miércoles, 2 de enero de 2013

LOS MISERABLES (2012), de Tom Hooper

El pueblo habla cuando los estómagos comienzan a estar vacíos, cuando no hay mucha diferencia entre vivir y morir, cuando el robo, el asesinato y la injusticia se asienta entre los adoquines de la convivencia. Vivir así es solo conseguir un día más en la miseria, es prolongarse por inercia, es matar la ilusión en una triste rutina que solo espera el final. Ahí es cuando el pueblo grita, clama, se desgarra, se arrastra, se muere, se desangra y se hace peligroso. Se construyen las barricadas y se termina el hoy porque más vale morir construyendo un futuro que vivir sin él.
Entre medias, entre pancartas y discursos, entre heroicidades inútiles y represiones angustiosas, se hallan las debilidades humanas. La redención parece tan inalcanzable como la comida, el perdón es una palabra olvidada, la compasión solo sirve para cegar la evidencia, el amor es una nube que pasa entre la pólvora, la picaresca de los rijosos es una excusa para cometer crímenes diarios que atracan la moral y desprecian cualquier conducta. El deseo de salvar al otro es un canto elevado al cielo, soñar que se está al lado de quien más se quiere es un sueño que nace en las brumas de la muerte, no hay más direcciones que las que el destino quiere trazar y las balas zumban por las barricadas, dispuestas a acabar con todo. Con desesperanzas. Con quimeras. Con imposibles justicias. Con sinceridades acabadas. Con mentiras bien dispuestas.
Se podría pensar que el mayor atractivo de esta película está en esa decisión que ha tomado Tom Hooper, el director, grabando las voces cantando en directo con el fin de ganar en dramatismo en la acción y que escuchar a sus protagonistas es toda una delicia. Pero a poco que tengamos un poco combativo el oído nos damos cuenta de que Hugh Jackman falla precisamente en eso, en lo dramático; que Russell Crowe lo hace en lo contrario, en lo lírico; que Amanda Seyfried resulta cursi con su vibración aguda; que Sacha Baron Cohen y Helena Bonham-Carter están irritantes hasta la saciedad y que son los secundarios los que dan la sorpresa porque Anne Hathaway, segura candidata al Oscar, llega a emocionar con todas sus interpretaciones, porque Eddie Redmayne (visto no hace mucho en Mi semana con Marilyn) luce una voz llena de cuerpo y de registro y que Samantha Barks, en el rol de Eponine, resulta todo un descubrimiento con un papel que, en principio, no es el más atractivo. Por lo demás, Tom Hooper se ata deliberadamente de pies y manos porque, al grabar las canciones en directo, se ve obligado a recurrir al plano corto para que los micros estén al alcance de los intérpretes y la historia pide a gritos grandiosidad y objetivos abiertos que se lucen en contadas ocasiones. Aún así, con todos los defectos y todas las virtudes, aún más resaltadas por una impresionante orquestación de todos los temas, no cabe duda de que Los miserables arranca a tiras sentimientos, aplausos, requiebros de viva voz y lágrimas en diversos pasajes. Tal vez porque la miseria y la belleza son temas que a todos apresan de forma universal.
Habrá que verse de nuevo en las barricadas porque es ahí hacia donde vamos, cuando ya no quede demasiado para esperar un nuevo amanecer, a pesar de nuestras pasiones, de nuestras debilidades mundanas y de nuestros intereses individuales. Cuando eso quede superado, cuando no haya razones para seguir aguantando, tal vez haya que tirar unos cuantos muebles a la calle, armarse de más valor que de balas, gritar que la libertad se gana y no se regala y que decir bien alto que el pueblo debe cantar, que un día más solo tendrá sentido si se resiste, que las sillas vacías en las vacías mesas serán un precio que deberemos pagar para creer que mañana habrá un día mejor, que tendremos que preguntarnos quiénes somos para poder ser lo que siempre fuimos, que soñar un sueño es posible y que siempre habrá alguna canción, alguna película, algún cuadro o algún beso que nos erice la piel para avisarnos de que estamos vivos y que mientras lo estemos, tendremos tiempo de estar ahí parapetados, detrás de las barricadas.

22 comentarios:

Dexter dijo...

He leído y releído con bastante atención tu artículo que por otra parte esperaba con ansía. Si hay alguna película esta temporada que levanta controversias y división de opiniones es precisamente ésta.

Y veo que no te mojas mucho, Bardés, ni la defiendes ni la atacas con vehemencia. Yo creo que la película está muy bien, porque el material es el que es y hay que ser muy lerdo para joderlo. No conocía el musical - tenía referencias de alguna canción solamente- pero he leído un par de veces la novela de Víctor Hugo que me enganchó y me emocionó de jovencito.

Tom Hooper no es ningún lerdo, o al menos por lo que tengo visto de él no lo consideraría así. Y eso que las principales críticas se centran en su trabajo. Que abusa de los primeros planos para ser un musical. ¿Emocionaría igual el "I dreamed a dream" si la Hathaway saliese en plano medio y no viésemos sus lagrimones? ¿Qué dirán de "Cabaret" los que así opinan?. Que tiene un metraje excesivo. Bueno el musical creo que duraba cuatro horas, así que reducirlo a dos horas y media no va mal. Yo creo más bien que después de ganar el Oscar por una dirección sobria y contenida a este señor le tenían muchas ganas, eso es lo que creo que pasa.

