Los
meses cambian la vida muy rápidamente para aquellos a los que les queda muy
poco tiempo. Tal vez porque es el momento para decir a todo que sí cuando los
miedos y las limitaciones propias de la edad invitan a decir a todo que no. Ya
no hay búsquedas sino los avatares correspondientes a una vida que cada día es
una nueva promesa pero también un poco más de agotamiento. La cuarta edad está
llamando a las puertas de la misma esperanza y el terror se apodera de esos
rostros que cuentan las experiencias por arrugas y la sabiduría por miradas.
Tal vez el terror de la cuarta
edad no esté en la cercanía de la muerte sino en el pánico que puede producir
la incertidumbre de la soledad. Afrontar el último de los pasos sin ninguna
compañía aboca a una sensación de haber pasado sin haber sido notado, de
levedad vital que se escapa por momentos, de duda y de necesidad. Y, en la
mayoría de las ocasiones, no hay nadie al otro lado, ni siquiera para escuchar las
inquietudes de las rectas finales. Somos nuestros recuerdos pero también somos
la huella que dejamos y no estamos seguros de que hayamos dejado ni siquiera un
rastro del cariño que hemos derramado, una gota de las lágrimas que hemos
vertido, una pista sobre todo lo ha guardado con tanto celo nuestro inquieto
corazón. El ser humano, al fin y al cabo, es un cúmulo de errores aunque haya
que reconocer que, cuando acertamos, damos en todo el blanco.
Más irregular que su primera
parte, con más altibajos, sin llegar a ser tan redonda como aquella aventura
que nos hizo sentir jóvenes a través de una última visión de la vejez, John
Madden ha hecho una película algo corta que, sin embargo, se crece por la
inmensa gozada de ver de nuevo a Maggie Smith, conquistándonos a todos de
nuevo, asumiendo mucho más protagonismo y dejando tras de sí una estela de
miradas sugerentes, sabias, impresionantes, únicas, de auténtica dama de la
interpretación que da mucho más de lo que la película es capaz. Ella es quien
sabe remover los sentimientos de esta secuela y solo por ella merece la pena
volver a perderse en las tribulaciones de este exótico hotel para la plácida
vejez de quien no se resigna a encerrarse en casa esperando lo inevitable.
Y es que en otra parte del
mundo puede que no sea tan mala idea volver a dejarse enamorar, u optar por la
sencillez frente a la tentación de la opulencia, o decidirse por fin a hacer lo
que siempre ha sido la simple voluntad, o encontrar a alguien que hace revivir
alguna noche que aún no ha pasado, o caer en el error de hablar con quien no se
debe dando más dinero del que se tiene. Todo eso no importa. Lo que tiene que
estar ahí es que no hay más futuro que el presente y que hay que vencer los
miedos para poder mirar con una sonrisa el baile de una boda entre jóvenes
aunque, tal vez, signifique ir dejando atrás otras experiencias que también nos
construyen cada día. Como seres humanos. Como hombres y mujeres hechos de
cariño, de comprensión, de lucidez, de verdad. Quizá eso haga que la satisfacción
salga a nuestro encuentro cuando los achaques nos obliguen al retiro y, en un
instante de magia, sepamos que pasar por este mundo ha merecido tanto la pena
como ver a Maggie Smith hablar con sus ojos de amor por la interpretación y de
tanto respeto por quien nos acercamos a apreciar su trabajo.
6 comentarios:
No he visto aún la película y sinceramente no sé si acercarme. La primera era muy agradable, además de por ver a tanta estrella junta. Como comedia funcionaba muy bien, pero yo lo que más recuerdo es la subtrama dramática de Tom Wilkison que era realmente emotiva. Me daba por pensar que esta vez se habían volcado más en la comedia (de hecho la presencia de Richard Gere es ya en si misma bastante paródica).
Y jugando a la ciencia ficción yo siempre me he imaginado esta película hecha hace 20 años con la flor y nata de los veteranos ingleses de la época (O´Toole, Guinnes, Ustinov...) No estaría mal que si hacen una tercera parte pensasen en Michael Caine, aunque como últimamente le toca siempre hacer de malo... y qué pena que Connery esté ya retirado porque también me pega muy bien de invitado.
Abrazos desde la recepción
Pues no me apetecía mucho ir a verla, lo de las segundas partes a veces se sostiene o se puede sostener si lo que se nos cuenta en la primera se nos ha quedado corto o si lo que se nos cuenta en la segunda amplia lo de la anterior.
