miércoles, 14 de marzo de 2018

O BROTHER (Where art thou?) (2000), de Joel Coen

Soy un hombre de pena constante
He visto apuros todos los días.
Le dije adiós al viejo Kentucky
El lugar donde nací y crecí
(El lugar donde él nació y creció)

Imagínense, señores, a unos pobres descarriados que han intentado una fuga imposible en medio de los campos de trigo del sur de los Estados Unidos. Estoy seguro de que alguno de ustedes tendrá una llave que les permita deshacerse de esas incómodas y pesadas cadenas que les mantienen unidos y que les impide desarrollar sus andarinas zancadas con normalidad. Además toda la historia parece que está contada por un ciego que vaga perezosamente por las vías de tren llenas de paja y polvo. Esto es una odisea, lo quieran ustedes o no. Y si no quieren formar parte de ella, les ruego me disculpen.

Durante seis largos años, he tenido problemas
Sin ningún placer en la tierra que pisé
En este mundo voy paseando por los límites,
Y no tengo amigos que me ayuden ahora
(Ël no tiene amigos que le ayuden ahora)

De aquí para allá intentando regresar a casa, como si no hubiera mapas ni rutas. Por allí, nos encontraremos con tres sirenas a las que es imposible resistir su canto. Es como si esas mágicas voces de ternura y atracción tuvieran un imán ineludible. Quizá no haya más dulce en estos límites del mundo que quedarse dormido entre sus brazos. Ustedes me comprenden ¿verdad? Penélope me espera, pero nada acontece si hacemos una pequeña parada en la orilla de un río para refrescarnos y convertirnos en rana… ¿en rana? ¿he dicho en rana? Perdónenme, no sé lo que estoy diciendo. Probablemente sea el sol en su apogeo.

Mi amor está bien lejos,
Y nunca esperé volverte a ver
Yo iré caminando por los límites de ese ferrocarril del norte
Y quizá muera después del próximo tren.
(Y quizá él muera después del próximo tren).

Un vendedor de Biblias tan gigante que haría palidecer al mismo Goliath. Tiene un solo ojo y una fuerza descomunal que no hace más que descoyuntar nuestras ilusiones. El mal adopta muchas veces la forma de la beatitud y este maldito tuerto que nos tiene presos es un maldito explotador. Habrá que huir mientras duerme. Sus puños son puro hierro y tiene para todos así que ánimo, muchachos. Se trata de que no vea por dónde nos vamos.

Puedes encontrarme trabajando en algún valle profundo
Durante los muchos años en los que pude permanecer tumbado.
Así que aprende a amar a otro
Mientras duermo en mi tumba
(Mientras él duerme en su tumba)

Un guitarrista que ha hecho un pacto con el diablo. ¿Cómo es posible eso? Estoy seguro de que al diablo le importa muy poco la música. Y, sin embargo, este tipo toca como nadie. Es un auténtico as. Estoy seguro de que en el futuro se hablará mucho y justamente de él. Pero mientras tanto no es más que un pobre negro que deambula de aquí para allá por los caminos llenos de polvo que no llevan a ninguna parte. Robert Johnson creo que se llama. Y ha estado frente al diablo. Será mejor salir corriendo.
Quizá tus amigos crean que yo soy un extraño,
No verás mi rostro nunca más,
Pero hay una promesa que hice
Y te encontraré en la orilla dorada de Dios.
(Y él te encontrará en la orilla dorada de Dios).


Y es que el poder de la oración mueve montañas. ¡Qué digo montañas! Más bien lagos enteros que inundan y borran toda la huella del pasado. Nos hemos hecho famosos cantando esa tonada del hombre de pena constante. A partir de ahora, solo hay que permanecer al lado de Penélope (una mujer, por otro lado, bastante caprichosa) y dejar que el destino juegue sus cartas. Volver a casarse. Volver a tener hijos. Ya te puedes ir tranquilo, hombre ciego. Dale a la vagoneta y cuenta la historia de otro. Yo ya me encontré y no pienso moverme de aquí.

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