Ya sé que no tiene nada que ver y que, probablemente, él me hubiera matado de leer alguna de estas líneas, pero quisiera dedicar el artículo de hoy a don Miguel Delibes, que de tan de cabeza me llevó con "El camino" en tiempos de estudiante y tanto disfruté desde entonces.
Observen con atención estas letras que están leyendo. Fíjense en la perfecta armonía de sus formas, en las carreteras de tinta que configuran, como casualmente, el mapa de un párrafo. Sus líneas son sombra de nube negra sobre suelo blanco y ustedes deben vencerlas, tumbarlas, aniquilarlas, matarlas. Es lo que se espera de guerreros de mente que usan la paz como arma.
Veamos, se me olvidó tomar la dosis de LSD de la madrugada para tener la cabeza limpia y el corazón puro. Yo tengo una misión en la vida, lo sé, lo que pasa es que no tengo ni idea de cuál es. Lo mismo es escribir sobre cine...no, no, eso significa ir mucho a uno de esos sitios en los que pagas más por las palomitas que por la entrada y estar dispuesto a que te cuenten un montón de mentiras. O a lo mejor, quién sabe, mi misión en la vida es contar lo buenas que están las palomitas. Yo qué sé. Cuando estuve en el ejército llegué a pensar que el fusil era un ramo de flores que tenía que regalar para desarmar a mi supuesto enemigo. Y encima tuve a un compañero que me tenía una envidia malsana porque yo era capaz de hacer un viaje astral mientras pasaba a máquina una retahíla de permisos, dietas y oficios.
Pues les parecerá mentira, señores, pero a mí no me ha enloquecido la película. Bueno, un poco sí, pero es la maldición del crítico que trata sobre un golpe que te dan en toda la frente y que te convierte en medio lelo aunque puede que tarde unos años en hacerte algo de efecto. Lo que se cuenta aquí, esperen un momento que me estoy rasgando la camiseta mientras me miro el tatuaje de una danzarina balinesa que me hice en el pecho...ya está...decía que lo que se cuenta aquí no es más que la trayectoria de unos cuantos gamberros, amparados por unos gamberros aún mayores, que alucinan con las serias gamberradas que quieren hacer dentro de una guerra que los gamberros más mayores creen que sólo es una gamberrada. ¿Me he explicado bien? Léanlo otra vez y dejen salir el exabrupto más conocido...ése...¿ya?
Eso sí, golpes buenos los hay, al igual que baches malos. Lo más increíble de todo es que hay personajes que han existido de verdad y entonces uno empieza a pensar peligrosamente si no son los demás los que han tomado una dosis excesiva de LSD y creen que el resto del mundo es un androide que se mueve torpemente entre trucos de caballero jedi o algo así. Traspasar paredes con una mirada intensa no es ninguna tontería porque el trompazo puede ser épico e histórico. Y así tenemos una película que es una reunión de amigos más que un encuentro de actores y, por lo que se puede suponer, ha habido desbarres, derrapes, patinajes y risas. Algo muy sano para los protagonistas pero cuando no hay nadie detrás que ponga un poco de orden, la historia se queda en poco más que un par de carcajadas bien soltadas y un cierto hastío con tanta cabra saltando por el desierto y no me refiero a los animales.
En cualquier caso, la crítica está ahí, intentando decir con una sonrisa de colgado que la mejor manera de buscar la paz es concienciar a los soldados de que no tienen que matar. Si los soldados no estuvieran dispuestos a apretar el gatillo apuntando al blanco, probablemente, los conflictos se resolverían con unas cuantas miradas intensas. Por cierto, yo juego con mi hijo a las miradas. Se trata de sostener la mirada del otro sin reírse y, entonces, me doy cuenta de que no puedo aguantar, se me desborda el gargajo y mi hijo me sigue. Y nos partimos el labio mientras olvidamos que él quería una cosa y yo no le dejaba. ¿Me siguen? Libérense de estas letras. Son sólo garabatos que llevan al sol para desaparecer en las nubes y convertirse en un cuento moral para locos.
20 comentarios:
Yo creo que Don Miguel se sentiría orgulloso de alguien que maneja el idioma tan estupendamente como tú.
¿rasgandote la camiseta mientras miras el tatuaje de una danzarina balinesa que me hice en el pecho...
ayss Bardés, que me pierdessss...
