jueves, 22 de febrero de 2018

LA FORMA DEL AGUA (2017), de Guillermo del Toro

Incapaz de sentir tu forma, te encuentro siempre a mi alrededor. Sólo quiero tener la certeza de que estás ahí, detrás de mí, abrazándome para unirnos en todo aquello que nos hace diferentes, aunque yo sé que lo somos porque pocos son capaces de sentir el amor en unos tiempos de odio, de separación y de intereses creados. Cada instante pasado contigo es como si el mundo abriera sus oídos para las palabras que nunca se han dicho y, de nuevo, la vida tiene sentido, en la soledad de tus besos, en el silencio de mis lenguajes, en la nada que, de repente y sin avisar, se ha convertido en todo.
Tu presencia llena mis ojos con tu amor y hace más humilde mi corazón, porque lo que tú sientes deja empequeñecido todo lo que yo pueda sentir. Tus ojos me miran y sólo me veo a mí. Tu cuerpo se queja y sólo me desea a mí. En la libertad del agua, en la amarrada distancia de nuestros cuerpos, en el deseo que tanto tiempo se tuvo que ahogar mientras nos sentíamos presos de nuestras obligaciones naturales. Los arañazos se curan a tu lado porque tu pasión despierta los sentidos y desentierra ilusiones olvidadas por la rutina, por la mediocridad de los que se creen superiores, por el segundo en el que nuestros corazones se encuentran y consiguen hacer verdad aquello de que el amor es todo, ese mismo amor que, hasta ahora, siempre estaba reservado a los demás y nunca lo pudimos tener entre los brazos. Quizá algún día nuestras imaginaciones estén a punto para convertirse en realidades, quizá lo imposible se haga posible y el mar sea el embalse de nuestras lágrimas mientras la tierra se convierte en un lejano territorio desconocido. El dolor a tu lado, sencillamente, no existe. Sólo está la fascinación por el sueño, por la inmensa fortuna de que alguien conspirara para que tú y yo nos llegáramos a conocer, a abrir puertas que permanecían cerradas, a compartir una melodía, algo de comida, un inicio de ternura y un riesgo cierto. Y eso, cariño, sólo tú puedes darlo con tu vulnerable cualidad de luz y de complicidad, como si supieras que yo no puedo estar en ningún lugar más a gusto que en tus brazos y tú tuvieras la certeza de que no encontrarás nunca a nadie igual. Tal vez solamente sean palabras de enamorados que se dicen cuando los ojos han estado bien abiertos, apresados por la sorpresa y por la seguridad de haber visto algo maravilloso. Tal vez aún existan personas en este mundo que comprendan que el amor es el sustento de la vida y que siempre hay que luchar contra demonios que no quieren saber, sólo destruir; que no son capaces de sentir nada más allá de la suciedad de sus mentes y que sólo quieren conservar su vida cómoda, su falsa ventaja en un estúpido mundo de apariencias, su mentira vivida que, por el contrario, para ti y para mí, se está convirtiendo en verdad.

Las emociones se quedan durante auténticas eternidades cuando son sinceras, apasionadas, únicas y valientes. Nadie más podrá decirte que te ha amado como yo lo he hecho, que te ha querido llevando consigo la renuncia de todos mis sueños. Dentro de muchos años, seguiré cerrando los ojos para verte sólo a ti, que me seguirás hablando con la mirada, que continuarás diciéndome cosas en silencio, que tratarás de hacer que cada día sea una nueva historia de amor entre tú y yo. Estás en todas partes… 

15 comentarios:

CARPET_WALLY dijo...

Maravilloso. Un post para enmarcar. Da igual lo que lo inspiró, lo importante es lo que nos dices.

Y en este maremagnum (nunca mejor dicho) de sensaciones y de sentimientos es imposible acercarse a la realidad y hablar de la película, cualquier cosa rebajaría el embrujo. Y más en mi caso porque a mi Del Toro no me embrujó nada, nada...

Como diría aquella...vuelve a leerlo y "sigue nadando, nadando, nadando...".

Abrazos mojados

César Bardés dijo...

Lástima que el embrujo se pierda en un corazón tan sensible. Los ojos saben distinguir la belleza cuando se pone el alma en lo que se hace y eso incluye cualquier cosa que se sepa escribir desde ese mismo lugar donde algo se estremece e, incluso, la emoción se hace renglón.
Abrazos con música.

CARPET_WALLY dijo...

Belleza: En una recreación fantástica de una época, de un punto en la historia del mundo, de un vivir, de un pensar, de un estar.

