tele.
Fijate que yo le he dado muchas vueltas y me parece que uno de los problemas puede haber sido haberles leído mucho de pequeños, cuentos, tebeos, historias, algún libro como "El principito" o de "Los cinco"...El caso es que sobre todo yo, se los leía, muy escenificados, poniendo voces y esas cosas. A veces pienso que se acostumbraron a ser espectadores pasivos y que la fantasia y la ilusión se la entregaban ya trabajada y por tanto nunca sintieron la necesidad de buscar ellos en los libros algo que ya se les facuilitaba de forma tan divertida.
No obstante, los libros (todo en general) llaman cuando tienen que llamar y a veces nos encuentran cuando creemos que ya estamos a salvo. A mi de pequeño no me gustaban las setas ni el pescado y ahora me pirran.

Abrazos cambiantes

César Bardés dijo...

Pues mira, da la casualidad que a mí me ha pasado exactamente lo mismo. Yo también le he leído cuentos, o cómics, o tebeos o historias poniendo voces y haciendo de la lectura algo muy masticado y divertido y quizá ahí esté el quid de la cuestión. Gracias porque hablando uno encuentra por qués sin buscarlos y has arrojado algo de luz al problema.
Cuando he leído tu último párrafo me he acordado de aquella frase de Jorge Luis Borges: "El verbo leer...como el verbo amar o como el verbo soñar nunca se pueden conjugar en modo imperativo".
Y es totalmente cierto...los libros nos llaman...
Abrazos agradecidos.

dexterzgz dijo...

¡¡¡Quiero videos de los dos leyendo esos cuentos y haciendo voces y poniendo caras ¡¡¡

Abrazos curiosones

Anónimo dijo...

No sé si pensáis que esa pereza para ponerse a leer también se debe a la extrapolación habitual de la literatura infantil/juvenil al cine. No digo que me parezca mal que existan versiones en la gran pantalla de los Harry Potter, Juegos del Hambre, Crepúsculo, de turno. Pero para tratar de fomentar la lectura no es tan tan positivo. Y sí es cierto que el público target de estas versiones al final termina restringiendo la posibilidad de abrirse a otros géneros, otros estilos, otras inquietudes.

No tengo hijos (creo... bueno, seguro que no), pero creo que lo primero que haré cuando lo tenga será sacarle el DNI, el pasaporte y el carné de la biblioteca (mierda, voy a ser un padre odioso, ya veréis...).

Abrazos paternales

Santi

César Bardés dijo...

Lo siento, Dex, hasta ahora no se me había ocurrido, pero será cuestión de ponerse manos a la obra y mandarte una edición especial.
Yo no creo que la adaptación al cine sea especialmente nociva para el fomento de la lectura. Es más, también me he cansado de decir que es absurdo comparar un libro con una película porque, aparte de que las sensaciones son totalmente diferentes, son dos medios diferentes. Es como si te preguntaran si prefieres comer una pera o esquiar en Sierra Nevada. Eso nunca me ha influenciado a mí como niño y, es más, lo que ha terminado por pasarme es la curiosidad de ver cómo era una cosa después de conocer la otra.
El problema es más que nada un problema de concentración. Si nos fijamos un poco, tienen la concentración de un mosquito y leer requiere concentración. Sencillamente, eso no lo saben hacer. Los video juegos y el bombardeo informativo que sufren es tan avasallante que no tienen capacidad de ponerse durante un rato a hacer lo mismo. Se nota mucho por cómo estudian (todo lo contrario de nosotros que nos quedábamos las horas muertas con el mismo libro delante de nuestras narices).
Por cierto...mi hijo tiene carné de biblioteca y DNI y pasaporte...pero le cuesta ponerse a leer. Aún no he perdido la esperanza ¿eh? Que conste.
Abrazos con voces distintas.