El caso de Indiana Jones, por ejemplo, es del pirmero de los motivos, no es que "En busca del arca pérdida" no se cerrase lo suficientemente bien, sino ue nos dejaba con más aventuras del arqueólogo más famoso del celuloíde. Sin embargo "El padrino 2" respondería más a la segunda opción, pues obviamente amplia, explica y agranda los avatares vitales de los Corleone.
Ninguno de estos supuestos parece adaptarse a la historia que nos contó "El exótico hotel Marigold", cerrada correctamente tanto en situación como en personajes, no nos sentíamos ávidos de conocer nuevos andanzas de los "viejos" conocidos, ni creo que esta segunda parte nos ensanche las miradas hacia los personajes que tan bien fueron definidas en la primera.
Todo lo más nos suena al habitual nuevo intento de hacer caja de un film cuya carrera comercial sorprendió a propios y extraños, sustentada en esa pequeña colección de entrañables personajes que se nos metieron en el corazón a base de humanidad.
Esta segunda parte me temo que provocará que pierdan algo de esa sensibilidad que tanto nos gustó y que juegue a desarrollar lo que ya no tiene mucho que contar. Todo lo más algo anecdotico que refuerce alguna de las presencias (como mencionas, tal vez la de Maggie Smith) y que introduzca algún personaje algo descolocoado (lo de Richard gere antes de ser un reclamo me resulta un obstaculo) en ese universo tan exótico como el que nos contaban.
Para la tele, me parece.
Abrazos pensionistas
Estoy con Dex, lo mejor de la primera era la historia de Tom Wilkinson.
Y si,en vez de Richard Gere y puestos a meter a un americano, quizá hubiera ido mejor Bruce Dern que tras "Nebraska", tal vez no ligase mucho pero daría un buen juego como anciano cascarrabias. O incluso Redfod de ligón, aunque no sé si el amigo Robert se atrevería a aceptar sus arrugas operadas.
Pero si tiranmos de británicos, hasta Brendan Gleesom tendría cabida o Ian Mckelen o Geofrey Rush. En cuanto a mujeres Vanessa Redgrave. E incluso una Jane Fonda decidida a que no se le noten los años tendría su gracia.
Abrazos con botones
Pues sí, después del buen sabor de boca que dejó la primera (durante toda la proyección de ésta tuve en la mente a Tom Wilkinson y la sensación de que todo se moría sin él), no sé si he dejado claro que, bueno, que la historia, psé, que ni fu ni fa y quizá algo menos de fu que de fa y que lo único que merece realmente la pena es que Maggie Smith tiene un papel mucho más protagonista y con mucho más que el resto. Me hubiera gustado destacar a Judi Dench pero, ay, se le notan demasiado esos terribles problemas de visión que la van a dejar irremediablemente ciega (en una escena en concreto, tiene que dejar el vaso en una bandeja y lanza la mano libre para saber dónde está la bandeja que, en ese momento, está sujeta por un camarero) y, me temo, que su papel fue muy acortado a pesar de que tiene su aquél su no-historia de amor con Bill Nighy (sí, todavía están que sí o que no). En cualquier caso, el panorama era tan desolador en SEmana Santa que me pareció una opción estupenda para cumplir con el estreno semanal.
En cuanto a Richard Gere, yo lo siento por todas las admiradoras que tiene, pero a mí siempre me ha parecido un actor más malo que Rajoy en día de recortes. Y aquí no hace más que quitarle encanto a todo, porque ni da la talla, ni hace el esfuerzo. En cualquier caso, todos los nombres que decís serían desde luego, válidos. Me temo que Connery sería imposible por el Alzheimer que sufre pero Caine pegaría ahí de forma maravillosa y elevaría el nivel de una película que, como bien dices Carpet, no añade mucho más a lo que ya se dijo en la primera.
Y ya que estamos...¿Kirk Douglas en una última y breve aparición estelar?
Abrazos desde el geriátrico.
Kirk Douglas y Maureen O´Hara, sí, señor.
Abrazos con bastón
Bueno...¿te imaginas lo que sería eso? Él con la cara medio paralizada por la apoplejía y ella con los problemas de desplazamiento...solo levantan una ceja cuando llegan al hotel, no haría falta ni diálogo. A pesar de la edad y de todo, yo creo que la película tendría ahí un pico importante.
Ah, la edad, qué mala es. Hasta me estoy imaginando a Sidney Poitier para que luego digan...
Abrazos con engrase en las ruedas.
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