viernes, 29 de mayo de 2015

CAZA AL ASESINO (2015), de Pierre Morel

Hay películas que parecen realizadas para fracasar directamente y, sin embargo, tienen todo para tener calidad. Un reparto competente, un director que ha demostrado una cierta habilidad en las secuencias de acción, una trama de espionaje absorbente, una historia de amor con cierto gancho…Y aún así, no funcionan. Tal vez porque no haya suficiente pasión por la historia que se quiere contar. O, simplemente, porque no hay astillas para tan poco árbol.
En el reparto tenemos a Sean Penn, un tipo que tiene hechuras de actor impecable cuando quiere pero que carga demasiado a sus personajes en algunas ocasiones. Aquí es lo que decide hacer. Su protagonista ha sufrido tanto, ha vagado tanto por el mundo sin amor, es tan espantosamente desolador que sus miradas están permanentemente teñidas de intensidad, sus arrugas, que ya tiene unas cuantas, se vuelven trazos de amargura a cada gesto y sus intentos por parecer joven haciendo de galán con ropa deportiva comienzan a ser un poco patéticos. Ya se sabe. Quien ama mucho, sufre mucho, yerra mucho, deja atrás mucho y cansa mucho. Por otro lado, está Javier Bardem que, con toda seguridad, ha decidido aceptar su papel para demostrar cuán en contra está de los intereses comerciales sobre países subdesarrollados como prueba definitiva de la explotación del mundo occidental. Muy bien. Pero ¿siempre tiene que ser caracterizando a su personaje con risas histéricas, reacciones imprevisibles y sentimientos personales que se mezclan peligrosamente con una trama que pide altas miras? Aparte de que aparece en pantalla en tres secuencias mal contadas, todo su cometido se reduce a lo envidioso que es, a lo enamorado que está, a lo sorprendido que se encuentra y a lo celoso que se pone. Un cúmulo de inseguridades en un actor de físico seguro. Más allá de eso, tenemos a Pierre Morel detrás de la cámara y no deja de ser difícil lo que ha conseguido. Ha salpicado toda la película de escenas de acción…y no deja de ser tremendamente aburrida, aparte de esa pedazo de idea de trazar un paralelismo sobre la trampa del protagonista y una corrida de toros. Deslumbrante. Genial. Griffith dando saltos de alegría.
La trama de espionaje absorbente, pues bueno, vale, sí, lo que tú digas pero es todo más plano que un encefalograma de idiota. Voy a uno, voy a otro, voy a otro y vuelvo al uno que es el más culpable desde el principio. Un poquito de redención y andando que es gerundio. Y la historia de amor pues no se la cree ni Peter Pan en plena noche de borrachera. Una chica comprometida con el tercer mundo que está colgada y más que colgada por un tipejo que conspira allá por donde va, que se carga media Barcelona y que lleva un chaleco antibalas como ropa interior. Todo muy normal, muy lógico, muy de hoy. Total, para decir, una vez más, que las empresas multinacionales explotan  a los países pobres hasta dejarlos en la indigencia, que se cargan a cualquier político que represente una esperanza para los ciudadanos y que quieren borrar cualquier rastro para poder gritar a los cuatro vientos que son más inocentes que un molinillo de viento. Lo nunca visto, vamos.
Y ahora, voy a hacer una donación a Médicos sin Fronteras. 


2 comentarios:

CARPET_WALLY dijo...

Otra que tal baila. En este caso no es un remake, pero suena a mil veces vista y ni siquiera la altura del reaprto ayuda a interesar lo suficiente. Si encima, como te leemos, tanta acción la vuelve aburrida, apaga y vamonos. Hay un problema con eso, existe una idea claramente equivocada de que el ritmo de las películas actuales está en función de las escenas de acción, que cuando los personajes, hablan, comen, caminan o mean, los espectadores se aburren y lo que empieza a suceder es justamente todo lo contrario.

Aun recuerdo otro remake, que podía haber señalado en el otro post, el de "Desafio total", la pelea final duraba cerca de 20 minutos y claramente resultaba indufrible, pero lo mismo podríamos decir de la reciente de "Los vengadores, la era de Ultrón" que acumulando minutos de batalla de superheroes era mucho menos entretenida que la primera que resultaba claramente emocionante y muchísimo más rápida. ¿Tanto ha cambiado el público?, recordemos que hay westerns (por poner un género que antaño era equiparable) en los que los tiroteos o duelos se reducían a una última secuencia, como "Sólo ante el peligro" y no creo que nadie se aburriera entonces viendola, o como "El dorado" cuyos momentos de "acción" no creo que duren más de 20 minutos en total (o mucho menos) de una peli de hora y media. Ya, muchos dirán que el western está desfasado y que el nuevo público no lo aprecia, aunque quizá habría que recordar que "Sin perdón" mayoritariamente aclamada tampoco es un exceso de adrenalina. Pero aun alguien podrá decir que es el público más joven el que realiza tal demanda y ante eso yo puedo anteponer mi experiencia personal, mi hijo que ha crecido con videojuegos de la Play, entre ellos el tan denostado "Call of Duty" del que llegó a ser fanático, tiene entre sus películas favoritas a "Enemigo a las puertas" un western en un entorno bélico que mantiene el ritmo sin apenas momentos dinámicos.

