La selva esconde criaturas que jamás podríamos imaginar. Entre la maleza y las retorcidas ramas de árboles centenarios se mueven los auténticos cazadores. No hay nada que pueda ser comparable al placer que siente un cazador cuando va detrás de una presa que se halla a su altura, sobre todo si la superioridad de ese depredador se ha puesto de manifiesto en varias ocasiones. El enfrentamiento directo es excitante, es demoledor, es único. El silencio se abate sobre una jungla que siempre se yergue amenazante y se torna como el mejor escenario para jugar con la presa. No vale solo la muerte. La víctima tiene que demostrar el valor.
Es difícil ver quién te persigue cuando el camuflaje es el mismo verdor que te agobia por todos los lados. Los disparos sirven de poco cuando todo se plantea como un duelo de inteligencias cuyo premio es la misma vida. Si un hombre mata a otro, es muy fácil. Eso no interesa porque lo puede hacer cualquiera. Si una criatura ociosa de otro planeta se planta en mitad de la tierra virgen para hacer una colección de piezas únicas, la cosa cambia. Los humanos no son tan fieros. Bien vistos, incluso son seres bastante inferiores.
Realizada con ritmo y con algunas secuencias verdaderamente admirables, el director John McTiernan utilizó algunos sabios recursos para describir este juego del gato y del ratón entre un cazador experimentado, cruel y hedonista y un grupo de soldados de alto nivel que van cayendo uno a uno ante las desconocidas tácticas de una criatura desconocida. El resultado es una apasionante aventura, nada indulgente, situada en el mismo filo de lo permitido que encuentra su punto máximo en la recta final, en el duelo que se entabla entre esa criatura enorme y amenazante, llena de recursos y un hombre que acabará con la mirada perdida en las mismas puertas de la locura.
Y es que lo peor de la selva no son sus fieras traicioneras, ni su calor asfixiante, ni ese tupido manto verde en el que esconde todos sus secretos. Lo peor es su silencio y la certeza de que algo siempre estará vigilando, agazapado tras las hojas, bajo las altas ramas o alrededor de los gigantescos árboles que ya buscan convertir sus raíces en dedos agarrados a la tierra. El barro lo esconde todo, incluso la transpiración que tanto delata la fuga. Mirar a los perseguidores a la cara es necesario porque solo así se podrán hallar sus puntos débiles. Vaciar los cargadores contra los fantasmas que se intuyen es munición desperdiciada porque lo que hay que hacer es prever el siguiente movimiento, adelantarse en la crueldad, infligir una derrota total. Ése es el objetivo del auténtico depredador. Al fin y al cabo, el mayor depredador conocido en la Tierra es el hombre. Por muy débil que sea, por muy inferior que parezca, siempre busca la destrucción del enemigo, el arrasamiento total de su entorno, la implícita condición del triunfo lo requiere. Y el hombre, maldito depredador, siempre gana.
6 comentarios:
Me alegra que comentes esta peli que a mi me parece de lo mejorcito de la época y de lejos la mejor de Arnold, incluido "Terminator" o "Perseguido" que también me parecen de interés.
Lo de Mctiernan, ya lo hemos comentado, es que es un tio muy capaz de darle tensión a películas que otros solo convierten en un conjunto de secuencias más o menos bestias. Es cine de otra época, ahora le dejas el guión a un directorzuelo y te monta una traca que te deja más frio que el que están pasando mis pies en esta oficina nueva. No hay más que ver las secuelas de este "Predator", de hecho la segunda estando a años luz de la original parece un peliculón viendo en lo que se ha convertido la franquicia, incluida la última con Adrien Brody.
Aqui a pesar de todo, los efectos especiales no mandan, se trata de la amenaza invisible, del asesino escondido, incluso si te pones de la muerte sin razón. El cazador la tiene, pero la presa la desconoce, sólo tiene que estar alerta, intentar anticiparse y defenderse en una lucha desigual en laq ue no tiene, casi, ninguna oprtunidad. No deja de ser reflejo de la otra caza que consideran deporte. Predator está de safari, de caza mayor, consiguiendo piezas, cada vez más grandes, más fieras, más peligrosas, hasta que finalmente se lleva un zarpazo inesperado, para él es un gozo morir en esa lucha.
