miércoles, 15 de octubre de 2008

VIVA ZAPATA (1952), de Elia Kazan


Tal vez, el relinchar de un caballo blanco en lo alto de una colina nos traiga de nuevo el espíritu de una revolución necesaria. Y mientras se construyen las razones de una rebelión, nos damos cuenta de lo terrible que es que un dictador de ademanes y maneras paternalistas encierre nuestro nombre dentro de un círculo. “Viva Zapata” es una película de una valentía admirable al hacernos comprender el sentido de la verdadera revolución frente a los propósitos de aquellos que quieren cambiarlo todo para que todo siga igual y tener el escudo protector de haber luchado por lo que es justo aunque su propia corrupción ebria de poder haga que ya no lo sea. Y es que la tentación del poder es muy fuerte. Tanta que aquel cuyo nombre fue señalado, también lo hace con el de otros que se atreven a decir la verdad en su presencia.
En el camino de la revolución, se quedará la simpleza de quien, después de dejarse la sangre en el intento, también espera su recompensa. No hay revolución si no hay la oportunidad de ser como aquellos a quienes derribas. Y las leyendas no pueden ser acribilladas por la sencilla razón de que una idea…tan sólo una idea…es algo mucho mayor que un hombre. Las ideas pasan de un corazón a otro y se quedan ahí, formando parte de ti. Los hombres son sólo eso. Hombres. Susceptibles de caer en el error, en la tentación, en la corrupción, en la manipulación, en el egoísmo, en el interés, en la opresión, en la imposición…y las ideas no admiten imposición porque en el momento en que se imponen…dejan de ser una idea.
No puedo dejar de nombrar en esta película soberbiamente dirigida por Elia Kazan, el trabajo extraordinario de un Marlon Brando admirable en su ternura y en su timidez que contrasta con el guerrero que lucha por una causa justa sin amedrentarse y con la seriedad propia de algo que juega con la vida de mucha gente. Es un trabajo de esos que dejan huella que se ve acompañado por un Anthony Quinn intachable y por Jean Peters, perfecta en el complemento ideal de Emiliano Zapata, y Joseph Wiseman, odioso manipulador, extremista y corruptor de ideas que se antoja como una sombra amenazante desde su aparente inocencia.
“Viva Zapata” es una película que nunca debería hacernos olvidar las razones que hacen que cortemos las cuerdas que nos arrastran por el polvoriento sendero de la pobreza mientras el abuso nos ata con cadenas al compromiso de decir, por una sola vez, con el puño apretado y la mirada dura…que no…que nuestros hijos no se alimentan con promesas…ni con tiempo…


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vi hace poco, no recuerdo dónde, imágenes de esta peli. Era una escena de Brando con Jean Peters preciosa. Creo que es una de sus mejores interpretaciones. Hay otra peli suya, creo que la dirigió el, que me encanta, El Rostro Impenetrable. También volví a ver hace poco Sayonara. Película que los entendidos dicen que no es buena pero que a mi me gusta mucho. Tu, como siempre, nos haces ver a través de tus ojos y tu alma, la esencia de esta película. Seguramente esa esencia que a muchos se nos escapa al verla.
Un saludo

César Bardés dijo...

La interpretación de Brando en esta película es realmente sobrecogedora. Es capaz de ser duro y, a la vez, destilar una ternura que te hace quererle en su indudable rudeza. No estoy muy de acuerdo con "El rostro impenetrable", me parece una obra caprichosa, que llega a ser molesta, y en la que llega a abusar de un montón de "tics" interpretativos que le muestran como un divo, dominador y señor de una película que, aunque reconozco que tiene algunos elementos originales, no supo dirigir con precisión ni con oficio. "Sayonara", sí me parece una excelente película de amor en la que, de alguna manera, Brando nos introduce con facilidad en la forma de pensar en un hombre irremediablemente enamorado a pesar de todo lo que impide un amor que no debería tener barreras. Gracias por el comentario y por tan interesante aportación. Un saludo.