martes, 2 de diciembre de 2014

LUNAS DE HIEL (1992), de Roman Polanski

Si hay ganas de hacer un viaje a California desde la taza de polvo de Oklahoma, el debate que sostuvimos sobre "Las uvas de la ira" en "La gran evasión" lo podéis escuchar aquí. Para que siempre estemos allí...

 Quizá no haya nada más allá del deseo. El deseo absoluto, el deseo opresor. Por el camino se visitarán muchos grados de deseo. El deseo inocente, el deseo caníbal, el deseo imaginado, el deseo sugerido, el deseo humillado, el deseo degradado, el deseo acobardado, el deseo sometido…pero más allá del deseo solo existe la muerte. Demasiadas degeneraciones de un sentimiento que puede que, en algún momento, haya rozado el amor pero nunca vino para quedarse. Seres humanos que confunden el amor con el sexo y juegan alrededor de esa confusión hasta perder la razón marchan a la deriva en un barco que nunca llegará a su destino. Quizá la última lección del deseo sea el aprecio hacia lo que se tiene, porque se tiene gracias al deseo pero se pierde por culpa de la ambición sexual.
No hay nada como contar a un extraño las bajezas del espíritu de la pareja. Las humillaciones son tan enormes, tan innombrables que, dichas en voz alta, parecen descargarse un poco sobre los hombros del otro. Pero la humillación es un afrodisíaco para quienes no la padecen. Es el último peldaño del placer total. Una mujer, con una sola mirada, es capaz de atraer todo lo que un hombre puede soñar. Dentro de ella, lleva la lujuria, el olvido, la soberbia, la ira, el desprecio…sobre todo, el desprecio. Y eso es lo que hace que sea un animal peligroso, uno de esos que pone la trampa para que el cazador se entretenga cuando su objetivo, en realidad, es otro. El juego de la seducción nunca debería de acabar. Solo la mirada hacia dentro del mayor perdedor es capaz de poner fin al juego. Basta con apretar el gatillo y hacer que todo acabe. Igual que todo empezó. Con un relámpago.
Y es que, en ocasiones y sin saber muy bien por qué, una mujer, sin ni siquiera dirigirte la mirada, levanta en ti pasiones que creías escondidas o muertas y sueñas con el roce permanente de su piel, con el ambiente hechicero de su perfume, con el olor a sexo húmedo en algún lugar de su aire. Y eso no se puede dejar escapar. Hay que buscarlo con ahínco porque, si no lo haces, otro se te adelantará y podrá comprobar que lo que te has perdido es mucho mayor que lo que te has jugado. En cualquier caso, es una derrota. Inexplicable y definitiva. Total. Como el deseo que sentiste.

Roman Polanski vuelve a sus obsesiones agobiantes a pesar de ser una historia con algunos espacios abiertos y lo hace con una mirada de voyeur hacia las interioridades de una pareja que, a través del sexo, juega a destruirse a cada momento. Sobre todos los intérpretes, destaca Peter Coyote, como ese escritor frustrado, engullido por la mediocridad y que cree haber encontrado platino puro en su devenir vital cuando experimenta hasta dónde puede llegar en la obsesión en el sexo y en el sexo como obsesión. Al fin y al cabo, es muy duro tener que convivir todos los días con alguien que baila con tanta fiereza que la mente, cada vez que mira tal demostración, no hace más que masturbarse al son del tintineo de los hielos de un vaso de whisky y bajo el ambiente de un cigarrillo que nunca se apaga. 

27 comentarios:

Anónimo dijo...

Comprendo que esta película tenga una legión de seguidores y admiradores, de una puesta en escena opresiva y una atmósfera enrarecida, muy típica de Polanski.

A mí, sin embargo, no me gustó nada. La ví hace años, es cierto, y mi evolución como ojo crítico también habrá cambiado como es lógico. Aunque no sé si tanto como para apreciar ahora positivamente los valores de una cinta que está (o estaba cuando la ví). Esta etapa de Polanski no me gusta. Le pasaba algo parecido (salvando las distancias) a "Frenético", aunque más comercial y menos agreste.

¿Admitiría revisionado? Puede. Pero el profesor Bardés me ha mandado deberes hasta después de Navidad.

Abrazos opresivos

Santi

César Bardés dijo...

No quisiera desvelar mucho antes del programa pero tengo que decir que estoy bastante de acuerdo contigo. Es muy Polanski pero no me gusta tanto como otras películas suyas de parecido ambiente opresivo como "El quimérico inquilino" o "Repulsión". Y ya no hablemos si nos referimos a "Chinatown", claro, para mí su mejor película de lejos, mejor que "El pianista", incluso.
Sí admite un revisionado pero es una película con defectos. Mejor céntrate en los deberes (si quieres, te apetece y tienes ganas) y ésta la dejas para posteriores oportunidades complementarias o extra-escolares.
Abrazos agobiantes.

dexterzgz dijo...

Pues fíjate que yo el viernes revisé precisamente "Chinatown", que me pilló pereza salir a la calle para ir a ver la nueva de Daldry (la vi el domingo ¿será el estreno de la semana?). Esta ya te he dicho alguna vez que la tengo también pendiente de revisar. Me pasa como a Santi que la vi de jovencito y no me gustó mucho.