Ternura: En un pobre viejo solitario, un corazón que ama la belleza pero niega lo que se destapa que habita dentro de ella. Un sensible dibujante de otro tiempo. Un pájaro herido.

Amor: Incomprensible relación entre dos seres que se sienten atraídos quizá por ser dos eslabones perdidos en un mundo gris.

Odio: Hacia lo que se considera inferior a uno mismo, porque el yo es el único que merece el verdadero amor. El resto son parásitos que viven cerca de uno, que importunan, que son gangrena, miembros perdidos innecesarios.

Amistad: Incondicional apoyo a quien tanto ha escuchado y prueba irrefutable de que tu corazón es de oro aunque vivas con un mueble inservible.

Honestidad: El que renuncia a la fé, a la creencia o a la máxima para tomar partido por lo que está bien aunque tema las peores consecuencias.

Todo junto debería embrujar.

Cuento o fábula: Lo que se presenta como verdad y hace que sintamos el ritmo de las cosas, los motivos de los personajes, las acciones de cada uno, que vivamos sus emociones y sintamos sus pálpitos...

Ritmo, pálpitos, emociones...algo falta para el embrujo.

Abrazos sobre el cine

César Bardés dijo...

Tal vez falta la conciencia de que todo es un cuento que encierra una gran verdad. Al fin y al cabo, nunca se dice lo contrario. No tiene por qué imperar la lógica de un mundo feo y cruel. No tiene por qué surgir un instinto de identificación con la historia salvo que llegue la poesía del momento y sepamos que en una historia de amor imposible e increíble, haya algo de real. Quizá lo que falte sea la pasión de un cuento que es para y por adultos y nosotros, en el fondo, sigamos siendo niños en busca de algo que no podemos sentir salvo en muy determinados instantes. O la sensación de que la música es capaz de transportarnos a cualquier decorado, que ha sido cariñosamente trabajado, o que, en realidad, no hay mucho interés por saber de dónde viene lo impensable. Quizá haya que dejar en la puerta demasiadas cosas para saber subirse a la barca de un viaje por la imaginación, por el deseo imaginado, por la imaginación deseada, por algo que, en el fondo, no hemos sentido nunca porque no lo hemos necesitado.
Abrazos con goteras.

CARPET_WALLY dijo...

Tal vez todo eso sea cierto y tal vez sea que la fábula debería moverse a mostrar menos por fuera y más por dentro. Tal vez el cuento debiera ser una delgada lámina y debiéramos mirar y entrever lo que hay detrás para sentir mucho más.

Si la fábula es demasiado explícita, muy marcada, muy expositiva se pierde la magia y desaparece el embrujo por más que lo que estés viendo sea algo bello. Es entonces cuando todo lo que ves es el todo cuando piensas que ya oíste ese cuento, que ya viviste ese viaje, que ya asististe a ese encuentro, que poco es nuevo y que lo sentiste incluso mejor...aunque no sea igual, aunque sea en diferentes cuentos y en parciales distintos...incluso recordarás a aquel que terminó yéndose a "su caaasaaa" y te digas que allí si te embrujaste.

Abrazos con más pelo

César Bardés dijo...

Puede que a algunos les muestre más por dentro que por fuera. Tal vez, el cuento sí es una delgada lámina en la que nos empeñemos a revivir las emociones que nos causaron otros cuentos más parecidos al Mesías y que a algunos puede que nos causara la misma emoción pero con sensaciones diferentes. Es difícil distinguir dónde está el plagio de la emoción.
Puede que no sea tan explícita la fábula, que no todo lo que se esté viendo sea verdad más que en el imaginario de una protagonista. La delgada lámina, ésta sí, que separa el sueño de la realidad también se hace muy fina y muy delicada en este cuento. Claro que es difícil que haya algo nuevo, pero, tal vez, esté contado de otra forma que parezca que sí lo es. Puede que, incluso, uno se acuerde de una tierra de la la, o de un baile en un hermoso salón en que la bestia era bella, quién sabe. Lo cierto es que, entrando en los terrenos de las sensibilidades, es muy difícil poder ser objetivo. Especialmente en unos tiempos en que nada está claro, todo está muy difuminado y nuestra criatura habita de distintas formas en nuestro corazón.
Abrazos con claqué.

dexterzgz dijo...