Hoy estás con el día, Dex. Me parto. Si vieras los movimientos que la hago con el vientre te quedarías mirando fijamente al ojo de mi ombligo.
De todas formas, entre risa y risa, gracias por unas palabras tan elogiosas que, en todo caso, no creo que don Miguel compartiera.
Eso merece un abrazo.
Imaginaba que pondrías algunas palabras recordando a Miguel Delibes, por eso vengo hoy a unirme a tu homenaje. En casa de mis padres siemnpre se le admiró mucho. Mi padre era una gran seguidor suyo, lo mismo que mi madre.
Un hombre que no le hacía falta acudir a tertulias del Café Gijon. Prefería estar en su amado Valladolid. Un hombre apasionado por la naturaleza, por la gente del campo. Un hombre enamorado de su mujer a la que llamaba " mi equilibrio". Un hombre humilde, con esa humildad que saben tener los grandes. Un hombre injustamente olvidado por los premios Nobel, seguramente porque no le gustaba mucho internacionalizarse.
Mi recuerdo para él y un beso para ti, César.
Que soy Gema, se me olvidó firmar. Ya ves que hay cosas que nunca cambian..
Yo creo que ha sido el mejor de los últimos sesenta años. Siempre recordaré el cariño con el que hablaba de Antonio Buero Vallejo cuando el dramaturgo murió y cómo decía, emulando a Cervantes, que "el teatro no era uno de los dones por el que había sido bendecido por Dios". Y trasladándolo al cine, bueno, ahí tenemos una de las mejores películas españolas de todos los tiempos: "Los santos inocentes". Si el tiempo y don Miguel me dejan, hablaremos sobre ella.
Siempre es un placer verte por aquí.
Claro, los cinéfilos siempre tendremos la referencia de Los Santos Inocentes y la ejemplar adaptación que de ella hizo Mario Camus en los 80. Lo mismo que para los apasionados al teatro la referencia es Cinco horas con Mario (Dioss, cuánto se puede decir de un país en tan poco espacio y con un argumento mínimo, y no sólo de como fuímos sino de cómo seguimos siendo, ahí siguen los casos de machismo y malos tratos para demostrarlo) Siempre pensé que en El hereje había una gran película, aunque nunca se sabe porque el don de Delibes siempre fue la palabra y ya se sabe que a pesar de lo que se diga y decía uno de mis profes una palabra vale más que mil imágenes. Descanse en paz, maestro.
Es cierto que en "El hereje" hay película, lo que pasa es que bordea peligrosamente ese precipicio por el que andan las obras que se desploman si no caen sobre manos muy seguras. Una vez más creo que Mario Camus lo sabría hacer porque es un hombre inteligente y que sabe cómo estructurar una película nacida de un maravilloso original literario. Creo que hay muchas películas que se podrían haber sacado de Delibes pero no siempre se tiene al hombre adecuado para hacerlas. Ahí tienes a Antonio Giménez-Rico que se pegó el trastazo con "Las ratas" aunque consiguió algo digno con "El disputado voto del señor Cayo" e incluso tenía un aprobado en "Retrato de familia". Josefina Molina, ya muy trotada por su experiencia teatral, adaptó bastante bien "Cinco horas con Mario" con el título de "Función de noche" en la que introducía la ficción mezclada con la realidad de una actriz que representaba esa obra. Sin embargo, a pesar del relativo éxito que tuvo, "La guerra de papá" no estuvo bien en manos de Mercero, "La mortaja" fue un desastre en manos de Juan Antonio Páramo, que tenía reputación de adaptar clásicos de la literatura de forma digna (y nada más), y Luis Alcoriza, veterano y sabio, tampoco supo dar con el tono adecuado en "La sombra del ciprés es alargada", así como Rafael Azcona adaptando "Una pareja perfecta" bajo la dirección de Betriu no tuvo más que una historia sosa y sin mucho sentido. He ahí el gran valor de lo que hizo Camus. Los españoles, en un signo más de nuestra ínclita sabiduría, no mandamos esa película para los Oscar, claro. Preferimos "Sesión continua", de Garci que, sin ser mala, era notoriamente inferior a la película de Camus.
