miércoles, 10 de febrero de 2021

EL FUGITIVO (1993), de Andrew Davis

 

La maquinaria de la ley no se inclina ante nada ni ante nadie por mucho que se proclame la inocencia de una persona. El doctor Richard Kimble es culpable del asesinato de su esposa y eso no hay quien lo niegue. Excepto él mismo. Ha sido condenado y se ha escapado. Ahora sólo huye. Sin embargo, no deja de tener rasgos de inocente. No puede dejar de ser médico aún cuando la situación no es la mejor para él. No puede dejar de repetir, una y otra vez, que es inocente cuando todas las pruebas le acusan. No puede dejar de correr ante la incesante persecución de un agente federal de los Estados Unidos al que no le importa que le digan, al borde del abismo, que él no cometió ese asesinato. Hay que cazar a ese peligroso fugitivo. Esa es la orden. Ése es el fin. Y no caben otras disquisiciones inútiles sobre la inocencia o la culpabilidad.

El doctor Kimble no tendrá más remedio que huir e investigar. Una tarea imposible. No se puede correr en dirección contraria a las pruebas y, a la vez, tratar de reunirlas para demostrar que se ha cometido un error. Tal vez ese manco, ese personaje misterioso y siniestro que aparece reiteradamente en cualquier dirección, sea la llave para destapar todo un entramado que es, más bien, una conspiración. Pero Kimble tiene que escapar del cerco continuo al que le somete ese agente federal de nombre Sam Gerard. Siempre que está a punto de conseguir una prueba, el cerco se estrecha y apenas queda un resquicio muy delgado por el que evadirse. Tal vez sea el momento de replantearse las cosas, porque un hombre que se empeña en huir y, al mismo tiempo, en investigar, no tiene trazas de ser muy culpable.

El fugitivo es una excelente película de acción, con momentos realmente notables, dirigida con sobriedad y buen estilo por parte de Andrew Davis. Harrison Ford, en el papel del doctor Kimble, está magnífico, pero quien se lleva la parte del león es Tommy Lee Jones en la piel de Sam Gerard. Sus gestos, sus diálogos, sus motivaciones y sus perseverancias son fundamentales para que la historia coja textura y emoción, comprendiendo todas sus reacciones a pesar de que, en el fondo, no se desee que llegue a sus objetivos. Además, es un personaje que derrocha inteligencia y llega a conectar con el público a través de sus arrugas exageradas, sus intentos de no implicarse emocionalmente en la búsqueda y captura de ese fugitivo escurridizo y, quizá, tan inteligente como él. El deleite está ahí delante y es hora de disfrutar. Con Kimble y Gerard, con la seguridad de que estamos ante un planteamiento sólido, basado en la famosa serie de los años sesenta con David Janssen de protagonista, con una razón siempre presente en todos los impactos activos y reactivos. Con un lejano aire a Los miserables. Corran, corran…y no renuncien. Tal vez, ése sea el secreto de vivir.

La desesperación también es un rival con el que Kimble debe medirse. No vale sólo con gritar a los cuatro vientos que es inocente. Hay que demostrarlo. Lo mejor de todo es que, intentando reconstruir los hechos, el propio médico se da cuenta de que, tal vez, no fuera tan buen hombre y que la huida hace que parte de su personalidad eche una mirada al abismo que se abre ante él. Sí, es inocente, pero puede que el deseo de venganza haga que no lo sea tanto. Los días tendrán que alargarse hasta las veintisiete o veintiocho horas para llegar a esa conclusión de fugitivo.

3 comentarios:

dexterzgz dijo...

Vaya la que se montó el día que se desveló que "El fugitivo" era finalista al Oscar a Mejor Película de su año. Como si una película de estas características no pudiese ocupar ese lugar en unos premios de por sí comerciales como los Oscars. Cierto que competía con propuestas más "serias" como "La lista de Schindler", "En el nombre del padre", "Lo que queda del día" y "El piano" - la verdad es que viéndolo con distancia la lista de finalistas de esos años deslumbra en comparación con lo que hemos tenido en los últimos años-, pero su inclusión en la terna final solo cabe considerarse como un hito.

Lo cierto es que es una película entretenidísima que por otra parte nos sabemos de memoria de las veces que la han echado en las teles. Harrison Ford era el mejor Richard Kimble posible dado su carisma para ese tipo de personajes después de haberse curtido en las sagas de Spielberg y Lucas. El Oscar a Tommy Lee Jones fue de lo más merecido, aunque por esos prejuicios de los que hablaba al principio, el favorito era Ralph Fiennes.

Abrazos desde lo alto de la presa

carpet_wally@gmail.com dijo...

Bueno yo coincido en que es una película entretenidisima, que Ford y Jones están estupendos y que es una muy buena peli de acción. Pero viéndolo con distancia, no creo que estuviera muy a la altura de los films que le acompañaron (exceptuando "El piano", que personalmente me parece un poco truño). Hay que hacer notar que se quedó fuera una que vosotros ensalzáis y yo no, pero reconozco mejores cualidades "La edad de la inocencia" del cejas. Y tampoco entró "Tierras de penumbra" que a mi me parece también excelente.

Pero incluso si inisitís hay dos films también de acción ese año que a mi me gustan más incluso. Una es "La tapadera" de Pollack y la otra "Em la linea de fuego" de Pettersen.

Por lo demás creo que es una de las pocas películas basadas en series (fue una de las primeras) que mejoraron (y mucho en este caso) el original televisivo. Una buena puesta al día, unas grandes interpretaciones y un ritmo y una tensión muy bien llevada.

Abrazos con brazo ortopédico

César Bardés dijo...

Es cierto que es una película muy entretenida, pero también es cierto que fue un poco excesiva su nominación a mejor película. No así la de Tommy Lee Jones, que creo que hace un papelón, muy expresivo, con unos gestos muy especiales y dotando de una personalidad muy peculiar al perseguidor. Estoy bastante de acuerdo con la valoración de Carpet, dando su relevancia a una película como "La edad de la inocencia" o "Tierras de penumbra" y, por supuesto, a "La tapadera" que me parece uno de los mejores "thrillers" de los noventa, con un dominio del ritmo endiablado y, aún a día de hoy, la mejor adaptación que se ha hecho nunca de John Grisham.
Ahora bien, sí, "El fugitivo" tiene muchas virtudes. Desde la interpretación de Jones a la forma de llevar la trama, con un buen puñado de situaciones enormemente atractivas que desvelan la personalidad de Kimble, mucho más explícita de la que se describía en la serie (aún me acuerdo de algunos capítulos y de cómo fue sustituida por otra parecida llamada "El inmortal", con Christopher George, de protagonista, sobre un hombre que era inmortal y los millonarios y poderes fácticos de turno quieren atraparlo para abrirlo en canal y estudiar las razones de su don). En cualquier caso, creo que ya podemos decir que "El fugitivo" se ha convertido en un clásico del cine de acción y lo cierto es que pasas un rato estupendo viéndola. Por cierto, una de las primeras apariciones de Julianne Moore en la piel de la médico que se queda alucinada con el tratamiento que hace Kimble al chico con el esternón fracturado.
Abrazos huyendo.