Hermanos, estamos aquí reunidos en torno a esta película para dilucidar de alguna manera si nuestros pensamientos se dirigen hacia su aprobación o, por el contrario, podemos formular algún reproche en su realización y puesta en escena. El enfrentamiento entre dos clases de entender el estilo de vida que representa la iglesia es el motivo central de ésta tan particular diatriba cinematográfica que siempre se quiere mover por el respeto y la cordura.
Muy a menudo, Dios nos pone a prueba y si se visten unos hábitos que obligan y que atan a unos cuantos votos, entonces es cuando dejamos en libertad lo que esconde nuestro corazón. Imagínense, hermanos: 1964. El Presidente Kennedy acaba de morir y la minoría racial de color comienza a hacerse un sitio en los derechos civiles. En un colegio católico se dan cita dos morales que orquestan un cruel enfrentamiento no tanto por lo que se pone en tela de juicio, sino por las dos maneras de entender el máximo mensaje de Dios y una de las más hermosas afirmaciones de toda la humanidad: Amar al prójimo como a sí mismo. Por un lado, allí en el cuadrilátero de la rectoría, se halla una hermana que cree que la fe es inamovible, que tiene sus cómos y sus porqués, y por supuesto, sus reglas son pura ley irreformable. No importa que el mundo cambie a su alrededor. Qué más da que haya, por fin, un alumno negro en el colegio. La revolución es para los rebeldes y su misión, la misión que ella cree que tiene encomendada por Dios, es la de aplastar cualquier signo de rebelión usando, de forma implacable, el mazo de la severidad.
Por otro, con muchos menos kilos de peso, nos encontramos a un sacerdote. Es razonablemente joven y parece más consciente de todos los cambios que están ocurriendo. Cree en el poder de tender una mano cuando alguien la necesita. Cree que acercarse a los niños es también un modo de acercar la fe a quien todavía no comprende una vida tan socialmente marcada. Cuando está en el territorio del altar capta a la audiencia (algo que muchos hermanos de hoy en día son incapaces de asumir) y suele tener el templo lleno (algo que nuestra iglesia de hoy, cuarenta años después, puede mirar con cierta envidia) y, entonces, el drama estalla por un chismorreo sin comprobar, por querer proteger a alguien, por querer hacer el bien la difamación se hace presente en forma de una duda que se da por cierta.
John Patrick Shanley, hermanos, ya nos dejó con el corazón bien secuestrado escribiendo aquella preciosidad que se llamó Hechizo de luna, dirigida por Norman Jewison. Y lo que parecía ser una prometedora carrera en Hollywood se truncó al idear una cláusula en la que prohibía tajantemente en sus contratos tocar una sola coma de sus guiones lo cual hizo que la industria lo marginase hacia el teatro y, en concreto, hacia el off-Broadway. El tipo lo intentó una y otra vez hasta que escribió La duda, ganando por ello el Premio Pulitzer y, cuando surgió la idea de adaptarla al cine, por supuesto, Shanley exigió que la película estuviera escrita y dirigida por él.
Para ello, el hermano John Patrick ha tomado prestadas algunas ideas de aquella otra historia tan vibrante que era Agnes de Dios, también de su amigo Norman Jewison, y ha contado con un plantel de actores absolutamente brillante: Meryl Streep es la viva imagen de la austeridad anclada en la intransigencia dando matices absolutamente brillantes a un papel que es viva adustez. Philip Seymour Hoffman interioriza las sensaciones del sacerdote que no sabe muy bien cuál es el pecado que ha hecho si todo su afán es hacer que la Iglesia en sí misma baje de los altares y se mezcle de verdad con los fieles. Y mención especial merece el impresionante trabajo de Viola Davis en una aparición de apenas unos minutos en un trabajo que te deja boquiabierto, sobrecogido y asombrado. Después de ver esta interpretación es cuando uno se puede dar cuenta de la tontería que es ver a determinadas actrices nominadas a la mejor secundaria (y no, no soy antipatriota, soy realista).