Caray, eso lo miras en el google o te sale de cabeza? porque si es lo segundo vaya enciclopedia andante. Mira, no me acordaba de que La guerra de papá, una de las pelis que marcaron mi infancia, jaja, se basaba en El principe destronado. Y esa guerra me lleva a otra o a otras, Las guerras de nuestros antepasados, cuya versión teatral tuve oportunidad de ver hace la tira de años con un José Sacristán inmenso (joer, qué viejo soy). Sí recuerdo El disputado voto, pero no así Las Ratas y Retrato de familia, basada según creo en una novela divertídisima llamada Mi idolatrado Sisi. Giménez Rico nunca ha sido santo de mi devoción, especialmente desde que un día dijo en el programa de Garci que las películas de los Hermanos Marx dejaban bastante que desear. De Los Santos inocentes sólo puedo hablar maravillas. Uno de mis primeros recuerdos cinéfilos se remonta a una tarde de mayo de 1.984 cuando 2 españolitos subieron a un auditorio de Cannes a recoger un premio muy importante. La película no ganó, claro que con los años me enteré de que por ahí andaba un tal Wim Wenders con una cosa titulada Paris Texas.
*Mi idolatrado hijo Sisi, que me como las palabras con lo valiosas que se nos hacen en un día como hoy.
Pues no te lo creerás, Dex, pero me sale de memoria. Eso sí, puedo tener una memoria increíble para estas cosas y, como el martes pasado, irme a casa de mis padres y dejarme las llaves de mi casa dentro y tener que esperar horas para poder entrar. Misterios de la mente. De todas formas, siempre he tenido bastante buena memoria para nombres y demás, uno de los pocos sobresalientes que obtenía en mi carrera estudiantil era en historia por la profusión de nombres.
En cuanto a "París, Texas", es muy buena pero mira, hace como un año la volví a ver y creo que envejece rematadamente mal. ¿Que el premio fue merecido? Sin duda. ¿Que no hubiera desmerecido el dárselo a "Los santos inocentes"? No, tampoco.
Al respecto hay una anécdota divertidísima con Alfredo Landa. Asistió al pase del festival y se volvió a Cáceres, que es donde vive. El día anterior a la entrega de premios, Pilar Miró le llamó y le dijo: "Vente para acá que te van a dar el premio de interpretación". Como eso, en teoría, era secreto, Landa se cogió el primer avión que pudo y se tuvo que esconder en la habitación de Mario Camus, con tan mala suerte de que llamaran a la puerta los periodistas que querían entrevistarle y Landa se tuvo que meter en el armario hasta que se fueran los periodistas...durante una hora.
Al día siguiente, Landa lo explicaba muy bien:
"A un lado, Mastroianni...al otro, Dirk Bogarde...y el premio...p´al pequeñico".
Conocía la anécdota que cuentas. El pequeñico es muy grande y está muy grande. Bueno, y todos. El premio fue para 2 pero tenía que haber sido para todo el reparto tipo Volver que los de Cannes son así. Cómo está la Pavez. Y Juan Diego, haciendo de hijoputa como nadie, uff, tremendo. Desde luego que ni mucho menos hubiese sido una mala Palma y según dices tú hubiese envejecido mejor que la que ganó.
Hasta Ágata Lys está bien, lo cual es mucho decir. Y qué me dices de esa enorme actriz que era Mari Carrillo? Bueno, se me ponen los pelos como escarpias. Y el pequeñico estuvo muy, muy grande. Igual que lo estuvo haciendo de Germán Areta en los dos "Cracks", de Garci, que yo creo que son las mejores películas de cine negro que se han hecho en España, sobre todo la segunda porque en la primera se le va un poquito la mano con el melodrama pero...ya quisiera el Marlowe ése ser como nuestro Areta, ese detective que andaba mucho, dormía poco y lo que veía no le gustaba nada.
Juer, os ponéis a hablar a deshoras y yo no me entero hasta el lunes, que cosas.
Cannes y sus premios, hace poco hablábamos de eso y lo contraponíamos a los Oscar, pero desaciertos también tiene. Los hay en todos los laos, que el otro día leí a Campanella agradeciendo la acogida de su peli en el Festival de San Sebastián y hay que recordar que su peli no fue premiada (que ganó una china) y que Ricardo Darín no perdió frente a Luis Tosar, sino frente a Pablo Pineda...Cosas del directo, por poner una excusa.