Con respecto a las interpretaciones, yo creo que Hugh Jackman está más que correcto y mantiene un equilibrio entre lo dramático y lo lírico que no siempre es fácil. Crowe, es que me pasa como con la Rueda, que no me termina de convencer, y no da con el registro en ningún momento (lo suyo creo que es el country). Para vozarrón la del amiguito de Marylin. La Siegfryed, pues es que ya se sabía que es muy sosita la pobre. Baron Cohen y la Helena se pasan cuatro pueblos, y ella parece que está en una película del marido, y no. Coincido con que la auténtica revelación es Samantha Barks- un bellezón por cierto-, habrá que tener en cuenta a esta chica a partir de ahora. La Hathaway merece capítulo aparte; cómo una actuación tan breve puede resultar tan intensa. Habrá que estar atento a partir de mañana a "The Master" y a Amy Adams que se postula como su gran rival en los Oscars este año, pero me parece que la estatuilla de secundaria en la próxima edición ya tiene dueña.

Y por último me gustaría destacar lo conveniente - que no oportunista- que resulta recuperar un musical y un argumento como éste en unos tiempos como éstos.

Abrazos guerreros

Carpet dijo...

Bueno, bueno, pues yo también tenía ganas a este artículo tanto como a la película. Y he de decir que coincido con vosotros en menos cosas de las que pensaba.

Yo si conocía el musical y he de decir que la banda sonora también ha sonado mucho más de una vez en mi casa. Con esa historia y esa música, como bien dices, Dex, hay que ser muy lerdo para joderlo.
Y Hooper no lo jode, no, pero para mi gusto, se queda a dos palmos.

Creo que como dice Bardés es una historia que pide a gritos grandiosidad y la escena de apertura nos lo promete. Y a partir de ahí, ese abuso de primeros planos que exaspera hasta el infinito.
Yo reconozco la labor dramática de Anne Hathaway creo que está esplendida, pero ese exceso de dramatismo se carga literalmente una maravilla como el "I dreamed a dream", mas llorado que cantado, podéis revisar en youtube algunas versiones del musical en Londres y decid si el hecho de que no se muestre el rostro angustiado y las lagrimas, hacen perder emoción a una canción que la tiene en cada nota.(recomiendo que busquéis la versión de Ruttie Hensall). No es defecto de la Hathaway sino de Hooper.

Hay algunos momentos tratados correctamente, como la llegada de Javert al inicio a Montreiul y el coro popular cantando "At the end of the day", pero se nos priva de algo similar en momentos que se necesita como el comer, por ejemplo, el descenso de Fantine a los infiernos se ve embarullado y casi incoherente precisamente por la falta de un plano abierto que mueva a los personajes y ofrezca una mínima coreografía, el vapuleo vital tendría más sentido que con lo que Hooper nos muestra en la pantalla.

Otro caso clarísimo son los momentos revolucionarios, el tipo nos planta en la pantalla todo un ejército de soldados en el entierro de Lamarque y una multitud dispuesta a tomar el coche de caballos para iniciar la revolución, pero luego se concentra en el plano corto de nuevo en una canción absolutamente coral como es "Do you hear the people sing?".

La emoción no es necesariamente retratable en plano corto, a veces es justo lo contrario, "Red and Black" es un ejemplo clarísimo, mostrar el conjunto ayuda a comprender las distintas emociones que se contraponen y el efecto de cada uno de los argumentos pasionales, el amor o el ardor guerrero. Sin embargo de nuevo Hooper nos lo hurta en un juego de primeros planos que hace precisamente perder emoción.

De hecho, la barricada en una esquina sin salida, deja de ser un elemento cinematográfico para convertirse en un casi un escenario teatral, al que solo le falta el telón y las bambalinas para que sea más reconocible.


....Sigo ahora que no me cabe todo

Carpet dijo...

En cuanto a los actores, coincido mucho más evidentemente. Lo de Baron Cohen y Bohnam Carter (BC y BC) es un exceso de caricatura que no le viene nada bien a la historia, bien es verdad que en el músical se les representa bastante guiñolescos, pero lo de estos dos se convierte en un tsunami de exageración. Jackman creo que sale perjudicado del primer plano, es un actor de imponente presencia y movimientos elegantes, tener la cámara pegada a la cara le priva de utilizar su porte en la expresión. El cara de piedra de Crowe se resiente mucho menos de eso, pero efectivamente la voz no le da para componer demasiado y su personaje tiene bastantes complejidades que sólo se muestran al final, que de repente te encuentras que Javert tenía corazoncito. La Seyfried me gustó mucho más en "Mamma mia", aquí se pedía una soprano y lo suyo suena a exageración, aunque es cierto que es una voz que en otros tiempos no nos hubiera chirriado tanto, pensad en algún musical de los 40.
Efectivamente los descubrimientos son Redmayne, que grande su "Empty chairs and empty tables" (aquí si puede resultar adecuado el primer plano) y Samantha Banks aunque está puede serlo menos ya que ya era la Eponine del musical británico, aun así yo creo que su "On my Own" es lo mejor de toda la película.