Lamento inmiscuirme en este remanso de belleza que tal vez venga a perturbar con una mirada algo prosaica, y de paso deshacer el empate técnico en lo que a la valoración de la película se refiere. Al fin y al cabo, esto de las emociones no es como el agua, que una vez que te empapa no puedes dejar de sentir sus efectos. A mí, el cuento de Del Toro apenas me roza la epidermis, no siento más que una ligera humedad donde otros sienten frío y tiritonas. Como bien dices en el terreno de las sensibilidades es muy difícil ser objetivo. Y se ve que en mi caso esta vez no tocaba. Y es muy frustrante sentir cómo un cuento así no te cala y te vas hundiendo y hundiendo cada vez más en la butaca hacia el abismo.

Porque en el fondo, y por desgracia, ya no somos niños, nos cuesta mantener el interés y la atención cuando te cuentan un cuento, y no distraerse en cosas superfluas. Y a mi juicio Del Toro nos distrae con unas cuantas.

Abrazos desde la bañera

César Bardés dijo...

No hacía falta tener un coeficiente de inteligencia superior a 150 para saber hacia dónde se iba a inclinar la preferencia maña, pero es evidente que, entre tantas y tantas otras ocasiones, yo he visto otra película, otra historia y tengo otra sensibilidad, ni peor, ni mejor.
No me hundí en el abismo, me hundí en el cine (me hundí mucho más en el abismo con "El laberinto del fauno", por ejemplo), ya no soy un niño, mantuve el interés, presté atención, no me parecieron cosas superfluas porque me invitaron a soñar y acepté la invitación. A mi juicio, es la mejor dirección del año.
Abrazos desde el cuarto de la limpieza.

CARPET_WALLY dijo...

Pues lo que son las cosas, a mi "El laberinto del fauno" me llegó. Como bien dices , cada uno ve "su" película cuando estás cara a cara con la pantalla, influye el estado de ánimo, el momento o incluso la historia personal...O los propios fantasmas de cada uno. En mi caso será que la fascinación (miedo) hacia el mal es mucho mayor que hacia la soledad o el aislamiento o el sentirse un bicho raro.

O será que entiendo más el refugio de una niña en un mundo fantástico con monstruos que viajan desde la propia realidad que un mundo fantástico utilizado para contarme un sentimiento que no me llega más que superficialmente. Leo a Del Toro y veo que dice: "...no es una película de fantasía es una fábula sobre el amor...". ¿de verdad es necesaria la aclaración? Que no me llegue su película no quiere decir que no entienda el objetivo de su propuesta. De hecho si algo le echo en cara es que sea tan explicita.

Abrazos con sal

César Bardés dijo...

Por supuesto, gran parte de lo que se ve en el cine viene influido por el propio estado de ánimo (aunque me pregunto qué estado de ánimo tenía yo mientras veía esta película).
Yo es que no creo en absoluto que la película sea tan explícita y entiendo otras cosas porque no olvidemos que es un cuento, y los cuentos suelen ser parábolas para explicar otras cosas, pero vale. Dejémoslo como que del Toro es un cineasta demasiado evidente y que el objetivo de su propuesta está claro como la luz del día.
Abrazos con hierbas.

Chus dijo...

Queridos compañeros, me temo que yo me sumo a la balanza, aunque alabamos lo interesante de la propuesta, nos encontramos alejados de que nos toque la patata.

Y mira que yo soy moñas, romántico, fantasioso y me gusta que me propongas mundos esperpénticos, pero no se... no entro en esta historia.

Yo también me hundí en la butaca durante gran parte del metraje (se me hizo larga). Y no terminé de engancharme (ojo, que le reconozco gran parte de las virtudes). Creo que está muy bien dirigida, tiene una puesta en escena muy a destacar y algunas interpretaciones interesantes.

Ahora bien, ahora voy a sacar mi lado prejuicioso y malparido (sigo con Narcos a tope). Me parece que Del Toro "bebe" (por decirlo de una manera suave) demasiado de Jean Pierre Jeunet y de Terry Gilliam. Cuidado, que a mi no me parece mal en esto del cine de referenciar a otros y hacer guiños, pero es que directamente he visto cosas fusiladas de Amelie y de Delicatessen (Hay una especie de reciclaje extraño del personaje de Serge Merlin, que me ha parecido algo escandaloso, así como la habitación con gato incluído). Al margen de que si la Tatou no hubiese protagonizado la película de Jeunet, muchas de las cosas que aparecen en Sally Hawkings probablemente serían diferentes.

Creo que aparece también mucho Brazil, aunque creo que el film de Guilliam si que es mas referencia que fusilamiento. Aunque si abrimos el tarro de las referencias veremos muchísimas mas (seguro que César nos daría una lista super interesante).