En cualquier caso, hermanos, al pasar esta página que sólo pretende ser una reseña con algún que otro tinte de originalidad, deseo que todos nosotros hagamos un esfuerzo para no convertir la cruz en una daga, que nuestras creencias nunca se confundan con nuestros deseos, que nuestro estilo de vida no se imponga al de otros por la fuerza de nuestro propio carácter. La duda es el peor estado en el que pueden estar sumidos nuestros corazones. La libertad de hacer el bien es el mejor regalo que Dios nos pudo dar. Con todo ello, hermanos, podéis ir en paz.
Por otro, con muchos menos kilos de peso, nos encontramos a un sacerdote. Es razonablemente joven y parece más consciente de todos los cambios que están ocurriendo. Cree en el poder de tender una mano cuando alguien la necesita. Cree que acercarse a los niños es también un modo de acercar la fe a quien todavía no comprende una vida tan socialmente marcada. Cuando está en el territorio del altar capta a la audiencia (algo que muchos hermanos de hoy en día son incapaces de asumir) y suele tener el templo lleno (algo que nuestra iglesia de hoy, cuarenta años después, puede mirar con cierta envidia) y, entonces, el drama estalla por un chismorreo sin comprobar, por querer proteger a alguien, por querer hacer el bien la difamación se hace presente en forma de una duda que se da por cierta.
John Patrick Shanley, hermanos, ya nos dejó con el corazón bien secuestrado escribiendo aquella preciosidad que se llamó Hechizo de luna, dirigida por Norman Jewison. Y lo que parecía ser una prometedora carrera en Hollywood se truncó al idear una cláusula en la que prohibía tajantemente en sus contratos tocar una sola coma de sus guiones lo cual hizo que la industria lo marginase hacia el teatro y, en concreto, hacia el off-Broadway. El tipo lo intentó una y otra vez hasta que escribió La duda, ganando por ello el Premio Pulitzer y, cuando surgió la idea de adaptarla al cine, por supuesto, Shanley exigió que la película estuviera escrita y dirigida por él.
Para ello, el hermano John Patrick ha tomado prestadas algunas ideas de aquella otra historia tan vibrante que era Agnes de Dios, también de su amigo Norman Jewison, y ha contado con un plantel de actores absolutamente brillante: Meryl Streep es la viva imagen de la austeridad anclada en la intransigencia dando matices absolutamente brillantes a un papel que es viva adustez. Philip Seymour Hoffman interioriza las sensaciones del sacerdote que no sabe muy bien cuál es el pecado que ha hecho si todo su afán es hacer que la Iglesia en sí misma baje de los altares y se mezcle de verdad con los fieles. Y mención especial merece el impresionante trabajo de Viola Davis en una aparición de apenas unos minutos en un trabajo que te deja boquiabierto, sobrecogido y asombrado. Después de ver esta interpretación es cuando uno se puede dar cuenta de la tontería que es ver a determinadas actrices nominadas a la mejor secundaria (y no, no soy antipatriota, soy realista).
En cualquier caso, hermanos, al pasar esta página que sólo pretende ser una reseña con algún que otro tinte de originalidad, deseo que todos nosotros hagamos un esfuerzo para no convertir la cruz en una daga, que nuestras creencias nunca se confundan con nuestros deseos, que nuestro estilo de vida no se imponga al de otros por la fuerza de nuestro propio carácter. La duda es el peor estado en el que pueden estar sumidos nuestros corazones. La libertad de hacer el bien es el mejor regalo que Dios nos pudo dar. Con todo ello, hermanos, podéis ir en paz.
13 comentarios:
Demos gracias al Señor. Démosle gracias, que uno ya estaba a punto de perder la fe para siempre, que creía que el cine ya se había convertido en coto privado para freakis y adolescentes y que nunca más volvería a disfrutar de historias como ésta en una pantalla grande. Loado sea el cielo y el Sr. Shanley por haber parido esta obra maestra adulta e inteligente.
No creo en los Oscars, me lo tomo como un divertimento y poco más. Pero dos últimas consideraciones.
- ¿Porqué Philip Seymour Hoffman es candidato en la categoría de secundario cuando junto con Meryl es el protagonista claro de la película?
