jueves, 26 de febrero de 2009

VALS CON BASHIR (2008), de Ari Folman


Cuando un hombre camina bordeando las orillas del miedo entonces su memoria comienza a seleccionar con qué recuerdos quiere quedarse. Si, además, tiene que esquivar los barrancos del horror es cuando no le queda más remedio que olvidar lo terrible que es haber disparado balas embadurnadas del mayor de los sufrimientos.
Dentro de esta atípica película pero endiabladamente eficaz, hay un buen puñado de pecados que se intentan expiar por la misma condición humana de quien la ha realizado. Por una vez, las cámaras israelíes se colocan del lado de quien tiene la fuerza y comienza a describir todo el horror y el sufrimiento que infligieron a los refugiados palestinos de Sabra y Shatila, una de las mayores matanzas que se recuerdan de la historia reciente. En ese momento, los judíos dejan de serlo para convertirse en nazis, los torturados se transforman en torturadores y los soldados encargados de ejecutar las órdenes se refugian bajo la lluvia de la memoria borrada tan sólo para ser capaces de seguir adelante y negarse a sí mismos que formaron parte de algo tan horrible que no se puede ni mirar.
Y en el fondo de esta historia bien contada, nacida como una especie de búsqueda detectivesca de la moral que tiene un director de cine que participó en todo aquello y que, sin embargo, no recuerda nada; hay una certeza sobre el eterno conflicto entre palestinos e israelíes, dos pueblos con derecho a ser nación y que nunca podrán vivir bajo la mediación de la paz. Se aniquilarán porque hay demasiados odios y muy, muy poca compasión. La película, descarnada y muy sincera, nos habla de los francotiradores palestinos y de las escalofriantes carencias humanas de los israelíes y de la verdad, nunca dicha y contraria a lo políticamente correcto, de que en ese conflicto no hay buenos, sino tan sólo malos que luchan contra otros malos. Sólo que el pecado de uno de ellos es el del uso de la fuerza sin límite.
Tanto es así que bajo una lluvia de disparos, de esos cuyo sonido muerde el aire y parece que sean buscadores de piel para víctimas de emboscada, uno de los soldados agarra una ametralladora para poder cruzar la calle pero ante tanto ruido, ante tanta muerte silbando a su alrededor y ante un insólito público mirando la escena, dispara repleto de rabia y de descontrol mientras que, intentando huir de las balas, baila un imposible vals de destrucción y de brutalidad en medio de la calle herida, teniendo como único compañero al líder falangista libanés Bashir Gemayel, asesinado por palestinos unos días antes y detonante de la venganza desmedida que se emprende contra millares de árabes que vivían en un campo de refugiados.
Hay heridas demasiado abiertas para poder curarlas con la tinta en dibujos animados de una película que habla tan sabiamente de las culpas y de cómo el mismo pueblo israelí olvida su propia brutalidad. No cabe duda de que hay películas que son capaces de despertar algo dormido en nuestras conciencias. Puede que ésta sea una de ellas.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que esta es de esa clase de películas de las que hablábamos el otro día que deberían pasarse en los colegios. Ya ves que yo la califiqué como una simple película de animación y después de leer tu artículo pienso que es mucho más que eso. Esa memoria selectiva de la que hablas al principio, que bien nos viene en algunas ocasiones y cuánto daño puede hacer en otras.
Se puede contar el argumento de una película sin más, y se puede..ya estamos con mi eterno problema de no encontrar las palabras que quiero.En fin, lo que quiero decir es aquello que ya dije una vez de escribir con los pies o escribir con el alma. Dices que hay películas que son capaces de despertar algo dormido en nuestras almas, eso mismo es lo que tu consigues con tu forma tan especial de escribir. Una delicia de artículo.
Gema

César Bardés dijo...

