jueves, 15 de marzo de 2012

LOS IDUS DE MARZO (2011), de George Clooney

Amigos, compatriotas, prestadme vuestros ojos para deciros, una vez más, que estamos ante una historia que describe el nacimiento de la traición. Tras las buenas intenciones de los hombres honrados siempre se esconden oscuras pasiones que guardan dulces venganzas y el hombre se asesina a sí mismo con tal de llegar a las lejanas ambiciones que anidan en su interior. El engaño será el protagonista, el peón sacrificable hará su mutis y la mirada decepcionante del hombre honrado será la recompensa para quien sabe que detrás de la política, solo existe la mentira.
Todo comienza con una creencia en las buenas intenciones, signo inequívoco del ingenuo dispuesto a esparcir el bien bajo la máscara de la elección democrática. La jugada astuta es lo que diferencia a los hombres que están dispuestos a batirse en la arena política de los que son unos simples aspirantes al acomodo de la sombra. Las encuestas serán ojeadas por un lado, las promesas serán aliento encantado de las bocas, el carisma es la moneda de cambio ante unos especialistas en la exposición del embuste y lo que parecía prometedor no es más que la misma frase de siempre. Ellos eran unos hombres honrados.
Así, la inocencia se vuelve arribismo, la profesionalidad se torna implacable, la creencia es puro humo, el escaparate solo contiene fachada. El pueblo que ha de decidir se dispone a recibir un nuevo truco, una nueva nada bajo palabras de hechizo. Los errores se pagan y la simple coquetería con la traición es motivo de destierro. No hace falta llegar a la traición consumada. Solo pensar es ya un asesinato de la lealtad. Al fin y al cabo, ellos eran unos hombres honrados. Todos ellos lo eran.
El hombre que lleva las riendas no perdona, el tipo que sabe de astucias y trucos tampoco, el tramposo que juega con la facilidad de quien no tiene nada que perder no tiene por qué perdonar, el candidato a nuevo César es débil porque el poder seduce. La ambición se adueña de todos ellos. Pero no importa porque todos ellos eran hombres honrados.
La prensa conoce la tinta del titular y trata por todos los medios de conseguir las letras más grandes. No hay amistades que valgan, no hay días de limpieza, no hay solidaridades compartidas. El instinto humano se niega en la carrera por el poder, cualquier clase de poder, cualquiera que sea capaz de manipular como marionetas a todos los actores de la escena del discurso y de la imagen. El rencor nace y puede asestar tantas puñaladas como la seducción de la falsa dialéctica. El más poderoso suele estar entre bastidores. Él también fue un hombre honrado.
Brillante película con detalles de dirección excepcionales, con un reparto que evidencia entusiasmo y concentración. Ryan Gosling, soberbio, versátil, conquistador. George Clooney, convincente, encantador, honesto. Philip Seymour Hoffman, acertado, oscuro, inapelable. Marisa Tomei, odiosa, sincera, fácil. Paul Giamatti, listo, acechador, artero. La historia es la verdad en una gran falacia. La renuncia del alma con tal de satisfacer la ambición y poseer la venganza. Amarga venganza pero no por ello más pequeña. Shakespeare asoma por los bolsillos de esos trajes impolutos, con la conspiración de las palabras metiéndose entre los frágiles huesos de los crédulos y sabiendo que la tragedia está servida sin la duda como beneficio. La traición es el aire normal que se respira en la trastienda de la política. ¿Por qué? Porque la traición no prospera. Si prospera, deja de llamarse traición. Se llama empeño. Se llama lucha. Se llama acierto, pero nunca traición. Y eso es todo.  Solo para que lleguemos al convencimiento de que nunca se piensa en los demás. Se piensa en ese poder que permanece a la espera de unos cuantos hombres que, un día, en el año de nunca, fueron honrados.  

6 comentarios:

dexter dijo...