- Y ya que estamos, anteayer mismo vi EL CABALLERO OSCURO, que por cierto me pareció un petardo, y no creó que el alabadísimo trabajo de Mr Ledger, que el Señor tenga en Su Gloria, sea mejor que el que aquí desarrolla el citado Seymour Hoffman.
Hermano, Dexter, sin duda Dios, en su infinita misericordia, nos ha brindado una pequeña gran película para mentes adultas y formadas que parece extraída directamente de las entrañas del cielo, casa de Nuestro Señor. Loado también sea el señor Shanley, aunque su última incursión en los avatares directivos de la creación fuera la menos que mediocre "Joe contra el volcán".
Realmente, yo tampoco creo en los Oscars, hermano Dexter, siempre he tomado ese día un poco como el día de "San Cine", el día de fiesta para los que amamos el cine pero hace mucho que me hice con la lista de los nominados y para nada es algo representativo poder decir que Billy Wilder tiene 6 Oscars y que, sin embargo, Fritz Lang tiene 0 nominaciones. Ahí tienes a Penélope Cruz, imitando a Anna Magnani de forma descarada y consiguiendo ya dos nominaciones, igualando a nuestra adorada Jean Simmons, con dos huevos santos.
En cuanto a la duda que me presentas con respecto al señor Seymour Hoffman eso es cosa de los responsables de la propia película que, sin duda, han visto que la competencia como actor principal con Rourke, Pitt y Penn en la terna era demasiado dura para un papel (excelente pero no protagonista absoluto como ocurre en esos tres casos) el señor Hoffman que, como bien recordarás, ya tiene un Oscar bastante recientito encarnando a Truman Capote.
Y estoy total y absolutamente de acuerdo con esa especie de "busca-desesperada-del-mito-desaparecido-prematuramente" que se ha emprendido con el señor Ledger. No es, ni de lejos, la mejor interpretación secundaria del año, de hecho, creo que hacer de Joker es una de las cosas más fáciles del mundo. Sin duda, su trabajo no es sólo inferior al que desarrolla Seymour Hoffman, sino también a la fantástica labor de Michael Shannon en "Revolutionary road" y es que Dios, casi siempre, premia a los que no lo merecen, y castiga a los que le honran con honestidad.
Este año va a ser uno de esos años en los que vamos a odiar mucho el resultado de los Oscars: van a salir premiados aquellos que no nos gustan ni un pelo y no acertar en las apuestas, por cierto, no es no saber de cine, es apostar por aquel que se lo merece no por aquel que mejor se vende.
Ea, hermano Dexter, Ave María Purísima.
Me ha gustado mucho esta película. Protagonistas y secundarios estan maravillosos. Sabía que la Steep no me iba a fallar. Siempre he dicho que esta señora lo hace todo bien. Pero para mí, más que el enfrentamiento entre dos maneras de entender el estilo de vida que representa la iglesia, que por supuesto se muestra en la película, tuve la sensación todo el rato de que estaba asistiendo a una guerra de sexos. No sé si esa es la expresión correcta, ando un poco espesa. Intento decir que mi enfoque va más por " como yo soy el hombre es impensable que lo que usted dice pueda ser lo correcto". Hay un momento en la película en que los protagonistas se encuentran en el despacho de la hermana. El cura va a sentarse en el sillón de ella. Yo eso lo interpreto como un signo de querer marcar la superioridad. De no aceptar que la opinión de una mujer esté por encima de la suya. La escena final me parece maravillosa. Esa imagen de señorita Rotenmeyer derrumbada me sobrecogió. Hay un proverbio no sé si chino o griego que dice " El que nada duda nada sabe".
En cuanto a lo que comentais sobre los actores secundarios, para mí la mayor injusticia que se ha cometido últimamente es que en la última edición de los Goya el actor Mariano Venancio no estuviera siquiera nominado. Me parece una actuación maravillosa. Confieso que no conocía a este actor y me encantó. Un papel lleno de ternura, de cariño, de complicidad con Camino, su hija.Emociona mucho, mucho.