Lo que pasa es que creo que es una película especialmente incómoda. Polanski interactúa de forma permanente con el espectador, le obliga a identifcarse con un personaje y una postura (entiéndase no en un sentido sexual). Creo que en esa época yo me tuve que sentir identificado con la mojigatería del personaje de Hugh Grant. Me intimidó Peter Coyote y la sexualidad salvaje de la Seigner (aunque entiendo lo que dices de que te quedas con la Scott Thomas, todos nos quedaríamos con ella, pero claro Polanksi era el mardio). Pero como dice Santi habría que ver lo que hemos evolucionado nosotros, y cómo ha envejecido la película.

Abrazos mareados

César Bardés dijo...

Supongo que disfrutaste con "Chinatown". Yo la vi en su momento, cuando se estrenó y no me convenció nada entre otras cosas porque creo que Polanski no acaba de encontrar un estilo con el acabado formal bueno. Hay ciertas escenas bastante chapuceras, los escenarios son impersonales y hay alguna secuencia que es de auténtico horror.
Cierto es que Polanski intenta interactuar con el espectador y, probablemente, la incomodidad nace porque el espectador no tiene un personaje con el que identificarse. Coyote es un degenerado moral, Grant es un estirado bastante estúpido (y además que, tal y como está dibujado el personaje, no me acabo de creer que se sienta fascinado con la Seigner y no con la Scott Thomas, bastante más inteligente que él, por otra parte). Ya digo, admite un revisionado pero sin ninguna obligación, hay muchas otras antes en la lista.
Abrazos puritanos.

Anónimo dijo...

¿Quién seleccionó "Lunas de hiel" para La Gran Evasión de hoy? Porque mira que Polanski tiene bastantes mejores...

Dex, creo que ya lo he comentado en alguna ocasión. Yo no acepto la idea de que el propio director me obligue a posicionarme a favor de Coyote o de Grant, o de cualquier otra actitud extrema de cualquier personaje de cualquier película. Creo que, como somos la mayoría, tratamos de imponer nuestro propio sentido común, sin necesidad del prejuicio de un director. Por eso me chirrían mucho las pelis maniqueas. A otro perro con ese hueso.

César, todo lo que dices es muy cierto, pero hay que recononcer que Seigner emana feromonas por todos los poros de su cuerpo. ¿Te puede gustar? A lo mejor no, pero el calentón te lo llevas. Es como lo que te pasa a ti con Elsa Pataky.

Abrazos libidinosos

Santi

César Bardés dijo...

Petición del oyente, Santi. Ya sabes, hay que atender a la audiencia y habrá más que están a la espera.
Yo creo que, sencillamente, el espectador no tiene con quién identificarse (y no necesariamente posicionarse. A mí me puede caer muy bien el James Cagney de "Al rojo vivo" y, sin embargo, no posicionarme precisamente a su favor). Alguien me dijo una vez, y creo que tiene mucha razón, que dirigir una película es solo expresar una opinión sobre una historia y la opinión de Polanski de esta historia es pesimista, es la preclara proclama de que después del deseo no hay nada, solo la muerte. Por supuesto, el deseo más degradado y degenerado, el que hace caer al ser humano en una suerte de degeneración suma que le despoja de todos sus atributos si los hubiere.
Sí, sí, todo lo que quieras, la Seigner emana feromonas aunque quizá yo no tenga olfato para esas feromonas. A mi no me pasa nada con Elsa Pataky que no me pone nada de nada. Yo soy de bellezas más serenas y menos explosivas, ahí es cuando sí siento las feromonas bailando a mi alrededor.
Abrazos raros.

dexterzgz dijo...

Santi, yo no he hablado de maniqueismos. Me refiero a que hay que ser muy frío para contar una historia en la que no te impliques emocionalmente ni siquiera tomes partido por alguno de los personajes. A veces es voluntad del director que sea así. Coñe, si hasta lo hace Fincher en "Perdida", coñe si hasta es el caso del tito Stanley en "Eyes wide shout" (y al igual que la peli actual aquí también estaba el tema del sexo por medio). Pero no hilemos tan fino, a fin de cuentas toda la vida nos han estado manejando ¿o acaso en las pelis del Oeste no estabas deseando que apareciese el Séptimo de Caballería para aniquilar a los indios malos?

Abrazos manipulados

César Bardés dijo...

El problema es que en esa voluntad que impone el director está la maestría suficiente o la torpeza en general. Polanski no es un director que suela poner a sus personajes a tanta distancia, parece que aquí lo que narra no es suyo. Es más yo creo que Bernardo Bertolucci lo hace también y lo hace bastante mejor en una película que es muy cercana a esta como "El último tango en París".
Desde luego que nos han estado manejando, en lo que sí le doy la razón a Santi es que es posible que en nuestra propia evolución como personas esté la capacidad de decir "sí, el Séptimo mola mucho, los indios son unos salvajes pero la historia ya me la sé así que las cosas no necesariamente ocurrieron así" y la manipulación termine en el mismo momento en que sales de la sala de cine. También es muy cierto en que hay muchos otros casos en que no es así, la manipulación no termina en la sala de cine y te quedas con determinadas teorías que pueden estar perfectamente equivocadas (o no) y que están expuestas por el director de turno. Llámese Polanski o llámese Kubrick, con el que me identifico bastante más.
Abrazos geniales.

