jueves, 19 de diciembre de 2024

EMILIA PÉREZ (2024), de Jacques Audiard

 

El director Jacques Audiard, que hace unos pocos años ya entregó una vuelta de tuerca discutible y diferente al lejano Oeste con Los hermanos Sisters, se arriesga con esta película musical adentrada en el mundo del narcotráfico y en sus sórdidos ambientes mientras uno de sus cabecillas realiza la transición de sexo como un deseo de libertad para poder ser lo que siempre ha sentido, pero también con una serie de inconvenientes entre los que destaca su turbio pasado, salpicado de violencia y de brutalidad. Pocas razones para la música, pero, en conjunto, es una película que funciona con cierta soltura.

Las canciones, casi introducidas como conciencia de los protagonistas, son notables. Algunas coreografías están bien trabajadas. La interpretación sobresale, sobre todo en el caso de Karla Sofía Gascón, que resulta muy creíble en su fase masculina y tremendamente potente en la femenina y, desde luego, sería una injusticia pasar por alto el dificilísimo trabajo que realiza Zoe Saldaña en la piel de una abogada que inicia un lento descenso en su conciencia desde el mismo instante en el que acepta el encargo de resolver los asuntos pendientes, incluida familia, del narcotraficante en cuestión.

No obstante, también es justo reconocer que no es una película redonda, con distintas notas discordantes en cuanto a, por ejemplo, el hecho de que el narcotraficante, antes de realizar el encargo a la abogada, lleva dos años en tratamiento hormonal y su mujer, interpretada algo torpemente por Selena Gómez, ni siquiera se ha dado cuenta. Por otro lado, resulta llamativo que, en su afán reivindicativo de la transexualidad, el individuo sea amenazante y malvado mientras es hombre y, luego, se convierta en un ángel de los desfavorecidos al convertirse en mujer. Por último, el final, demasiado subrayado y reiterativo, en el que la cultura popular eleva al transexual a los altares resulta, incluso, cargante.

Lo cierto es que, a pesar de todo ello, nada desentona demasiado en una película que elige una estética muy concreta, introducida en la oscuridad, mientras pertenece directamente a las intenciones, transiciones y veleidades que cometía aquel musical de Leos Carax que llevaba por nombre Annette aunque hay que reconocer que resulta más directo, más incisivo y, también es verdad, algo previsible en su último tercio.

Por lo demás, las personas deben ser respetuosas con todos aquellos que no se sienten cómodos con su sexo, sea éste cual sea. La sociedad tiende al rechazo de todos y, en este caso en concreto, se trata de hacerlo más evidente dentro de un ambiente predominantemente testosterónico como es el del narcotráfico. Es evidente que los mexicanos no deben sentirse especialmente contentos con la imagen que se ofrece de su país aunque, en algún momento, se deja entrever que esto no es más que un narcocuento en el que coexisten las felicidades, las desgracias, los sueños y las pesadillas. Y si en lugar de ambientarlo en México se hubiese hecho en España, el retrato, probablemente, hubiera sido el mismo.

Y es que ese personaje que quiere renunciar a todo, tampoco tiene remilgos a la hora de pedir dinero a los personajes más corruptos del país para luchar contra la plaga de los desaparecidos que asola México. Eso hace que, ante todo, el narcotraficante sea mujer, quizá cansado de la soledad a la que condena el poder desmedido, siempre con el miedo como interlocutor y la represalia como punto final. Los prejuicios, por favor, en la puerta. Luego los recogerán a la salida. No es una mala película aunque tampoco sea la obra maestra incomparable que algunos exaltados de la cultura bienpensante claman a los cuatro vientos. Sólo hace falta uno. Y es la certeza de que la felicidad puede hallarse en cambiarlo todo para que los muertos sean identificados. La violencia, al fin y al cabo, habita en todas partes.

3 comentarios:

dexterzgz dijo...

No me apasionó ni tampoco la defenestro. Me parece original hasta cierto punto y menos transgresora de lo que aparenta y muchos apuntan. Creo que es el típico caso que aparece todos los años de película que se convierte en fenómeno más allá de lo cinematográfico y genera debate. Pero en esta ocasión, no sé si me estaré haciendo mayor, el debate me parece bastante peregrino. Por supuesto, a muerte con la causa de Karla Sofía Gascón, pero la chica se está poniendo ya un poquito pesada vendiendo la película. Lo de frivolizar en torno al tema de las desapariciones en México lo veo un poco pillado por los pelos.

Claro que luego te pones "Un americano en París" para revisar y celebrar la entrada del año y todo te parece más lejano todavía.

Abrazos narcotizados

CARPET_WALLY dijo...