Gema
Yo creo que más que una guerra de sexos lo que hay es una sensación de intentar anatemizar cualquier aire nuevo que pueda entrar en una institución que se halla anquilosada peligrosamente. El personaje de la Streep percibe al personaje de Hoffman como una amenaza y se aferra a una duda como si fuera un dogma de fe (en el fondo creo que esa es la gran parábola de la película). Bien es cierto que sí, que hay un gesto de autoridad por parte de Hoffman al sentarse en la silla de la rectora porque, de hecho, es su superior como en algún momento llega a decir la Streep. En cualquier caso, creo que es un gran acierto del guión el apuntar que aunque la Streep esté anclada en preceptos inamovibles y rancios, el personaje del cura también lo está hasta cierto punto (en algún momento, también invoca al voto de obediencia)con lo cual hace más palpable la auténtica sensación de duda. La escena final puede tener varias interpretaciones aunque, no cabe duda, de que es una gran escena. Y, sí, probablemente, la Streep es la más grande actriz viva, muchas veces, a costa de que me miren raro, he dicho que es el "Robert de Niro femenino", con una capacidad camaleónica deslumbrante y un saber meterse en el papel que causa verdadera impresión. En este caso, los OScars sí pueden servir como baremo, 15 nominaciones para Lady Meryl Streep, record absoluto de toda la historia.
En cuanto a lo de Mariano Venancio no puedo opinar porque no he podido ir a ver "Camino" pero prometo que la veré en cuanto tenga la más mínima oportunidad.
¡¡¡Anatema!!!, Desgraciados, pecadores...¡¡¡ Arrepentios de lo que decís y aun más de lo que pensáis!!!...
Tomáis el nombre de Oscar en vano, descreeis de la infalibilidad de su juicio, blasfemáis al valorar más vuestro criterio que el de miles de profesionales que se basan en criterios comerciales y publicitarios....
Vibráis acaso con Seymor Hoffman y minusvaloráis a Heath Ledger, cuando la Academia en su infinita sabiduria puede tener pensado restituir a los altares al segundo, reconvertido en payaso, tras haber sido humillado en públicamente por el primero, enfrentados antaño, uno es su papel de Capote y el otro en el de vaquero homosexual...
¿No es acaso necesario un martirio propio de Federer, que Mr. Ledger a quien el señor tenga en su gloria, pierda una y otra vez contra el mismo rival?...¿Hasta donde va a llegar vuestra crueldad?.
Arrepentios también de rechazar como dogma la bonanza interpretativa de nuestra Penelope, de apellido tan significativamente religioso, mucho más de compararlo en negativo con el de la tal Viola Davis cuyo nombre hace referencia al delito y a la carne, pecados más mortales que el señor Ledger incluso.
En fin, la bondad infinita de nuestra religión cinefila puede permitir las dudas, la falta de fé y determinismo teocrático pero también sabe perdonar a poco que el arrepntimiento sea sincero...La penitencia podría ser comparar al Nickholson del Batman de Burton con el de San Heath...pero alguno podría disfrutar burlonamente...
No estaría de más preguntarnos porque el hombre murcielago del señor Nolan tiene tanto predicamento entre las nuevas olas incluido su insufrible Crhistian Bale, yo no comulgo tanto con esas creencias, ni entiendo revisado, revitalizado o revalorado el mito ni engrandecido cinematograficamente...pero no soy un pobre y humilde hijo del Gran Creador y mis opiniones no valen más que el teclado con las que las transcribo.
Alabado sea John Ford y el resto de los apóstoles.
Oremos. Carpet
Y pensar que me he pasado la mitad de mi vida renegando de doña Meryl, hermano César. Me hace gracia lo del Robert de Niro femenino y estoy de acuerdo hasta cierto punto. Robertito lo ha llegado a ser todo en su profesión pero en estos momentos creo que no sabe muy bien dónde le da el aire. Por contra, la Streep goza en estos momentos de una espléndida madurez, prueba de ello es que sigue acumulando nominaciones al Oscar y ganando adeptos a su causa -servidor entre ellos como acabo de confesar. Con una particularidad, los papeles femeninos a la edad de Meryl se venden muchísimo más caros que los masculinos.
