Un niño en el borde del
coqueteo con lo prohibido ve lo que no tiene que ver. Y comienza a ser el
objeto de deseo para muchos. El fiscal quiere utilizarlo para dar un golpe
definitivo contra la Mafia y, de paso, postularse para algún cargo político de
cierta relevancia. No en vano lo llaman, de manera algo cínica, “El Reverendo”.
Sin embargo, siendo un tipo que emplea malas artes y que, de algún modo, se
aprovecha de la ignorancia ajena, va a encontrar la horma de su zapato en
Reggie, una mujer que empieza a estar de vuelta de todo y que ha decidido
defender al chico. Quizá, así, consiga ajustar cuentas con su pasado, ese mismo
que le costó un divorcio traumático, una caída en el alcohol y una vuelta al
equilibrio que nunca debió perder. Por otro lado, sin lugar a ninguna duda, la
Mafia también quiere hacerse con el chico porque es un testigo molesto porque,
más que ver lo que no tuvo que ver, escuchó lo que no tuvo que escuchar. Todo
por un cliente de un caso que, en teoría, resulta bastante fácil porque no es
más que un suicidio de un tipo que prestaba sus servicios legales a la Mafia.
El chico, en este
entramado de juegos sucios en los que también se halla su madre y su hermano,
va madurando desde el principio y es capaz de atisbar que el mundo de los
adultos es desoladoramente cruel, pero que también hay un lugar para el cariño
y la comprensión, aunque hay que buscarlo con ahínco. Él sólo quiere volver a
casa y jugar con su hermano, a pesar de que es el típico chico que está
entrando en una edad muy difícil y que está destinado a vagar por el barrio en
busca de una papelina. Sin embargo, Reggie, esa abogada que le está
representando y defendiendo por nada, va a darle un par de lecciones con
sabiduría, con paciencia y en el propio lenguaje del chico, porque los adultos
serán crueles, irán a lo suyo, se olvidarán de las cosas que realmente
importan, pero no suelen ser tontos y eso es algo que el chico tiene que
aprender.
Otra de las
adaptaciones que se hicieron sobre un original literario de John Grisham que
puso en evidencia la falta de defensa que tiene un menor cuando se ve en una
situación comprometida. La dirección de Joel Schumacher es sobria y muy
acertada salvo, quizá, en un final que parece alarmantemente falto de fuelle.
La interpretación de Susan Sarandon es excepcional, moviéndose en la seguridad
y en el atractivo de una mujer que ha pasado la peor crisis de su vida y que se
está moviendo hacia rumbos decididos. Tommy Lee Jones da el tipo de ese fiscal
marrullero, al que le gusta salir en los papeles y que, en última instancia,
nunca va a salir perjudicado de nada porque a todo le sacará partido. Brad
Renfro, una estrella que se apagó demasiado pronto, hace muy bien de niño
siendo niño y la película nos lleva por procelosos mares legales que, incluso,
son insalvables para los adultos. Tal vez por eso, todos buscamos a alguien que
nos defienda, que nos quiera, que nos dé a entender que no somos simplemente
algo útil para determinado momento, sino que somos personas que necesitan de
los demás y que los demás también nos necesitan. Tal vez, en algún momento,
seamos el punto de equilibrio en el que se asienta todo el entramado de cariños
del entorno. Y eso, si caemos en la cuenta de ello, no es nada fácil.
2 comentarios:
Pues efectivamente se trata de una buena película que no acaba de ser redonda porque su final flojea mucho. Es cierto también que las interpretaciones de Sarandon, Jones (aunque tiene un papel más cómodo) y Renfro le da un punto más de calidad. Pero es una película que resulta interesante de ver aunque algo tópica y ni mucho menos supermemorable, en su día algunos la calificaron como una de las mejores del año ( es el año de Pulp Fiction, Cadena perpetua o Forrst Gump, por ejemplo).
Masi interesante es el tema de Brad Renfro y las superestrellas infantiles o adolescentes que se pierden en una espiral que acaba, no ya con su carrera sino también con su vida. es el caso de renfro o de River Phoenix. Otros han desbarrado tanto que ahora son exestrellas en proceso de rescate, Lindsay Lohan o incluso Wynona Ryder. Pocos como Cristian Bale han podido sobreponerse al superestrellato precoz, hasta a Drew Barrymore le costó salir del abismo en el que se metió cuando era directamente una niña menor de 9 años.
Pero no es cosa únicamente de los USA, donde alguno podría acusar al capitalismo atroz de destruir todo lo que toca. En España, tenemos muchos casos también, desde Pablito Calvo o Joselito o Sonia Martínez, que salieron bastante destrozados o no salieron, al niño de "Secretos del corazón", Andoni Erburu que salió espantado de ese mundo asfixiante. También aquí hay excepciones : Clara Lago, Jorge Sanz,...
Cuando Hitch decía que no había que rodar con niños también quizá se refería a esto.
Abrazos con una lata vacía acusadora
De la moda de las adaptaciones de John Grisham de mediados de los sesenta, no la pondría entre las primeras. Me quedo con "The firm", que me parece de largo la mejor, y después con "Tiempo de matar" e incluso, aunque es una película que incomprensiblemente pasó algo de largo y a mí me parece muy apreciable, con "Legítima defensa".
Brad Renfro parece que estaba predestinado porque ya en la época, según diversos testimonios, andaba apuntando muy bajo.
Sí, los niños son difíciles en este mundo. Es fácil creer que el éxito te va a acompañar siempre y te va a bastar con tu gracia natural. Es muy duro darse cuenta de que no, que no es así, que hay que currar muy en serio y estudiar y perfeccionarse y evolucionar. No todos los niños están preparados para ello.
Abrazos desde un coche siniestro.
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