Pues sí. ¿Sabes qué es lo más irónico? Fui a verla...y era el único ser viviente de la sala. Es muy curiosa la hipocresía de la opinión pública. Criticamos hasta decir basta las acciones de Israel (yo no digo que no tengan razón, ojo) y cuando los propios israelíes hacen un ejercicio de autocrítica...a nadie le interesa una mierda. Somos tan subnormales que pensamos que los palestinos son unos angelitos de la caridad y los israelíes unos malvados malísimos cuando ambos son malvados malísimos (recordemos los acuerdos de Camp David en la que estuvo a punto de proclamarse la paz pero Arafat no cedió a la propuesta de convertir a Jerusalén en una ciudad autónoma que no perteneciera de hecho a ninguno de los dos pero que fuera una ciudad abierta para todas las creencias). Ésa también es la memoria selectiva de todos los que nos atrevemos a opinar sobre este conflicto.
En cualquier caso, Gema, gracias por tus palabras de ánimo que siempre son un buen azote para que sigan fluyendo en la dirección más correcta.
Gracias.

dexter dijo...

Ves? Si antes hablamos de una película que te hace sentir pequeño e insignificante. Y sí, es verdad, paradójicamente a veces la memoria resulta tan selectiva que sólo sirve para acordarnos de lo que nos interesa. Yo en esta obra de arte - antepongo el término obra de arte al de película en este caso- no veo una lucha entre árabes y judios, entre buenos y malos, veo simplemente a muchachos de 18 años a los que sin más ni más se les planta delante de un campo de batalla y de una guerra para la cual no se les ha preparado a pesar de las muchas horas de entrenamiento que llevan en el cuerpo. La misma mierda de siempre. El mensaje es el mismo de tantas y tantas películas pero sin duda aquí resulta más demoledor al venir en un formato que no es el más usual para contar este tipo de historias. Hemos visto en infinidad de películas cómo la guerras deja mellas en el alma de quien participa en ellas sobre todo en las películas americanas sobre el Vietnam y la 2 Guerra Mundial - aquí hay varias referencias explícitas a películas como Apocalypse Now o Salvar al soldado Ryan. Sorprende que el protagonista de este film haya borrado de su mente todo recuerdo del conflicto que vivió, sin duda como un mecanismo de defensa más lo cual resulta bastante interesante y nos ofrece un punto de vista ínédito hasta ahora. Viendo Vals con Bashir me vino a la cabeza otra película que vi hace tiempo y que no sé si vió alguien más o si gustó a alguien más pero a mí me gustó bastante. Es una peli argentina que se llama Iluminados por el fuego y trata sobre las secuelas que dejó la guerra de las Malvinas en los soldados argentinos que intervinieron. Me gustaría saber tu opinión de ella si es que la has visto.

dexter dijo...

¿Tú solo en la sala? Joer, nosotros éramos 8 ó 10 al menos

Anónimo dijo...

Hay veces en que ocurren una sucesión de cosas el mismo día, cosas que conectan unas con otras. Mientras leía tu artículo por primera vez y pensaba en lo que te dije de que debería pasarse esta película en los colegios, te imaginaba en tu época de profesor. Te imaginaba disfrutando mientras explicabas a tus alumnos todo el conflicto palestino-israelí. Al poco rato he escuchado en la radio una entrevista muy bonita que le han hecho al escritor Jose Luís
Sampedro.Recordaba sus años dedicados a la docencia y explicaba que a él lo que le gustaba transmitir a sus alumnos era amor y provocación. Y mientras le iba escuchando iba a la vez recordando tu artículo y tu amor por la enseñanza. Sampedro comentaba que hoy en día los ordenadores suplen muchas veces la labor de los docentes. Y que un ordenador podía incluso llegar a provocar al alumno, pero un ordenador no podía nunca amar. Nada más terminar la entrevista ha sonado una canción de Antonio Flores preciosa en la voz de Rosario:No dudaría. Mientras la escuchaba pensaba lo ligada que estaba la letra de esa canción a todo lo que tu contabas en tu entrada. Es curioso, un artículo escrito por un amigo, una entrevista a un escritor y la letra de una canción. Tres situaciones, nada que ver unas con otras y a la vez tan ligadas, tan unidas. Al menos para así lo he sentido yo.
Con tu permiso pongo parte de la letra de esa canción. La pondría toda, pero me parece abusivo y aún así te pido disculpas por haberme extendido tanto.

"Si pudiera explicar
Las vidas que quité
Si pudiera quemar
Las armas que usé
No dudaría
No dudaría en volver a reír.
Si pudiera sembrar
Los campos que arrasé
Si pudiera devolver
La paz que quité
No dudaría
No dudaría en volver a reír".

Gema

César Bardés dijo...

