viernes, 21 de marzo de 2014

ESCRITO SOBRE EL VIENTO (1956), de Douglas Sirk

Con mucho cariño, dedicado a Jazmín Abuín, una mujer que hizo que visitara en una sola noche a Etta James, a Liza Minnelli, a Barbra Streisand, a Tina Turner...Ella completó mis sentimientos mientras cantaba y así me hizo llorar, reír y cantar. Tal vez en esta ocasión. Con agradecimiento y toda la admiración.

El viento teñido de negro. Pozos de petróleo en un paisaje inacabable, marchito y desnudo. El amor que trae y lleva, que prende y destruye. Un hombre que ha crecido a la sombra de otro porque él no sabe madurar, no tiene ni idea de cómo manejar los sentimientos, no quiere saberlo porque su naturaleza es agarrar lo que quiere y tirar lo que no le sirve. Una chica que está enamorada porque sabe dónde crecen los hombres de verdad. Ella pierde el sentido y se desvía por caminos de crueldad, haciendo daño a todos y a sí misma. Es el destino asesino del mismo amor. Hay que matar a lo que se ama porque si no, no se es libre.
No es fácil actuar de niñera durante toda una vida. Es algo que se debe hacer porque la educación y los valores se han aprendido en un ambiente ajeno y eso es una deuda que se tiene que pagar desde el afecto. La amistad se ha extendido y, aunque el cariño es algo que no es fácil de desterrar, hay momentos en los que hay que luchar por la independencia. Todo es ahogo. Todo es hacerse el máximo daño posible. El petróleo corre por las venas de todos los que se mueven en este laberinto huracanado de pasiones y decepciones. Y solo se necesita amar de verdad para resolver los intrincados sentimientos de inmadurez y de comprensión. No todo se cura con una buena cara. No todo se olvida con la piedad.
Una mujer cree haber encontrado la felicidad pero es imposible vivir en ella cuando la atormentada y caprichosa mentalidad de un marido humillado supera cualquier otra sensación. El color del desierto parece adueñarse de la mirada y la locura despechada toma forma entre los pliegues del dinero. No hay tiempo para explicaciones porque cualquier duda puede ser una certeza. Es hora de romper almas y de quebrar sueños. Sueños de tranquilidad. Sueños de gratitud. Sueños mecidos en el corazón de una mujer que cree que la felicidad debería ser patrimonio exclusivo de quien la desea cuando eso no es bastante.

Douglas Sirk dirige un melodrama espléndido, una especie de rompecabezas sentimental en el que destaca, por derecho propio, la avasalladora interpretación de Dorothy Malone, hermosa y potente, que se recrea en su propia sangre para celebrar la vileza a la que puede llegar el amor. Por eso, todo se escribe sobre el viento, porque no puede quedar permanentemente escrito, porque no puede ser recordado como un sentimiento imborrable sino como algo que vino, acarició el rostro de unos cuantos y luego, se fue. Así de volátil es el ser humano. Es puro viento en mejillas surcadas por un río de lágrimas. La frustración es demasiado poderosa. El desprecio es demasiado evidente. El odio es demasiado provocador y siempre se cae en él. Aires de grandeza que son brisas pequeñas en el mapa de unos cuantos corazones arrasados. Grande, muy grande. Sirk. No se puede decir más.

7 comentarios:

dexterzgz dijo...

No hace mucho me regalé un miniciclo de Sirk, lo que pasa es que como todas las películas tienen argumentos similares y tengo memoria de pez, confundo títulos. Incluso a veces se me va la olla y meto a Minnelli y a M Sthal en el ajo para acabarla de arreglar. No confundo "Imitación a la vida" por ejemplo que es muy identificable por el tema del racismo. Tampoco se me va "Siempre hay un mañana" más que nada porque esa es en blanco y negro además de un melodrama muy a reinvindicar como apunté en mi lista al efecto en el conversacines centenario.