Con respecto a La duda, yo creo que uno de los temas fundamentales de la película es el poder, sus resostes y sus mecanismos. El padre Flynt por su condición de hombre está en una posición de poder con respecto a la hermana (se hace notar en el uso de los picados y los contrapicados). Pero por otra parte, Meryl representa a la Iglesia más tradicional y no duda en enseñar sus armas para decir aquí estoy yo. Y cuando alguien con tantos prejuicios y precectos inamovibles se ve acorralado sólo puede defenderse de una manera, atacando y me sorprende en este sentido no haber oido a nadie comparar la película con La Calumnia de Wyler, con la que guarda no pocas similitudes, a mi modesto y humilde entender.
Hoy te has olvidado de tomar las pastillas que te recomendé, caracolillo. Pero bendito olvido porque me he reído a gusto. Me dio verguenza decirlo en el comentario anterior, pero ya que tú también nombras la palabreja.. no sé lo que significa "anatemizar". Y una cosa más que también se me olvidó decir antes y hablando de injusticias, no entiendo que esté nominada a mejor película " Milk" y no lo esté " La duda". Me gustó la primera pero mucho menos que la segunda. Milk en algunos momentos se me hizo pesada. No discuto la buenísima interpretación de Sean Pen, pero la película en sí no me llegó. Un poco más de lo mismo. Disfruté más leyendo tu artículo, César. Me emocionó más.
Gema
Voy un poco de culo con tanto comentario. Dex, que yo también pensé en La calumnia al ver esta peli.
Gema
Anatema significa excomunión..., expulsado de la Iglesia por ir contra sus preceptos...Se empleaba mucho antaño, cuando que te excomulgaran era un castigo ahora que la comunión la hacen algunos menos...casi que da un poco igual...
También utilizaban mucho esta palabra en "El nombre de la Rosa" y Penitentiacite o algo así...por cierto Ron Perlman no estuvo nominado a mejor secundario y estuvo brutal en esa peli, tanto como en Hellboy o más.
Carpet, el eremita.
Querida congregación:
Antes que nada pediros disculpas por el ardor y el exceso que muestra el hermano Carpet ante sus gritos de marcada doctrina calvinista, aquellos que creían que había que robar a los ricos para dárselo a los pobres pero también matándolos de paso. Pero somos indulgentes y misericordiosos y acogemos siempre en nuestro seno a nuestro hermano que, en no pocas ocasiones, ha sido motivo de inspiración y esperanza.
Por otro lado, hermano Dexter, quisiera decirte que la deriva del hermano de Niro puede tener sus explicaciones en sus problemas de salud, que ya viene arrastrando desde hace varios años puesto que bien es sabido que ha sido bastante difícil su tratamiento para el cáncer de próstata teniendo en cuenta que, debido a sus locuras mórbidas en "Toro salvaje" y "Los intocables", ha arrastrado unos problemas coronarios bastante graves. Eso a una edad, que como bien sabéis todos, es también bastante difícil para un hombre conseguir papeles de lucimiento puesto que el hermano de Niro tiene ya la notable edad de 66 años, seis más que la hermana Streep. Aún así, debo denunciar el trato injusto que se le ha dado con alguno de sus intentos como "The score", que a mi modesto entender, me ha parecido siempre una película más que aceptable, aunque de eso hace ya más de ocho años. El mismo de Niro ha declarado que tiene que tener cuidado en la elección de sus trabajos porque, en estos momentos de salud delicada, no quiere complicarse la vida y que si volvió a trabajar con Pacino fue porque son amigos de antiguo y podía suponer un aceptable éxito de taquilla. Recordemos por otro lado, que la hermana Streep también ha tenido sus vacíos, en concreto durante siete u ocho años, interviniendo en proyectos que querían ser de calidad pero que eran francamente desastrosos. En concreto, más o menos, desde "Los puentes de Madison" hasta "Las horas".
