martes, 7 de marzo de 2017

LA VISITA DEL RENCOR (1964), de Bernhard Wicki

Si queréis escuchar lo que hablamos en "La gran evasión" de Radiópolis Sevilla acerca de "Furtivos", de José Luis Borau, podéis hacerlo aquí.

Dos millones a cambio de la vida de Serge Miller. No, señora, no. Este pueblo aún conserva su dignidad. Está necesitado, en bancarrota, hay muchas cosas que mejorar pero nunca a cambio de una vida humana. Pero el rencor sabe cómo avivar los corazones podridos y esto es una vieja máxima que aún hoy se aplica. Basta con endeudar a la gente para que se empiece a mirar la ventaja que tiene un bolsillo lleno y lo despreciable que puede ser la vida de un ser humano, de un vecino de toda la vida. Karla Zachanassian vuelve a su ciudad natal para llevar a cabo una venganza que ha planeado hace mucho tiempo. El hombre que la dejó embarazada y luego la dejó por mentirosa debe pagar por el dinero que ella piensa prestar al resto de los habitantes de Guellen. Un millón para el municipio y otro para repartir a partes iguales entre todos los que viven allí. De pronto, es necesario debatir la propuesta. Más tarde, todos quieren cobrarse el favor del apoyo público. Luego viene la ausencia de libertad. Y, por último, se cambia la ley para que las cuentas salgan. Todos los que viven en Guellen se corrompen miserablemente por cuatro mil monedas. El rencor que tiene Karla, Karla Wechsler, no tiene fin.
Quizá un accidente pueda acabar con Serge. Eso a ella le da igual. Lo que quiere, lo que verdaderamente desea, es utilizar a Serge para poner en evidencia que todo el pueblo vive en la miseria moral porque son capaces de cualquier cosa con tal de cobrar el dinero prometido. Quiere asesinar la falsa apariencia que siempre ha imperado en Guellen y someterla bajo su poderoso zapato de gran dama dueña de un cinco por ciento del mundo. La justicia tiene que llegar a todas partes. Al profesor que día sí y día también la golpeaba sin conmiseración y que ahora se presenta como una fuerza moderada y de razón. Al maldito policía que se escondía en la maleza para ver cómo se bañaba desnuda y la llevó ante un tribunal para que todo el mundo pudiera decir que era una prostituta. Al médico, tan débil de carácter que es incapaz de oponerse a la terrible consumación que supone vender la vida de un ser humano a cambio de dinero. Al cura, que se esconde bajo una neutralidad que debería ser ferozmente rechazada. A todos los que gritan airados contra Serge porque él debe morir y ellos, cobrar. Maldito pueblo que debió morir. Maldito.

Basada en la fantástica obra de teatro de Friedrich Dürrenmatt La visita de la vieja dama, Bernhard Wicki llevó esta adaptación al cine olvidándose de todo el aire esperpénticamente grotesco que rodea su puesta en escena en beneficio de un entorno mucho más realista y con la colaboración de una Ingrid Bergman extraordinaria en su incipiente madurez, capaz de sonreír y endurecer el rostro en apenas unos fotogramas. A su lado, Anthony Quinn es el cordero preparado para el sacrificio que asiste, impotente, a la corrupción de todos sus amigos, a la podredumbre generalizada por un beneficio inmediato y una conciencia adormecida. Y el espectador, casi sin darse cuenta, cierra los ojos ante la certeza de que, quizá, él podría ser también uno de los avariciosos y cínicos habitantes de un pueblo centroeuropeo llamado Guellen. Allí, el rencor será bienvenido y comenzará a criar el veneno con el que sobrevive.

4 comentarios:

CARPET_WALLY dijo...

Es que Wicki era un enorme director, "El puente2 siempre me pareció una película brutal y maravillosa (ya la posteaste hace un tiempo). No creo recordar esta que tiene mimbres para ser genial también.

Con una historia similar (en realidad no, pero tiene algún punto de comparación) leí hace un par de años una novela cuyo título no recuerdo ( la buscaré luego en casa y os la diré) sobre un hombre que regresa a su pueblo (en los Alpes, creo) tras la guerra mundial, su familia (que era judia) ha muerto y sus vecinos no le reciben con los brazos abiertos...en realidad la conciencia les lleva a odiarle porque les recuerda su cobarde comportamiento durante la guerra. Es una novela muy dura, pero hermosa.

La coincidencia está en ese regreso que por un motivo u otro muestra las mezquindades de un grupo de gente que vive escondiendo sus males en un mundo ficticio de relaciones perfectas.

Intentaré ver esta que comentas.

Abrazos sin rencor

César Bardés dijo...

Esa novela que comentas...¿no se trata de "La piel del lobo", de Hans Lebert? Si es esa, es fantástica. Merecería una adaptación y además me ofrezco gentilmente a hacer el guión si es necesario.
Efectivamente, "El puente" es una película brutal y maravillosa y también me parece muy apreciable esa película de espías encerrados en un barco que es "Morituri", que le pasó por encima al propio Wicki al ser un fracaso tremendo en Estados Unidos porque tenían muchas esperanzas puestas en el tipo que les había estremecido unos pocos años antes con "El puente". Sin embargo, me parece que tiene valores excepcionales aparte de unas interpretaciones más que meritorias de Yul Brynner y de Marlon Brando.
En cuanto a esta...tuve la fortuna de ver la obra de teatro en un montaje del Centro Dramático Nacional con María Jesús Valdés en el papel protagonista y fue una de las obras más impactantes que he visto. Aunque, lógicamente hay muchas diferencias en el punto de vista porque lo grotesco funciona en el teatro (incluso había algún número musical de esos que tanto les gusta incluir a los autores teutones en sus obras de golpe y maza, al mejor estilo de Brecht) y no tanto en el cine. Así que Wicki, de forma inteligente, apuesta por el neorrealismo y retrata muy bien a un pueblo corrompido hasta la médula que no dudará en ejercer cuanta presión haga falta con tal de agarrar el dinero de la dama que viene a visitarles (no desvelo nada, es el núcleo de la película). Por supuesto, la película también fue un fracaso y Wicki volvió a Alemania con el rabo entre las piernas.
Abrazos avariciosos.

CARPET_WALLY dijo...

No, no es "La piel del lobo", en el título lleva el nombre del protagonista y es mucho menos policíaca y mucho mas dura emocionalmente, porque vislumbras la bajeza a la que todos estamos expuestos en circunstancias "especiales".
Lástima de memoria de pez que no es capaz ni de recordar algo que me facilite la búsqueda en Google.

Asdmeás Wicki debía ser un tipo fuera de lo común, leo que estuvo en un campo de concentración, no por judío, que no lo era, sino por sus ideas antinazis.

Abrazos estrujando el cerebro.

César Bardés dijo...

Recordemos que Wicki era el médico del desierto que recoge a Harry Dean Stanton en "París, Texas". Sí, era un resistente contra los nazis, un tipo que los tenía bien puestos.
A ver si te acuerdas del título. Y si no, no te preocupes. Cuando llegues a casa y lo mires, nos lo dices.
Abrazos meningíticos.