En definitiva, es una película maravillosa pero no gracias a Hooper sino a su pesar, el musical y la historia pueden con todo, hasta con un tipo que lo ha hecho bastante regular.

Abrazos a la cara

César Bardés dijo...

Ay, amigos, qué malas son las Navidades.
A ver, amigo Dex, me acusas de no mojarme porque ni ataco ni defiendo claramente a la película. No creo que tenga que ser vehemente para decir lo que opino de una película. En este caso, yo sí tengo el referente teatral (versión de 1992 con Pedro Ruy Blas y el maravilloso Miguel del Arco como Javert) y tengo que decir varias cosas.
La primera de todas...hombre, Dex, no me cojas el ejemplo de la dirección de planos cortos con el número, precisamente, que necesita más planos cortos como es el "I dreamed a dream". Y estoy de acuerdo con Carpet, el hecho de verlo en un plano general en el teatro no restaba ni un ápice de emoción ni a la canción ni a su objetivo.
La historia es potentísima y está escrita con maestría (yo también la he leído) y es verdad que hay que ser muy lerdo para joder una historia así (aunque se me ocurren un par de nombres). De hecho, es tan potente, que no me molestó en absoluto la versión que hace unos años dirigió Billie August con Liam Neeson y Geoffrey Rush (un Javert mucho más indicado).
Seamos sinceros y objetivos. El plano corto cuando se necesite y el plano largo cuando se necesite. El tipo, como bien dice Carpet, lo abre al principio con ese barco en astilleros pero luego renuncia simple y llanamente al plano general. De hecho, uno de los momentos cumbres de la obra teatral es la secuencia del puente, donde Javert descubre que también tiene su corazoncito y aquí pierde totalmente su capacidad dramática sencillamente porque, si te fijas un poco en la canción, termina con un grito. Ese grito, en la obra, coincide con el momento culminante de la escena. Aquí no, porque como tiene que cantar en directo el amigo Crowe, tiene que cantarla primero y luego actuar.
Tramposo es también que digas que los que podemos decir que la película abusa de planos cortos también diríamos que "Cabaret" tiene un metraje excesivo. El gran musical, por definición, tiene siempre una gran duración. Ahora bien, te voy a sacar de un error. La obra teatral duraba aproximadamente lo mismo que la película, es decir, dos y media, no creas que Hooper ha cortado nada. No lo ha hecho. La ha incluido tal cual.
Si me conoces, podrías intuir que yo no tengo manía ni ganas a Hooper. Es más, defendí (ahí sí con cierta vehemencia) que "El discurso del rey" estaba muy bien dirigida, con una manera muy clásica. Incluso dije que merecía ganar el Oscar por encima de otra de las candidatas de aquel año como "La red social". Yo no digo que la dirección en esta película sea mala, digo que no es la mejor que podría tener. El musical de "Los miserables" se basaba, en su concepción teatral, en una escenografía impresionante. La película también la tiene, pero en muy contadas ocasiones. La barricada, en mi opinión, es un poco de risa. Números memorables en los que aparecían las masas (como cita Carpet el "Do you hear the people sing?") simplemente el tipo renuncia a hacerlo salvo en el plano final donde abre el objetivo a gusto porque sabe que se ha tenido que pasar con los otros.
En cuanto a las interpretaciones, Jackman da con el tono lírico, pero dramáticamente, con esa presencia que Hooper le hurta y que tan acertadamente Carpet señala, está muy limitado porque tiene una permanente cara de "¿por qué me pasa todo esto a mí?" cuando el personaje de Jean Valjean, en el fondo, busca siempre una redención porque le parece que ése tiene que ser el objetivo de su vida, no encuentra otro y además quiere ser algo de esperanza en un entorno de miserables.

César Bardés dijo...

Eso sí, estoy de acuerdo en que es conveniente y oportunista la recuperación de este musical. Lo que yo quiero decir con este artículo que he publicado es que, realmente, a pesar de los defectos que puede llegar a tener, es una película que llega, que emociona (se me saltaron las lágrimas en tres ocasiones a lo largo de la película) aunque esa emoción reside en gran parte en la extraordinaria partitura que tiene más de un tema "blockbuster" y que resulta el mayor activo de la obra.
Estoy de acuerdo, Carpet, en que, musicalmente hablando, es mejor la versión teatral del "I dreamed a dream" pero creo que el objetivo de Hooper (aquí sí conseguido) es estremecer con un dramatismo al borde de lo real y hay que reconocer que el trabajo de la Hathaway es espléndido y que va a ganar el Oscar tan solo por la interpretación que hace de esa canción, porque es permanente la emoción que demuestra y porque, si nos fijamos, está rodada en plano único lo cual me hace pensar que incluso las lágrimas son auténticas.
De acuerdo en las ausencias de planos generales. Incluso un número pícaro y gracioso como suele ser el "Master of the house" se queda en una demostración de lo rijosos que son esos dos. En la obra, había una coreografía bien montada y lo que baila ahí el Sacha Baron Cohen es lo que yo hacía en el patio del colegio en las fiestas de fin de año.
Cierto es lo de "Do you hear the people sing?" porque empieza la secuencia con ciertas esperanzas de que el número va a ser monumental y luego las frustra con premeditación y alevosía.
Totalmente de acuerdo con la apreciación que hacéis de Seyfried. Es evidente que quizá Jane Powell, una de las voces más cursis del musical clásico, se le parece y os diré un secreto. A mí no me gustaban esas voces ni entonces, ni ahora.
Maravilloso Redmayne no solo en el número que dices sino en todos en los que interviene. Fantástica su despedida de Eponine, emocionante y con una música increíble y, por supuesto, indicadísimo el plano corto en "Empty chairs in empty tables".
Ahora me voy a lo que habéis puesto en "El cuerpo" que tengo el ánimo enardecido.
Abrazos guerreros.