Hola, hola, he parado un momento la vorágine del cierre de cuentas anual por pura salud mental y me llego aquí (siempre un refugio para mi) y leo y me reconforta.

Sobre esta película he de avisar, como tantas otras veces, que aun no la he visto, lo que nunca ha impedido que hable de más, como siempre.

Quien si la ha visto, han sido los ojos de mi hija, mirada interpuesta que casi siempre me merece consideración porque sus gustos y los míos van muy a menudo emparejados, con alguna excepción notable, "pobres criaturas, por ejemplo.

En este caso, su visión dista mucho (muchísimo) de la vuestra. A ella, el film le pareció terrible. La única interpretación considerable para ella es la de Zoe Saldaña, como señalas. Alucina con el crédito que se le está dando a Karla Sofia, que ella enlaza más con el "inclusismo" que con los puros valores interpretativos.

La vio en el festival de San Sebastián y tal vez le influyera las altas expectativas que tenía : Musical, historia trans (con la que ella está muy solidarizada), buenas precríticas,...
Su wasap tras la proyección, no dejaba lugar a dudas : "TREMENDO HORROR" (literal incluyendo las mayúsculas) . Y sigue: "Guion horroroso, montaje terrible, mala banda sonora, canciones y cantantes horrorosas, letras in sentido...un par de buenos números musicales y Zoe son lo único que se salva". Y puntualiza: "Estoy deseando que la veas, creo que la quitarás como mucho en el minuto 15".

En fin, toda la acumulación de premios y, ahora, vuestra impresión que le da cierto valor a la peli, hace que tenga más ganas de verla por pura confrontación de pareceres. A mi ya se me ha quitado el "Hype"(¿se dice asi?) por el musical o la trama.
Ahora, simplemente quiero tener mi propia opinión y ponerla a caldo a gusto. A la peli o a la valoración de mi hija. las dos cosas tienen su gracia.

Ya os contaré, pero mi principal prejuicio inicial es que me parece una película con una operación comercial, debate incluido, que va mucho más allá de los valores cinematográficos.

Abrazos sin marketing.



César Bardés dijo...

Como he dicho en el artículo, estoy más cercano a la visión de Dex que a la de tu hija, Carpet. No es que sea una gran película. No lo es. Tampoco es la mierda pinchada en un palo que algunos pretenden que sea. No, no lo es. Si estuviéramos quince años atrás, ni siquiera se plantearía que esta película tuviera algún recorrido en la temporada de premios, pero si hace un par de años elevamos a los altares "Todo a la vez en todas partes" (que eso sí que era inaguantable), esto es casi un paseo de excursión.
Defectos: Sí, es un poco maniqueísta. Yo lo he reconocido. El personaje protagonista, mientras es hombres, es un cabrón con pintas. Cuando es mujer, es la mejor persona del mundo. No me creo otras cosas, desde luego. Y creo que las canciones sí funcionan bien. No funciona bien el final. Creo que hay coreografías que no están mal. Creo que Zoe Saldaña merece el Oscar a la secundaria (lo de Karla Sofía Gascón, no sé...es que tampoco me convence Demi Moore...y es que tampoco sé si la Academia se va a lanzar, al estilo europeo, a premiar a un transexual. Ahora, es español, eso lo justifica todo ¿no?). Me hace gracia que los brasileños hayan lanzado una campaña anti Emilia Pérez para aumentar las posibilidades de Fernanda Torres cara al Oscar. Es todo muy gracioso. Y también muy penoso para los que amamos al cine.
Por otro lado...un transexual...en ambiente del narcotráfico...y en musical...sí, es un poco rayada, lo miremos por donde lo miremos. Audiard hace lo que puede para contener la trama. Con el final se le va la mano hasta límites insospechados. Y no tiene piedad con México, país al que pone a caer de un burro.
No, no puedo decir que sea buena. Tampoco puedo decir que sea horrible (el precedente de "Todo a la vez en todas partes" me domina). Y sí, tienes razón. Hay operación comercial a la que se ha prestado un director que huye de lo comercial como Audiard y que contaba con la aprobación ciega de muchos, muchos, muchos....
Por cierto, Dex, efectivamente, la Gascón se está poniendo un poquito pesada con el tema. Ya lo de los Globos de Oro haciendo ella el discurso que tenía preparado para el de mejor actriz cuando ganó mejor película de comedia o musical (por otro lado...mucha gracia con la prensa anunciando que la gran triunfadora fue "Emilia Pérez" y diciendo, sin coletillas, que ganó a la mejor película).
Abrazos sexuales, transexuales, metrosexuales y asexuales.