Anónimo dijo...

Yo tengo un concepto menos trascendente del cine. Para mí es contar una historia a través de imágenes, sensaciones y sentimientos. Las conclusiones éticas se las reservo sólo a determinado tipo de películas, pero no hay que desdeñar en absoluto a cintas que solamente entretengan. Basta con que entres en la historia, esté bien contada y bien hecha.

No creo que me identifique con directores en general. Bueno, por poner una excepción, con Richard Linklater quizá. Y con personajes, con CC Baxter, pero sólo desde el plano sentimental. Doy mucha pena, lo sé.

Abrazos simples

Santi

dexterzgz dijo...

Pues yo creo que si hay precisamente una película que te ponga en el disparadero y sea capaz de remover tus esquemas, al margen de su calidad, es esta.

Por cierto "Boyhood" no está mal pero algo de postureo indie. ¿Premio de la Crítica de Nueva York? ¿Esta va a ganar el Oscar? Entonces supongo que a Granados le darán el premio al político más honrado.

Abrazos asombrados

César Bardés dijo...

Por supuesto que el cine de entretenimiento es un elemento a tener muy en cuenta. Ejemplos los hay a millones y muchos comentados en este blog. Por poner ejemplos, tenemos la reciente "The equalizer" o también la estupenda "Misión imposible 4: Protocolo fantasma" por decir alguna de reciente cuño. El problema no es ése. Reside en la óptica del mismo director. No creo que Polanski se decida a hacer "Lunas de hiel" solo para entretener, es algo más ambicioso. Y el problema está en que, a lo mejor en sus ambiciones, la historia no llega como debería llegar porque hay factores que no ha manejado del todo bien. Y eso hay que valorarlo o no dependiendo de la formación ética, educacional o vital de la persona que ve la película. Es decir, se trata de apreciar o no la opinión de un cineasta a la hora de contarnos un cuento y eso es igualmente válido, valioso y valorable.
Yo no me identifico con directores (uf, ojalá tuviese el cerebro suficiente como para hacerlo con algunos) aunque me parezcan fascinantes Kubrick, Welles, Wilder, Ford o Hitchcock y tampoco me identifico con personajes más allá de la misma historia que se me está contando. En la presentación de "El ojo privado" ya lo dije: "Yo no me emociono con Hanníbal Lecter. Me emociono con Anthony Hopkins haciendo de Hanníbal Lecter".
Abrazos comprensivos. (De pena, nada).

César Bardés dijo...

Yo también creo que hay películas que te ponen en el disparadero (moral, físico, individual o a nivel de conciencia). Esta no me la remueve por algunos de los defectos que ya he nombrado antes y que influyen directamente en mi percepción de la historia. Por eso, el ejercicio de la crítica, en el fondo, es bastante absurdo porque puede haber tantas críticas a la película como espectadores e imponer una opinión es una tontada y, como decía nuestro amigo Chus, un ejercicio de nazismo.
A mí Linklater nunca me ha convencido y sí, "Boyhood" me parece de un postureo bastante evidente. Y también me quedo sorprendido por el premio de la Crítica. Será que me estoy quedando descolgado.
Abrazos compartidos.

Anónimo dijo...

Que me parezcan fascinantes no es lo mismo que decir que me identifico con ellos. Wilder, Wyler, Hitchcock, Mankiewicz, Berlanga, Kurosawa, Miyazaki, los Dardenne, Farhadi,... todos ellos me encantan y no me identifico con ellos, no interpreto la vida desde los mismos parámetros que ellos.

"Boyhood" es cierto que tiene algo de postureo indie, y no es su mejor película. La trilogía Before, "Dazed and Confused" (le da sopas con hondas a "American Graffitti"), o "Suburbia" son obras soberbias, incomprendidas, y con un contenido social más verosímil que la mayoría del supuesto cine social americano. Fantásticas. Incluso "Bernie", con uno de los últimos trabajos de Shirley MacLaine, es un trabajo muy muy interesante.

Respecto a "Lunas de hiel", hago un ejercicio de abstracción, me sitúo como espectador dentro de ese barco, siendo testigo directo de las relaciones raras de ambas parejas, y sin dudarlo me cambio de mesa. No me interesa. Soy raro. He borrado telecinco de mi lista de canales. Verídico.

Abrazos raros

Santi

CARPET_WALLY dijo...

Ea, me duermo en los laureles y ya habéis hecho un rapaso a Polansky, al scine de entretenimiento, a "Boyhood" y a los poros de la Seigner y la Pataki acariciandose desnudas en un jakuzzi (este...ah no, eso sólo fue mi imaginación calenturienta).