Anónimo dijo...

Visto lo prolijo de vuestros comentarios voy a lanzarme a la síntesis con una simple afirmación. Salvo honrosas excepciones (Anne o la eponine del musical -que eso es jugar con ventaja, ¿no?-) a mí lo que me pasa es que aunque el público aplaudió al final (cosa que no veía en un cine hace décadas) y lloramos más de los que se atrevieron a confesarlo: me falta pasión por los cuatro costados.

César Bardés dijo...

Bueno, es que aquí nos gusta explicar las cosas y recrearnos en esto que tanto nos gusta. Es cierto que en algunos momentos puede faltar esa pasión y en otros sí que la hay, sobre todo, como ya he dicho gracias a una partitura que te lleva en volandas. Quizás precisamente esa pasión puede faltar con la ausencia de planos generales que niegan grandiosidad a la narración. De todas formas, gracias por el aporte y sé bienvenido/a.

Carpet dijo...

Es cierto lo de la despedida de Eponine el "A little fall of rain" es espectacular, pero siempre me refiero al musical (en este caso los dos mejores, Barks y Redmayne)propiamente dicho aunque aquí tampoco resulta mal el acercamiento.
Yo también vi la versión de Ruy Blas y Miguel de Arco y lo único objetable (ahora no entonces) es su versión española, aunque el libreto está bastante bien traducido y muy logrado.

Yo tampoco soy dudoso de meterme con Hooper ni su forma de dirigir "El discurso del rey", ni de que su oscar me parezca injusto. Por Dios, si hace nada comentabamos el de la Bigelow, comparado con ella, Hooper es Mankiewitz. Sin embargo, creo que aquí ha errado más que acertado.

Y si, la Hathaway está muy bien y efectivamente el "I dreamed a dream" está muy bien dramatizado y emociona, pero insisto que se carga la canción. Además, en el musical, el "I dreamed a dream"
lo canta cuando es echada del trabajo, y explica su juventud y la historia de como se convirtió en madre soltera, es una nueva solicitud de perdón, clemencia, o piedad. Posteriormente cae en la prostitución y demás. Sin embargo, Hooper cambia el orden y de repente la canción se convierte en un grito angustioso y desesperanzado, ya he caido muy bajo, ya nada puede ser peor.

Fantine representa el papel de la que sufre siempre, todo lo que puede irle mal, le va peor. Es una inocente a la que la mezquindad de los demás convierte en miserable. Y necesita siempre a los demás. A Valjean y al capataz para que no la echen, al caballero y a Javert para que no la encierren, a Valjean de nuevo para que cuide a su hija, a los mesoneros para que mantengan a Cosette,...

Efectivamente, en la película Jackman parece ser un buen tipo al que le suceden siempre cosas y casi siempre malas. Pero en realidad, tras el encuentro con el obispo, su camino de redención es hacer el bien y dar amor, ese es su nuevo objetivo auqnue eso le suponga tener que huir continuamente de Javert. En vez de "me pasa esto porque lo merezco pero ahora no que no me viene bien, antes tengo que solucionar esto otro", deberia ser más "Mi objetivo es redimir mi pecado, el robo inicial, la muerte de Fantine, etc".

En fin, hay tanto que decir....que creo que Hooper se ha quedado cortisimo y efectivamente no es un tema de tiempo, creo que apenas se ha recortado un par de temas menores que yo recuerde. La duración no es el problema, el planteamiento quiza si.

En cuanto al oportunimso de la ocasión, no creo yo que sea ese el motivo. "Los miserables" es de una vigencia absoluta en cualquier momento. No habla de los derechos colectivos habla de seres humanos, no hay una única opresión de los poderosos contra los desfavorecidos, habla de una sociedad enferma donde prima el individualismo y el prójimo es algo despreciable. De hecho, en el músical, la redención esperada acaba con todos los fantasmas (los muertos que no lograron hacer triunfar sus intenciones) en una irreal barricada hablando de la esperanza de un nuevo día. Marius acaba volviendo a su estatus de nobleza contra la que luchó. Los personajes más mezquinos no son los grandes poderes, son parte de ese pueblo que buitrea, rapiña y explota a sus iguales. De hecho Javert que personifica el orden establecido intenta actuar como un robot sin más dicatado que el de la legalidad, sin permitir que nada lo revierta, ciego como él cree que debe ser la justicia, sin embargo finalmente se da cuenta de su error, el alma existe y no se puede tratar a los iguales como tales.

En fin, ha habido tantas versiones en cine y televisión que creer que se aprovecha este periodo de crisis para llegar mejor a las masas, me parece que no tiene mucha razón.