Sobre "Los santos inocentes", ayer hablábamos con unos amigos sobre Delibes y sobre la película y todos recalcábamos la perfecta adaptación (aun con el añadido argumental de los hijos y el final de Azarias en el sanatorio mental) y lo bien que estaban todos los actores y mi mujer dijo exactamente la misma frase que tu Wins "hasta Agatha Lys está bien".
Los originales literarios no son cosa fácil, pero acierto haylos, Mario Camus en particular tiene dos excepcionales para mi gusto, uno es este sobre la obra de Delibes y el otro es quizá aun más complicado “La colmena” sobre (opinión particular) la mejor novela de Cela. Otra peli con un reparto excepcional ( y también con Mary Carrillo, fíjate tu), Oso de oro de Berlín ( que lo acabo de ver, que yo no tengo ese memorión) y al Oscar fue..¿”Volver a empezar”?, pues eso como para fiarse. Sin embargo, Camus y aun aceptando como buena “Fortunata y Jacinta” ( que me perdonen los galdosianos pero no me gusta nada la novela ) resbaló bastante con “la casa de Bernarda Alba” concebida para el teatro y complicada de llevar al cine.
En todo caso, creo que las novelas de Delibes son bastante adaptables porque sus personajes son muy dibujados, las realidades son muy cotidianas, los diálogos son claros y precisos y te llega al corazón porque te mete en el entorno de sus historias, te vuelves uno de los secundarios que observan de cerca las miserias diarias de los principales protagonistas, les conoces y les reconoces. Un genio, Don Miguel.
Abrazos
Es totalmente cierto que la otra gran película de Camus es "La colmena", una novela inadaptable y que él consigue realizar con una agilidad asombrosa. Con las apreciaciones que haces de las demás películas suyas, estoy totalmente de acuerdo, aunque también he de reconocer que "La casa de Bernarda Alba" tiene un cierto atractivo, sobre todo, por la enorme calidad del reparto. Camus, por otra parte, tiene una pequeña joya escondida por ahí que se llamó "Después del sueño", que, creo recordar, fue el primer papel protagonista de Carmelo Gómez en el cine y que habla del misterio del robo de un cuadro que, a pesar de un ritmo un tanto moroso, me parece una estupenda película. En cualquier caso, salvo aquellos productos de "supervivencia" que tuvo que hacer en los sesenta, Camus me parece un buen director y un hombre inteligente.
Y sin duda, Delibes es de una claridad narrativa tan deliberada que lo hace muy adaptable al lenguaje cinematográfico. Y, sin embargo, no ha habido mucho talento para hacerlo salvo, sobre todo, en la excelsa obra maestra que es "Los santos inocentes". Siempre me ha gustado imaginar quién podría interpretar al Cipriano Salcedo de "El hereje" y siempre me salen nombres de teatro.
Machado-Delibes, la mezcla explosiva que, a mitad de una carrera seria que, por aquellos entonces se llamaba Graduado Social y que todavía dependía de la Universidad de Murcia, me hizo exclamar aquello de "Mamá, yo quiero estudiar Literatura".
¡Pero si esa carrera no vale para nada!, me dijeron en mi casa...
Muchos años pasarían hasta que, a deshoras, pudiera hacer realidad mi sueño. Y, en contra de lo que pensaban, sí que me sirvió. No a situarme, eso vendría antes, sino -y es lo más importante- a crecer como persona.
Esta "galdosiana" te perdona, Carpet. Y, hablando de buenas adaptaciones de literatos españoles al cine, que a nadie se le olvide TIEMPO DE SILENCIO.
(Ahora vendrá César diciendo que es mala la adaptación).
Pues César no dice nada. Todo es una cuestión de subjetividad ¿no?
No.
Pues mira, la adaptación no es mala, lo que pasa es que la novela de Luis Martín-Santos me la tuve que tragar también en Literatura y no me emocionó. Sobre todo esas primeras treinta hojas sin un puñetero signo de puntuación. Ojo, la adaptación que hizo Aranda no es mala. Tampoco excelente en mi opinión pero partiendo de un original literario que, ya de por sí, no fue santo de mi devoción, es difícil que la película llegue a serlo.
Vale. Ahora dime lo que piensas de Paseando a Miss Daisy.
Yo no pienso. Es malo para la salud. Je, ahí sí que no me vas a pillar. Yo no digo nada y esto no quiere decir, ni mucho menos, que quien calle, otorgue.
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