Alguien me dijo un día que la cultura protegía de la manipulación y aquí asistimos al viaje que una mujer hace empujada por los zarandeos del destino, sin entender muy bien sus cómos y sus porqués, pasando por alto que todo lo que se hace puede tener consecuencias muy graves para aquellos que dependen de ti.
En contra de lo que pudiera parecer, The reader, de Stephen Daldry, no es una película que hable sobre el nazismo, o sobre una época. Es un retrato de una soledad tan agobiante que sólo encuentra el camino de la huida hacia adelante con tal de poder sobrevivir. Por eso, a una mujer que no entiende muy bien qué es lo que hizo mal, le gusta que le lean libros. Lo hizo antes, lo hace ahora y lo hará después. Es la única puerta que consigue divisar para la evasión y para quedarse en las mismas puertas del sueño. Todo lo demás lo hace como si hubiera sido inexorable y como si escapar a los deseos del destino fuera tan inútil como salvar unas cuantas vidas.
Al otro lado, aprendiendo a nadar entre los meandros de la vida incipiente, un muchacho descubre el amor que, sólo cuando obtenga experiencia, se dará cuenta de que es el gran amor de su vida. Con ella leyó, aprendió a hacer el amor, tuvo conciencia de ser hombre y no niño. Y es por eso que, cuando los años pasan y dictan su temible sentencia, él no puede con el pasado de ella. No consigue superar la dicha de unos pocos meses de pasión desatada y recordarlo como un tesoro que ocurrió y que, de alguna manera, nunca ha dejado de ocurrir. La culpa pesa como una losa sobre ella y él decide cargar también con ese peso. Y, cuando la vida ya se ha encargado de grabarle lo más importante, entonces él decidirá aliviar la soledad a la que ella se ha tenido que someter, casi voluntariamente, durante toda su vida pero sin querer entrar en ningún momento en esa vida.
Hay que reconocer que, detrás de toda la trama de pasión, descubrimiento, decepción, soledad e incultura hay unos espléndidos trabajos de Kate Winslet, inmensa una vez más, y de Ralph Fiennes, soberbio en uno de esos incómodos papeles que tienen que expresar más con el rostro que con la palabra. Expresiones que quedan estremecedoramente recogidas, como si fueran campo de concentración de las emociones, a través de la ya sabia cámara de Stephen Daldry que realiza un trabajo explícito y fantástico en una trama en la que es muy fácil perderse.
La amargura domina estos trozos de vida que se niegan tercamente a desvelar un pasado que está empedrado con los ladrillos de la vergüenza. Y en ese camino, la cultura huye de los lugares donde debería haberse asentado para empezar a construir los vacíos de la inteligencia que permitiría caer en la cuenta de que el horror…el horror…nunca es un libro que merezca ser leído como una imposición del destino.
Al otro lado, aprendiendo a nadar entre los meandros de la vida incipiente, un muchacho descubre el amor que, sólo cuando obtenga experiencia, se dará cuenta de que es el gran amor de su vida. Con ella leyó, aprendió a hacer el amor, tuvo conciencia de ser hombre y no niño. Y es por eso que, cuando los años pasan y dictan su temible sentencia, él no puede con el pasado de ella. No consigue superar la dicha de unos pocos meses de pasión desatada y recordarlo como un tesoro que ocurrió y que, de alguna manera, nunca ha dejado de ocurrir. La culpa pesa como una losa sobre ella y él decide cargar también con ese peso. Y, cuando la vida ya se ha encargado de grabarle lo más importante, entonces él decidirá aliviar la soledad a la que ella se ha tenido que someter, casi voluntariamente, durante toda su vida pero sin querer entrar en ningún momento en esa vida.
Hay que reconocer que, detrás de toda la trama de pasión, descubrimiento, decepción, soledad e incultura hay unos espléndidos trabajos de Kate Winslet, inmensa una vez más, y de Ralph Fiennes, soberbio en uno de esos incómodos papeles que tienen que expresar más con el rostro que con la palabra. Expresiones que quedan estremecedoramente recogidas, como si fueran campo de concentración de las emociones, a través de la ya sabia cámara de Stephen Daldry que realiza un trabajo explícito y fantástico en una trama en la que es muy fácil perderse.
La amargura domina estos trozos de vida que se niegan tercamente a desvelar un pasado que está empedrado con los ladrillos de la vergüenza. Y en ese camino, la cultura huye de los lugares donde debería haberse asentado para empezar a construir los vacíos de la inteligencia que permitiría caer en la cuenta de que el horror…el horror…nunca es un libro que merezca ser leído como una imposición del destino.