Abrazos con la bandera en alto

Dexter dijo...

Yo entiendo que para los amantes de este musical tan emblemático y tan entrañable la apuesta de Hooper pueda parecer desconcertante y llegar a decepcionar. De ahí a tratarle como se le está trantando al pobre todo el mundo dista un abismo. Más que nada, por que como dice bien Bardés, esta apuesta es deliberada. Hooper ha optado por contarnos en plano corto una historia que requiere tantas dosis de lírica como de épica. Y encima de paso nos regala poder oír las voces originales de sus intérpretes durante dos horas y media. Si hubiese optado por abrir planos y brindarnos coros de esclavos por doquier, tal vez estaríamos hablando de pretenciosidad y exceso de grandilocuencia - y a la puesta en escena no se le podrá tachar de no ser sobria. En este sentido, es una dirección coherente. No es el Bazz Lurhman de "Moulin Rouge" (ejem, con perdón)

Su apuesta dedicida por primera la vía del lirismo lo corrobora el hecho de que el tema añadido para la película, "Suddenly", se adentra claramente en el terreno de los sentimientos. Y digo yo qué hay de malo en ello.

Y hasta aquí mi oficio de abogado del diablo en pos del pobre Hooper. Por supuesto que podría estar mejor dirigida, como el 98 % de las películas de la Historia del Cine.

A ver Bardés, no te hablo de falta de vehemencia en tus críticas ni que tengas que ser en todas igual. Pero sí me esperaba algo así en esta, precisamente por la polémica en la que estamos entrando (siempre de buen rollo, claro, recuerda que os sigo dirigiendo la palabra después de todo).


Bueno, fíjate Carpet que me encargué de subrayar que no es oportunista recuperar una peli como ésta para tiempos como éstos. Pero viene que ni al pelo su mensaje hoy día.

A Anónimo le diré que si realmente lloró tanto como nos confiesa en ese alarde de sinceridad, lo mismo a la peli no le falta tanta pasión como se piensa.

Abrazos desde la trinchera

Carpet dijo...

Bueno, a ver, el hecho de que Hooper haya hecho una apuesta y que por eso haya que perdonarle lo que no nos gusta, no me parece lo más adecuado. Antes al contrario, el hecho de que su apuesta nos parezca que yerra (a mi me lo parece) es motivo más que suficiente para que se le critique. vamos es como si a Oriol Paulo no se le pudiese criticar porque ha apostado por el cine de género en España.

Hay una diferencia entre la épica y la grandilocuencia, los mediocres optan por la segunda (vease Jackson o el Gibson de "Braveheart", por ejemplo), los capaces optan por la primera (Ford o, en no pocas ocasiones, Spielberg). Si hubiera optado por abrir planos por doquier e incluir coros de esclavos (más propio del "Nabuco" que de "Los miserables") también abría recibido no pocas bofetadas y con razón. Lo que pasa es que hay que saber medir y comprender que importa dar a cada cosa que cuentas lo que necesita. Vuelvo a repetir que a mi no me gusta el enfoque de "I dreamed a dream", pero si el de "On my Own" o el de "Empty chairs and empty tables". Me gusta mucho el "At the end of the day" y nada el "Do you hear the people sing".

Como dice Bardés, ¿A que viene ese plano con grua para un movimiento de masas monumental cuando la escaramuza con la guardia se reduce a 4 primeros planos regularmente montados?...

Que Hooper acertara con una película no basta para que se le perdonen ciertas cosas que se nos atragantan en otra. Lo de los palos que le está dando todo el mundo...pues no sé, efectivamente por ahí he leído que esta adaptación demuestra el error de su oscar y que la película anterior fue artificialmente ensalzada. yo no digo eso, ni nada parecido, pero creo que aquí se ha equivocado de medio a medio. En cuanto a las voces originales, no creo que sea necesario hacerlo como lo ha hecho, sin ir más lejos ahí está el ejemplo de "Chicago", por no lanzarme al trapo de Bazz Lhurman (con el que no hay comparación por muy diversos motivos que no voy a detallar) que me conozco.


Otra cosa más, si para adentrarse en el terreno de los sentimientos y poder expresar la carga dramática de los personajes la única opción es el enfoque corto...vamos que no sé como nos han llegado a emocionar cosas como "Los puentes de Madison" o "Dublineses", por poner dos ejemplos.



Y por último, lo de que "....podría estar mejor dirigida, como el 98 % de las películas de la Historia del Cine", no es hacer de abogado del diablo, sino de abogado de oficio del paje del ujier de una de las calderas de un ayudante del diablo.

Y no solo sigo dirigiendote la palabra sino que te considero un gran amigo además.

Abrazos discordantes

carpet dijo...

Con tanto plano abierto se me ha colado un habría sin "h"...Mis disculpas.

César Bardés dijo...