Abrazos ocultos.
Efectivamente, la pericia de McTiernan comparándola con otros que han de la franquicia apenas un chiste, es magistral. Precisamente por las virtudes de las que tú mismo hablas. La amenaza invisible, el asesino escondido y, sobre todo porque el cazador piensa que merece la pena morir por la lucha que le despierta la misma caza. Creo que el enfrentamiento es magistral y en mi memoria se ha quedado esa imagen de Schwarzenegger embadurnado de barro, con una antorcha en la mano y llamando con un grito casi de ultratumba a su enemigo en medio de la noche. Esa imagen merece estar en el meollo de la historia del cine.
Abrazos agazapados.
Por cierto, que en su día se dijo que esta película tiene muchas similitudes con "La patrulla perdida" de John Ford, pero yo no lo tengo tan claro, auqnue evidentemente puede haberlas en origen, también con "Alien, el 8º pasajero", no obstante estoy contigo que esa lucha final está muy conseguida y que incluso, para lo que nos cuenta, los personajes están muy bien definidos y son muy identificables con respecto a otras películas de constantes similares.
Abrazos con máscara
Bueno, supongo que el que dijo eso de las similitudes con "La patrulla perdida" era el típico crítico sesudo que quería quedar muy bien. En "La patrulla perdida", aunque hace mucho que no la reviso, el enemigo no se ve y se van cargando poco a poco a los miembros de una patrulla que está no se sabe dónde en medio del desierto. Ése es el único parecido posible. Aquí el enemigo se ve, y bien visto, aunque tarde en aparecer. Según eso..."Alien" se parecería también a "La patrulla perdida" ¿no? A ver si los miembros de cualquier equipo cuando van siendo eliminados tienen algo que ver con ésta.
Es verdad que los personajes están muy bien definidos desde el principio y, además, aunque sean personaje de cierta basteza, no lo están con la brocha gorda sino con cierta mirada bastante precisa. Es una pena que la saga haya degenerado tanto porque a Stephen Hopkins, que hizo la dos, se le ocurrió meter en la sala de trofeos de la nave del "Depredador 2" el esqueleto de un Alien y eso gustó a todos los "frikis" del universo extraterrestre más que a los que nos gusta el cine de verdad.
Abrazos con risa cavernosa.
La idea de Hopkins no estaba mal, era un guiño bastante simpático y si nos ponemos interesantes algo bastante lógico tratandose de quien era el amigo invisible.
La peli de Hopkins "Predator 2" tiene un problema y es la comparación con el original y la batalla final, el resto me parece bastante más interesante, desde Glover hasta Bussey, pasando por esa comisaria de policia enloquecida al más puro estilo "distrito Apachje" o "El turbulento distrito 87".
Hopkins no es un mal director aunque no terminó de hacer una peli redonda, pero tanto en "Los demonios de la noche" como en "Bajo sospecha" se intuye una capacidad para crear tensiones y emociones nada despreciable. Tenía (ahora volcado en la televisión no se si volverá al cine) un verdadero problema a la hora de cerrar las películas y al final te quedabas con la sensación de que la película podía valer más que lo que nos daba.
Abrazos con sangre verde fosforito
Es interesante, en "Predator 2", más que nada el ambiente que consigue poner en juego Hopkins. Esa ciudad llena de calor por todas partes, sucia, sobrepoblada...me recordaba, fíjate, a la recientemente comentada "Cuando el destino nos alcance". Tenía cositas la película, pero no llegaba al nivel de la primera ni de lejos.
Recuerdo cómo desperdició la oportunidad de hacer una buena adaptación de la serie "Perdidos en el espacio" y, sin embargo, yo sí salvo, aunque bien es cierto que no con holgura, aquella biografía que hizo de Peter Sellers que se llamó "Llámame Peter", que esa me parece que es su película más certera.
Es cierto, en cualquier caso, tu análisis de desaprovechamiento de los finales después de levantar muchas expectativas. Le falta "punch".
Abrazos con colmillos profidén.
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