Otra estupenda película, con una maravillosa y adecuada dirección de Jean Negulesco y un guión de hierro de ese mito de las letras en el cine que se llamaba Nunnally Johnson y que se atrevió a adaptar la historia verdadera de una mujer, Agnes Newton Keith, y sus penalidades de campo en campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial dejándose un buen pedazo de pellejo en cada uno de ellos. Uno de los grandes aciertos de ese impecable guión de Johnson está en que, aunque indudablemente los japoneses son los malvados unidimensionales de esta historia, el comandante del campo con el que la señora Newton Keith entabla una curiosa relación es un hombre que se aleja de los planteamientos típicos de aquellos que defendían la injusticia de encerrar a mujeres y niños en crueles campos de concentración (para ello, Negulesco contó con el maravilloso Sessue Hayakawa, al que siempre se le recordará como el insufrible comandante del campo de concentración de El puente sobre el río Kwai, de David Lean). Ése es uno de los puntos fuertes de una película que nos habla, nos describe y nos convence de que el coraje es una palabra que debería ser de uso exclusivo para las mujeres.
Para ello, hay que reconocer el valiosísimo trabajo que realiza Claudette Colbert en el papel protagonista, vistiendo a su personaje con los complejos ropajes de la lección moral y en el error precipitado de creer que quien está en el bando que no tiene razón es un malvado por naturaleza. Cada vez que ella está en escena, es como si soplara un viento de aire fresco en medio de un infierno que está volando en pedazos. Así mismo, a su alrededor, hay una acertada ambientación que hace que sintamos que estamos allí, junto a ella, tragando polvo y humillación, y a la vez haciendo que seamos más fuertes, más herméticos, más inexpugnables porque desde el mismo momento en que ella decide tomar las riendas de un destino que la zarandea peligrosamente, sabemos que no las soltará nunca. De paso, así como quien no quiere la cosa, mientras las lágrimas dejan rastros que no se pueden borrar, la incertidumbre del día siguiente nos abruma y unos ojos oblicuos nos hacen temer que quede algo de humanidad en un mundo en llamas, Claudette Colbert y Jean Negulesco nos dejan caer un buen puñado de valores familiares que hacen que las alambradas parezcan un poco más pequeñas y que el día siguiente, además de incierto, también sea un amanecer de esperanza. Regresaron tres es una de esas películas que te erizan los pelos de los brazos, como si tus adormiladas sensaciones se pusieran en guardia a la espera de una sombra que al final, aparecerá mancillada en lo alto de un horizonte.
En esta ocasión, el mando es de las mujeres (lo siento, señores). Son ellas las que tienen que apoderarse de la visión de esta película. Son ellas las que, de todas formas, acaban siendo el motor de su vida y el de todos los que las rodean. Son ellas las que hacen siempre que haya un motivo para regresar. Son ellas las que ponen la fuerza. Nosotros sólo somos trémulos espectadores, puro músculo, pura carne, puros ojos…nada de mujer…
En esta ocasión, el mando es de las mujeres (lo siento, señores). Son ellas las que tienen que apoderarse de la visión de esta película. Son ellas las que, de todas formas, acaban siendo el motor de su vida y el de todos los que las rodean. Son ellas las que hacen siempre que haya un motivo para regresar. Son ellas las que ponen la fuerza. Nosotros sólo somos trémulos espectadores, puro músculo, pura carne, puros ojos…nada de mujer…
2 comentarios:
No he visto esta película. Es más, ni siquiera me suena el título y mira que me gusta Claudette Colbert. Da lo mismo, me las has retratado a la perfección. A medida que iba leyéndote, iba viendo cada fotograma. No sé cómo lo haces pero emocionas describiendo. Imagino que será porque transmites la misma emoción que tu sientes por ella. Cuando describías el coraje de la protagonista, me venía a la cabeza una película que me encanta, Quiero Vivir. Para mi el mejor papel de Susan Hayward.
Un saludo
Es una de las películas que más me gustan de Claudette Colbert, que, además, me parecía todo un talento para la comedia aunque en esta ocasión nos dé la oportunidad de comprobar lo buena que era en un drama de supervivencia. Ha sido ésta una película que me ha gustado siempre y que nunca se le ha reconocido demasiado y me parece uno de los mejores retratos femeninos de coraje, valentía y fuerza que se hayan hecho nunca. Sin duda, sí, "Quiero vivir" es una estupenda película, el papel que Susan Hayward siempre soñó y que fue escrito para ella. Sin embargo, aunque sin duda es otro retrato de bravura femenina, hay otros matices que, cualquier día de éstos, a lo mejor comento en otra entrada. Gracias por la inspiración, poco a poco, me vas dando ideas.
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