Bueno, Carpet, quizá la intención de la película no sea el oportunismo y qué duda cabe de que es un tema universal que afecta a todas las épocas, de ahí su inmortalidad, ahora bien, también hay que reconocer que llega mejor a la gente, con más profundidad y tu mismo lo dices en una frase que creo define muchas raíces de los problemas de hoy en día: "No habla de los derechos colectivos, habla de los seres humanos, no hay una única opresión de los poderosos contra los desfavorecidos, habla de una sociedad enferma donde prima el individualismo y el prójimo es algo despreciable". Es así como hay que enfocar el problema aunque suene a utópico y así es cómo nos habla la obra.
Cierto es lo que comentas sobre el momento en que Hooper coloca el "I dreamed a dream" pero ese momento, buscado para establecer conexión con el público de manera totalmente emocional, no me molesta que esté ahí. Tampoco me molesta la dramatización que hace la Hathaway teniendo en cuenta que también es una canción que se repite posteriormente.
También esty de acuerdo con Carpet en lo relativo a la pretenciosidad. Hay que abrir plano cuando hay que abrirlo y acortarlo cuando la narración lo pide, eso hace que una película esté bien dirigida. Sí, sin duda, hay muchas películas que podrían estar mucho mejor pero es muy evidente el caso de ésta. Con esto no estoy menospreciando el intento (de ahí que no la ataque con vehemencia) porque me parece un intento honesto lo cual no quiere decir que no esté equivocado en algunos de sus planteamientos. Si hablamos de pretenciosidad (yo también había pensado en Baz Luhrman) podemos hablar de un ejemplo que a mí me parece muy claro y es el de David Lean con "La hija de Ryan". A´hí hay sobreabundancia de grandiosidad para una historia que pide intimismo a gritos. ¿Que no toda "Los miserables" pide grandiosidad? Sin duda, la respuesta es no. Pero sí que hay que meterla cuando procede porque sus partes son bien diferenciadas: pasiones humanas en escenarios históricos. Dalton Trumbo quiso hacer algo parecido en "Espartaco", quitando escenas de batalla, y grandiosidades épicas y llegó Kubrick y dijo que no, que el público se sentiría decepcionado si no se da algo de espectacularidad a una historia que, al fin y al cabo, es la historia de otra rebelión. En cuanto a lo que dice la persona Anónima no me parece mal. Cuántas veces se ha llorado y nos ha parecido que falta pasión a lo largo de una película que, no olvidemos, tiene dos horas y cuarenta minutos de duración.
En suma, creo que la honestidad no está reñida con el error. Yo veo que Tom Hooper ha errado en algunas de sus elecciones (no en todas) y no puedo criticarle con vehemencia porque no lo merece. Tampoco puedo ensalzarle sin límites por esos mismos errores y me parece justo decir que es una película que emociona, y lo hace porque, sobre todo, el tema musical está muy bien llevado salvo en lo que respecta a algunas voces. Sin ir más lejos, el papel-bombón de la obra es el de Javert, no el de Valjean, y aquí se queda en un perseguidor algo átono que se oscurece por culpa de una voz que no va acorde con lo demás. ¿Crowe hace un esfuerzo? Sí. ¿Tenemos que decir que está muy bien por el esfuerzo que hace? Creo que no, porque no lo está. Es honesto su intento? Sí, pero no sabe cómo llevarlo a cabo de forma que luzca de esa manera arrolladora que se luce en otras versiones, con lo cual hay que decir que no, que no convence.
Abrazos en rojo y negro.

César Bardés dijo...

Y un comentario que no viene al caso porque no me gusta presumir. Este artículo está teniendo récord de visitas, señores. A las tres de la tarde había llegado a las 115 visitas solo este artículo. A este paso voy a poner una agencia de articulos de saldo.
Abrazos sinceros, entre otras cosas porque sé que parte de ese número de visitas también es vuestro porque entran a ver vuestros comentarios, siempre geniales, estemos o no de acuerdo. Incluido al Anónimo.

Dexter dijo...

Uff y yo con estos pelos. Elegí un mal día para dejar de hablar de cine.

Entre la de la Belén y esta menudos rapapolvos me estoy llevando.

Abrazos debajo de la mesa

Dexter dijo...

Pero yo creo que entran a verte a ti. A César lo que es de César. Y si necesitas un cajero para la agencia de saldos aquí me tienes.

Abrazos voluntarios

César Bardés dijo...

A ver, algo de culpa sí que tengo pero no dudéis que vosotros también la tenéis porque lo sé, porque me lo han comentado "off the record", porque es de ley y es de recibo y porque el que no lo ve es que está ciego. Así que, por la parte que me toca, gracias.
Lo del cajero me lo voy a pensar, a un euro el artículo...Dios mío, si llevamos ya 742 colgados en estas santas páginas...cuánto tiempo gastado (no malgastado).
Abrazos agradecidos.

Carpet dijo...

Hala ¡¡¡115 visitas!!!.
Bueno, no es por rebajar la euforia pero con mi torpeza habitual y laas veces que entro para ver si habéis añadido algún comentario, no me extrañaría que lo menos 25 fueran mias. A veces descubro que tengo abiertas 4 ventanas a la vez con tu blog, que no me acuerdo de cerrarlo y lo vuelvo a abrir y esas cosas...

Así que si, dame las gracias por incrementar tus registros pero no por atraer a nuevos lectores, esos te los consigues tu sólo y la afición aragonsa que sé que la hay.

¿742 colgados?...Parece el resumen de una noche de fiesta o los números en taquilla de la última de la última de John Sayles.

Abrazos torpes

César Bardés dijo...