Pero eso, hablando de imaginación calenturienta, yo creo que la edad de Polanski en esta peli influye mucho y el calentón que le daba la Seigner en privado. De hecho, a mi me parece el más impersonal de los personajes de la peli, sólo apenas definido por su voluptuosidad, carne y no mucho más, lo que lleva a la deriva al propio Coyote. La seigner encarna el mito del deseo, Coyote es el angel caido y Grant es el tentado, un pobre humano sometido a la pulsión sexual, algo que mal controla por su porpia bisoñez y su postureo. La Scott-Thomas es lo humano, la más natural del cuarteto, ve lo que pasa y ella pasa y cuando puede y quiere prueba el fruto prohibido.

En cuanto al maniqueismo en el cine, a veces se agradece antes que colocar a todos los personajes como iguales cuando no lo son (al menos en la historia que se nos cuenta). ¿Acaso Tarantino no es maniqueo?, sus heroes, los buenos son mala gente, pero el te los pone ahí para que digas "yo voy con este", así sea una asesina fria y sanguinaria o un brutal asesino de nazis o un traidor infiltrado o el guarespaldas de un mafioso. En el fondo dice "aunque haya malos hay otros que son aun peores".
Y en cuanto a dilemas morales que obligan a posicionarse, nadie mejor que Eastwood, que coloca siempre a sus personajes haciendo algo en principio reprochable pero completamente comprensible.

Abrazos tardios

César Bardés dijo...

Sigo diciendo que no me identifico con ninguno de ellos pero estoy muy de acuerdo con una frase que dijo Otto Preminger:
"Si dentro de mil años se encuentran gran parte de las películas que hemos hecho, los historiadores tendrán un mosaico sobre toda la humanidad de nuestro tiempo".
Desde luego, no interpretamos la vida desde los mismos parámetros que ninguno de ellos. Es más, no interpretamos la vida desde los mismos parámetros que nadie más. Yo no me siento identificado con lo que piensa nadie más porque yo soy único, soy ese tipo que dices que tiene que poseer criterio propio y, desde luego, mi punto de vista no tiene nada que ver con el de Kubrick o con cualquiera de esos que nombras. Pero lo que sí te diré es que su punto de vista ayudará a construir el mío. No concibo la vida sin la influencia del arte, para mí sería un aburrimiento indecible y esos genios (como también Beethoven, Mozart, Picasso, Shakespeare o Cervantes) ayudan a construir mis puntos de vista que serán mejores o peores, distintos o acomodados, geniales o veniales pero, en cualquier caso, serán únicos.
No muy de acuerdo con tu defensa a ultranza de Linklater aunque sí reconozco que es muy interesante "Bernie", ahí estoy contigo.
Respecto a "Lunas de hiel"...sinceramente, yo me cambiaba a la mesa del capitán, al igual que tú. No me interesaría nada eso que me están contando. Lo vuelvo a decir, si Bertolucci me da su opinión...me quedo. Tal y como me la cuenta Polansi...me voy.
Abrazos objetivos.

César Bardés dijo...

Sí, señor, Carpet. Totalmente de acuerdo en lo que dices. En el calentón de Polanski con su señora lo que conlleva la vacuidad del personaje en contraposición con el personaje de Coyote que me resulta mucho más atractivo, mejor interpretado aunque (también hay que decirlo) habría que decir qué hubiese podido sacar de ese papel cualquier otro actor con más capacidades. De acuerdo también con tu visión del personaje de Grant y con el de Scott Thomas, seres encorsetados que reacciones de distinta manera, desde lo impulsivo a lo premeditado.
Totalmente de acuerdo también en lo que comentas sobre Tarantino y sobre Eastwood. Lúcida tu reflexión y brillante, sin duda. Eso no quiere decir que me esté identificando contigo sino que, en este momento y tal y como lo cuentas, me identifico con lo que dices, con tu opinión.
Abrazos exultantes.

Anónimo dijo...

Yo no concibo la vida sin la influencia de la ciencia. El arte es algo que influye sobre ciertos elegidos. ¿Cómo te explicas que en España el libro más vendido sea el de cualquier polemista televisiva, el disco más vendido el de cualquier triunfito gorgoritero, o la película más vista la de una parodia basada en cameos? Ahora, todos ellos tienen un móvil, un coche, y un frigorífico. El dame-pan-y-llámame-tonto hecho país.

Beethoven, Velázquez, Griffith... son piedras fundacionales de un arte, que sería algo diferente a como es hoy, pero no tan radicalmente diferente. Eso sí, sin Guttenberg, Einstein, los Lumiere, o Berners-Lee, estaríamos buscando raíces del suelo para comer, metafóricamente hablando (o no).

Si viene Bertolucci a contarme la misma historia que Polanski, también me voy.

Abrazos científicos

Santi

CARPET_WALLY dijo...

Por eso, porque en el fondo es el mito de Adan y Eva, la seigner es la manzana jugosa, Coyote es el diablo, pobre diablo. Adan es Grant, le apetece pero es un cagado. Y Eva, esa Sott-Thomas a la que le importa un bledo y si lo disfruta, pues mejor.
es cierto que Coyote es un actor muy limitado cuyo mejor papel fue "ET, el extraterrestre" (y lo peor es que no es un chiste). Tiene aspecto turbio y oscvuro, algo vicioso, tambien por eso le iba bien a Almodovar en la atroz "Kika", pero fuera de eso muy poco. Quizá si Gabriel Byrne hubiese pillado ese personaje le hubiese sacado mucho más jugo.