Por otro lado, hermano Dexter, debo contradecirle, muy a mi pesar, en que no creo que la dirección del hermano Shanley esté basada en usos y abusos de autoridad a través de picados y contrapicados. Creo que el hermano Shanley opta por una austeridad y una sobriedad absolutas a la hora de llevar a escena la historia y que prima más la mirada humana en la cámara que la del perro o la del gigante. Eso no hace menos cierta la afirmación de que el Padre Flynt está en una posición de autoridad frente a la monja pero eso ha sido, desde siempre, así en la institución tan retrógrada que retratan. "La duda" es una excelente película que, creo, nos quiere señalar una parábola del dogma de fe que en realidad no es más que una duda que debemos creer por cojones (me persigno) olvidando aquel maravilloso precepto de San Agustín que decía que "la fe no necesita, pero acepta ser explicada por la razón" (para algo he ido a un colegio de "curas rojos").
Me regocija, por otro lado, que también vean, al igual que yo, similitudes con "La calumnia", cosa que no se ha leído en ningún sitio de los supuestos expertos en el tema éste tan grande e inabacarcable como es el cine.
En cuanto al comentario de la hermana Gema con respecto a "Milk" yo debo decir que me ha parecido una película correctísima y que, desde luego, comparto su cuestión del por qué no está nominada "La duda" como mejor película. Sin embargo, debo puntualizar que antes de sacar a "Milk" de la terna de nominados yo apostaría por "Slumdog millionaire" (que aún no he visto pero de la que daré cumplida información) más que nada porque yo no he amado nunca a Danny Boyle salvo en su ópera prima "Tumba abierta", Dios sea loado.
En cuanto al comentario del actor Mariano Venancio no soy quién para responder puesto que no he visto la película citada.
La palabra en cuestión, hermano Carpet, es "Penitenciágite" y habría que recordar que "El nombre de la rosa" fue una producción europea que hizo más difícil aún su introducción en el mercado americano con lo cual las posibilidades del hermano Perlman quedaron considerablemente reducidas.
En el nombre de Kubrick, de Ford y de Luis Buñuel...
Admirados hermanos, tal vez deba ser expulsado de esta congregación que tan santos y devotos nombres acoge...Algo que ha surgido ante mi me ha planteado una duda...
Paso a relataros aquello que ha traído congoja a mi fe y sufro por haberme creído uno de vosotros cuando mis pecados me excluyen.
Hete aquí que por una feliz coincidencia pude por fin acercarme a una sala de cine con la intención de disfrutar de aquello que en estas líneas alababais.
Ah…hermanos y hermana, al menos hasta ahora. Puedo decir que mi alma se aflige al no haber encontrado tantas bondades en el film como vosotros percibisteis.
Si puedo afirmar como vosotros que las interpretaciones son maravillosas, especialmente la de Sor Meryl, antaño denostada por mi incomprensión y hoy largamente alabada.
Buena y más que correcta la del hermano Seymour Hoffman, sin llegar a tan altas cimas de excelencia, no creo que su papel implique una especial dificultad salvo la de aguantar el tipo en un par de largas escenas frente a la bestia Streep, lo que efectivamente no es poca cosa, pero en las que acaba siendo devorado, siempre hablando desde mi humilde entender, por tan colosal partenaire.
Mucho más meritoria me parece la de Amy Adams, que en un papel que, parece que no exige demasiado, aguanta el tipo de los arriba mencionados, así como, a lo largo de la historia modifica tonos, gestos y miradas de acuerdo con el desarrollo de las dudas que se nos reflejan como espectadores, es nuestro alter ego, codificando aquello que se nos va mostrando sin dejar de lado la candidez, la inocencia o la ingenuidad que, como ella, nosotros poseemos, no contaminados aun por lo que no conocemos. Me parece vislumbrar actriz tras la máscara de inocencia que nos trae esta princesa de Disney.
Y si, Viola Davis también me parece grande, pero por mucho que resulte brutal su escaso papel, me parece suficiente recompensa la nominación al Oscar, no creo, (ay de mi, pecador) que pese a su gran interpretación el personaje de para mucho más y si la enjundia de una actuación no ha de medirse en términos de minutos (claro está, ejemplos como el de Monty Cliff en “Vencedores o vencidos” lo demuestran), creo que hay actuaciones que ofrecen tal vez más matices si el papel tiene más desarrollo y con eso se debe contar.