Aguafiestas...
Bueno, terminamos el día con 165 visitas solo para "Los miserables", más de 300 para el blog, lo cual para ser un blog de estas características no es que esté bien, no, es que está muy bien.
No son 742 colgados, que son 743 que me olvidé de contar el propio de "Los miserables". Así siempre hay un colgado más para animar la fiesta.
Abrazos en vilo.

Unknown dijo...

Saludos a todos, acabo de llegar a casa tras ver la película y me ha dado por mirar si César habìa puesto el artículo. Y hoy voy a hacer un ejercicio interesante...

Primero voy a escribir lo que me ha parecido (así a groso modo, que yo de especialista tengo poco) y luego me pongo a leer todo. De esta manera me daré cuenta de los disparates que seguramente escribiré.

En primer lugar resaltar que le película me parece meritoria, ya que se nota un esfuerzo enorme en su elaboración y creo que los mimbres con los que cuenta no le han hecho justicia precisamente.

Pero (gustándome lo justo) la película me ha parecido aburrida, larga y creo que algo descompensada.

En primer lugar creo que no es fácil llevar el peso de una película eminentemente musical sobre actores que no son artistas, de los que hay algunos (para mi la minoría) que salen totalmente airosos.


Me quedo con la Hathaway, espectacular ese momento sin cortes en primer plano donde vacía su alma. Merecedor de un Oscar que creo que va a ganar.

De resto... creo que demasiado traje para los demás.

Si... que me lio, sobre la descompensación del film.. pues bien, creo que no se puede pasar como un rayo por encima de las historias iniciales de Valjean, y de Fantine; que pasa por el lado oscuro (permítanme el símil de friki starwasero) por su hija y dedicar casi cinco minutos de reloj a un número musical en la taberna de los "padrastros" de de Collette (perdón de cosette).

Me da la sensación de que hay momentos que no se exprimen como deben, y hay otros que sobran por completo.

Por otro lado creo que se abusa demasiado de la ñoñez (y lo dice un amante de los paraguas de cherburgo y del cine de Jacques Demy), creo que no está bien utilizada y a veces los topicazos encharcan las canciones... hubo momentos en la sala que estuve a punto de ir a comprar una cuchilla de afeitar para mis venas, pero al final pillé palomitas...

Y otro tema es que en una película con casi 3 horas de actuación musical solo hay una canción que me traigo en mi cabeza y que probablemente cuando me levante olvidaré... no creo precisamente que esta obra vaya a convertirse en un clásico. Nada que ver a cuando uno vio My Fair Lady o Mary Poppins (que año aquel) claro, que me estoy marchando por los cerros ya que esto es otra historia que no se puede comparar, pero me llamó la atención.

Eso si, también me pareció muy bueno el final del tramo intermedio (si se le puede llamar así) donde en una misma escena convergen todos los protagonistas en el mismo tema musical, con sus historias paralelas. Excelente montaje y buen final arriba. Luego empieza todo el rollo de la revolución que me parece que sobra absolutamente en la historia.

Creo que se abusa de la cámara en mano en muchos momentos, y hay veces que se llega a marear uno... sin necesidad.

La película está bien, pero yo le doy un 6 sobre 10.

Sobre el papel y el guión del personaje de Russel Crowe... mejor no digo nada, el hombre ha hecho lo que ha podido con el desastre que le han dado. Me cuesta creer que semejante personaje esté en la novela de esta manera.

No he leído la obra de Victor Hugo (que ahora tengo curiosidad por hacerlo), pero me temo que poco se parecerá a esta historia.

Pd: No sabía yo que Fernando Torres había estado en la juventudes revolucionarias.

Abrazos criticones.

César Bardés dijo...