Y es obvio, no nos identificamos con los autores, ni con los actores, ni con los guionistas, si acaso en algún momento admiramos partes de su personalidad o de su forma de comportarse (a mi me hubiera gustado ser Paul Newman, aunque jamás me hubiera casado con la Woodward) pero no creo que eso sea identificarse con nadie.
Si estoy de acuerdo en que otra cosa es que a traves de sus obras lleguemos a formar nuestra propia personalidad, eso es claro y se ha estudiado, de hecho muchos dictodores impiden obras en principio poco beligerantes por lo que contribuyen a la formación del individuo.
Ahí me tienen a mi con Huston, convertido en un perdedor encantado de cnocerse.

Abrazos desde mi silla (con) ruedas

César Bardés dijo...

Sinceramente, a mí me parece muy bien que la gente se tire en manada a comprar el libro de Belén Esteban si con eso dan gusto a su afán por el cotilleo. No es lo que sueño para un país, desde luego. Me gustaría que todos supieran de qué hablo cuando digo Hans Lebert pero no es así. El arte, querido amigo, es de todos. La elección es de la gente que, unos, querrán sumergirse en él, apreciarlo o no, ser parte de él o no ser parte de él. Y si no, te recomiendo que veas una película como "El tren",de John Frankenheimer en la que pone en juego eso que dices tú de que el arte es para unos pocos elegidos.
Si basas el arte en el concepto de ciencia es que no tienes fiabilidad en el concepto de creatividad humana porque el arte no es una cuestión de probabilidades sino de sensaciones. Por supuesto que sí, la ciencia lo explica todo (no el comportamiento humano, no la realidad, sí el avance, el progreso y la madre del cordero si quieres) y, sin duda, sin los avances de la ciencia no existirían algunas manifestaciones artísticas, no todas. Te recuerdo las pinturas rupestres, sin ir más lejos.
Yo no digo que el arte sea lo mínimo para que cualquier humano soporte la vida. Lo que digo es que yo (o sea, César) no soporta la vida sin arte. Está claro que no es una ciencia, ni pretende serlo. E incluso la comparación tampoco resulta demasiado afortunada.
He puesto el ejemplo de Bertolucci porque hace una historia del mismo corte con "El último tango en París" y me parece como treinta veces mejor contada, cincuenta mejor interpretada, sesenta mejor realizada e, incluso, me tira bastante más Brando que Peter Coyote.
Sí, Carpet, esa comparación con el árbol del paraíso es pertinente. Y también es verdad que una elección como la de Gabriel Byrne quizá hubiera dado para una mayor profundidad de un personaje que pretende ser profundo y que, sin embargo, es bastante superficial, bastante esclavo de sus propios instintos.
A mí no me hubiera importado casarme con la Woodward, fíjate. Lo que sí es cierto es que siempre me he sentido muy lejos de Paul Newman porque me parecía una belleza fuera de este mundo, quizá el ideal de la gran mayoría de las mujeres del mundo. No me identifico en general con ningún actor aunque me pierdo y repierdo en algunos de sus trabajos porque me parecen fascinantes, únicos y además, me siento privilegiado de poder apreciarlo con más juicio que un señor que lee las memorias de Belén Esteban.
Yo es que una parte de mí es Huston, y otra es Kubrick, y otra es Welles, y otra es Ford, y otra es Buñuel, y otra es Wilder...eso no quiere decir que yo sea, ni mucho menos, un conglomerado de todos ellos sino que he querido absorber algunas de sus enseñanzas, de sus teorías, de sus comportamientos y de sus opiniones. Obsérvese que todo el rato estoy utilizando la palabra "opinión".
Abrazos desde la prehistoria.

Anónimo dijo...

Quizá tengo una visión más empírica todo este asunto, pero a mí no me parece bien que la gente se tire en manada a comprar el libro de Belén Esteban entre otras cosas. Y participo cada día de una lucha constante, aunque debo decir que poco fructífera todavía, haciendo pedagogía de la literatura, el cine, la música que me gusta, y por supuesto la ciencia que aprendí, a partir de una cierta base que otros de mi entorno no tienen. Puedo parecer pedante, un apologeta de mis propios gustos, pero es que no concibo apreciar un arte y la ciencia sin poder compartirlo con los demás, precisamente para compartir ese estado efímero de felicidad que te da el síndrome de Stendhal de tu álbum favorito, tu película favorita, tu libro favorito, o por qué funciona un microondas. Yo sí concibo mi vida sin Linklater, sin Deep Purple o sin García Márquez. Porque en su lugar habría otros, que me habrían transformado en una persona pelín diferente, sólo un pelín. ¿Pero seríamos los mismos sin luz eléctrica? Piénsalo.

Cuando digo que el arte es para unos elegidos no quiero decir que sea elitista, sino que no todo el mundo tiene el background suficiente para apreciar según qué cosas. Yo le pongo a mi hermano una peli de Ozu y se duerme. Como posiblemente os pongo el Blackwater Park de Opeth y no os guste. Como posiblemente me trate de leer el Ulises de Joyce y me aburra. Cuestiones de afinidades, y de "escultura" de esas afinidades.