Y una vez alabadas las virtudes actorales, merito que compete en mucho al director, no creo, alabado sea el cielo y perdónemeseme la blasfemia, pero así lo veo y renegar de ello me resultaría mentir que tal vez sea mayor pecado, que la película tenga mucho más debajo. Pueden decirme que no es poco lo ya contado y en eso les doy la razón, pero se me antoja insuficiente.
¿Y que falla? Me preguntarán tal vez, en el caso de que mi miserable impresión les importe algo, pues yo creo que falta fondo. Porque donde vosotros visteis debate entre Iglesia progresista, cercana al concilio vaticano II y arcaísmos ancestrales de conservadurismo inmovilista, yo sólo vi la lucha por la verdad de quien está convencida de ella aunque no tenga pruebas que lo sostengan, alguien que puede tener dudas (tal y como refleja la última escena) sobre lo divino pero es una experta en lo humano, alguien que lucha a su manera por conseguir que no haya mancha alguna en la institución que dirige y si exige un comportamiento sin tacha de sus alumnos, mucho más exigente ha de ser con aquellos a los que no se les ha de perdonar, no sólo por honestidad sino por lo execrable del comportamiento, la macula.
La película parece contar algo y cuenta otra cosa, pero no termina de marcar, no termina de marcarse. Ahh…tal vez mi problema residía en que yo esperaba acaso una batalla entre la razón y la cerrazón, en una lucha entre el hoy y el ayer, yo buscaba tal vez una nueva revisión de aquella maravillosa película de Stanley Kramer llamada “La herencia del viento” donde un impresionante Spencer Tracy tiene que defender a un hombre acusado de enseñar la Teoria de la evolución, de Darwin en las escuelas de Tenessee, frente a un no menos colosal Fredric March defendiendo las tesis creacionistas.
Kramer, en ésta y en otras películas ( volvemos a “Vencedores o vencidos” o “Adivina quien viene esta noche” o incluso “ El motín del Caine” ) toma partido en la acción, se pone del lado que cree que está bien y nunca he entendido esta teoría moderna que declara que hay que ser equidistantes en los dilemas morales y dejar que sea el espectador el que asuma el riesgo de identificarse, no entendí “La pelota vasca” de Medem precisamente por no tomar partido y creo que tampoco lo haré con la de Rosales “Tiro en la cabeza”, no creo que nadie aceptase hacer una película de Franco, Hitler o Pinochet basándose únicamente en ofrecer su lado humano y el porque de sus acciones equidistante con el de un joven opositor ejecutado. Pero, me alejo del tema…
Vuelvo pues al film, creo que la historia carece de enjundia y el manejo del tiempo es deficiente. Al principio, con objeto de sentar las bases de los personajes y situar al espectador en el entorno se sobreponen muchas cortas escenas de apariencia trivial, escenas cortas pero muchas lo que alarga o incluso vuelve tedioso el largo inicio, en el que no dejas de esperar que suceda algo para que comience a moverse la historia. Sin embargo a partir de un incidente tan trivial como el resto, dos escenas que no dejan tomar partido al espectador por inconsistentes y telegráficas (una llamada telefónica, guardar una prenda en una taquilla) pretenden convertir la película en algo más, y efectivamente uno de los problemas que le veo es que busca jugar con nuestra visión progresista y así nos presentan al bonachón del padre Flynn frente a la taimada y rígida senorita rotenmeier Streep, no hay tal, como tampoco veo lucha de poder entre ambos, El padre Flynn nunca lucha por defender sus avances sociales, ni lucha por no responder a las calumnias de un inferior, solo busca pasar pagina, evitar el escándalo, huir de la incomoda acusación. Las escenas se suceden como tour de force interpretativos Hoofmann-Adams-Streep, Adams-Streep, Hoffman-Adams, Streep-Davis y finalmente el culmen Streep-Hoffman con un claro vencedor (no sólo en lo actoral).
