miércoles, 22 de junio de 2016

LA CASA DE TÉ DE LA LUNA DE AGOSTO (1956), de Daniel Mann

Aquí, en Okinawa, tenemos honor de ser invadidos continuamente. Chinos vinieron, nos dijeron qué hacer y se fueron. Ahora americanos vinieron y también nos dicen qué hacer. Ellos quieren construir escuela en un pueblo sin niños. Y como dice viejo proverbio de Okinawa: “¿Para qué hacer algo que no es nada?”. Así que aquí, en Okinawa, en la aldea de Tobiki queremos casa de té. Tenemos geisha. Tenemos madera. Tenemos oficial americano. Tenemos mujeres de la Liga Democrática. Así que solo hace falta tener inventiva para convencer al oficial americano que pueblo de Tobiki no quiere escuela, quiere casa de té. Las mujeres de Tobiki quieren saber arte de geishas. Los hombres de Tobiki quieren geishas. Todo mundo quiere geishas. Así que ¿para qué ir en contra de mayoría? No es normal que americanos demócratas quieren decir a pueblo de Tobiki qué es lo que tenemos que hacer porque es lo que ellos quieren que hagamos. Mejor no hacer nada. Y si hacer, hacer casa de té que es lo que quiere el pueblo de Tobiki. Eso es democracia.
Necesitamos vender nuestro whisky de batata. Economato ejército útil para eso. Coronel Purdy Tercero, hijo de hijo de hijo de Purdy Primero, solo quiere que todo sea como manual. Un líder para agricultura. Un líder para artesanía. Un líder para seguridad. Con tanto líder, no democracia. Pueblo de Tobiki saber bien. Casa de té es lo que necesita pueblo de Tobiki aquí en Okinawa porque así todo el mundo relajado, todo el mundo tranquilo, todo el mundo tomar té mirando puesta de sol al lado de geisha. Es simple. Americanos no comprenden. Afortunadamente ellos presumen de ser pueblo que entiende todo aunque entienden poco y, a veces, no entender nada. Pueblo libre porque quien no entiende nada, hace lo que quiere.

Sakini es mi nombre y de mí hace un actor llamado Marlon Brando. Parece japonés, como yo. Asume gestos y maneras como japonés. Habla inglés como japonés. Hasta hace humor japonés. Pero no japonés. Él americano. Oficial americano es Glenn Ford y lo pasa mal. Pasar mal es intentar hacer cosas bien y que todo salga como no esperas. Al menos eso dicen americanos. Coronel Purdy Tercero es actor de carácter y bueno secundario Paul Ford. Él intentar meternos en cabeza qué es democracia aunque tenga que matarnos para ello. Capitán MacLean es Eddie Albert, loco por agricultura y flora pero psicólogo de profesión. En Tobiki no entendemos cómo alguien elige profesión y realmente estar loco por hacer otra cosa. Si querer hacer jaula de grillos sin grillo… ¿cuál es el problema? Diálogos buenos en película. Ser agudos. Ser ácidos. Ácido es ser gracioso con cinismo. Cinismo gracioso si oportuno. Sakini dejarles. Ir a camelar crítico de cine para hacer artículo como si fuera habitante de Tobiki. Un poco raro. Calcetines arriba y vamos allá. Caerá tejado sobre su cabeza. Pero antes invitaré a taza de té. Seguro que quiere compañía geisha.

2 comentarios:

CARPET_WALLY dijo...

Salvo que a Brando no te lo crees de japonés ni harto de sake, la peli no está nada mal. Ligera pero certera. Con más mensaje del que pudiera parecer a simple vista, bastante crítico con el imperialismo en el fondo. Vale, Japón no es ni de lejos como lo pintan, supongo que los japoneses que vieran la película saldrían tan escandalizados, como los españoles viendo la semana santa sevillana en plan fallas en "Misión Imposible 2", pero para los ajenos al mundo nipón (americanos y españoles, entre ellos) nos daba igual que se tratase de japoneses, chino o birmanos, lo que nos cuenta, en clave de comedia, es la necesidad de establecer costumbres e ideas ajenas en lugares que no son capaces de asimilarlas, lo que funciona en una cultura no tiene porque funcionar en otra por mucho que las intenciones sean buenas no significa que sean ideas sensatas.

A mi el que me parece que está mucho más que bien es Glenn Ford, que yo creo que tenía una gran capacidad para la comedia.

Abrazos con kimono

César Bardés dijo...

Pues mira, estoy de acuerdo en todo lo que dices menos en una matización con respecto a Marlon Brando. Creo que está perfecto en el papel y, es más, sin ser un actor para nada especializado en comedia, creo que éste es su mejor papel. Sus gestos son absolutamente orientales. Y creo que es necesario un actor occidental para el papel para darle ese plus de expresividad que necesita un papel de sus características. Estoy de acuerdo en que Glenn Ford tenía muy bien cogido el ritmo de la película y que la comedia nos hace reír con algo que, en realidad, tenía muy poco de gracioso porque la película nos dice que una cosa es la invasión y otra la colonización según los ideales del invasor. Estoy de acuerdo en que lo que funciona en una cultura no tiene por qué funcionar en otra.
Abrazos con los ojos rasgados.