7 comentarios:
Quizá esperaba demasiado de esta película y de un tipo que había logrado ponerme los pelos de punta y emocionarme hasta el tuétano con sus dos primeras obras. Quizá era yo que estaba demasiado cansado y tenía que haber postpuesto su visionado para mejor ocasión- confieso con algo de pudor que con el calorcito de la sala incluso di un par de cabezadas. El caso es que a mí la película me decepcionó un pelín. Porque tratando el tema que trata y tratandolo quien lo hacía esperaba otra cosa. Creo que a la película le falta eso que se da en llamar alma, algo que emanaban a raudales Billy Elliot o Las horas. Quizá con tanta emoción soterrada, tanto personaje que dice tantas cosas sin decir- todos los elogios de la cinta se los lleva la Winslet pero a mí quien realmente me gusta aquí es Fiennes-The Reader no es una película apta para una sesión de 11 después de una agotadora jornada de trabajo. Quizá deba darle otra oportunidad.
Tengo que decir, Dex, que a mí también me parece la peor de las tres películas que hasta ahora ha hecho Stephen Daldry, de las cuales yo pondría, sin lugar a ninguna duda, como primera a "Las horas. Creo que ambos están fantásticos, tanto Winslet como Fiennes, lo que pasa es que Fiennes se hace cargo de un papel tremendamente difícil aparte del hecho de que simpatizas inmediatamente con el chico y él tiene que bregar con la edad adulta, y lo hace de manera admirable. Siempre me ha parecido evidente la valentía de este actor.
En cuanto a la peli en sí mismo, me parece buena pero te diré algo. Yo habría quitado algo del principio, menos encuentros amorosos porque además es una situación que se puede describir fácilmente y la trama se entretiene mucho, tarda en arrancar y estás un poco como demasiado a la expectativa. De todas formas, sí es cierto que yo la vi relajado (las películas amargas hay que verlas muy relajado) y que, quizá, cuando tengas la moral bien alta y el ánimo descansado debas darle otra oportunidad.
Bien dicho, Dex, muy bien argumentado.
¿Recuerdas Cabaret? ¿Recuerdas la escena de Tomorrow belong to me? Es una escena brutal, demoledora, que siempre consigue erizarme los vellos de la piel y que se cierra con una frase también demoledora de Michael York ¿Todavía crees que vais a poderles parar los pies? dice. Yo creía que los tiros de la película iban a ir por ahí y que por fin alguien iba a conseguir explicarme cómo llevan en Alemania el tema de la memoria histórica. Que no sé como estarán por aquellas tierras con las cosas tan gordas que pasaron...si aquí estamos como estamos 30 años después de nuestra dictadura.. Tengo amigos alemanes a los que he preguntado alguna vez por cómo asumen las nuevas generaciones el tema del nazismo y no he obtenido una respuesta convincente (supongo que por problemas de "lost in translation" que diría aquella) De todas formas, como dices tú, la película va en otra dirección.
Quizá me he expresado mal, a mi Kate Winslet me gusta en esta película- aunque me gustó mucho más en Revolutionary Road- pero tal vez el exceso de elogios que esté recibiendo eclipse un tanto el personaje de Fiennes que para mí está estupendo. Este muchacho se las pinta sólo para componer personajes así (me estoy acordando ahora mismo de él en El jardinero fiel en la que estaba fantástico).
Ale, Carpet, no te me quejes que te he dejado abierto el tema.
Mmmm...creo que Dexter se mofa (o algo peor) por mi tendencia a dejar de hablar del objeto del post ( del cual generalmente no tengo ni idea por no haber visto peliculas tan modelnas ) y aprovechar cualquier resquicio para hablar de otra cosa...¿Es así, pillín?...Ea, pues no te voy a defraudar, pero no voy a hablar de pelis de nazis, ni de jardineros (como Pu yi en El ultimo emperador)...sino de Ralph Fiennes.
