martes, 22 de enero de 2013

LA PRESA DESNUDA (1966), de Cornel Wilde

El hombre blanco arrasa todo a su paso. Toma lo que cree que es suyo. Dispara a las bestias que pertenecen a la tierra más que él mismo. La codicia ciega su ética hasta dejarla muerta en medio de la llanura. Y el hombre blanco merece morir. Asaeteado por las lanzas de las mujeres. Asado en una imposible escultura viviente de cerámica en barro. Con la cabeza cortada. O, peor aún, ejerciendo de presa en una desigual caza para los diez mejores guerreros de una tribu que, además de ofendida, se siente invadida, humillada y escarnecida.
La caza comienza como una carrera desigual. El hombre blanco va totalmente desnudo. Sin calzado, sin ropa, sin armas, sin agua. Pero el hombre, cualquier hombre, es capaz de revolverse. Una lanza mal apuntada yerra en su trayectoria. El hombre blanco la coge y mata, sin piedad, a su primer perseguidor. Ya tiene una lanza, ya tiene ropa, ya tiene calzado y, además, un odre de agua. El ritmo de carrera es constante mientras que sus perseguidores se agotan en un inacabable sprint. Los enfrentamientos se suceden. El hombre blanco aprende a comer lo que, en otras condiciones, acabaría vomitando. El suelo se vuelve agreste con su jungla cerrada, con su llanura descubierta ofreciéndose como presa no solo para los hombres que le persiguen, sino también para los animales que quieren sobrevivir tanto como él. Las piedras aparecen y, debajo de ellas, las serpientes urden sus ataques sinuosos y letales. Corre, animal, corre porque pronto serás un trofeo.
El fuego se hace amigo, el sol es implacable, el agua es tesoro y África está llena de trampas para las bestias que la pueblan. Tanto como los esclavistas que se empeñan en hacer sus prisioneros en una tribu que solo vive y muere. Los perseguidores comienzan a rendirse, hay enfrentamientos entre ellos. La carrera tiene que seguir hasta el final porque esa presa merece morir. No es comprensible para ellos que tenga la habilidad suficiente como para haber sobrepasado los límites y seguir corriendo. La presa tiene que morir, debe morir y hacerlo de la manera más cruel posible.
Cornel Wilde, con muchos defectos a lo largo de la película (si se está un poco atento se podrá ver en un plano cómo un vehículo pasa a gran velocidad al fondo teniendo en cuenta que es una historia que parece ambientada en la época del colonialismo inglés) dirigió y protagonizó esta caza sin piedad, sin apenas diálogo, luchando contra todos los elementos posibles. Porque la Naturaleza es hostil pero sí que merece vivir. Mucho más que el hombre blanco. La presa desnuda solo tiene su energía y su inteligencia frente al salvajismo y la diversión inhumana de algunos indígenas que le dieron una ínfima oportunidad. Tiene que correr. Correr mucho. Correr durante días. Tiene que arrastrarse hasta que su piel quede en carne viva. Y así y solo así podrá demostrar la auténtica Naturaleza del hombre que consiste, ni más ni menos, en que, en el fondo, es una fiera que lo único que hace es ser cautiva de la represión moral.

2 comentarios:

Ramón Moreno Palau dijo...

