martes, 7 de febrero de 2023

LA FURIA (1978), de Brian de Palma

 

Puede que éste sea uno de los títulos menos conocidos de la carrera de Brian de Palma y, sin embargo, es uno de los mejores. Tal vez su trama imposible en la que se mezcla el espionaje, la ciencia-ficción, el terror y lo paranormal induzca a pensar que es un delirio propio de un director que ha sido capaz de dar lo mejor y lo peor, pero es una película que mantiene la tensión y el interés hasta, prácticamente, su recta final en la que, irremediablemente, pierde fuerza. Aún así, al terminar, parece como si dolieran los ligamentos de las muñecas y de las mandíbulas, como si hubiésemos estado apretando los dientes y los puños con la inquietud rondando nuestros movimientos. El miedo, sí, aparece. Y llega a ser intenso. Kirk Douglas, como el angustiado padre de un chico al que ha secuestrado una misteriosa agencia gubernamental, lidera un reparto en el que también destaca como villano John Cassavetes. La veteranía, en esta ocasión, se da la mano con la juventud que estaba despuntando por aquella época y es necesario destacar a Amy Irving en detrimento de Andrew Stevens, un actor que siempre ha hecho gala de una increíble limitación de recursos. Mientras tanto, de Palma se adentra por los tortuosos caminos de la mente y trata de sacar nuestra propia furia. Impalpable, imparable, devastadora. Esa misma que todos guardamos para las ocasiones más elegidas.

Y es que lo psíquico y la telequinesis no dejan de producir cierta sensación de incomodidad. Y más en un especialista en remover los cimientos del alma humana como es Brian de Palma. Además, no cabe duda de que David Cronenberg recoge la inspiración que le deja esta película para hacer Scanners unos cuantos años después. Puede, incluso, que la sombra de una chica extraña con poderes sobrenaturales que era víctima de una broma cruel también se proyecte por algún lado de esta película. La diferencia está en que la maldad sube un escalón y, esta vez, pretende usar la habilidad para provocar fenómenos paranormales como arma militar contra los ancestrales enemigos de la patria. Aún así, La furia es una historia diferente en espíritu y en hechos y el director imprime una fuerza inusual a sus imágenes. Si alguien decide verla, hay que ponerse a cubierto porque los daños pueden ser irreparables. Y hay que preparar una buena mesa porque es como si se invitara a cenar a Alfred Hitchcock con Stephen King de acompañante.

Violencia, tensión, sangre…elementos que no faltan nunca en el cine de Brian de Palma, se hallan hábilmente mezclados con el misterio, la intriga, el suspense y el pánico. Y es sorprendente comprobar cómo apenas se puede apartar la vista de la pantalla durante, prácticamente, toda la trama. Más que nada porque, si algo es imposible que suceda, ocurre. Nadie quiere perderse qué es lo que viene a continuación y la película, en algún momento, lleva a alturas emocionales muy tensas y pensadas. La música de John Williams ayuda a sentir esa sensación de inestabilidad, de que nada va a ser como se espera y de que la razón se escapa por los resquicios que siempre deja la furia. ¿Seremos capaces de controlarla?

2 comentarios:

CARPET_WALLY dijo...

Precisamente hace poco escuché un Todopoderosos dedicado a De Palma y pararon no poco rato en esta película de la que efectivamente yo guardaba un muy buen recuerdo.

Recordaba, como señalas y como decían los TP, que el argumento era bastante desquiciado y muy inverosímil. No tanto por lo sobrenatural sino por esa "Agencia" extraña que es verdaderamente poco creíble. Sin embargo, es cierto que el ritmo y el manejo del suspense por De Palma es tremendo y te sujeta a la butaca todo el tiempo.

Es verdad también que los efectos especiales han debido hacer envejecer la película bastante. Imagino el momento cumbre de la película comparado con la conversión de Jane Grey en Fénix en "X-men 3". nada que ver, pero aun así, sin efectos digitales y todo muy artesanal, esa escena de "La furia" tenía una fuerza enorme para la época.

De Palma se habrá domesticado mucho, pero en sus inicios era todo un inventor de sensaciones con un dominio técnico fuera de lo común y siempre arriesgando buscando efectos visuales interesantes.

Abrazos sin control mental

César Bardés dijo...

Escuché ese Todopoderosos. A ver, de Palma, en el fondo, es bastante desquiciado en todos sus argumentos, tiene un puntito de locura que no tienen sus compañeros de generación. Posiblemente, sea el más virtuoso de todos ellos (en dura pugna con Scorsese), pero es el más "circense" por decirlo de alguna manera.
No hace mucho volví a ver esta película y tengo que reconocer que conserva gran parte de su fuerza. Los efectos especiales no han envejecido tan mal y, sí, el argumento no hay por dónde cogerlo, pero creo, sinceramente, que eso, a de Palma, le trae absolutamente sin cuidado. Evidentemente quería hacer una película de transición entre su grandioso éxito de "Carrie" y lo que vendría después que es "Vestida para matar" porque hay mucho de Hitchcock en esta película, alargando situaciones de tensión (la escena del seguimiento a Amy Irving, por ejemplo).
Luego hay algo que me llama poderosamente la atención. Dices que "se habrá domesticado mucho". Yo creo,simplemente, que ha envejecido y que lleva muchísimo tiempo sin alcanzar el éxito. Lo último que hizo que se quedó lejos de alcanzar el éxito fue "La dalia negra" aunque tiene elementos de interés. Y también me pareció interesante aquella de "Femme Fatale" que hizo con Banderas. Sin embargo, en los últimos tiempos es directamente desechable. Trata de mantenerse, igual que lo hacen Scorsese o Spielberg (o,incluso, Coppola, que ya está anunciando un rodaje problemático mientras trabaja en "Megalópolis" con Adam Driver), sólo que no sabe cómo hacerlo. Es mucho talento, avasallador e intimidante, pero no ha sabido canalizarlo muy bien.
Abrazos desde la habitación del terror.