Por otra parte, me resulta muy incómoda la casquería en forma de violencia que hay en la película. Violencia sangrienta y explícita que no termino de entender en este cuento. Y es que hay momentos que son extremadamente desagradables. Será que me hago viejo, pero me parece que nos estamos pasando un poco en general naturalizando tanta violencia en el cine. Y es que hasta en un cuento como este parece pasar como si no pasase nada.

Eso si, insisto en que me parece una buena película, que ofrece una narración interesante y una historia que se deja ver. Pero puede ser que no haya logrado entrar en ella por todos los prejuicios de viejuno que empiezo ya a tener. (no me queda nada los años que me quedan...)

Abrazos Referenciados

César Bardés dijo...

Yo creo que la interpretación de Hawkins es estupenda, como también lo es la de Shannon y la de Jenkins y, por supuesto, la de Spencer ("nunca hablas y cuando hablas, lo haces para condenar a la pobre chica"). A mí no se me hizo larga (aunque reconozco que el final está algo estirado sin llegar a chirriar), no aprecio demasiada copia de Jeunet y Caro, unos cineastas mucho más fantasiosos, especialmente en las conductas. Casi, casi, casi me atrevería a decir que hay mucha más referencia de ellos en el personaje de Shannon que en el de la chica muda. La puesta en escena de del Toro es mucho, mucho más comedida que la de Jeunet y Caro. Brazil puede aparecer quizá más en lo que es esa enorme nave impersonal y casi sucia que tienen que limpiar todos los días y que propicia el encuentro entre la chica y la criatura.
En cuanto a lo de la violencia sangrienta...bueno, tenemos que recordar que es un cuento para adultos (gran parte de su significado se perdería si pretendemos enfocarla hacia espectadores más jóvenes, háblales de la "guerra fría" a ver si saben lo que es) y que del Toro la emplea para hacer más valerosa la heroicidad porque la criatura se está enfrentando a seres que son crueles por naturaleza, que viven instalados en la naturaleza conspiranoica de la época (otro elemento que se perdería entre los jóvenes) y que sigo diciendo que la historia no es como nos la cuentan, sino que es otra cosa.
Bien es verdad, y eso lo comparto, que la edad nos hace perder la capacidad de distinguir la magia (con eso no quiero decir que yo la distinga y tú no, para nada) o que, incluso a veces, creemos que la hay cuando no está allí. Todo se vuelve mucho más confuso cuando empiezas a sumar años en el carnet de identidad, al contrario de lo que se creen muchos adolescentes. Recuerdas cómo te sentiste cuando viste por primera vez "En busca del arca perdida" pero ya no eres capaz de sentirlo de nuevo cuando buscas sensaciones parecidas.
En cualquier caso, de todo se aprende. Yo he aprendido que no por sentirme inspirado con una película puede que tenga razón. El año pasado también me pasó algo parecido con "La La Land", que cierto contertulio radiofónico me la echó para abajo porque "no era nada realista" (sic).
Abrazos con huevos duros.

Chus dijo...

Compart, busqué por curiosidad... y tesulta que Jeunet acusa de plagio a Del Toro.

Telita...

http://www.fotogramas.es/Noticias-cine/La-forma-del-agua-plagio

Abrazos curioseaos

César Bardés dijo...

A ver, no niego que pueda haber plagio, que eso vaya por delante...pero lo de los plagios en cine hay que cogerlo con pinzas. Qué casualidad que tanto la acusación de plagio de Jeunet como la del escritor que ganó el Pulitzer salga en la época Oscars, en plan, "o pagas o te jodo el Oscar", cuidadín con eso. Y ya sabemos cómo se las gastan los de la prensa, que con tal de vender ejemplares o de recolectar visitas en internet son capaces de decir que Alfred Hitchcock era una señora disfrazada de gordo.
Aún así, no lo niego. Igual que en música hay una regla clara en la que se dice que "más de ocho compases copiados en la misma melodía se considera plagio", no hay ninguna regla en Literatura y en Cine y es bastante volátil la decisión de un juez si es que hay denuncia.
Abrazos agradecidos.

Chus dijo...

Comparto un video interesante visto en redes. A riesgo de ser pesados.

Salen las escenas que se me vinieron a la mente de Amelie y Delicatessen.

Lo comparto por su interés dentro del mundo de la curiosidad.

Pd: Que dificil resulta ser original. 100 años de cine da para mucho.

Abrazos enlazados

https://vimeo.com/259453901