Desde luego la mejor película que llevo vista en lo que llevamos de 2012. No es decir mucho, ya sé, que estamos en marzo, pero creo que cuando lleguemos a diciembre seguirá estando ahí. Soberbia. Enorme trabajo de dirección que como ya ocurriera en "Buenas noches.." deja que sean otros los que se luzcan y se reserva un papel secundario. Sin maneras de divo, en este caso quien se luce totalmente es Ryan Gosling, que además de salir más guapo que nunca, demuestra que es un actor que ha venido para quedarse. Buena manufactura, recordando por moementos la estétitca del thriller político de los 70 (Pakula y cia), y alguna escena de esas que te dejan boquiabierto (como una en la que aparece un teléfono movil en cierta rueda de prensa). El guión es también excelente, aunque no deja de contar lo mismo de siempre, hay un giro en la historia, nada estridente, que aumenta su atractivo. Excelentes también los diálogos - creo que ahí estuvo la clave de la nominación al Oscar a guión adaptado-, chispeantes diálogos tete a tete, especialmente entre los secundarios, Giamatti, Tomei y Hoffman.

Plas, plas. Mr Clooney. Usted sí que vale.

Abrazos entusiastas.

César Bardés dijo...

Estupenda película, sí señor. De lo mejorcito de la temporada (yo divido la calidad en temporadas más que en años). Evidentemente con referencias a "El candidato", a "El mejor hombre" e, incluso, a "Colores primarios", de Nichols. La dirección es muy medida (estupenda la escena en la que Philip Seymour Hoffman entra en el coche de Clooney), tanto en la narración como en la excepcional dirección de actores (incluso Marisa Tomei en su breve papel actúa de forma notable). Creo que esa es una de las fortalezas más destacables de la película y, sin duda, va a pasar a formar parte de mi filmoteca particular. Y Gosling, sin dudarlo, cada vez es más hechizante. Mucho ojo a este actor en cuanto su rostro gane en carácter (ya sin carácter es maravilloso).
George, cariño, ¿un Nespresso con el Armani puesto?
Abrazos admirados.

Carpet dijo...

Ciudadanos de Roma, si creiais que este imperio es un nido de viboras y arpias, donde las cuchilladas se celebran no solo en los idus, sino tambien en los venidus...Echad un vistazo al siglo XXI, el mundo ha cambiado tanto, que no es necesario matar a traición, basta un par de frases, una llamada de telefono o una filtración inoportuna para condenar al lodo a cualquiera que se haya hecho merecedor a un nombre, un prestigio y un reconocimineto.

"Da igual que sea verdad o mentira, pero que lo desmientan".

Esa frase es tan represenattiva de nuestra "civilización" actual que lleva una carga de profundidad que casi todos querrán obviar. Decía Clooney en una entrevista que a pesar de tener preparado el guión hace 4 años, el entusiasmo y la esperanza que despertó Obama les hizo plantearse que no era un buen momento para esa película, ahora que la gente ya no espera nada se podía contar esta historia de astucia, mezquindad, ambición y falta de ética....

A mi me gustó mucho. Es una película mas de historia que de escenas, aunque algunas de ella sean tan acertadas, las que mencionais, por ejemplo, o la de la becaria llevando los cafés para remarcar el aquí no ha pasado nada...Pero decían unos amigos con los que fui (poco cinéfilos adecir verdad) que es una película que se puede ver en televisión sin perder demasiado, probablemente es verdad, aunque mi goce de la sala grande oscura me motive mucho más que la del sofa y el salón.
Pero es cierto, que no es una película de alardes técnicos sino que es una película de guión y de actores y eso es un lujo que se debe degustar en este momento.

A mi me parece que lo más interesante de todo es que los "pecados capitales" son de lo más suaves (por ponerle un apellido), vale hay adulterio y un embarazo, pero una relación consentida con alguien que no va a chantajear nunca, hay una cita en un bar, hay un comentario aun periodista...causas menores para un español acostumbrado a que corrupciones de mucho mayor grado queden impunes o hasta se jaleen por la tropa propia.

