jueves, 28 de mayo de 2015

POLTERGEIST (2015), de Gil Kenan

Para hacer una nueva versión de un clásico del cine de terror de los años ochenta no basta con transformar la coyuntura de los protagonistas y mostrarlo todo cual escaparate de rebajas para que el público tenga una perfecta idea de lo que se mueve entre las sombras. Se tiene miedo a lo que no se ve. Uno se asusta cuando lo inesperado se vuelve palpable. El clima tiene que ser de inquietud incluso en los instantes de respiro. Los personajes deben tener una cierta profundidad para ser creíbles en su heroicidad. Todo eso se ha perdido. Como agujeros del tiempo en tres décadas.
Y así nos encontramos con que el padre y la madre de esta familia atormentada ya no son el centro de la iniciativa sino simples espectadores de una serie de fenómenos que no llegan a entender y que son la excusa para una serie de reacciones incomprensibles que dejan al miedo en tontería, en pura futilidad, en tiempo perdido. Para rematar la faena, se nota con claridad que Sam Rockwell no se encuentra cómodo como ese cabeza de familia acuciado por la necesidad que carece de dramatismo o de cualquier sensación de pánico. Algo mejor está Rosemarie DeWitt, intentando dar algo más de intensidad y la aparición de Jared Harris como el intermediario entre el mundo terrenal y de los espíritus es uno de los grandes errores de la película, entre otras cosas, porque ni él mismo se cree lo que está haciendo.
La dirección de Gil Kenan es torpe, increíblemente precipitada, como queriendo obviar esa regla que dice que los terrores han de ser servidos en pequeñas tazas para que la sensación de inquietud se instale de forma permanente. Conversaciones sin salida, estupideces fuera de sitio, supuestas deudas con el más allá que no vienen a cuento, elementos hacia los que se apunta con la intención de sorprender en otro momento y que se quedan en nada, sin continuidad, sin sentido del ritmo, ni de la narración, ni siquiera de la rutina…

No es fácil sorprender a un público avezado en sustos o, quizá, da más miedo la propia realidad que cualquier otra historia que nos quieran contar. Los monstruos están a la vuelta de la esquina y no en un agujero espacio-temporal de dudoso origen. El suelo no se resquebraja a nuestros pies porque haya muertos que quieran salir a la luz, sino porque no podemos pagar ese suelo y ya no existe esa tensión agobiante, que mejoraba nuestra respiración cuando comenzaban a salir los créditos; ya no somos aquellos niños sino estos adultos y los héroes aún están por venir. Tal vez todo reside en creer que somos capaces de hacer que todo vaya mejor o que tenemos que compensar nuestros miedos con nuestras ilusiones. Eso sí, la familia, a pesar de esa inquietud que nos atenaza, tiene que seguir unida porque sin ella, no somos nada. Ni siquiera podremos rechazar lo que se nos ofrece a precio de ganga con vicio dentro. Tendremos que tragar con esos árboles que llaman insistentemente a nuestras ventanas con el fin de entrar y dejarnos a la intemperie. Tendremos que bailar con los payasos de nuestra mente sin poder dominar nuestros temores. Tendremos que ir al cine a ver subproductos sin sentido que tratan de bajar nuestro gusto a las alturas del barro más peligroso.

8 comentarios:

dexterzgz dijo...

Lo siento por Sam Rockwell que me parece un pedazo de actor. A Rosemary DeWitt tampoco hace falta descubrirla, yo ahora la estoy disfrutando en "Mad men". De todas formas, no sé a quién narices se le ha ocurrido esto, ya lo comentaba el otro día el amigo Wally en otro sitio, medio en broma, estos fenómenos extraños no tienen ningún sentido en la era de los pitonisos y las teletiendas nocturnas. Es como para clavarse palitos de cera ardiendo en los pezones.

Abrazos extrañados.

César Bardés dijo...

Yo es que creo que Rockwell no pega ni con cola en el papel de esforzado padre de familia. Lo suyo es lo inquietante. Y trata de hacerlo inquietante y tampoco queda bien dentro de la trama de la película. Se esfuma todo el misterio que tenía la original, no tiene ningún sentido. Es todo más evidente y, por tanto, menos sugerente. A mí no me hacía falta cruzar al otro lado para imaginar lo que querían todos esos fantasmas. Aquí no resisten la tentación.
Estoy con lo de los palitos, a ver qué tal. Luego hay un tío por ahí que me va a pedir una lista con las cien mejores películas de la historia del cine y tengo que entrenarme.
Abrazos torturados.

Raúl Gallego dijo...

