jueves, 18 de mayo de 2017

EL JUGADOR DE AJEDREZ (2017), de Luis Oliveros

Debes tener cuidado al mover la reina. Es posible que un peón cualquiera acabe comiéndola y tu rey llorará amargamente porque lo perderá todo. Se evaporará la vida, la felicidad, los momentos intensos, el gusto por el juego, la sonrisa del caballo…Todo el tablero se tambaleará porque el reino será engullido por la batalla y el rey intentará ponerse a salvo, tarea titánica para alguien que solo se mueve escaque a escaque. Podrás ser un campeón, pero en esta ocasión te vas a enfrentar al rival más temible. La propia vida.
Europa es un lugar convulso, donde no hay muchas opciones en las que vivir. La libertad es solo una ensoñación mientras la Guerra Civil española se hace carne y Adolfo Hitler pone en marcha su enorme maquinaria asesina. Huir al sitio equivocado hace que el destino también yerre y las piezas no estén bien colocadas. La injusticia no tarda en aparecer. Y eso es muy fácil cuando se tiene una mujer tan dulce, tan impresionantemente bella, tan sonriente, que encaje con tanta perfección en tu otra mitad. Alguien, sin poder evitarlo, tratará de quitarte de en medio. Al fin y al cabo, eres español, has huido de tu país, no se te conoce una profesión seria y eres joven. Tienes todas las papeletas para ser un traidor. Y en Francia ya no se distinguen los patriotas de los traidores.
Una celda con suelo de paja y otro español que buscará la libertad con la mirada. Un alemán y otro tablero donde jugar. Da igual si es uno reglamentario o si es otro marcado con tiza en la tabla de un taburete. El caballo contrario se saltará todas las piezas y te marcará su insidia a base de golpes y torturas morales refinadas salidas de la misma mente del infierno. Defenderás con uñas y dientes tu talento porque es lo único que te quedará. Hasta el mismo instante en que la vida te ofrezca tablas y tengas que aceptarlas.
Aún así, cuando tienes la partida perdida, intentarás la audacia de un jaque en seis movimientos, tratando de devolver tu existencia al mismo lugar desde donde partió. Solo quedará un leve recuerdo y un dolor intenso, callado, bañado en lágrimas, pero con la sonrisa de haber dejado la huella de una jugada magistral, única, indeleble, que da sentido a todo y también derrota a todo. La partida terminó. El rey no cae.

Buenas intenciones en una película que debería tener algo más de recorrido. Algunas cosas no acaban de convencer y, sin embargo, la producción es impecable, con una ambientación estupenda y unos actores competentes entre los que destaca Marc Clotet como ese campeón de ajedrez que se ve arrastrado por los acontecimientos hasta las mismas mazmorras del juego. Su trabajo es más que valioso porque camina peligrosamente por los límites de la afectación y, sin embargo, consigue un equilibrio admirable y, por lo demás, creíble. El entretenimiento está ahí y el esfuerzo es valioso aunque algunas líneas del argumento se queden en algo ciertamente inexplicable. Quizá como el mismo juego del ajedrez, que debe ser entendido para poder ser disfrutado y perdemos algunas lógicas de las mentes de los contendientes. Quizá como ese hombre que prefiere mirar hacia adelante sin acordarse de lo que deja atrás.  

3 comentarios:

CARPET_WALLY dijo...

El ajedrez es un juego tan mágnetico y sus jugadores tan atractivos (intelectualmente, claro) que el cine ha dado no pocas oportunidades para que se convietiera o convirtiera en protagonistas. No he visto la película pero parece a lo que leo que merece la pena no "escaquearse" y si la pillo en un pase televisivo me detendré porque lo que cuentas tiene mimbres de resultar interesante (aunque tenga algunos fallos como señalas).

No obstante como digo hay mucho cine con ajedrez y...¿que os parece un transversal?.

