viernes, 1 de marzo de 2013

HAIR (1978), de Milos Forman

El próximo lunes día 4 de marzo, a las 17 horas, el programa Conversacines de Onda Color Málaga y Radiópolis Sevilla dedicará su regreso a las ondas a mi libro "El ojo privado". Se puede seguir en el enlace que hay en la página web de Conversacines aquí. Mi amigo Miguel Rellán, a la sazón gran actor y prologuista del libro, intervendrá por vía telefónica. Será un estupendo rato para hablar, no solo del libro, sino del cine y de esta pasión que nos une. Cuando el podcast esté colgado en la red, también pondré el enlace. Gracias a Jesús de León por abrir esta nueva etapa con "El ojo privado". Amigo, si algún día me sorprende la oscuridad en un callejón, espero estar acompañado por ti. Si no, nos veremos en el cine.

La amistad es ese sentimiento que, a veces, se diluye como las ondas que nacen del agua después de tirar una piedra. En cambio, en otras, permanece y resulta tan sólido que ni siquiera el tiempo puede con ella. Es una de esas sensaciones que no admite reglas, que solo está marcada por el devenir de los acontecimientos. Hoy es maravilloso, lo máximo. Mañana está en el mismo vestíbulo del olvido por una mala palabra, por un gesto poco oportuno, por un desaire que solo nace por la confianza de ser uno mismo, sin tapujos, sin disfraces, sin falsas poses sujetas a unas convenciones que no pasan de ser sociales. La amistad permite explicarse. La amistad, la verdadera, siempre escucha.
Y es que vivir, muy a menudo, está unido a la sinceridad de los comportamientos. Un amigo puede dar por ti muchísimo más que lo que se puede imaginar. Incluso morir por ti. Como un perro. Con tal de no dejarte al descubierto. Con tal de proporcionarte unos minutos de felicidad en la misma puerta del infierno.
Mientras tanto, ha habido locuras reprimidas por la rígida educación, impulsos desquiciados que solo son instrumentos de la búsqueda de la libertad, peticiones vacías que se han quedado en los estúpidos reglamentos que la sociedad se ha impuesto a sí misma. Quizá una mirada diga mucho más que algunas palabras de cariño. Tal vez el sentimiento de sentirse hombre o mujer pasa por existir. Para ello solo hace falta cantar cuando las cuerdas vocales piden a gritos expresarse, subirse a una mesa para escandalizar sin tener encima coartadas de buenas maneras, hacer un viaje porque la amistad te llama desesperada. La calle es un reino lleno de sorpresas y de posibilidades y se puede montar a caballo, correr, bailar, darse un baño en un estanque público, establecerse en la rebeldía, en la capacidad de negarse, en la maravillosa sensación de no tener más ataduras que el instante siguiente. Sin más. Sin menos.
No todo es despedirse, no todo es morir mientras el día se apaga. Una chica enciende las miradas. No importa que no haya conocimiento previo. Ella es la belleza que durante tanto tiempo ha sido símbolo de lo que no se puede poseer. Lejos del aburrimiento, ella representa también una idea de libertad aunque no sea, ni mucho menos, libre. Ella se convierte en la amarra que aún te mantiene vivo, en el único deseo que te hace dudar.
Y así, entre amigos y deseos cumplidos, todo terminará delante de una tumba que parece hablar con amor. Porque siempre hay alguien que trabaja para que seas un poco más feliz, con un poco más de brillo en tu sol, con una migaja de cariño que, sencillamente, resulta irremplazable. Entre los gritos que claman por la vida, la piel se eriza, se torna un campo de batalla en el que se lucha por la gratitud, por la ternura de un sacrificio que no parecía posible en un mundo en descomposición, por un viaje para susurrar un último “te quiero, vuelve vivo”. Y, tal vez, para que eso ocurra, otro tiene que volver muerto. Eso es dejar que el sol brille.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

El lunes es el día de la luna, esperemos que el día 4 la luna llegue a la séptima casa y Jupiter se alinée con Marte y todos los planetas se confabulen para que os salga un conversacines de lujo. Mucha suerte en la reentré, enhorabuena, y sobre todo gracias infinitas a Chus. Esperadme los dos en el callejón oscuro ese. Y si no, en el cine.

Abrazos con melenas

César Bardés dijo...

Eso espero yo también. Chus ha puesto mucha ilusión en esta nueva etapa y espero, con mucha humildad, que "El ojo privado" esté a la altura. Te esperaremos en el callejón oscuro. No olvides ir armado. Las sombras se mueven y nosotros solo somos carne.
Abrazos con sombrero de ala ancha.

Carpet dijo...

Bueno, gran enhorabuena al regreso (algún cinéfilo galactico preferirá llamarlo el "retorno"). Bueno, enhorabuena para nosotros que lo disfrutamos y agradecimientos a quienes lo hacen posible.
No dudo que servirá además para relanzar el libro e impulsar nuevamente las ventas (como los Oscar con algunos film) hasta lograr hacer muchimillonario al bueno del lobo y que pueda salir del callejón y ver la luz...

Yo soy poco de callejones, otra cosa es un buen bar con cervezas y buenas tapas, y en el peor de los casos el cine no deja de ser una opción, si...hay gente a la que le gusta.


Abrazos alegres.

A ver si el lunes con menos lio me da para comentar de "Hair" que por razones personales me trae fantásticos recuerdos.

César Bardés dijo...

Muchas gracias por vuestros deseos. Esperemos estar a la altura de lo que la nueva etapa se merece. Eso sí, Carpet, dispénsame de contestar cualquier comentario del lunes porque me pasaré el día yendo y viniendo con el AVE y no tendré demasiado tiempo. El martes, con más tranquilidad, diré mis pareceres como siempre he hecho.
Abrazos disculpatorios.

Unknown dijo...

Pues aquí andamos, en la víspera del programa... nervioso y deseando no fastidiarla.

Esperemos que todo salga bien, y del agrado de César.

Mañana nos escuchamos.

Abrazos reestrenados.

Pd: gracias por el artículo y por los apoyos. Sois unos cracks.