A mi es una cator que me gusta, aunque me agote un poco su rostro de tipo atormentado. Me gustó mucho en "La lista de Schindler", de la que es uno de los activos más importantes. También de "The Quiz show", incluso en esa cosa fallida llamada "Dias extraños" ( película de la que creo que se podía haber sacado mucho y se quedó en casi nada)...No resiste comparación alguna sus "Cumbres borrascosas" con cualquiera de las versiones precedentes...pero aun así la historia es tan hermosa...que cualquier adadptacion merece la pena. Pero a partir de ahí lo que he visto me mueve al sopor..."El paciente ingles" me parece un rollo con ganas de no serlo, "Los vengadores" un gasto estúpido de dinero y talento ( Thurman, Connery, ...), "Sucedió en Manhattan" un monumento a la nada, ....hasta llegar a "El jardinero fiel" que es una bella película, triste, desconsolada y llena de amor...donde el rostro de dolor que transmite Fiennes vuelve a resultar tan creible.
En fin, a menudo cuando le veo sufrir recuerdo al Monty Clift de "Vencedores y vencidos"...es una exageración lo se...pero asi lo siento.
Bueno Dex, ya he cumplido con mi previsible incontinencia.
Carpet.
Te juro que de ninguna de las maneras era mi intención mofarme de tus tendencias (líbreme Dios); muy al contrario, me encantan y me parecen fantásticas tus respuestas transversales a los posts de Mr Devlin. En mi opinión creo que hacen mucho más interesante este ya de por si excelente blog.
PD: Me recuerdan a los reportajes de Días de Cine que tomando como pretexto un estreno cinematográfico desarrollan todo un monográfico.
Bueno, yo sí voy a responderte Dex. He estado varias veces en Alemania y tengo amigos alemanes y hemos hablado alguna vez del asunto. La verdad es que la generación de, más o menos, nuestra edad lo que tiene es un sentimiento de enorme vergüenza y por eso son tan frecuentes sus evasivas sobre el tema. Sienten una enorme vergüenza de que sus padres y sus abuelos se dejaran arrastrar por la locura y además es algo que no entienden demasiado bien. De hecho, alguna vez hablaba con el padre de alguno de estos amigos y una vez surgió el tema y reconoció que había sido soldado de la Wehrmacht con diecisiete añitos pero que le habían obligado, que él no comulgaba con esas ideas. Más tarde, su hijo me dijo que esa era una excusa frecuente entre los alemanes, todo era obligado, entonces ¿qué podrían hacer?
Creo que "Vencedores y vencidos", oportunamente nombrada por Carpet, es una buena muestra, sobre todo en el discurso de la declaración de Burt Lancaster, de cómo la nación se había vuelto sorda, muda y ciega ante tanta barbaridad, era preferible ignorar a saber, aún cuando la ignorancia era un pecado capital. Su abundamos en el tema, nos encontramos con la generación ya de los adolescentes y su percepción es un poco de hartura, de que les han metido una y otra vez en la cabeza que el nazismo era un rollo y una cosa muy mala y que eso con ellos no va (de ahí la importancia de una historia tan descriptiva de cómo pudieron embaucarlos a todos y de cómo podrían volver a hacerlo como lo que se describe en la película "La ola", de Dennis Gansel o, mejor aún, en el impecable libro de Morton Ruhe que me gusta un poco más, sobre todo, al final). El caso es que mientras nosotros sacamos a relucir nuestra memoria histórica (y mi padre combatió en la guerra en el bando republicano y es el primero en decir que lo mejor sería "olvidar la memoria histórica y dejar los rencores en paz") a los alemanes no les gusta nada recordar todo aquello, entre otras cosas porque, aparte el movimiento de "La rosa blanca" con Sophie Scholl (no he visto la peli pero conozco la historia) y algún otro más, apenas hubo oposición a la ascensión de Hitler.
Volviendo al cine, es cierto que a mí me parece superior la Winslet en "Revolutionary road" que en "The reader" y en cuanto a Fiennes, es verdad que tiene un rostro de chico siempre atormentado pero me parece un excelente actor (comprendo perfectamente, Carpet, esa comparación que sacas con Monty Clift). Estoy de acuerdo con casi todas las películas que dices (a mí, lo siento, "El paciente inglés" me parece una película estupenda) y "Días extraños" me parece una rallada del tres en toda la pituitaria. El caso es que Fiennes es un reputado actor de teatro, que como dicen los actores de verdad es la madre del cordero, y me acabo de acordar que hace una aparición episódica pero tremenda en una película muy poco conocida de Neil Jordan pero que recomiendo encarecidamente y es "El buen ladrón", versión de una película francesa de Melville titulada "Bob, le flambeur".
Otra cosa, gracias Dexter por decir que este es un excelente blog pero yo tengo la sensación de que quien realmente lo hace excelente sois vosotros. Lo pienso de verdad.
Gracias a ambos.
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