Podríamos empezar con la afamada "En busca de Bobby Fisher" que a pesar de los pesares a mi me resultó algo pesada (tal vez fuera el momento en que la vi) sobre el chaval que pese a los consejos de su maestro no quiere ser tan agresivo como el maestro americano y prefiere jugar con más caballerosidad.

Sobre un cuento de Nabokov, Tuturo y Emma Watson protagonizaron "La defensa Luzhin" de Desplat que recuerdo haber visto pero apenas me dejó huella.

Si recuerdo y poco para bien "Jaque al asesino" con el bizco Christopher Lambert, una película muy fallida sobre asesinos en serie de la que lo único salvable era la guapa y mágica Diane Lane.

Obviamente es imposible no recordar a Bergman y su caballero y la muerte de "El septimo sello"

¿Quien mató al caballero? se preguntaba Perez Reverte en "La tabla de Flandes" y así Mctiernan muy lejos de lo que llegó a ofrecer en otras películas y con una Kate Backinsale muy jovencita, destrozaron el original de Arturo imponiendo a un surfero tipo Manel Navarro con gallo eurovisivo como inteligentísimo jugador de ajedrez.

Un ajedrez de cristal termina siendo el pasatiempo de Magneto y sus partidas con el profesor Xavier su único lujo en la primera de la saga "X men", de la misma forma que tras aplicarle la formula mágica que eliminaba los poderes mutantes en "X-men, la decisión final" nuevamente Magneto comprueba que empieza a recuperar sus poderes moviendo ligeramente una pieza de ajedrez en un parque sin tocarla.

Hay muchas más, pero estoy bastante liado, si puedo luego me paso otra vez.

Abrazos sin enroque.


dexterzgz dijo...

Sí, recientemente tenemos "El caso Fisher" basado en hechos reales con el soso de Tobey interpetando a Bobby y al marido de la Wats como Boris. Creo que es una película a la que se le podía haber sacado mejor partido, la verdad.

"La diagonal del loco" es una película suiza bastante aceptable también con la Guerra Fría de fondo que ganó el Oscar en los 80. No olvidemos las partidas que se jugaban en "Calabuig" ni que un tablero de ajedrez era la clave donde se dejaban las pistas al traidor de "Stalag 17" de tío Billy.

Abrazos con las negras

César Bardés dijo...

Creo que es una película que hubiera merecido algo más de detenimiento a la hora de pensarla. No obstante, hay que señalar lo estupendamente ambientada que está, con un especial cuidado en decorados, coches, vestuario y demás. Y ya digo, el trabajo de Marc Clotet tiene su mérito porque, en manos de cualquier otro, hubiera sido un tipo ridículo, casi grotesco, una especie de isla en medio del caos que hubiera destacado por un optimismo afectado, totalmente fuera de lugar. Sí, lo mejor es que la pilléis en algún pase televisivo. Hay que decir que detrás, en producción, está Gerardo Herrero, que es un hombre que sabe muy bien lo que es producir películas de cierta clase.
En cuanto a las películas de ajedrez, me temo que me habéis quitado las que se me ocurren, aunque me gustaría destacar el maravilloso corto oscarizado de la Píxar "El juego de Geri", con un anciano jugando contra sí mismo y, desde luego, la que posiblemente sea la partida de ajedrez más "sexy" de la historia que es "El caso Thomas Crown", con Faye Dunaway comiéndose al rey. Y también en el 2009 hay una comedia algo sombría que es el reverso femenino de ésta: "La jugadora de ajedrez", con Kevin Kline y Sandrine Bonnaire en los papeles principales. Ahora, eso sí, uno se tiene que referir sí o sí a "Juego de reyes", con Curt Jurgens haciendo interminables partidas imaginarias a propósito de la "Novela de ajedrez", de Stefan Zweig y que un servidor adaptó en su día a guión de cine y a la realidad española y que, desde hace ya dos o tres años está en las manos de Miguel Rellán.
Abrazos con defensa Capablanca.