Eficaz y brillante reparto, con un Gosling especialmente acertado...apunta alto, como decís...Su personaje, es un hombre en venta aunque sus principios éticos de caracter social sean de lo más solidario, algo parecido a Clooney. Grandes virtudes públicas de pequeños miserables privaods.

Y un menasaje algo desesperanzado, no hay mucho que salvar, quizá el personaje de Seymour Hoffman sea el más integro de todos, pero no lo bastante como para no inventar una estratagema para castigar la deslealtad...

Abrazos sin puñal.

César Bardés dijo...

Vuelvo a disentir sobre esa afirmación de tus amigos sobre que se podría ver en televisión. Ni el tema, ni los actores, ni la producción es propia del medio televisivo. Ni tampoco la minuciosidad con la que está dirigida. No es la primera vez que lo oigo aplicado a esta película y no me parece más que el reflejo de la ya bien arraigada costumbre de ver el cine en casa y que ir al cine tiene que ser un espectáculo de fuegos artificiales y grandes escenarios y demás. La concepción es totalmente errónea y deberíamos de hacer lo posible por convencer a la gente que el cine debe verse, al menos en su estreno, en el cine porque lo que importa es la historia. Y esta película tiene historia la pilles por donde la pilles.
Voy a hacer una matización a lo que dices de "suave". Ojo a la relación de la chica con el Gosling porque no me parece total y absolutamente "desinteresada" tampoco. Se junta con él y lo encoña porque quiere lo que quiere y él se lo puede proporcionar. Ella no quiere bajo ningún concepto que su nombre corra de boca en boca. Quiere seguir pasando desapercibida.
Por otro lado, a mí no me parece que las causas menores sean un motivo. Es más bien un ejemplo. Lo que quiere poner en evidencia, creo, es cómo se pone la trampa, cómo se cae en ella, cómo los personajes reaccionan como ha supuesto el tramposo y cómo se desencadena la deslealtad. Tampoco me parece, es más, me es más decepcionante aún el hecho de que sean (Gosling y Clooney) tipos que pretenden vender unos conceptos justos y solidarios cuando el poder les está esperando a ambos. Y me parece todo un acierto que sean hombres que, en principio, pueden ser presentados como honestos. Por supuesto que el mensaje es desesperanzado. No vale la ética en el negocio político porque si no eres como ellos, acabarás siendo pasto de los buitres. La política no es sólo el negocio de la corrupción. Es que todo lo que toca lo corrompe, incluso las buenas intenciones. En cuanto a Seymour Hoffman, es curioso que hables de los honestos porque eso es lo mismo que yo discutí con los que me acompañaron al cine. También creo que es el personaje más honesto y el que hace mejor su trabajo. Al fin y al cabo es el que tiene que abrir una consultoría en Farragut North. La lealtad lo es todo para él y el simple hecho de coquetear con una posible traición ya hace que rompa la baraja. Es otro peón sacrificable si la ambición se empeña en conseguir el jaque mate.
Abrazos sin toga.

Carpet dijo...

A ver, aclarando.

Yo también pienso que el cine hay que verlo en sala grande, aunque se pueda disfrutar despues en el salón dandole más reposo y hasta a veces siendo más posible discernir cosas que la gran pantalla hizo invisibles. Lo que comentaban y yo intentaba señalar con mi legendaria torpeza es que es una película de guión, de historia, y que no está adornada con esos grandes efectos que hacen casi obligatoria la versión gran pantalla.
Ejemplo : "The artist" o "La invención de Hugo" es casi necesaria verlas en pantalla grande, "Los descendientes" es recomendable, pero no imprescindible.
Aun así, y por si no se me entendió, defendí y defiendo que todo hay que verlo siempre en sala de cine en primera opción, si es posible.

