jueves, 30 de junio de 2016

BUSCANDO A DORY (2016), de Andrew Stanton y Angus MacLane

Por mucho tiempo que pase, por muy adultos que seamos, no somos más que niños perdidos que echan en falta a sus padres. Cuando ellos no están, seguro que salen muchos sentimientos pero hay uno en especial que no se comenta nunca porque, quizá, tememos desnudar nuestras emociones en público y es la sensación de abandono, de quedar solos en medio del océano, de no ser capaces de enfrentarnos a nada sin la seguridad y la protección de quien más nos ha querido. Nunca se nos pasa por la cabeza que, a poco que hagamos, ellos estarán siempre desmedidamente orgullosos de nosotros.
Y hay algo que no se puede olvidar. No importan las telarañas de la mente o el tiempo que se empeña en borrar todos nuestros recuerdos. Es algo que permanece en nuestro interior y son las sensaciones que se han ido almacenando en el alma cuando hemos estado al calor de nuestros padres. Quizá deberíamos ser más conscientes de que la memoria de sensaciones es mucho más efectiva que la memoria de los hechos y que ahí es donde se guarda lo que verdaderamente somos. Puede que seamos valientes y arrojados, o unos inconscientes de arena y coral, o tengamos una habilidad secreta que nos hace realmente interesantes, o, incluso, deseemos algo que sabemos que no podremos alcanzar nunca. En el fondo, nosotros también somos una pura sensación, un recuerdo que va y viene, una certeza que se desvanece, una pasión que regresa para irse. Somos inolvidables y no hacen más que olvidarnos todo el tiempo.
Tal vez las respuestas estén en el fondo del mar, en las aguas turbias, en las aguas claras, en las aguas estancadas o en las aguas tramposas. El ser humano también se obstina en controlarlo todo para que un medio ajeno se convierta en algo cercano y natural. Pero el ser humano es torpe por naturaleza. En eso, es posible que los animales nos ganen porque dominan su propio medio como nadie. Y nosotros, locos egregios, nos lanzamos a dominar los ajenos cuando ni siquiera tenemos un mínimo control sobre el nuestro. Es como volver algunos años atrás para participar en una búsqueda que fue puro entusiasmo y volverte a encontrar con esa sensación que tanto nos dominó y que tan pronto pasó al olvido porque, al fin y al cabo, era solo una historia de dibujos animados, de pececillos que quieren vivir en libertad, de espectadores que toman partido y se adaptan. Hay que volver a buscar aquellas sensaciones, aquellas trepidantes aventuras y comprobar, una vez más, que Píxar sabe y tiene la fórmula para la emoción, para la diversión, para la tensión y para la razón. El resto solo es dejarse llevar por la corriente y tomar la primera salida a la izquierda.
Y es que volver a las raíces siempre es como despertar el cariño dormido durante tantos años, es como volver a encontrarse con lo que te has convertido porque compruebas la evolución que has tenido y todo lo que te has perdido. Y no puedes evitar dibujar una sonrisa por el recuerdo y un gesto de dolor por la partida. Y, de vez en cuando, podrás hacer un pequeño ladeo de cabeza sintiéndote orgulloso y dándote cuenta de que hay deudas que jamás se podrán pagar. Son aquellas que nos dejaron la huella de los juegos, de la ternura incondicional, de la protección entrañable, de los consejos pronunciados con un acento de amor. Sí, hay que volver a buscar, hay que volver a recordar…solo hay que seguir el camino de conchas blancas que lleva al corazón.

4 comentarios:

dexterzgz dijo...

Yo iba con bastante miedo a ver esta película. "Buscando a Nemo" me parece no ya solo una obra maestra sino una de mis películas animadas favoritas de todos los tiempos. Tenía el referente de la saga Toy Story en la que con menos margen de tiempo, Pixar lo había clavado. Pero, claro, también estaba "Cars 2".