Puede que haya mucho más, yo no lo veo…y acataré vuestra severa decisión con humildad, pero “La duda” me provoco una gran duda…si esta es la película que, gente a la que aprecio y cuya opinión tengo en tan gran consideración, recomiendan como una de las mejores del año…¿Como será el resto?
Si alguien me pidiera una nota le daría un 6,5 y la recomendaría porque siempre merece la pena observar a grandes actores…
Creo que tras la larga perorata, se que me dejo cosas, pero ya entiendo excesivo lo hasta ahora escrito.
Voy poco al cine, eso puedo decir en mi defensa aunque pueda ser utilizado en mi contra.
Reverencias. Carpet.
Bienaventurado hermano Carpet:
Tus doctrinas calvinistas expresadas con moderación son bien recibidas en el seno de esta casa aunque bien debo hacer algunas puntualizaciones.
Si notáis el tono de mis palabras podréis comprobar que en ningún momento he alabado las virtudes directoriales de John Patrick Shanley sino su escritura aunque bien es verdad que no he cesado de prodigar alabanzas (y alguna oración) hacia las interpretaciones contenidas en esta muestra de entretenimiento fílmico. Bien es verdad que, tal vez, no supe apreciar la interpretación de Amy Adams y sí quedo impresionado por la profundidad y la cantidad de ideas y de (Dios sea loado, perdóneseme la pedantería) su "backstory" y en cuanto a la dirección del hermano Shanley no cabe duda de que le resulta difícil huir del origen teatral de la pieza en cuestión (de ahí los "tour de force").
Yo no creo (Ave María Purísima) que el tema central de la película esté en la autoridad sino en, como ya he dicho en varias ocasiones, el dogma de fe. La hermana Streep toma la acusación hacia el hermano Hoffman como tal, lo cree sin atender a razonamientos. El hermano Hoffman huye...¿huye?...No sé si la recompensa que recibe como rector de un colegio la podemos utilizar como justificante de una huida. En cualquier caso, yo veo la interpretación de Hoffman meritoria más que nada porque tiene un punto de ambigüedad en su bonhomía y, de hecho, tampoco veo una situación equidistante en el drama tal y como está presentado. La duda está ahí y debe ser resuelta por el propio espectador. Sin duda, hermano Carpet, no puedo dejar de darle razón en una cosa. Sin estos actores...¿qué hubiera sido de "La duda?...He ahí la gran pregunta. Yo no he querido (y puede que ahí esté mi gran fallo) el decir en ningún momento que sea una película redonda, no lo es. Pero sí que es una película de altura a la que yo daría algo más que un 6,5. Es más, me pregunto también otra cosa: ¿Qué sería de "La duda" si la hubiera dirigido, pongamos por caso, Frank Darabont? Probablemente todos esos "tempos" muertos que mencionas no existirían aún respetando en cierta medida el guión de Shanley.
En cualquier caso, es siempre un privilegio contar con opiniones contrarias bien argumentadas y nada catedráticas, para ejemplo de muchos que andan por ahí intentando ser el punto final de los párrafos de Dios.
Dios sea loado en tus palabras y que la gracia de Él te acompañe en todas tus acciones.
Bien, Satanás nunca duerme y aunque Dios me dio el don de escribir con rapidez sobre el tapete de las letras a menudo se cuela el maligno entre los dedos para mofa y escarnio de mi propia expresión. Cuando digo "quedo impresionado de la cantidad de ideas y de su "backstory"", me estoy refiriendo, naturalmente, al personaje de Viola Davis y no al de Amy Adams. En cuanto a esto también me gustaría referir, por ejemplo, la actuación enormemente breve de Anthony Quinn en "El loco del pelo rojo" por la que fue galardonado con el Oscar al mejor actor secundario. Y en cuanto a esa afirmación del hermano Carpet a "cómo será el resto de películas si esta la califican de buena"...debo decir, hermano Carpet, que el resto de películas, mal que nos pese a la congregación, son bastante malas salvo raras y honrosas excepciones. Quedo a disposición de todos los fieles para ulteriores aclaraciones y/o bendiciones. Que la paz del Señor esté con todos vosotros.
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