martes, 4 de octubre de 2016

ESTADO DE ALARMA (Incidente en el Bedford) (1965), de James B. Harris

Si queréis escuchar los debates que sostuvimos en estas dos últimas semanas en "La gran evasión" de Radiópolis Sevilla, podéis hacerlo aquí si os decantáis por el de "Tres camaradas", de Frank Borzage, y aquí si os apetece el de "Cinema Paradiso", de Giuseppe Tornatore.

En el fondo gélido de los ojos del Capitán Eric Finlander solo se halla la frialdad severa de un cazador que disfruta de su condición. Él se erige en dueño y señor de su barco de guerra y mantiene a todos los hombres en un permanente estado de alerta. Sin elogios, sin palabras de consuelo, sin tener siquiera un detalle que delate el orgullo que puede sentir por su tripulación. El deber es único e inapelable. Perseguir y acorralar. Localizar submarinos que se salten los límites de las aguas internacionales y obligarles a rendirse con una simple emersión. Todos sus oficiales y marineros deben de estar dispuestos y al límite porque no se puede dar ninguna impresión de debilidad. El capitán no tiene tiempo para pamplinas. Nada de ejercicios isométricos tal y como propone patéticamente ese médico de tercera que viene a obtener alguna victoria en una vida fracasada. Nada de conceder ni el más mínimo resquicio de debilidad al periodista que hurga con su cámara fotográfica por todos los rincones y cree que todo el que tiene rango más allá de alférez es un belicista convencido que está deseando apretar el botón de los misiles. Que la prensa piense lo que quiera. Allí les querría ver. En medio de este tablero blanco y gris de los mares helados donde la piedad no existe y el más mínimo signo de claudicación es la derrota que dibuja una sonrisa de desprecio y de triunfo arrogante en el adversario. Allí no caben las bromas, ni tampoco los momentos de relajación. El frío es la mejor arma. El acoso es el mejor torpedo balístico. Y que los políticos sigan sentados en sus cómodos sillones, cálidos tronos de inutilidad, dando vueltas a la idea de la paz y de la guerra sin llegar a ponerse de acuerdo. El hombre tiene un límite muy alto y ése es el que hay que alcanzar. Sin sobrepasarlo. Sin abusar de él. Solo situándose en la misma línea fronteriza de la tensión y la acción. Cualquier error puede ser fatal. Cualquier error puede ser el último.

Pero el Capitán Eric Finlander se olvida de un elemento importantísimo de la encrucijada emocional que plantea a sus hombres. Si se coloca a la tripulación en el abismo sin descanso lo que se consigue es una mayor probabilidad de error. Serán hombres que no pregunten el por qué, el cómo y además obedecerán ciegamente cualquier orden pero serán susceptibles de fallar, como leones que se concentran en la caza y se olvidan de que hay otros elementos que pueden caer sobre ellos y destrozarlos. El sudor frío resbala por las espaldas y el agotamiento son factores que también inducen a ello y el Capitán Eric Finlander no suda, no se cansa. Solo da órdenes. Claras y secas. Sin más conciencia que la obligación. Y tiene el rostro de verdadera frialdad de un Richard Widmark enorme, que, cuando mira, traspasa, que, cuando vuelve el rostro, desprecia; que, cuando muestra interés, tiene preparada la siguiente bala moral. Y así es cómo se camina hacia la batalla final, la que indica que todo acabará si se toma la decisión equivocada, o si se obedece la orden mal entendida, o si los nervios son el verdadero submarino que hay que acorralar y asfixiar. Y no hay ningún plan B. 

5 comentarios:

CARPET_WALLY dijo...

Pufff, me suena y no me suena. No recuerdo a Widmark, Potier o McCarthur en el barco, pero si lo que comentas y lo que cuentas...

Hay una peli (2º guerra mundial) con argumento similar pero no sé si es la misma, capitán muy serio e inflexible caza submarinos y acaba hundiéndose y el submarino enemigo rescatando a la tripulación mientras él permanece en cubierta saludando marcialmente con el buque naufragando....Es una foto que tengo en la memoria...pero no sé donde (en que peli) situarla.

Abrazos desde el puente de mando

César Bardés dijo...

Esta es en plena Guerra Fría. Widmark es un capitán que no deja un resquicio de amabilidad (no hace falta gritar, con el gesto ya se cagan por la pata abajo) y detectan a un submarino ruso que se salta el límite de las aguas internacionales y penetra en aguas territorial de la OTAN. Se le da la orden de acosar pero no de atacar. En el barco, como asesor, hay un capitán de submarino alemán de la Segunda Guerra Mundial que aconseja a Widmark según los movimientos del submarino. Al final, el error se produce y atacan. El submarino lo detecta y devuelve el ataque. El último plano es Sidney Poitier, periodista que está a bordo para hacer un reportaje sobre el ánimo de los militares que tienen que lidiar con situaciones de tensión, gritando al capitán si hay posibilidad de salvarse. El capitán solo acierta a asistir, impasible, la trayectoria del torpedo.
De la película de la que hablas...estoy confundido, no acabo de pillarla.
Abrazos con el periscopio

CARPET_WALLY dijo...

Tal vez esté cruzando dos o más películas. Por lo que he estado buscando estoy casi seguro que se trata de un peliculón: "Duelo en el Atlántico" con Mitchum y Jurgens...porque ahora creo recordar que se hunden tanto el barco como el submarino y que hay buen rollo y profundo respeto entre ambos...la vi hace tanto tiempo que se me mezclan cosas, pero recuerdo que me fascinó.

Quizá también vi esta de Widmark y ha contribuido a mi lío.

Abrazos a flote

César Bardés dijo...

La verdad es que había pensado en "Duelo en el Atlántico" pero ninguno de los dos capitanes es inflexible, son bastante personas. Y ninguno se hunde con su nave. Mitchum salva a Jurgens al final, de hecho...Luego se me ha ocurrido que Peter Finch sí hunde con su acorazado Graf Von Spee en "La batalla del Río de la Plata" (hablaré de ella en muy poquitos días) pero tampoco es un capitán inflexible, todo lo contrario, es bastante caballeroso, uno de esos que combate con honor. Por eso estaba confundido. Lo que sí es verdad es que "Duelo en el Atlántico" es muy buena película.
Abrazos a babor.

CARPET_WALLY dijo...

Si, si...he debido mezclar en mis recuerdos varias cosas...ha faltado el capitán Bligth de la Bounty para acabar de liarla, y porque el barco no era de esa época que si no...Sorry

Abrazos con el sextante hecho un nudo