Es claro indicio de que hay pocas ideas y falta de guiones que recurran al remake de una película que funcionó perfectamente en su momento como Poltergeist, la primera de Tobe Hooper me refiero, porque las secuelas tampoco valían mucho. Del propio Tobe Hooper han hecho también el remake de La matanza de Texas, la nueva es otro tostón con minima calidad, no la primera que si me gusta, la considero innovadora en su momento y atrevida, tiene el encanto de lo que se hace con talento y cuatro duros, tiene ese mérito, aunque la vi hace poco y me impàctó menos que de joven.
La gente supongo que acudirá a los cines a ver este nuevo Poltergeist para pasar algunos sustos, y así sacarán un buen dinero que es lo que buscan , yo persolnamente me quedo con la original, la desafortunada pequeña Caroline, y su preocupado padre (Craig T. Nelson)llamandola a grito limpio, porque se ve a leguas que ésta no la mejora. Salud desde la piscina llena de muertos vivientes. Raúl

César Bardés dijo...

Es que no tiene ningún sentido hacer "remakes" de películas que, ya de por sí, fueron muy grandes en su tiempo. Sin duda, estoy de acuerdo en que la primera es la que vale. Las secuelas fueron muy, muy desafortunadas. Decía que no tiene ningún sentido hacer "remakes" de esas películas con la excusa de poner al día el entorno en el que se mueve la historia, como es el caso. Pasamos de la cultura del "pelotazo" y del ladrillo de la primera a la crisis que estamos viviendo en ésta, dejamos el nudo del argumento tal y como está y, eso sí, mostramos el otro lado para que veamos lo mal que lo pasa la niña (que en la primera no teníamos la impresión de que lo estuviera pasando tan mal. Qué diablos. Ni en esta tampoco)
En cuanto a "La matanza de Texas", bueno, fue otro gran éxito de la época basada en esos psicópatas "gore" que tanto gustaron en los setenta y en los ochenta. "La matanza de Texas" tenía frescura aunque tampoco es el tipo de cine que más loco me vuelve pero tenía su aquél.
En cuanto a las intenciones de la gente por ir a ver esta nueva "Poltergeist", pues sí, quieren sustos...¿y sabes lo que les dan? Nada. Porque ni siquiera hay un susto más o menos bueno que echarse a la boca. No hay esa tensión acumulada que sí había en la otra. No hay esa trama sugerente que hacía que el espectador rellenara los huecos imaginando cosas terribles. No hay magia. No hay nada.
Gracias por el comentario.

CARPET_WALLY dijo...

Ayer intenté un par de veces escribir un par de cosillas pero el lio laboral me impidió hacerlo.

En realidad lo que intentaba decir era una perogrullada, pese al gusto por las pelis de miedo de mi señora y sobre todo por el respeto que la original nos merece, ni nos planteamos ir a ver este remake.

En realidad, este tipo de películas tiene el objetivo claro de buscar a un público mas joven al que los efectos especiales tan espectaculares en los 80 les parecen ahora ridículos (recuerdo el mopmento del lavabo del ayudante de la parapsicologa como terrorifico y ahora es...en fin que ya no da miedo). Ese tirón comercial con una historia muy conocida no parce facil de alcanzar. Hay algunos que clavan el original con un sistema actualizado como el "Psycho" de Van Sant, (que lo de intentar copiar plano por plano tampoco tenía mucho sentido), otros intentar actualizar la historia y ponerla en un contexto mucho más cercano para el nuevo publico "Sabrina y sus amores"....

Es muy compliacado lograr, no ya acercarse al original, sino directamente hacer una buena película. Puedes hacer algo decente si utilizas personajes o situaciones del modelo para hacer una cosa distinta, incluso una relectura, pongamos por ejemplo el "Aliens" de Cameron (aunque a esta la podríamos considerar una secuela) o el "Batman" de Nolan (aunque aquí no le apreciemos demasiado), incluso si el original no era la bomba puedes superarlo como en "La última casa de la izquierda" que a mi me parece superior a la inicial, aunque la de los 80 contase con el beneficio de la falta de pretenciónes algo que también caracteriza al remake.

lo normal sin embargo es desbarrar, introducir elementos nuevos que pifian el sentido de la historia, como aquí pareces señalar que sucede en más de una ocasión. "Poltergeist" era una película muy efectista pero dirigida por un tipo que sabe como mover las emociones del espectador (por mucho que Tobe Hooper firmara se ve la mano de tio Steven por todos los lados) y que con un sentido del ritmo espectacular y una interpretaciones muy convincentes nos metían en la historia de la pequeña Caroline y su familia como si fuera la de nuestros vecinos de al lado y eso que en España no teníamos casa tan maravillosas ni cementerios indios en los cimientos.

Otra para la tele y van...

Abrazos resignados.

César Bardés dijo...