Bueno ahora que lo pienso salen más "Tiempo de amar, tiempo de morir" con ese final tan inolvidable, "Solo el cielo lo sabe" con Angela Channing de jovencita que tendría luego una especie de remake oficioso con la Moore "lejos del cielo". En cualquier caso, el estilo de Sirk es inconfundible y sus tramas también aunque muchas veces están un poco rozando el largero ("Obsesion", aquella del médico Hudson y otra vez la Channing me parece que esta ahí, ahí).


Abrazos en tecnicolor chillón

César Bardés dijo...

A mí me pasó algo parecido con John Stahl porque durante mucho, mucho tiempo creí erróneamente que "Que el cielo la juzgue" era de Sirk. Pero no, cada cosa en su sitio.
Para mí las dos mejores películas de Sirk son "Tiempo de amar, tiempo de morir" y "Escrito sobre el viento" con una mención honorífica para "Ángeles sin brillo". La de "Obsesión" ya me gustó menos entre otras cosas porque me creo menos la historia (Hudson estudiando la carrera de Medicina, ni más ni menos, solo para curar la vista de la Wyman...en fin. Si aún fuera otra...pero la Wyman...).
Lo que sí es cierto es que los melodramas de Sirk tienen como un sello especial, algo que te hace estar en medio de la trama sufriendo con las pasiones desencontradas de los protagonistas. Encontró una fórmula para ridiculizar el estilo de vida americano desde varios estratos sociales y eso tiene un gran valor cinematográfico. Con "Tiempo de amar, tiempo de morir" es otra cosa. Es un melodrama, sí, pero yo creo que ahí Sirk se elevó por encima de la simple lágrima y entró en la inmortalidad de unos sentimientos que valen más, mucho más, que cualquier conflicto que atenaza a los estúpidos humanos.
Abrazos con un coche beige.

Unknown dijo...

No se que decir!!!! Gracias!!!! Muchas gracias!!!

Unknown dijo...

Todas esas cosas que intento expresar a traves de la musica o los textos de teatro, tu las expresas a traves de las palabras. Palabras bien escogidas que salen del corazon y llegan al corazon. Siempre un privilegio leerte. Un millon de gracias y todo el cariño de una gram admiradora.

Jazmin abuin

César Bardés dijo...

Gracias a ti por esa noche tan llena de entrañas, de corazón, de mente, de ilusión y de ambiente para el alma.
Lo hice con todo el cariño del mundo, con admiración y respeto por alguien que, seguro, llegará a subir el caché en breve.
Un beso.

Unknown dijo...

No encontraba como hacerlo, por lo que he elegido este estupendo análisis sobre el paradigma del turbulento y tornasolado melodrama sirkiano para felicitarte encarecidamente por tu blog, que me ha encantado por la selección de películas y la magnífica prosa de sus apuntes críticos. A partir de ahora, puedes considerarme un asiduo seguidor de tu página.
De paso, me gustaría invitarte a visitar mi aventura blogosférica, DICCINEARIO (diccineario.wordpress.com) y, si no es ya mucho pedir, animarte a participar en el Ranking de películas por décadas que en él he configurado. Sería un honor para mí que participaras.
Agradezco de antemano tu interés.

Un saludo.

Antonio

César Bardés dijo...

Tus palabras son tan amables que, la verdad, no sé qué decir salvo para darte la bienvenida en esta casa, que también es tuya, y agradecerte el detalle y el tiempo que has dedicado a esas letras que tanto ánimo dan a seguir trabajando e intentando dar a conocer tantas y tantas joyas del cine sin más instrumentos que la misma expresión del entusiasmo.
No soy de rankings porque, como ya he comentado con los habituales de por aquí, me parece una forma moderna de tortura, de todas formas me voy a pasar por tu aventura blogosférica, que adivino, cuando menos interesante, y haré el esfuerzo de participar. Tales frases dedicadas no merecen menos.
Yo sí que te agradezco de verdad la molestia que te has tomado y todo lo que has dicho.
Un saludo lleno de afecto.