Abrazos escultóricos

Santi

César Bardés dijo...

A ver, que la gente compre el libro de Belén Esteban, obviamente, no está bien pero teniendo en cuenta de que vivimos en un país al que nunca le ha interesado la cultura (cuando no la ha menospreciado) y, me temo, nunca le va a interesar, francamente, me parece bien. Que hagan lo que quieran porque, piensa una cosa. Estoy seguro que nadie de los cientos de miles que han comprado el horror ese ha dejado de comprar "La montaña mágica", de Thomas Mann. De eso, estoy seguro. Y por mucho que hables y seas convincente y vendas motos de nubes, no la van a comprar en detrimento de un buen cotilleo. Así que son libres de hacer lo que quieran, mientras me respeten mi libertad. Eso sí, también te lo digo, yo sé que la cultura protege de la manipulación y, precisamente por eso, por la falta de cultura, existe el auge de quien está ahora en boca de todos presentándose como el genio de la lámpara.
Por supuesto que es un placer compartir arte, ciencia y cultura en general...con una salvedad. Yo no experimento ningún placer si lo intento compartir con alguien que me oye como quien oye cerrar una puerta. Para mí es un ejercicio que me agota, inútil y que no lleva a ninguna parte. Mi propio disfrute, mi propio ensanchamiento de espíritu, mi propio placer a la hora del aprecio de la belleza es lo que hace que sin arte me parezca la vida insoportable. No podría contentarme con el Marca, la cañita, los domingos en el centro comercial de turno y una barbacoa con los amiguetes, lo siento. Y vuelvo a decir, me parece muy bien que lo haga aquel al que le apetezca. Yo lo he hecho, lo confieso, pero no es suficiente para mí.
Supongo que pones los ejemplos de Linklater, Deep Purple o García Márquez porque eso son paradigmas de tu concepto de arte (lo son, no lo discuto) pero piensa que si en lugar de Linklater tuviéramos a Emir Kusturica como el no va más, en lugar de Deep Purple a los Leño y en lugar de García Márquez a Boris Izaguirre nuestro espíritu sería tan pobre que, tal vez, también hubiéramos renunciado a progresar. Yo, desde luego, si me quitas a los que yo considero tremendas influencias en mi vida, desde luego, sería muy diferente. Y ya lo he dicho varias veces por aquí: bastante peor persona.
Por supuesto también que hay mucha gente a la que le falta el "background" necesario para apreciar las cosas realmente bellas. La belleza, como todo, es algo realmente subjetivo. Creo que las afinidades, como todo, también es una cuestión de elección. Todo está ahí, al alcance de la mano y, supongo, que no se busca demasiado en la dirección correcta cuando lo que tienes entre manos te llena lo suficiente. Lo cierto es que tampoco estoy diciendo con esto que mi "background" y mi apreciación de la cultura y de la belleza sea la adecuada, ni la más acertada. Seguro que también tengo muchos agujeros (el tema del espacio cuántico es uno de ellos) y, eso sí, procuro llenarlo porque siempre he absorbido todo cuanto cae entre mis manos. Luego viene la elección de quedarme con ello o no porque así tendré argumentos suficientes como para decir por qué lo aprecio o por qué no, cosa que, desgraciadamente, no pueden decir la inmensa mayoría de ciudadanos españoles. Y, ni mucho menos, eso me hace superior ni inferior. Creo que son otras cosas las que te colocan en un plano moral diferente.
Abrazos éticos.

CARPET_WALLY dijo...

Ufff, me es imposible sustraerme, me encantan las discusiones dialécticas educadas y que sirven para aprender aunque no compartas opiniones.

Empiezo por lo más sangrante. Ni Deep Purple es la pera limonera, a mi entender (sinceramente creo que hay grupos de rock mucho más potentes y más influyentes, si eso es lo que se valora) ni los Leño son mucho peores, es como comparar Hitch con Amenabar, cada uno es de donde es y significa lo que significa, Leño es un referente del rock pesado de este país y tienen discos y canciones buenísimas. En cuanto a Garcia Márquez efectivamente yo le tengo en mi propio Olimpo (algo que no comparten muchos que están mucho más preparados que yo humilde mortal analfabeto), pero Boris Izaguirre es un tipo muy culto y cuando escribe no lo hace nada mal, no es comparable a Belén Esteban ni mucho menos.
Ayer escuchaba en la radio una entrevista a Risto Mejide al que alababan su programa y andaban extrañados por sus inicios, él comentaba que decidió reventar OT desde dentro y que ese papel de 10 minutos a la semana le sirvió para alcanzar fama y popularidad y ahora poder hacer cosas como las que estaba haciendo en la actualidad. No creo que Boris tuviera esa intención, pero aun recuerdo una tertulia en la radio con él, Alvaro Vargas Llosa hijo y el argentino Jorge Lanata que era una gozada, reflexiones inteligentes del mundo Latinoamericano y español desde el punto de vista político, cultural y económico. No descartemos a la persona porque pensemos en el personaje.

Y ahora al asunto, porque entre Linklater y Kusturica me quedo con Disney.