Y para contar historias de este tipo o similares, recuerdo especialemnete "Michael Clayton" que lograba denunciar complots y egoismos de grandes corporaciones sin apaenas un mamento violento, con una tensión bien mantenida y con un héroe que gana la batalla sin alardes de marine perfectamente entrenado como arma letal.

Abrazos sin peleas.

César Bardés dijo...

Dice mucho, pero mucho más, con un argumento bastante más coincidente de lo que en principio pudiera pensarse "El jardinero fiel" que ésta. Con una ventaja añadida. Los intérpretes están comedidos, ajustados, muy controlados. Y el problema no es que tanta acción haga de la película aburrida...sino que las mismas secuencias de acción son aburridas. Cuando ya al final se establece un paralelismo entre el último duelo y la corrida de toros (la acción transcurre en parte en Barcelona, curioso por otra parte habida cuenta de que en Cataluña se han prohibido las corridas de toros) la cosa ya es que me parece de traca de feria alucinante.
Lo de los intérpretes saca de quicio. El Sean Penn con cara permanente de "cuánto sufro y cuánto aguanto" y el Bardem...chico, es que ya estoy empezando a pensar que no es un buen actor. Sus maravillosas actuaciones llenas de matices, muy comedidas en "Antes de que amanezca" o "Mar adentro" ya han pasado a la historia. Aparece en dos partes. En una, en cada plano, diciendo "joer, qué buena está la tía ésta y vaya mierda que esté enamorada del Penn" y en la otra diciendo "mierda, se me está viniendo el mundo encima porque ha aparecido el Penn y seguro que mi mujer se va a pirrar por sus huesitos" son tan evidentes, tan de show de Benny Hill, que llega a provocar un cierto rechazo visceral. Bardem tiene ese problema desde hace tiempo. Se quiere distanciar tanto de Bardem que lo que hace es el ridículo porque no tiene ni el más mínimo atisbo de composición de sus personajes. Son caricaturas grotescas, sin más fondo que una pantalla de gestos desmedidos o inesperados (esos que no falten, para que todos digamos "jo, qué tío") y sus personajes se quedan en nada, en un simple comparsa inútil.
En cuanto a la acción en sí misma, pues sí, estoy de acuerdo contigo pero es que, claro, los ejemplos que citas no es que sean una cuestión de talento, sino una cuestión de curro. Una de las mayores virtudes de la primera de "Los vengadores" está en el diálogo. Al igual que pasa con "El dorado". En "Solo ante el peligro" está en el manejo de la tensión, casi deseas que esté pasando algo en una interminable espera y en un grito agónico de ayuda. El espectador tiene que ser cómplice. Y a la generación de hoy se le ha condenado erróneamente a ser un simple espectador y no un cómplice. Es muy bueno el ejemplo de "Enemigo a las puertas" porque ahí también hay pasiones entrelazadas y un duelo psicológico de altura ayudado por un actor, Ed Harris, que con una mirada dice treinta y tres cosas más que los gestos desaforados e inútilmente histriónicos (lo de "inútilmente" no lo digo por decir. Se puede ser histriónico y, aún así, bueno y convincente) que hace Bardem. O, aún es más, terriblemente insufrible como Penn con su permanente cara de "esta vida es una mierda" comparado con Law o incluso con Joseph Fiennes que ponen en juego debilidades, momentos álgidos y momentos más bajos que pongan de manifiesto la situación extrema por la que están pasando.
Lo de "Michael Clayton" es otra liga para mí. Qué película más buena. Para empezar el plano final de George Clooney en el taxi, para mí que hay muy pocos actores capaces de aguantar ese plano. La trama es absolutamente brillante, la tensión se corta con los dientes, el tipo tiene un gran entrenamiento como picapleitos que acude a los resquicios del sistema legal para acabar con sus clientes y los utiliza para urdir una venganza que es total y que aplasta a su contraria con una superioridad insultante. Esa película sí que se va a convertir en un clásico. Y, como muy bien dices, sin alardes.
Abrazos con la palabra.