Con este artículo, quiero desear a todos una Feliz Navidad. Como todos los años, el blog cerrará parcialmente. Sólo se publicarán los artículos correspondientes a los estrenos que podréis leer los martes días 23 y 30 de diciembre y el miércoles 7 de enero. Retomaremos el ritmo habitual el martes 13 de enero. Mientras tanto, sed felices y no dejéis de ir al cine. Él siempre nos da algo de Navidad, aunque no lo sea.
Seguro que el chico de
tu vida existe. Sólo que puede que se halle a diez mil kilómetros de distancia.
No sé, pongamos por caso que has tenido un desengaño amoroso. Por un lado, tu
novio se ha acostado con otra. Por el otro, el chico del que has estado enamorada
se ha prometido con otra, aunque parece que él quiere seguir el consabido
cortejo. Lo mejor es tomarse unas vacaciones de Navidad, y si es lejos mucho
mejor. La inglesa buscará el sol de Los Ángeles (y el viento de Santa Ana) y la
americana estará como loca por encontrar la paz y el sosiego de una tranquila
villa de la campiña británica, con nieve, frío y té.
Sus destinos se cruzan
por una de esas páginas de intercambio de casas. Se ponen de acuerdo y ya. Una
que se va y la otra que también. Vacaciones de sentimientos. Sólo descanso,
disfrutar de las ventajas que ofrece cada uno de los sitios y a la porra el
chico, o chicos, en cuestión. Sólo que allí donde van también hay chicos.
Típico ¿no? La americana va a perder la cabeza por el hermano de la inglesa. A
la inglesa le va a costar un poco más, pero acabará sabiendo que va a estar
divinamente con un compositor de bandas sonoras que no deja de hacerla reír.
Justo lo que necesitaba. Mientras tanto, las hijas del hermano en Inglaterra y
un viejo guionista de la edad dorada de Hollywood en Los Ángeles pondrán la sal
a todo el enredo.
Así, una apuesta
temporal se convierte en una apuesta de por vida. Mientras nosotros, pobres
espectadores de la vida, nos enamoramos de las dos, de Kate Winslet y de Cameron
Díaz porque ambas tienen cosas realmente adorables dentro de su agobio
existencial. Luego aparece Jude Law y sabes que con ese no puedes competir. Y,
por otro lado, Jack Black…al que físicamente le puedes echar un concurso de
belleza, pero pierdes en el de encanto. Y ya tenemos una comedia romántica
divertida, con grandes momentos de sonrisa, con pusilánimes ojos de
desencuentro amoroso, con alguna que otra sorpresa como cierta aparición
especial que asoma en un videoclub mientras Black tararea alguna banda sonora
que otra. Y Nancy Meyers consigue aquí su mejor película. ¿Por qué? Porque en
todas sus películas, la directora parte de una premisa muy prometedora para
desinflarse lastimosamente al final, mientras que aquí mantiene el equilibrio,
con mucho buen gusto sin dejar de afilar el colmillo en momentos puntuales. La
película, en sí, es un gozo, porque reímos, porque empatizamos, porque nos
aislamos, porque amamos…
Así que elijan bien en su próximo intercambio de casas. Puede que en la puerta de al lado de la residencia de destino se halle la respuesta a todos los interrogantes de angustia porque no se encuentra al tipo o a la chica adecuada que ocupe el cuarto de alquiler que es el corazón. Traten de vivir cuando la vida les deje. No hay otra recompensa salvo, quizá, la certeza de que la Navidad, de vez en cuando, puede dejar algún que otro poso de felicidad.

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