martes, 9 de octubre de 2012

CANTANDO BAJO LA LLUVIA (1952), de Gene Kelly y Stanley Donen


Dedicado al programa "Conversacines" de Radiópolis Sevilla y a todos los que han participado en él de una manera y de otra. Porque ser parte de esa gran familia me ha hecho cantar bajo la lluvia.

El aplauso de la lluvia cayendo sobre el suelo. La caricia del agua para cantar que se ama, se baila y se vive. Una oportuna farola donde un  bailarín se quedó para siempre. Los charcos que parecen vivir tras un chapoteo, con sus respiraciones acompasadas y lentamente diluidas. La calle es un teatro y el corazón también quiere salir ahí y saltar con la agilidad de quien es feliz. Un momento eterno. Un dibujo en mi pared.
Pero no solo eso, también es un recordatorio permanente de que hay que hacer reír aunque las bromas dichas en voz alta puede que sean menos graciosas que el mimo silente. O un “buenos días” repetido porque tiene que haber un mañana que sea mejor. El claqué se dispara en una interminable racha de punta y tacón cuando se hace sorna con un trabalenguas estúpido y entonces los pies parecen tener alas, la música se acompasa al baile, la broma se hace eterna y entonces la sonrisa se queda siempre, asociada al nombre de esta película, de esta obra maestra que nos hace recordar que los tiempos cambian, no siempre para mejor pero que la alegría no está en el cambio, está en el interior.
Y de paso, ya que estamos, un homenaje al cine en sí mismo, porque es fábrica de sueños mentirosos, de historias que queremos creer, de momentos que se quedan grabados a compás y pirueta, de chorros de agua que caen libremente sobre rostros desenfadados, de paredes escaladas con la habilidad y la fuerza imposible del chiste más loco, de sonidos desincronizados, de telones levantados para dar un poco de verdad a la luz falsa y al oropel embustero. Es la magia, es el paraguas regalado porque sí en una noche de tormenta, es la vocalización exagerada, es la sobreactuación impostada. El cine une personas a través de joyas que nos hacen cantar bajo la lluvia.
Todo es una melodía en pos del éxito. Tenemos un baile, una pierna larga en media de seda, una moneda que sigue siempre el mismo camino, unas gafas aplastadas, un recuerdo imborrable, un viento que coloca el velo de la belleza por encima de las nubes, la seguridad de que lo que remueve las entrañas es difícil que vuelva, pero, sobre todo, la certeza de que esa melodía, esa vida que nos mueve y nos conmueve, nos llevará hacia delante, hacia sueños más grandes, hacia bailes más vigorosos, hacia músicas más pegadizas, hacia todo lo que vale la pena vivir. Porque, al fin y al cabo, de eso habla esta película. De todo lo que vale pena vivir. Aunque sea solo un baile bajo un aguacero celebrando que la felicidad ha vuelto a coger el compás, de que el pentagrama exhibe las notas precisas, de que la coda tiene que ser espectacular y de que los méritos, tarde o tempranos, tienen que ser reconocidos. El sueño se repite y yo canto bajo la lluvia, esperando ver al día siguiente todo lo que merece la pena ser vivido, con la compañía de la felicidad, con mis alas en los pies y mi corazón inquieto. Glorioso sentimiento.

4 comentarios:

Carpet dijo...

No has elegido mal título como homenaje a los amigos sevillanos, todo el mundo sabe que "la lluvía en sevilla es pura maravilla"...aunque algunos dijeran que "the rain in Spain falls mainly in the plain".

De orillas del Guadalquivir nos llegaron las voces que nos contaban cosas interesantes, aunque poco hablaron de la vista de Padme Amidala, ni nos comentaron los sanfermines por la calle Sierpes, ni de la Semana Santa con falleras y quemando santos y casi a Anthony Hopkins...
Nada de eso, nuestros amigos hablaban de cosas de cine, de escenas, de directores, de vestuarios, de música...todas esas cosas sin interés que nos importaban tanto...

Claqué sobre charcos, paraguas de pareja, el sombrero nos imita, un canalón que te observa, una farola que abraza, bailamos con el agua...hasta que un serio policia hace que recuperemos la compostura pero nunca conseguirá borrarnos la sonrisa.

Abrazos empapados

Unknown dijo...

Gracias miles son las que uno tiene que repartir por todo lo bueno y lo bonito que ha recibido en forma de comentarios tras el parón del programa.

Me encanta que hayas elegido ese título para homenajearnos, ya que al fin y al cabo no es mas que un pequeño porcentaje de lo que a uno le gustaría conseguir. Homenajear al cine con lo que hemos hecho durante estos casi cuatro años.

De todo lo que ha pasado en conversacines, me quedo con la humanidad y con los recuerdos que tienen que ver con todos los que han pasado por aquí (con cervecita posterior, que en eso Bardés... tu has sido el mas damnificado).

Eso si, esto no se acaba aquí. Ya estoy trabajando para encontrar casa radifónica en Málaga, para complementar lo que ya hacíamos... osea, que ya adelanto una cosa. Conversacines se va a seguir emitiendo en Sevilla, y ahora sumaremos Málaga. Osea, que nuestro programa va a ganar una potencialidad de 500.000 oyentes en directo nuevos...

A dios pongo por testigo... (con un boquerón en la mano) que jamás volveré a pasar de nuestros oyentes.

Espero que mas pronto que temprano... retomemos. Así que vete preparando Bardés que el programa sobre "El ojo privado" será cerquita de la playa...

Abrazos con espeto.

Eme soy dijo...

Ya te vale Chus...,

Nosotros con el paraguas en mano.., y tú chapoteando con los ESPETOOOS.

¡No es serio!

Chicoooos..., ha sido y es un verdadero placer contar con vuestra amistad y eeeeeeeeeeehhh que queda mi ruiseñooor

Besos y abrazooos...
María

César Bardés dijo...

Carpet: No dudes de que sí, que estar con Chus y los suyos ha sido eso mismo: Un claqué sobre los charcos, el desenfado de que un canalón desagüe sobre tu cabeza o de que un paraguas está listo para no ser usado en una maravillosa noche de lluvia y alegría. Fue así y así espero que siga siendo. Por eso elegí "Cantando bajo la lluvia", porque todo lo que pongo en el artículo refleja bastante fielmente todo lo que he sentido junto a ellos. Tanto en la ocasión en la que tuve el placer de ir como en todas las que pegué la oreja al teléfono y disfruté como...como...un bailarín cantando bajo la lluvia.
Chus: Esperamos con ilusión la nueva etapa. Si estoy, estupendo y si no estoy, estupendo, porque oíros ya es una alegría. En todo caso, lo de "El ojo privado", sin compromisos. Si se hace, estupendo y si no, pues también estupendo. Yo por si acaso ya me pongo a mirar algún hotel...
María: Pues eso esperemos, que si hay una nueva etapa, además de "ojos privados" haya "ruiseñores", que haya mucha amistad, que haya un buen montón de cariño desparramado y que sigamos compartiendo unas horas que han sido toda una experiencia.
Abrazos ondinos.