Mi opinión es que hay una confusión en alguno de los planteamientos. El arte no se puede imponer, entre otras cosas porque es difícil encajar algunas expresiones artísticas en el concepto, y la época marca ciertas tendencias que no son valorables desde el punto de vista de un contemporáneo, la mayoría de los artistas hoy reconocidos mundialmente fueron menospreciados en su momento por demasiado innovadores o por su comercialidad, vease como ejemplo el porpio Quijote. Obviamente no digo que en siglos posteriores se considere el libro de Belen Esteban como un joya literaria. Por otro lado la propia creación no tiene como objetivo ser seguida, entendida, ni ensalzada por toda la humanidad, su alcance siempre será individual y no universal. Y es esa capacidad de llegar de forma diferenciada a cada individuo la que la convierte en única. Hay mucha gente que no aprecia aun a Picasso o a los que los impresionistas les parecen decoradores y poco más. Eso no convierte en menos arte sus obras.

En cuanto a la ciencia tiene su significado y su función. obviamente gracias a los adelantos estamos en el siglo XXI, pero sin cultura (creo que este concepto es más valioso y amplio que el de arte) difícilmente seríamos distintos de monos abducidos, de hecho creo que sin ella, no se habrían producido casi ninguno de los adelantos científicos que ahora disfrutamos casi sin darnos cuenta.

El arte vuelvo al tema, es una necesidad y un disfrute individual, algunos necesitan más y otros no lo echan de menos, pero antes muerto que minusvalorar a otros por su falta de inquietud. Ni siquiera a la masa. Que yo sienta como Cesar que necesito algo más para que mi vida mole más (tampoco voy a decir que sea plena porque lea un par de libros imprescindibles) no quiere decir que el resto esté como decía Santi a lo de "dame pan y llámame tonto". de hecho incluso para las artes tengo mis niveles y si me encanta el cine o el teatro y alucino con los libros (algunos buena literatura y otros no tanto) soy bastante más zoquete para la música clásica y un absoluto lerdo para apreciar el ballet, por ejemplo. Eso no quita para que no valore que otros estén interesados en el Marca o en el libro de Belén, no lo comparto, pero entiendo que si soy libre para leer lo que a mí me de la gana no puedo por menos que dejar que otros hagan lo mismo aunque a mí me parezca un horror.

Ea, que como siempre me he enrollado de más. Encantado de debatir.

Abrazos aprendiendo de los demás.

César Bardés dijo...

Pues básicamente estamos de acuerdo en todo lo que expones, Carpet. Yo también creo que el arte es un disfrute individual y lo he dejado claro desde el principio. Cuando digo "no soportaría la vida sin arte" no me refiero a la Humanidad entera por los siglos de los siglos, sino a mí, a César Bardés, al tonto éste que os da la barrila con sus artículos ya publicados en otro medio. Veo que te has dado cuenta de que no he puesto a cualquiera, que he puesto, precisamente a figuras icónicas que no llaman precisamente a lo más bajo del nivel cultural de España (cosa que sí que es Belén Esteban) sino que cada uno tiene su sitio, obviamente, porque hay un segmento de población que les sigue. Por supuesto que pienso que Boris Izaguirre es inteligente (aunque no soporto su personaje), cuando se pone serio, dice cosas inteligentes y bien elaboradas. No lo pienso de Belén Esteban pero el afán del cotilleo es demasiado poderoso como para dejarlo pasar y eso hace que sea ése éxito de ventas. Me ratifico en la opinión de que estupendo para quien le guste aunque me gustaría que este país tuviera un poco más de nivel y que al decir el nombre de Stanley Kubrick no piensen que me estoy refiriendo al inventor del cubo, como me pasó en cierta ocasión.
El arte, sin duda, no se puede imponer, se puede compartir como bien dice Santi pero siempre que encuentres a alguien que quiera compartirlo porque es una simple cuestión de elección. Respeto muchísimo a los que leen el Marca o el libro de Belén. Ahora bien, yo no voy a compartir con ellos su lectura ni su opinión sobre el Madrid, porque mi elección es esa. Y lo más grave es que a algunos les parece que esa elección es pedante o fuera de lugar a pesar de que hago todos los esfuerzos del mundo para adaptarme.
Obviamente, tampoco digo que el arte llene mi vida en todos sus aspectos, pero sí en bastantes y me hace un ser más completo (para nada superior) más acorde con cómo se ha desarrollado mi pensamiento (para nada más inteligente) y más conforme con las opiniones que yo mismo suelo expresar porque no siento que se me escapan por los lados. En todo caso, ratifico todo lo que dices (con la consiguiente diferencia de gustos). Creo que el arte y la ciencia no son consecuencia el uno del otro, pero sí creo que son primos hermanos porque sin arte no se habría llegado a determinados descubrimientos científicos. Sin ciencia, no habríamos apreciado, como bien dice Santi, algo tan sencillo como es el cine.
Abrazos agradecidos a ambos.

Anónimo dijo...

Veo que el coloquio sigue, y hemos escrito tanto que casi me tengo que remontar al inicio de los comentarios.

Creo que no estamos tan distanciados en nuestros planteamientos. Por supuesto que me emociono con todo tipo de manifestaciones artísticas con las que el ser humano, con su talento y creatividad, es capaz de deleitarnos. ¿Estaría hablando cada día de cine con vosotros si no sintiera una devoción completa por este arte? Pues eso. Supongo que queda claro.