Tengo que decir que sí que veo referencias que tu nombras pero ese mensaje sobre unos niños de 18 años a los que ponen a combatir, sin duda está, pero no creo que sea lo principal. Creo que la película incide muy especialmente en la barbaridad en la que caen los judíos (sin denegar en ningún caso que los palestinos también tienen lo suyo, especialmente destacable es la secuencia del francotirador que resulta ser un niño palestino) y que esa matanza sin nombre es equiparable al holocausto, que Israel no es un pueblo libre de culpa, como desde las instancias oficiales se nos hace creer. Tanto horror puede llevar al olvido por ser parte integrante de algo que avergonzaría al más pintado. La memoria selectiva existe, como bien dice Gema, y ahí tienes que no sólo el protagonista tiene ese punto de selección en sus recuerdos sino también algunos de sus compañeros. Creo que el cineasta llega a decir que los palestinos mataban a sangre fría, pero que los judíos sabían lo que se hacían perfectamente cuando deciden matar indiscriminadamente y de forma brutal y totalmente rechazable. Me gustó especialmente ese sentido crítico de la película, y realizado con una enorme sinceridad.
En cuanto a "Iluminados por el fuego" me parece una película que está bien, nada más, más que nada porque en algún momento parecía caer en un maniqueísmo bastante evidente y huyo de esas cosas aunque esto es una opinión meramente personal. No cabe duda que el punto de vista influye mucho a la hora de contar una historia y muchas veces el mal está en la raíz, en el punto de vista, y eso es lo que me hace rechazar algunas películas precisamente porque me considero un humanista exento de ideología, algo un poco trasnochado en los tiempos que vivimos.
Gema, en cuanto a la conexión de las cosas eso ocurre a menudo. Nunca expliqué el conflicto entre árabes y judíos en clase aunque sí expliqué otras cosas precisamente para que conservaran aunque sólo fuera un poco de sentido crítico. Como siempre, algunos lo aprovecharon y otros no.
Ah, y por supuesto tienes este espacio para poner lo que quieras con la extensión que quieras, no sufras por eso.

Anónimo dijo...

Bueno, es imposible que me quede callado ni bajo el agua, así que vengo a hablar aquí de lo que se, esto es nada...Os sorprenderé y comentaré que no he visto la peli... así que aprovecho el momento para hablar de otra cosa.

Conflicto palestino-israelí : Hace poco ponía yo un ejemplo que entendía muy gráfico sobre la cuestión a alguien que defendía la actuación israelí en Gaza.
Imaginemos que vas por la calle y te encuentras con un grupo de chavales, en el centro de ellos hay un tipo que les empieza a decir que tu eres muy malo y la causa de su pobreza, los niños te miran mal pero además el tipo coge una piedra y te la lanza sin darte, le conminas a que te deje en paz, pero el hombre agresivo coge otra piedra y te la tira, esta vez con mejor puntería te da en un hombro y te duele, le adviertes nuevamente, pero el hombre lanza una nueva piedra, te da en la cabeza y te hace sangrar...Tu reacción es la lógica en esos casos...sacas una ametralladora y barres toda la calle matando al tipo y a los niños que le rodeaban. Cuando alguien te dice que has matado a niños inocentes tu te excusas diciendo que advertiste al tipo, que fue en defensa propia y que la culpa era del agresor por usar a los niños como escudos humanos.

Así veo yo el conflicto. Es odio irracional, no hay nada de humanidad en el conflicto, por ninguna de las partes, se radicalizan las posturas cada vez más, unos porque la fuerza está de su parte y porque no hay nadie en el mundo que se atreva seriamente a llamarles la atención (la actuación de la UE y EEUU conniventes con Israel es vergonzante y probablemente la raíz de parte del fanatismo islámico que tanto nos asusta); los otros se radicalizan porque no tienen nada que perder salvo una vida que de por si tampoco vale mucho, sus casas, sus familias, sus hijos, sus padres, sus negocios han sido destruidos en algún momento por una incursión en busca de "terroristas". En fin, sólo vislumbraría una solución si realmente se conminara a Israel a respetar la independencia de los territorios, al despliegue de una fuerza internacional que garantizase la paz y que finalmente alguien pensase en los seres humanos más que en las ideologías y los territorios o incluso en la razón...¿De que sirve llevar razón si para imponerla has de matar al vecino?.