En cuanto a lo de las causas menores y la suavidad, aclaro también. Quise decir que las faltas de los personajes de la película podrían ser "veniales" ( más para un español), no están, al menos a la vista, corrompidos por
mafiosos, grandes imperios económicos o lobbys aparentes, es más, curiosamente se enfrentan a ellos. Hay una fijación casi obsesiva en la película, de los tres o cuatro debates o intercambio de opiniones hay mayoria sobre dogmas morales de cristianos y /o católicos, con la incidencia en la historia que luego se presenta.
Sus miserias son más mundanas y personales. Y por supuesto que la caza de la becaria, y no a la becaria, tiene un objetivo bastante lejano de la propia atraccion física que puede haberla también.
Lo que yo quiero decir, es que Clooney habla de personas, no confabula con conspiranoias y eso es bueno y malo a la vez. Es bueno porque no nos dice, votéis lo que votéis no sirve de nada porque las decisiones las van a tomar otros, estos que veis en los carteles son titeres de los que mandan...Es bueno porque dice, estos que votais son como vosotros, tienen sus miedos, sus intereses personales, sus ambiciones, pueden ser manejados, por que no se descubra una infidelidad, por haber soltado un soplo a destiempo, por haber cogido un teléfono en un momento adecuado...Son como tu, votante.
Y eso es lo malo o no tanto, por mucho que veamos que lo que nos dice alguno pueden ser buenasideas, debajo de todo eso están hombres y mujeres que la cagan, que cometen errores, que venden parte de sus ideales y su lealtad por su propio beneficio, que tal vez no tiene porque ser absolutamente económico o de poder...

En cuanto al mensaje desesperanzado, yo creo que no es sólo que no quepa la ética, es que han pasado muchos años (siglos) desde Maquiavleo y su "Principe" sigue vigente, el fin sigue justificando los medios, e incluso teniendo en cuenta que el fin pudede ser beneficioso, los medios no tienen poruqe serlo, no es necesario. De hecho, Giamatti actua así para mejorar las opciones de su candidato, tal vez incluso pensando que el tal Pullman era lo mejor que le podía suceder al país.

Me alegra que coincidamos en lo del personaje de Paul (Seymour Hoffman).

Abrazos desde el atril de los debates

César Bardés dijo...

Bien, desde luego yo también tengo que aclarar. Lo de que hay que ver el cine en el cine no iba, ni mucho menos, para rebatirte. Iba más dirigido a tus amigos poco cinéfilos que a otra personas. Disculpas si se ha entendido mal.
En cuanto a la corrupción moral no cabe duda de que, realmente, a un español le importa bastante menos con quién se acuesta el candidato que en Estados Unidos. Pero es algo que entendemos a la perfección puesto que sabemos que, no hace mucho, un presidente estuvo a punto de perder su puesto por culpa de una becaria. Eso también es algo shakesperiano (más propio de la cultura anglosajona porque recordemos que los ingleses, tan hipócritas ellas, se llevan las manos a la cabeza cada vez que un ministro se ha desabrochado la bragueta). Lo fascinante es cómo explica con ejemplos bien claros las reglas del juego político y cómo piensan los que están metidos en el negocio porque no es más que eso: negocio. Los "lobbys", cuidado, no dudan en utilizarlos cuando les conviene (no olvidemos que Marisa Tomei trabaja para un conocido emporio periodístico y eso también es un "lobby"). Giamatti, por otro lado, yo no le veo con buenas intenciones en ningún momento. Es un profesional que lo hace lo mejor que puede y que no duda en advertir a Gosling que se vaya, que coja sus cosas y se largue a otro tipo de actividad porque si no "te vas a convertir en el mismo hijo de perra que soy yo". Tampoco olvidemos que la trampa que pone es pérfida en su misma concepción. Creo que la película deja bien claro que da igual unos que otros, que los ideales son solo fachada, que todos van detrás de lo mismo y que la solución tampoco es ser tan hijoputa como ellos. Yo creo que la riqueza de la película está en su propio debate. Y eso hace que los que vemos su proximidad con lo verdadero la apreciemos con muchísimos matices y opiniones de diferente signo.
Eso es lo grande que es el cine y es lo que indica que la película también lo es.
Abrazos encorbatados.
César