Antes comentaba César que debido a la falta de una cultura de la mayoría de las disciplinas artísticas en nuestro país, está teniendo el auge que se intuye ese genio de la lámpara que viene a sacarnos del lodazal para meternos en la miseria y la ceguera colectiva. Pues precisamente me agarro a este argumento para dar todavía más sentido a la pedagogía cultural de mi entorno. Y os animo a que hagáis lo mismo. Referenciar el mito de la caverna de Platón para explicar que hay vida más allá de los límites de la caja tonta, los me-gusta de facebook y las frases ingeniosas del twitter. Las que originalmente eran herramientas cojonudas, se han transformado en las bibliotecas de Alejandría más superficiales de nuestro tiempo.

Carpet, reconozco que he soltado una carcajada cuando has dicho "Entre Linklater y Kusturica, me quedo con Disney". Vale, tampoco te gusta Linklater, tan respetable como cualquier otra opinión.

Comencé a aprender de cine con Carlos Pumares. En alguna ocasión he comentado aquí que me gusta escuchar "Cowboys de medianoche". Me fascinaba la aportación de David Gistau en su momento, pero no dejo de aprender de los comentarios de Garci, Luis Alberto de Cuenca, Chencho Arias o Torres-Dulce. El propio Gistau sigue colaborando en "La brújula" con Alsina los viernes, en una sección nueva a la que llaman "La Cultureta". La semana pasada hablaron de Orson Welles y Peter Viertel. Obviamente no me pierdo un "La gran evasión" ni antes un "Conversacines". Siempre que termino hablando de cultura con alguien le recomiendo estos programas. Y predico con el ejemplo. ¿En qué cabeza cabe que no cuente con el cine para dar explicación a muchas cuestiones de la vida que ya han sido relatadas por otros a través de la cámara?

Y Carpet, Deep Purple no es sólo "Smoke on the water", créeme:

http://youtu.be/49XBmLTwWsQ

Estoy abierto a recomendaciones musicales. Modo esponja ON.

Abrazos púrpuras

Santi

Anónimo dijo...

Que gran coloquio por aquí se podría hacer tres programas más con esto jaja, si que daba de si las lunas de polanski y es verdad que emnanuelle seigner no es una gran actriz pero desde luego llena la pantalla, y deep purple son muchísimos grandes temas!. Un abrazo evasivo. Soy Raúl

César Bardés dijo...

Bueno, Santi, tengo que reconocer que has argumentado bien tus posiciones. Yo tengo este blog para transmitir algo de cultura (en mi absoluta modestia) para que la gente, a través de las películas pueda llegar a colocarse el pensamiento. Claro que es el nuevo Mesías presume de ser un experto en cine (ya sabes "La batalla de Argel" y "Novecento" y esas cosas) pero se aprovecha de gente que no sabe de cine, no ha visto más que el más reciente estreno taquillero y no se plantea nada al salir por la puerta de la sala. Y esa falta de planteamientos es lo que lleva a la irreflexión del "hay que acabar con todo, el sistema es una mierda y que se jodan los demás", como si ellos fueran la voz del pueblo más democrático. Algo, por cierto, que puede derivar en lo que ocurrió con otros regímenes allende los mares que llegaron al poder democráticamente, cambiaron la Constitución a su conveniencia democráticamente y se mantienen en el poder democráticamente, así se mantiene la honestidad espúrea.
Y el cine, entre otras muchas manifestaciones artísticas, ayuda a formar juicios como arte a toda esa gente que se atreve a pensar que el hombre es más que el momento. Ahí lo dejo.
Me temo que en cuanto recomendaciones musicales soy un aburrido. Jazz, clásica, bandas sonoras y alguna cosilla moderna pero muy aislada. Soy algo selecto. Cuestión de elección.
Sí, Raúl, se podrían hacer varios programas con esto, sin duda. Hay muchos grandes temas que discutir y me enorgullezco de ello en este blog. Se han dicho siempre las cosas con respeto y con sentido y eso es un tesoro que todos deberíamos guardar.
Abrazos exultantes.

CARPET_WALLY dijo...

Oño, me había perdido los últimos comentarios. Tan buenos como los anteriores, si señor.

Un par de cosas por alusiones. sé que Deep purple es mas que el "Made In japan" por englobar más canciones que el eterno éxito, pero en esa materia creo que están a aaños luz de lo que representa y significa led zeppellin, por ejemplo. Al menos para mi, aunque ahora hay una tendencia cultureta (dicho de modo peyorativo hacia ese tipo de intelectuales que Woody Allen critica con tanto acierto y entre los que no incluyo a nadie de aqui, claro está) que les estigmatiza y dice que son un invento de la industria y un ingenio comercial, lo que quieran, pero creo que son los más grandes, como digo para mi.

Y un apunte mas sobre lo que estabamos comentando acerca de los seguidores de Belen Esteban y los que aprecian otras alturas culturales y artisticas, entre los que nos incluimos sin duda. ¿que habría sido de don Quijote sin Sancho Panza?

Abrazos sin molinos