Es cierto que se nota la mano de Steven Spielberg por todos los lados en la primera versión. Eso hacía que la fantasía volara, pero también y no me canso de repetirlo, es el poder de sugestión de la imagen al cual se renuncia en esta segunda parte. Incluso ese personaje de la medium, tan inquietante en la primera, queda absolutamente borrado en la segunda introduciendo a Jared Harris en esta en un papel que no se cree, que no tiene sentido y que solo aparece como un tipo mediático que tiene poderes pero que es héroe más por el tirón televisivo que le rodea más que por otra cosa.
Es cierto que se intenta acercar al público más joven esta historia. El otro día, en uno de esos canales raros que tenemos, pusieron la primera versión. Es absolutamente cierto aquello que dices del ayudante que se ve en el espejo y que recuerdo como si fuera hoy que el cine Gran Vía se estremecía de gritos. Hoy los efectos especiales digitales a los que tan acostumbrados estamos han dejado a eso en un simple muñeco al que le van arrancanco tiras de latex y no da ya ninguna impresión. Pero el enorme acierto de que aquella primera parte era el ambiente de permanente inquietud que poblaba toda la historia. Incluso en los momentos de descanso, se estaba en tensión. Aquí no hay ni eso. La cosa se dirime en un pis-pas. En la otra, se iban produciendo los fenómenos poco a poco. En ésta, todo en una noche. Se llama a los del Departamento de Parapsicología de la Universidad y ya están con los aparatitos. Aún recuerdo la sensación entre inquieta y tímidamente hermosa de aquellos fantasmas de luz propia que parecía cabalgar por la escalera de la casa. Aquí no hay nada de todo eso. Se opta por lo evidente. Y la decepción no solo alcanza a los que fuimos a aquella primera versión sino también al público joven según pude comprobar. Y es cierto, hay cuestiones que son peores pero es que hay una cuestión también que no se puede obviar: el talento. Y aquí falta. Y allí había.
Abrazos espectrales.

CARPET_WALLY dijo...

Es que la primrea "Poltergeist" estaba repleta de detalles menores que movían la historia del modo adecuado hacía lo que pretendían.

El inicio de los fenómenos que es saludado por la madre como algo incluso divertido, utilizando a Caroline con su casco para demostrar al padre lo que está pasando y el aburrimiento que la cria muestra haciendo que el espectador comprenda que la mujer se ha pasado todo el día haciendo pruebas, es algo que te va introduciendo en ese mundo de la misma manera que lo hacen los protagonistas (y eso que tu ya sabes que vas a pasar miedo cuando entras a ver la peli).

Hay algunas escenas mágicas como la que señalas de las luces fantasmales bajando las escaleras y en concreto la del espiritu de la niña atravesando a mamá Diane (grande Jobeth Williams en esta peli). el humor que en muchos momentos se cuela para aliviar una tensión en aumento, por ejemplo la escena en la que los parapsicologos temblando están en la mesa con la familia y empiezan a oir golpes en la mesa y se agachan todos a la vez para comprobar si hay algún truco, la entrada en escena de la medium y el momento escéptico del padre,....

Spielberg no la pudo dirigir (o al menos no abiertamente) porque el sindicato de directores prohibía filmar dos películas al mismo tiempo y él decidió realizar "E.T. el extraterrestre", pero el guión era suyo y como dicen muchas lenguas entre ellas la del autor de la música (maravillosa y perfectamente ensamblada con la historia) Jerry Goldsmith, Tobe Hooper rodaba y luego llgaba Steven y decía: "Esto hazlo de esta otra forma" y tomaba la decisión final.

Abrazos míticos

César Bardés dijo...

Eso es una muestra del talento de Spielberg. Preclaro tu comentario y altamente esclarecedor de cómo se llega a una película mítica en detrimento del producto de consumo fácil y algo idiota.
Esos momentos con Caroline con el caso, altamente humorístico. Además da una sensación, como bien dices, de algo pintoresco, divertido, sin peligro (aunque entra muy rollito cuando se ve la montaña de las sillas, sustituido aquí por una visión del chico ante una montaña de...cómics).
Es cierto que Jobeth Williams está muy bien en la película (para mí una actriz altamente desaprovechada y recordemos, por ejemplo, lo bien que lo hace en el "Reencuentro" de Kasdan). Aquí introducen a uno de los parapsicólogos como experto pero fíjate que enorme despropósito. El tío va presumiendo de que ha grabado con cámara rápida un fenómeno de telequinesia con una silla moviéndose un par de metro durante siete horas. De repente, una silla se mueve delante de sus narices. Se estrella contra la pared. El padre, Rockwell, dice: "¿Has grabado eso con tu maravillosa cámara?". Y la secuencia siguiente...¡siguiente! se ve al parapsicólogo hablando con el chico poniendo en duda los fenómenos y buscando motivaciones como la publicidad, vender la historia y demás tópicos. O no lo han pensado bien, o el montador se equivocó o, simplemente, quieren vender un montón de fuegos artificiales sin pensar lo más mínimo que la historia, en este caso, es tan importante como todo el terror que se ve. Algo absolutamente ilógico. Por cierto, no descubro nada con esta secuencia porque aquí van al grano y pim-pam y esto ocurre antes de lo supuestamente interesante.
Clavo la lanza contigo reivindicando la estupendísima banda sonora que hizo Jerry Goldsmith en la primera versión. Y, por supuesto, en la maestría de un Steven Spielberg que, en aquellos años, se decía y se repetía que hacía algo más que producir en las películas en las que aparecía como productor ejecutivo.
Abrazos anonadados.