Otra cosa que me asusta y no comprendo, en realidad me asusta todo lo que no comprendo, claro. Pues eso, lo que no comprendo es esa solidaridad fraternal (para mi estúpida y absurda) que se da tanto entre los judíos y entre los árabes, no entre si, sino con sus correligionarios. Un judío de Nueva York apoya las acciones de un judío israelí, por el hecho de ser judío. En Marruecos se organizan manifestaciones para protestar por las masacres que se cometen con sus "hermanos" palestinos....¿Os imagináis a los católicos del mundo manifestándose por la muerte de una monja católica en Sudán o por el asesinato de Monseñor Romero en Nicaragua?. Supuestamente se persigue a los católicos en China, ¿alguien se manifiesta contra eso?... Ese tipo de absurda fraternidad religiosa global me parece casi medieval.

En fin, sobre esto poco más que decir...y sobre lo que habláis de la peli...hay otra película que el comentario de Dexter me ha recordado, se trata de " El puente" en el que al final de la 2ª guerra mundial, cuando ya no hay soldados alemanes adultos para defender las posiciones, se encarga a un grupo de jovenzuelos adolescentes que defiendan un puente de una pequeña localidad frente al avance aliado...la película era excelente, la insensatez de la adolescencia les hace iniciar eufóricos una misión para la que su inmadurez les tiene limitados (su periodo de instrucción militar se limita a un día)...es terrible a veces...tanto más porque el puente que defienden no tiene ninguna importancia estratégica.

Saludos y perdón también por la extensión. Carpet

dexter dijo...

Bueno, es lo que tiene una película poliédrica como ésta, que admite muchas lecturas y todas ellas válidas. Yo aquí me quedo con la reflexión que te dije por encima de las circunstancias del conflicto que plantea. A mi desde luego lo que más me hizo pensar es ver a esos críos empuñando una metralleta que pesa casi más que ellos y que seguramente habrá sido fabricada por unos críos igual que ellos. Me dio por pensar que el devenir de las guerras del mundo está en manos de jóvenes, adolescentes... y niños que deberían estar ocupando su tiempo en otra cosa que no fuera estar pegando tiros. Me dio por pensar que cuando se dice que la primera victima de la guerra es la inocencia es literalmente verdad. La guerra es muy mala escuela como decía Sanchez Ferlosio y cantaba Jorge Drexler. Es un drama en si mismo que jóvenes de todo el mundo quemen lo mejor de sus vidas, su etapa de formación, la que realmente puede convertirles en personas, en un conflicto armado. Y lo más triste es pensar que no son sino marionetas o mejor aún automatas, que alguien maneja los hilos desde arriba y que ese alguien jamás empuñará un fusil y jamás disparará un tiro. No sé, es quizá una apreciación más universal que la tuya, pero a mí es lo que más me llegó de la película .

César Bardés dijo...

Básicamente, Carpet, estamos de acuerdo con tu visión del conflicto salvo en una cosa. La prensa no ha dejado de vendernos que los palestinos son gente que tira piedras y yo no lo creo así. Palestina tiene milicias organizadas, armadas hasta los dientes (aún, por supuesto, que reconociendo que la fuerza de Israel es infinitamente superior, no en vano es la mayor potencia militar de Oriente próximo) y que también tienen lo suyo. Con esto, ni mucho menos, estoy justificando las acciones israelíes y es algo en lo que pongo sumo cuidado. No hay justificación frente a la barbarie...por ninguno de los dos lados. En todo lo demás, totalmente de acuerdo.
También de acuerdo que es mucho más acertado acercarse a "El puente" (por cierto, qué gran pelicula) para lo que dice Dexter aunque sigo reconociendo también que "Vals con Bashir" tiene lo que él defiende aunque, en mi muy humilde opinión, está en un segundo plano. Tal vez, creo yo, él está viendo más un árbol, un árbol importante, y yo un bosque, tal vez de pocos árboles.
En cualquier caso, Dex, es muy interesante tu visión, ya os digo que ampliar miradas es lo que, para mí, hace más interesante charlar sobre cine y de las intenciones de los cineastas.
Sobre la extensión, hacer el favor de no preocuparos, poned lo que queráis poner y como lo queráis poner.