Feliz Año Nuevo, Chus. Con todo el cariño.
A ver si puedo contestar a todo lo que planteas.
De acuerdo en los méritos de la película, en el tema de la descompensación y, a pesar de la oposición maravillosa y argumentada de Carpet, en la actuación y el trabajo de Anne Hathaway.
La descompensación se hace evidente en esa excesiva atención en el mesón de los Thenardier y en esa rápida sucesión de hechos en lo referente a Fantine. Bien es verdad que en la novela no es así aunque sí lo es en el musical. Más que nada porque el número de los Thenardier ("Master of the house") estaba utilizado en la obra para desdramatizar un poco y dar un respiro al espectador mientras que aquí se convierte en un "rijoso va, rijoso viene y yo me quedo con sus carteras" que, además, tiene poco que ver con la picaresca que Víctor Hugo plantea. Bien llevado, podría haber desempeñado su función y haber, incluso, agradado.
La historia es así, con muy leves cambios. Javert en la novela, quizá, aún es más implacable. Tal y como lo lleva a cabo Crowe pierde fuerza y es que, amigo, tú que también eres músico te habrás dado cuenta de esa voz que no llega ni rascando a las notas requeridas, tan forzadas y tan poco adecuadas para un personaje que, en la obra musical, es una auténtica maravilla.
Puede parecer ñoña, pero no olvidemos que estamos hablando de uno de los grandes autores del romanticismo francés y, la verdad, a estos escritores le iba eso aunque, tal vez, nos pueda sonar un poco a chino puesto que en España el romanticismo se reduce a Larra y a Moratín y a unos poquitos mediocres más.
En cuanto a los temas, ahí sí que no estoy de acuerdo. La partitura no solo es buena, es excelente. Hay varios "blockbuster" que uno recuerda (tal vez porque, como me ocurre con Carpet, la banda sonora de la versión teatral londinense ha sonado en mi casa en muchas ocasiones). El "I dreamed a dream", el "Hatful of rain", el "Red and Black", el "One day more", el "Empty chairs in empty tables", el propio "Master of the House" (casi un ragtime).
No creo que debas compararlo con musicales como "My fair lady" o "Mary Poppins". "Los miserables" entra dentro del musical de escenarios espectaculares, es de la generación de "El fantasma de la Ópera" (solo que aquí no se ha cometido el inmenso error de doblar las canciones como lo hicieron en la versión de Schumacher) y de Andrew Lloyd Webber. Pocas coreografías, prácticamente todo cantado y con escenarios que quitan el sentido (o deberían quitarlo, ya hemos hablado de eso aquí).
Yo creo, precisamente, que la Revolución da sentido a todo, a la importancia de las vidas y los problemas de la gente particular dentro de un entorno agitado, a punto de hacer historia. Eso, desde luego, sí está en la novela y es particularmente valioso tanto en ella, como en la versión musical, como aquí porque si no, se pierde la monumentalidad de la obra, el sentir que los problemas individuales tal vez estén por encima de los problemas colectivos.
Que no está bien realizada, está más que hablado. No por el uso de la cámara en mano que, al menos, no tiene un hombre sin hombro al mando, sino por el uso y abuso del primerísimo plano en una historia que debe abrirse al escenario en el que ocurre.Y siento decepcionarte, pero el original de Víctor Hugo se parece bastante. Para referente sin música, te recomiendo la ya citada versión de "Los miserables" que Billie August realizó hace algunos años con Liam Neeson y Geoffrey Rush o, si nos ponemos clásicos, la excelente versión que se rodó a finales de los años treinta bajo la dirección de Richard Boleslawski (un especialista de aquellos años en rodar clásicos de la Literatura) con Fredric March y Charles Laughton en los principales papeles. También fue nominada a varios Oscars pero, creo recordar, que no ganó ninguno.
La verdad es que Fernando Torres canta mejor que juega.
Abrazos sinceros.

carpet dijo...

Es obvio Chus que tu juicio es absolutamente desprejuiciado, pues no sólo no conocías el original de Victor Hugo (yo tampoco lo he leído pero si conozco alguna de sus adapatciones al cine, televisión y musical) sino que tampoco tenías noticias del musical teatral.
Es precisamente esa falta de referentes la que te lleva a plantearte cuestiones en la historia que algunos ni consideramos.

Como buien dice el lobo el momento revolucionario es fundamental, tanto en la obra original como en las adaptaciones. También como el señala es una obra del romanticismo y el fatalismo es un seña del movimiento literario. Así toda la obra esta salpicada de individuos o colectivos que tienen un destino señalado y que termina por atrapales. Por apuntar señalaré que además de Moratín o Larra, también son referentes románticos Becquer, Espronceda o Zorrila que apesar de que su prosa sea menos conocida han dado algunas historias más que yo no consideraría mediocres.

Creo que es precisamente el número de "One day more" el que señala Chus con la convergencia de los protagonistas y las historias paralelas.

Y si, efectivamente no se puede comparar con lso musicales clásicos precisamente porque su concepción es opuesta. Estamos hablando de la época actual donde los espectaculos teatrales musicales intentan imitar al cine, montajes espectaculares, grandiosidad, escenarios impresioanntes, etc. "My fair Lady" era un especatulo teatral concebido como un musical clasico sin grandes alaracas, una obra teatral en la que se incluían números cantados. El paso a pantalla grande de ambas concepciones es por tanto muy diferente.

El "Master of the house" es uno de los momentos más desafortunados de la película sin duda, de la pretensión cómica se pasa al desagrado absoluto. Los picaros se conviertren en los personajes más despreciables de toda la historia, culpa de Hooper y sobre todo de BC y BC.

Y efectivamente Javert es mucho más que lo que Hooper y Crowe nos muestran. Las referencias de Bardés son buenas pero hay una monumental adaptación para televisión con Depardieu ( el nuevo ruso) como Valjean y Malkovich como Javert que también es muy notable (son 8 horas que aquí se vio en 2 ínterminables capítulos).

Abrazos grandiosos

César Bardés dijo...

Bueno, Carpet. De acuerdo en todo lo que dices. Incluso en el toque de atención con respecto a los románticos aunque dudo mucho de que ninguno de los que nombras suene ligeramente a nadie fuera de nuestras fronteras. Aunque como dijo no sé quién: "La diferencia entre los españoles y los franceses es que los españoles sabemos todo sobre Francia y los franceses no saben nada de España". Por ahí iba mi calificativo de "mediocridad". Obviamente para mí no lo son (ni siquiera Moratín o Larra por muy afrancesados que fueran) e incluso considero que Zorrilla y su Tenorio es el equivalente a Rostand y su Cyrano.
Por lo demás, nada que añadir. Brillante e incisivo, como siempre.
Abrazos a ambos.