Total, que como bien dices me dejé arrastrar por la corriente. "Buscando a Dory" es una película maravillosa, un peldañito por detrás de su antecesora, pero a fin de cuentas entraba dentro de lo previsto. Hay personajes entrañables- ojalá haya un "Buscando a Hank" pronto- situaciones divertidas, y en fin, se consolida la fórmula Pixar que tan bien sabe aunar el entrenenimiento con la profundidad - la cima podía ser "Up". Con una primera parte más sentimental (sin caer en la ñoñería) y un "rush" final trepidante.

Abrazos con siete brazos

César Bardés dijo...

Pues tienes más razón que un santo. Es una estupenda segunda parte, un peldaño por debajo de "Nemo", entrañable, maravillosa, con buenos personajes de nuevo cuño (y la aparición especial después de los créditos) y con Píxar dándonos de nuevo un ejemplo de su sabiduría. Ésta si es una segunda parte válida (al igual que pasó con "Toy Story") pero es verdad que Píxar no se había desenvuelto demasiado bien con las segundas partes de otras historias como la que citas "Cars" e incluso, aunque era entretenidilla, "Monstruos S.A.". En cualquier caso, yo pasé un gran rato, me reí, sufrí, entorné los ojos, me emocioné y disfruté con la caracterización de los personajes.
Abrazos desde la cuarentena.

CARPET_WALLY dijo...

¿Cuarentena?...Ahí estoy yo, semiencerrado en casa a causa de una hepatitis vírica que a saber como pillé. Por eso no pude buscar a Dory, pero la tengo como tarea muy pendiente, que lo que leo y oigo me acrecientan las ganas.

Yo también creo que Nemo es casi insuperable, pero andarle cerca es tanto como decir que es casi perfecta. Las segundas partes son muy complicadas, mucho más en dibus, porque se suelen aprovechar los personajes pero se presta a trabajar poco el guión y soltarnos unas aventurillas tirando de los rasgos de personalidad de los antiguos conocidos. Todo lo más algún hallazgo de algún personaje nuevo que le da un poquito de chicha al nuevo contenido. Pixar, como bien decis, en "Toy Story" consiguió bastante nivel en la segunda y lo elevó cuanlitativa y cuantitativamente en la tercera, pero eso es casi excepcional. Aun recuerdo la maravillosa "Ice Age" que se fue desinflando con cada entrega o el mismísimo "Shrek" que aun con una aceptable segunda parte perdió todo el encanto en las sucesivas entregas. Lo mismo ocurrió como comentas con "Monstruos S.A." aunque hay que decir que a pesar de que la primera parte tiene un buen nivel no llega ni de lejos a la maestría de "Buscando a Nemo".

En fin, en cuanto me recupere un poco y los médicos lo permitan, buscaré a Anabel Alonso (un caso de doblaje mucho más que meritorio).

Abrazos acuaticos

César Bardés dijo...

Bueno, antes que nada, cuídate, que una hepatitis con estos calores no debe de ser plato de buen gusto. En todo caso, mejórate que eso es lo primero.
Es cierto todo lo que comentas sobre "Toy story", "Ice Age" (una segunda parte muy mala que se recuperó con la tercera y con algo aún más inexplicable. El personaje de "Back" que era el plato fuerte de la tercera, prácticamente desapareció en la cuarta), sobre "Shrek", creo que las siguientes partes, aunque como bien dices la segunda era digna, se cayeron mucho, y con "Monstruos S.A." que con "Monsters University" era una gamberrada divertida pero muy lejos de la original.
Muy buen trabajo en el doblaje (aunque no me pierdo la gozada de verla en versión original con la voz de Ellen deGeneres) de Anabel Alonso y no solo eso, sino que la que dobla a Dory de pequeña es, de lejos, una niña pequeña y tiene un candor maravilloso que hace que se te salten las lágrimas.
Lo dicho, recupérate bien y adelante.
Abrazos de foca.