tITULO mitico del cine de aventuras de todas las epocas,Javier Coma en su diccionario del cine de aventurasy José Maria Latorre en su "la vuelta al mundo en ochenta aventuras"se hacen eco de el,para comenzar,el poster español de la pelicula es impresionante-Ken Gampú alzando un fusil y debajo nuestro heroe,Cornel Wilde-la pelicula no tuve jamas oportunidad de verla en la pantalla panoramica de un cine,pese a que recuerdo que en el pequeño pueblo costero de la provincia de Barcelona donde estuve viviendo mi mas tierna infancia se proyectó,recuerdo que aquel cartel me impresionó y pensé "me gustaria ver esa pelicula",no la vi entonces y eso que cada domingo mi familia y yo no faltabamos al programa dob le del cine Grande-asi se llamaba la sala,para contraponerla al pequeño cine parroquial-la vi en versión catalana alla por 1990 en tv3 y posteriormente -verano del 97-en Antena 3,de madrugada,la tuve grabada en video....la cinta se rompió tras muchos años,de entrada la pelicula contiene escasos dialogos y escasos personajes-el guia,encarnado por Cornel wilde-un hombre laconico y respetuoso con la naturaleza y los nativos,su ilusión es dejar de ser guia y establecerse,el hombre que paga la expedición-encarnado por el actor sudafricano Gert van den berg,al que vimos como explorador boer en la mitica Zulú(cy endfield 1963)el eterno perseguidor nativo del protagonista-encarnado por Ken Gampú-al inicio del film,vemos al personaje encarnado por Van den berg negarse a regalar nada a los nativos que la expedición encuentra en su camino,ante la oposición del personaje de Wilde-"si les da alguna baratija,nos dejarán en paz,si no lo podemos muy mal" viene a decir,Van den Berg,un hombre sin escrupulos,se niega en redondo a dar nada a los nativos,al poco toda la expedición de caza es apresada por la tribu a la que este habia desdeñado,todos los integrantes son sometidos a brutales torturas,el personaje de Van den Berg es embadurnado con plumas y muere por la mordedura de una cobra,a Cornel wILDE,se le ofrece seguir con vida,pero ha de correr para conservarla,tres nativos le perseguiran implacablemente con intención de darl e caza y matarlo,los comanda Ken Gampú,nuestro protagonista se encuentra practicamente desnudo-a excepción de un taparrabos y descalzo,frente a una naturaleza hostil,poblada por toda clase de fieras y reptiles letales y con los nativos pisandole los talones,ademas hace un sol de justicia,la pelicula relata la huida del protagonista y es un autentico manual de supervivencia,en el que un hombre blanco debera demostrar que es mas habil,mas inteligente,con mejores reflejos,que los nativos que le persiguen armados con lanzas,en la pelicula apenas se habla,la musica es musica tradicional africana,abundan los planos del rostro sudoroso de Wilde,que no nos es presentado como ningún superhombre,sino como un hombre enfrentado a una situación limite,es su vida o la de los nativos que le persiguen,mas o menos en mitad de la pelicula,el protagonista llega a un poblado atacado por mercaderes de esclavos arabes que pretenden hacerse con los habitantes de este ,se enfrenta a ellos valientemente y logra salvar a una pequeña nativa,que le acompaña brevemente,se le ve feliz y ambos cantan una canción nativa,pero el acoso de los nativos continua,nuestro hombre despide a la pequeña ,vuelve a estar solo,se deshace de dos de sus perseguidores -hay que destacar la esplendida fotografia en panavisión de la pelicula-pero aun queda en pie el cabecilla,exhausto,nuestro hombre llega a las puertas de un fuerte colonial britanico,los soldados salen a socorrerle,el ultimo perseguidor,armado con un fusil,lo levanta con la mano derecha en señal de saludo al hombre al que hasta entonces perseguia,algoparecido a lo que hacian los zulúes en la mitica pelicula de cy endfield,el perseguidor no ha conseguido cobrarse la presa,una pelicula realmente esplendida,la mejor sin duda de las que dirigio Cornel wilde

César Bardés dijo...

Gran análisis también el que haces, con la inclusión de recuerdos personales de valor incalculable. Gracias por tu aportación. Cierto es que "La presa desnuda" es la mejor película que ha dirigido nunca Cornel Wilde. Quizá a su sombra esté "Playa roja" pero, desde luego, "La presa desnuda" la supera. Lo cierto es que, seamos sinceros, aunque "La presa desnuda" es una estupenda película, el amigo Wilde no nació para la dirección porque, incluso en algún plano de "La presa desnuda" se ve a un automóvil pasando a toda velocidad por detrás de la acción principal desde una carretera cercana a donde fue rodada la película, probablemente en sus localizaciones del Parque Nacional de Kruger de Sudáfrica. En cualquier caso, no cabe duda de que es, quizá, una de las mejores películas que hablan sobre la caza del hombre y del instinto supervivencia.
Un saludo.